Publicado en Abuso narcisista, Maternidad y crianza, Psicología

El daño del narcisismo en la familia. Cómo reconocerlo y sanarlo

Las familias narcisistas son una realidad dolorosa, aunque históricamente escondida, y más común de lo que se piensa. Un padre o una madre con trastorno de personalidad narcisista puede afectar profundamente a sus descendientes, generándoles una variedad de problemas y secuelas emocionales y psicológicas. En este artículo, exploraremos las características de una familia narcisista, los efectos que puede tener en los hijos e hijas y las opciones de afrontamiento disponibles para aquellas personas que sufren los efectos de las dinámicas familiares del narcisismo patológico.

¿Qué es una familia narcisista?

Antes de nada, quiero dejar claro que en todo el artículo cuando hable de «narcisista«, me referiré siempre a una persona narcisista patológica o, lo que es lo mismo, alguien con trastorno de personalidad narcisista (DSM-5).

Una familia narcisista es una familia en la que uno o ambos padres son narcisistas patológicos. Un padre o madre narcisista es alguien que tiene un sentido exagerado de importancia personal, una necesidad constante de admiración y una falta de empatía hacia los demás (leer Empatía, un arma muy poderosa), entre otras cosas. En una familia narcisista todo gira en torno a la persona narcisista, quien miente, controla y manipula a los otros miembros de la familia para satisfacer sus necesidades y expectativas.

El padre/madre narcisista espera que el resto de la familia lo admire y lo considere superior. Si los demás miembros del clan no cumplen con estas expectativas, pueden ser ignorados, ridiculizados o incluso castigados. A menudo, la madre/padre narcisista tratará de mantener a sus hijos e hijas a su lado, a través de la intimidación, el chantaje o la manipulación, para asegurarse de que sigan cumpliendo con sus necesidades.

Un padre o una madre narcisista puede ejercer maltrato de muy variadas maneras. Las formas más impactantes y obvias son el castigo físico (palizas, golpes, privación de alimentos, encerrar en un espacio pequeño o sin ventilación… ) o la agresión sexual del tipo que sea (insinuaciones, tocamientos, violación… ) Pero hay otras muchas maneras de ejercer abuso, que forman parte del maltrato psicológico, algunas tan sutiles que ni siquiera se reconocen como maltrato. Estas manifestaciones van desde las más explícitas, como gritos e insultos, hasta abandono físico (parcial o absoluto), pasando por abandono emocional (que es «la madre del cordero»), negligencia, humillaciones, amenazas, chantaje, gaslighting

En una familia narcisista todo gira en torno a la persona narcisista
En una familia narcisista todo gira en torno a la persona narcisista

Características de una familia narcisista

Una familia narcisista puede ser difícil de reconocer debido a la habilidad del narcisista patológico para manipular y controlar a la gente. A menudo, las personas que crecen en este tipo de familias no se dan cuenta de que sus dinámicas familiares no son saludables hasta que están fuera de su influjo y empiezan a compararse con otras familias «normales». A continuación, os cuento algunas de las características comunes de una familia narcisista.

