Hoy vengo a hablaros de Por cuatro esquinitas de nada, escrito e ilustrado por Jérôme Ruillier y editado en España por la editorial Juventud. Una de esas joyitas con las que das por casualidad y te preguntas ¿por qué no te conocí antes? ¿Cómo es que no estás en todas las bibliotecas de todas las escuelas infantiles y todos los colegios? Se trata de un álbum ilustrado en apariencia sencillo y ligero pero que encierra una grandísima lección.
“A Cuadradito le gusta divertirse con sus amigos los Redonditos. Pero, ¿cómo puede reunirse con ellos en la casa grande? ¡La puerta es redonda!” Un planteamiento sencillo, unos textos sencillos, con frases cortas y dibujos simples pero efectivos. Todo cargado de mucho simbolismo y color para enseñarnos un importante valor.
Es sin duda un pequeño gran cuento para enseñar los valores de la aceptación y el amor incondicional. Para los más pequeños y pequeñas de la casa transmite la enseñanza de que debemos aceptar y respetar a todas y todos tal como son, sin pretender cambiarlos. Una lectura un poco más profunda nos sugiere que está bien cómo cada una sea y que no importa no encajar o no ser como “la mayoría”. El cuento planta una semillita de conciencia sobre el amor incondicional. El amor incondicional es la manifestación de amor más puro, en la que queremos sin esperar nada a cambio y aceptando a la otra entidad tal como es y no por lo que queremos que sea. No está de más que algunas madres y padres recuerden que así es como deben querer a sus hijas e hijos y, sobre todo, lo que les deben transmitir.
Por cuatro esquinitas de nada es un cuento integrador e inclusivo que nos explica de una forma tan fácil y clara como adorable, que la igualdad en una sociedad no es pretender que seamos todos y todas iguales, sino que aceptemos las diferencias y les demos su espacio. Un espacio que no es misterioso o lejano, sino contiguo, porque el mundo es un lugar donde cabemos todas y todos. No se trata de buscar un sitio para quienes son diferentes, sino de adaptar un lugar común para que quienes son distintos también puedan ser y estar.
Además, la amistad, la solidaridad y el trabajo en equipo son otros de los valores que se resaltan en este cuento, cuando los Redonditos se reúnen para pensar y decidir cómo ayudar a su amigo Cuadradito.
Las ilustraciones, como comenté antes, brillan por su sencillez. El autor juega con las formas geométricas, los colores y las diferentes texturas que se adivinan visualmente. Por lo que estos temas también se pueden trabajar transversalmente con esta obrita.
En definitiva, este cuento de tamaño medio (21,5 x 25cm), en cartoné y tapas duras, no debe faltar en la biblioteca de casa porque, además de entrañable (permitidme que lo catalogue como cuqui), es un valioso cuento sobre valores. ¿Lo conocíais?
Edad recomendada- A partir de 3 años.
Eva H. Hernanz
Madrid
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