  1. Dominio del narcisista. En este tipo de clan familiar la persona narcisista es el centro del universo y las necesidades y deseos de las demás están subordinados a los suyos. Los y las narcisistas son manipuladoras habilidosas y pueden controlar a los miembros de la familia mediante la culpa, el miedo y la vergüenza. Dentro de este tipo de familias abusivas los integrantes aprenden a adaptarse a las necesidades del narcisista principal y a ignorar sus propias necesidades.
  2. Necesidad de atención. Las personas narcisistas suelen tener una necesidad constante de atención y reconocimiento, y pueden hacer cualquier cosa para conseguirlo. Esto puede llevar a comportamientos exagerados o inapropiados, como inflar sus propios logros o actuar de manera dramática para llamar la atención.
  3. Comportamiento impredecible. Las familias narcisistas pueden tener una dinámica caótica e impredecible. Los miembros del clan nunca saben qué esperar del narcisista, lo que puede generar miedo, ansiedad y estrés. Las personas narcisistas pueden ser extremadamente volátiles y cambiar de humor rápidamente, lo que hace que sea difícil saber cómo actuar o qué decir para evitar su ira.
  4. Falta de empatía. Las personas narcisistas a menudo son incapaces de empatizar con los y las demás, lo que significa que no pueden ponerse en el lugar de otras personas y comprender sus sentimientos y perspectivas. Esto lleva a una falta de conexión emocional entre los miembros de la familia. Por esta razón algunas personas dentro de la familia narcisista son ignoradas o minimizadas si no cumplen con las expectativas del narcisista. Además, las narcisistas pueden ser crueles y despiadadas en sus críticas y comentarios, lo que puede dañar profundamente a los familiares.
  5. Falsas apariencias y mentiras. Las familias narcisistas se preocupan mucho por la apariencia y la imagen. Quieren que el mundo vea a su familia como perfecta y feliz, aunque de puertas para adentro haya mucho caos y disfunción. Los miembros de este tipo de familias pueden sentir una gran presión para mantener esta fachada, incluso aunque esto signifique ocultar sus verdaderos sentimientos o problemas en casa. Además, las personas narcisistas son expertas en el arte de la mentira y ésta se convierte en una práctica cotidiana.
  6. Envidia, crítica constante y rivalidad. Para contrarrestar su baja autoestima real, la persona con trastorno de personalidad narcisista desarrolla un inflado y desajustado sentimiento de superioridad. Esto le lleva a pensar que los y las demás le envidian y envidian a su familia. Al mismo tiempo critica en las demás personas todo aquello de lo que ella carece. La persona narcisista patológica con frecuencia percibe a los demás como una amenaza a su propio sentido de superioridad, lo que puede crear una atmósfera de rivalidad en la familia, en lugar de apoyo y cooperación. Suele generar sentimientos de competencia entre los miembros de la familia, ya sea de manera abierta o sutil: minimizar o ignorar los logros de los demás, sabotaje, crítica constante, comparación, triangulación… Los integrantes de este tipo de clanes familiares a menudo se sienten como si estuvieran en competición para obtener la aprobación del narcisista principal, pudiendo llegar a creer que nunca son lo suficientemente buenos y que siempre están en desventaja en comparación con otros miembros de la familia.
  7. Control y manipulación. Las y los narcisistas patológicos suelen intentar controlar todo y a todas en su entorno, pero a su vez suelen presentar dificultades para aceptar los límites de los demás. Para ejercer dicho control suelen recurrir a la manipulación, utilizando la culpa, el miedo o la luz de gas, entre otras técnicas, para conseguir lo que quieren. Los miembros de la familia pueden sentir que no tienen control sobre sus propias vidas y que sus límites personales no son respetados.
  8. Proyección. Las personas narcisistas pueden proyectar sus propios problemas y debilidades en las demás, lo que significa que pueden culpar a otras y otros por cosas que son responsabilidad propia. Esto puede hacer que los miembros de la familia se sientan confundidos y culpables por cosas que no han hecho o que no son.
La culpa, la vergüenza, la envidia, la crítica... Son muy frecuentes en una familia narcisista
La culpa, la vergüenza, la envidia, la crítica… Son muy frecuentes en una familia narcisista

Efectos de una familia narcisista en las hijas e hijos

Los efectos de una familia narcisista en las y los descendientes suelen ser profundos y permanentes. Las criaturas de padres/madres narcisistas a menudo crecen con una sensación de que nunca son lo suficientemente buenas, y que su valor como personas está directamente relacionado con su capacidad de satisfacer las necesidades del padre/madre narcisista. Esto puede conllevar problemas emocionales graves (autoestima desajustada, problemas de autoconcepto, autosabotaje, estrés post traumático complejo…), enfermedades mentales (ansiedad, depresión, bipolaridad, trastorno límite de la personalidad, trastornos disociativos, trastorno de personalidad narcisista…), trastornos alimentarios, adicciones y, en casos extremos, incluso el suicidio.

Las criaturas de madres/padres narcisistas también pueden tener problemas para conformar relaciones interpersonales sanas. Esto se debe a que crecen en entornos en los que la manipulación y la ocultación de las propias emociones y sentimientos están a la orden del día. Esto puede generar una falta de confianza en las demás, una incapacidad para establecer relaciones profundas y significativas o una necesidad de agradar y satisfacer a la otra persona olvidándose de las propias necesidades.

Además, estos hijos e hijas a menudo presentan dificultades para establecer límites saludables. La causa es haberse desarrollado en un ambiente en el que sus necesidades y deseos han sido ignorados o descartados en favor de los deseos del padre/madre narcisista. Esto conlleva una falta de comprensión de la importancia de los límites personales y una incapacidad para decir «no» cuando es necesario. Es decir, hay muchas probabilidades de que, si has crecido en una familia narcisista, acabes cayendo en las redes de una pareja narcisista en la edad adulta e, incluso, que vayas enlazando una relación de abuso tras otra. Aunque, dependiendo del rol que te haya tocado dentro del clan familiar (leer Los roles en la familia narcisista. Cómo funcionan y qué consecuencias tienen), los hijos e hijas de una familia narcisista también pueden repetir patrones narcisistas de adultas.

¿Hay tratamiento para la familia narcisista?

Tratar con este tipo de familia disfuncional resulta un desafío emocional y psicológico importante. Los patrones disfuncionales de comportamiento y comunicación que se generan en una familia narcisista suelen tener un impacto hondo y duradero en la vida de los hijos e hijas y de otros miembros de la familia. Aunque la persona con trastorno de personalidad narcisista no va a cambiar, hay opciones de tratamiento efectivo para las víctimas de uno o varias familiares narcisistas. Aquí te presento brevemente algunas de estas alternativas:

  • Terapia familiar

Una de las opciones para trabajar el problema es la terapia familiar. En ella los integrantes deben trabajar juntos para identificar y abordar los patrones disfuncionales de comunicación y comportamiento que están contribuyendo a la dinámica narcisista en la familia. Las terapeutas familiares pueden ayudar a los y las familiares a aprender nuevas habilidades de comunicación y resolución de conflictos, y pueden guiarlas en la creación de un ambiente de apoyo y comprensión mutua.

La terapia familiar también puede ser útil para ayudar a los miembros del clan familiar a comprender las causas subyacentes del comportamiento narcisista del padre/madre. A menudo, el trastorno de personalidad narcisista se desarrolla como resultado de experiencias traumáticas o dolorosas en la infancia. No se trata de justificar o disculpar a la persona narcisista, sino de entender.

El mayor hándicap en este tipo de terapia es que la persona narcisista raramente reconoce tener un problema ni ser la causante de los problemas de las demás personas. Para ella son los otros individuos los que tienen una dificultad, por lo que es casi imposible que pretenda cambiar o mejorar de forma consciente y sincera. No es que desaconseje totalmente esta estrategia de afrontamiento, pero debido a la naturaleza misma del narcisismo patológico no suele ser una opción recomendable en la mayoría de las situaciones. Como todo en la vida, dependerá de cada caso particular.

Es importante hacer terapia para sanar las heridas de la infancia y los efectos del abuso narcisista
Es importante hacer terapia para sanar las heridas de la infancia y los efectos del abuso narcisista
  • Terapia individual

La terapia individual con una especialista cualificada es realmente útil y necesaria para aquellas personas que han sufrido los efectos de una familia narcisista. Un terapeuta puede ayudar a la persona a procesar y trabajar a través de los efectos emocionales y psicológicos que ha experimentado como resultado de la dinámica narcisista en la familia. La terapia contribuye a desarrollar habilidades de afrontamiento y resiliencia para hacer frente de manera adecuada a todo tipo de situaciones susceptibles de ser problemáticas en el futuro. Trabajar en terapia también contribuye a la sanación de las heridas emocionales de infancia que ha causado la persona narcisista y ayuda a los miembros de la familia a entender y superar los patrones disfuncionales.

  • Establecer límites saludables

Establecer límites saludables es fundamental para tratar con un familiar narcisista. Los miembros de la familia afectados por el comportamiento narcisista deben aprender a establecer límites claros y firmes en su relación con la persona narcisista. Éstos pueden incluir establecer límites en el tiempo que se pasa con el familiar narcisista, negarse a participar en comportamientos que son dañinos o perjudiciales y aprender a decir «no» de manera efectiva.

Evidentemente en muchos casos el contacto cero es la única estrategia sana posible. Es decir, cortar de raíz cualquier tipo de comunicación con la persona abusiva para siempre. Pero me parece importante señalar que establecer límites saludables no tiene por qué significar en todos los casos cortar completamente las relaciones con la persona narcisista. Se trata más bien de establecer pautas saludables que permitan a la persona proteger su propia salud emocional y psicológica, mientras mantiene una relación limitada pero sana con su familiar narcisista. Una buena terapeuta nos puede guiar en este sentido.

  • Buscar apoyo externo

Buscar apoyo externo es importante para quienes están tratando de lidiar con una familia narcisista. Esto puede incluir conectarse con amigas cercanas, familiares y otros miembros de la comunidad que puedan ofrecer apoyo emocional y comprensión. Asimismo, puede incluir la búsqueda de grupos de apoyo.

Hay grupos de apoyo en línea y en persona que están diseñados específicamente para víctimas de familias narcisistas. Estos grupos pueden proporcionar un espacio seguro y de ayuda para que las personas compartan sus experiencias y se conecten con otras que están pasando por lo mismo. También pueden ofrecer información y recursos útiles sobre cómo enfrentarse a esta situación.

Buscar apoyo externo no significa que la persona sea débil o incapaz de manejar la situación por sí misma. De hecho, buscar ayuda es un signo de fortaleza, de conocimiento y reconocimiento de los propios límites. Además, tener una red de apoyo externo puede ayudar a las personas a sentirse menos aisladas y solas en su lucha contra el abuso narcisista.

  • Practicar el autocuidado

El autocuidado es fundamental para las víctimas de este tipo de abuso. Si tú eres víctima de una persona narcisista, puedes experimentar altos niveles de estrés, ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental. Por lo tanto, es importante que te tomes el tiempo y el espacio para cuidar de ti misma.

El autocuidado incluye una larga lista de actividades, como pueden ser: hacer ejercicio regularmente, meditar, practicar técnicas de relajación, tener un hobby o actividad que realmente disfrutes, dormir lo suficiente, comer saludablemente y buscar ayuda profesional si es necesario. Preocuparse y ocuparse en una misma es fundamental para sanar las heridas emocionales y permitirse continuar hacia adelante sin dejar que la persona abusiva, la rumiación y la rabia dominen todos los aspectos de la vida.

El autocuidado es fundamental para las víctimas de cualquier tipo de abuso
El autocuidado es fundamental para las víctimas de cualquier tipo de abuso

En resumen, tratar con una familia narcisista es un reto importante. Aunque la persona narcisista patológica no va a dejar de serlo, hay grandes esperanzas para las víctimas del abuso narcisista. La terapia familiar y sobre todo la individual puede ser útil, al igual que establecer límites saludables, buscar apoyo externo y practicar el autocuidado. Al tomar medidas para abordar la dinámica familiar disfuncional, las personas pueden comenzar a sanar y avanzar hacia una vida más saludable y equilibrada.

https://psicologiaymente.com/social/familias-narcisistas

https://lamenteesmaravillosa.com/familias-narcisistas-vacio-una-afectividad-sana/

https://lamenteesmaravillosa.com/crianza-narcisista-como-afecta-hijos/

https://www.psychologytoday.com/es/blog/las-12-reglas-disfuncionales-de-la-familia-narcisista

Iñaki Piñuel. 2020. Familia Zero. Cómo sobrevivir a los psicópatas en familia. Madrid, España. La esfera de libros

Karyl Mc Bride. 2013. Madres que no saben amar. Nueva York, EEUU. Ediciones Urano

Karyl Mc Bride. 2018. Mi mamá no me mima. Cómo superar las secuelas provocadas por una madre narcisista. Nueva York, EEUU. Editorial Books4pocket

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Eva H. Hernanz

Madrid

mamaevapsicopedagoga@gmail.com

Publicado en Educación, Maternidad y crianza, Psicología, Psicopedagogía

Empatía, un arma muy poderosa

Sabemos que la empatía (ver Empatía y ecpatía, los dos pesos de una misma balanza), la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona, de sintonizar con ella y comprender cómo se siente, es una cualidad positiva que es importantísimo fomentar en nuestras niñas y niños.

Pero, exactamente, ¿por qué es tan importante la empatía?

  1. Porque propicia un adecuado autoconocimiento y desarrollo personal.
  2. Porque es clave para establecer y mantener vínculos sanos con los demás.
  3. Porque potencia el carisma, las habilidades sociales y la inteligencia emocional.
  4. Porque mejora la comunicación.
  5. Porque ayuda a desarrollar una adecuada autoestima. (Puedes leer Autoestima y seguridad en la infancia. Elementos clave para un desarrollo sano.)
  6. Porque favorece la resiliencia, que es la capacidad para superar circunstancias adversas o perturbadoras.
  7. Porque ayuda a convertirse en personas confiables y que generan seguridad.
  8. Porque contribuye a la amabilidad, la tolerancia y la solidaridad.
  9. Porque es fundamental para prevenir el acoso escolar.
  10. En definitiva, porque conforma mejores personas.

Digamos que la mayoría de nosotras, de forma natural, poseemos empatía en mayor o menor medida, aunque ésta se puede (y debe) potenciar. Sin embargo, hay personas con niveles ínfimos de empatía e incluso ausencia de ésta. Los mayores exponentes de falta de empatía son el narcisismo patológico o la psicopatía. Los narcisistas estructurales y los psicópatas poseen rasgos característicos de los bullies o acosadores escolares, siendo el principal de estos rasgos la falta de empatía.

Una criatura empática no sólo NO será una acosadora o abusona, sino que tiene muchas más probabilidades de actuar en favor o defensa de la víctima de acoso escolar (bullying).

La empatía por quienes están en problemas es uno de los elementos de la moral universal.

William Damon
La empatía es clave para un adecuado desarrollo personal y social de la persona
La empatía es clave para un adecuado desarrollo personal y social de la persona

Básicamente, a más empatía, menos violencia (sea ésta del tipo que sea). Cuanta más empatía, mayor respeto, tolerancia y solidaridad con las demás personas.

A día de hoy resulta clave que esta cualidad positiva del ser humano, que poseemos muchas personas en mayor o menor medida, se siga fomentando. En el mundo individualista, competitivo y orientado sólo y exclusivamente hacia los resultados en el que vivimos, cada vez se incentiva menos la empatía. Y no es baladí que se premien valores propios del narcisismo. Cada día escuchamos más y más casos de abuso, maltrato, acoso escolar, violencias… Está claro que, como sociedad, algo estamos haciendo mal.

Por otro lado, quizá para contrarrestar los efectos de lo anterior, cada vez más centros educativos y profesionales intentan promover y desarrollar la empatía en niñas, niños y jóvenes, para prevenir y concienciar sobre esta lacra. La educación es primordial en la lucha contra cualquier tipo de violencia. Pero es evidente que no se está haciendo lo suficiente. Cada vez más jóvenes, esos en los que ponemos nuestras esperanzas de futuro, tienen una idea arcaica e intolerable de lo que debe ser una relación de pareja, en la que el machismo impregna sus pensamientos y discursos. ¿Por qué está ocurriendo esto? Es una buena cuestión para abordar en otro artículo. Por ahora nos ocuparemos de la promoción de un arma poderosa contra este mal: la empatía.

Cómo fomentar la empatía

Los niños y niñas empáticas serán adultas empáticas. Como madres y padres debemos favorecer la empatía en nuestros peques. Pero, ¿cómo podemos hacerlo?:

  • Predicando con el ejemplo. No me cansaré de repetirlo. Somos los que hacemos, no lo que decimos. Los niños aprenden mucho más de lo que hacemos que de lo que decimos. Si nuestras peques nos observan, por ejemplo, siendo habitualmente respetuosas con las personas o compasivas con alguien desfavorecido, con un animal herido, con alguien que está siendo humillado… Lo integrarán y repetirán esas conductas.
  • Expresando nuestros sentimientos de forma comprensible y asertiva.
  • Mostrándonos vulnerables algunas veces.
  • Pidiendo perdón cuando nos equivocamos con otras personas y con nuestros propios hijos e hijas.
  • Favoreciendo que se responsabilicen de sus acciones, tanto buenas como malas.
  • Conversando mucho con ellas, explicándoles cómo se siente alguien ante tal o cual situación, preguntándoles cómo se sentirían ellas y practicando la escucha activa…
  • Ayudándoles a identificar y regular sus emociones (rabia, miedo, alegría, enfado…) y mostrándoles nuestro apoyo ante las mismas sin juzgarles.
  • Interesándonos por sus sentimientos, validándolos y consolándoles cuando estén tristes.
  • Practicando la solidaridad en sus múltiples formas.
  • Leyendo cuentos, asistiendo a exposiciones, espectáculos y visionando películas o documentales que nos ayuden a trabajar diferentes valores.
  • Etc.

Favorecen la empatía: el respeto, la compasión, el esfuerzo, la tolerancia, las habilidades sociales y la escucha activa, la asertividad, los valores éticos y morales, la lealtad, la paciencia, la aceptación y la tolerancia a la frustración, el trabajo en equipo y las actitudes colaborativas.

Somos criaturas sociales. Nuestra supervivencia depende de entender las acciones, intenciones y emociones de los demás. Las neuronas espejo nos permiten entender la mente de los demás, no sólo a través de un razonamiento conceptual sino mediante la simulación directa. Sintiendo, no pensando.

Giacomo Rizzolatti
La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona, sintonizar con ella y comprender cómo siente
La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona, sintonizar con ella y comprender cómo siente

Por otro lado, hay ciertas actitudes que debemos vigilar y no fomentar en la infancia, o no hacerlo en exceso, pues pueden llevar a las criaturas al lado opuesto de la empatía. Además, esas actitudes negativas, acompañadas de otras peculiaridades, pueden conllevar efectos desastrosos para su futuro. Por ejemplo:

  • La competitividad sana puede ser divertida y fomentar el esfuerzo y el afán de superación individual, pero si traspasa unos límites deja de ser positiva.
  • Cierta individualidad es necesaria para ayudar a desarrollar la autonomía, pero llevada al extremo nos convierte en personas antisociales, apáticas, insolidarias y, por tanto, nada empáticas.
  • ¿Quién no ha mentido alguna vez? En ocasiones incluso una mentira nos ha sacado de un apuro. Pero usar la mentira con frecuencia o pasarse la vida haciéndolo es otro tema.
  • Se suele apreciar a las y los jefes que desprenden cierta autoridad (aunque personalmente opino que hay mejores formas de ejercer la jefatura). Pero si esas muestras de autoridad son excesivas y se presentan incluso de manera agresiva, nos resulta muy desagradable.

Nos alejan de la empatía: el egoísmo, el individualismo, el odio, la falta de autocontrol, la envidia, la agresividad, la venganza, la arrogancia, la mentira, la inmediatez, la competitividad y la impaciencia.

Una criatura empática tiene muchas más probabilidades de actuar en defensa de la víctima de bullying
Una criatura empática tiene muchas más probabilidades de actuar en defensa de la víctima de bullying

Después de todo lo anteriormente expuesto, queda patente que la empatía resulta tan valiosa como primordial para un adecuado desarrollo personal y social. Está en nuestras manos ayudar a nuestros hijos e hijas a convertirse en mejores personas. Os dejo una frase de la psicóloga Tere Rosales Serje, que recoge muy bien la importancia de la empatía:

La empatía es la piedra angular del amor que sostiene lo que sentimos y nos permite sentir lo que el otro siente y compartirnos desde el corazón en un solo latir. El Amor es un arte, ya que es movido por la energía creativa al servicio de la comprensión, compasión y la reconciliación, nos abre a espacios de sensibilidad, bondad, entrega y nos impulsa a cuidar, contener, apoyar, nutrir, acompañar… Todas estas funciones parentales y relacionales que nos conectan para crecer y fluir sanamente.

Tere Rosales Serje

https://psicologiaymente.com/psicologia/empatia

https://lamenteesmaravillosa.com/el-arte-de-comprender-emociones-la-empatia/

https://lamenteesmaravillosa.com/el-maravilloso-cerebro-emocional-de-las-personas-con-alta-sensibilidad-pas/

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Eva H. Hernanz

Madrid

mamaevapsicopedagoga@gmail.com