Publicado en Abuso narcisista, Maternidad y crianza, Psicología

El impacto de los entornos disfuncionales en la infancia: una mirada desde el método PARCUVE

Cuando una criatura crece en un entorno disfuncional marcado por los abusos, la negligencia o algún tipo de maltrato, incluido el abandono emocional, su cerebro y personalidad se ven profundamente afectados. Desde una edad temprana, la niña o niño estará en un constante estado de alerta y ansiedad. Su sistema nervioso se moldeará en función del peligro, y su forma de relacionarse con el mundo quedará condicionada por la necesidad de supervivencia. Este estado de alerta continuado afecta el desarrollo de estructuras cerebrales como la amígdala, el hipocampo y la corteza prefrontal, generando dificultades en la regulación emocional, la memoria y la toma de decisiones.

Sabemos que separarte de la persona abusiva es un paso indispensable para procuraros a tus criaturas y a ti una vida más equilibrada y sana y es el primer paso para tu recuperación. Pero no nos engañemos, no es la panacea. Desgraciadamente, tienes que seguir lidiando con esa persona y muchas veces no te lo pondrá nada fácil (por decirlo muy finamente), lo cual repercutirá directamente en vuestros hijos e hijas.

No te comparto esta información para asustarte ni para añadir más preocupación a tu vida, sino para que comprendas lo que quizá te ocurrió a ti en la infancia y lo que podría ocurrirles a tus criaturas. De esta forma conocerás qué es lo que tienes que observar y podrás estar atenta para detectar posibles señales de alerta. Piensa que cuanto más temprana sea la intervención, más probabilidades de éxito tendrá.

Siguiendo el método PARCUVE, podemos comprender las dos principales respuestas de la criatura ante un entorno que no cuida de ella ni satisface sus necesidades básicas de amor y seguridad.

1. La desconexión emocional (apego evitativo)

Cuando las figuras de apego son agresivas, abusadoras o muy negligentes, el niño o niña se ve abligada a separarse emocionalmente de ellas para no sufrir. En este caso, la criatura sufre una sobremaduración de la psique, lo que le lleva a desarrollar un apego evitativo. El pequeño construye un falso yo evitativo, que internaliza sentimientos de odio y rabia como parte de su forma de ser. La criatura resuelve su dolor evitando la conexión consigo misma y con los demás.

🔹 Consecuencias a nivel de personalidad:

  • Desarrollo de un falso yo autosuficiente y aparentemente independiente
  • Dificultad para expresar emociones o identificarlas en sí misma y en los demás
  • Imposibilidad de conectar emocionalmente con otras personas
  • Temor a la intimidad y al compromiso en las relaciones
  • Tendencia a minimizar la importancia de los vínculos afectivos
  • Sensación constante de vacío o desconexión interna
  • Racionalización excesiva y evitación de conflictos emocionales

A partir de la adolescencia y en la edad adulta, hay mayor probabilidad de que la persona desarrolle alguna de estas patologías: THP (Trastorno Histriónico de la Personalidad), Trastorno Esquizoide de la Personalidad, Trastorno Evitativo de la Personalidad, TOCP (TrastornoObsesivo-Compulsivo de la Personalidad) o Psicopatía.

2. La fusión emocional (apego ansioso)

En otros casos, la criatura no soporta el malestar pero a la vez no puede separarase de sus cuidadores, por lo que se da una equivalencia psíquica, es decir, se fusiona con ellos para no sentirse abandonada. En este caso, decimos que desarrolla un apego ansioso. Aquí encontramos dos formas de expresar la rabia:

A. Rabia hacia sí misma: el falso yo complaciente

Al no sentir atendidas sus necesidades, la criatura interpreta que el problema está en ella: «Si no me ven, me cuidan o me protegen es porque hay algo malo en mí. Soy defectuosa o insuficiente.» Esto genera sentimientos de culpa y vergüenza, que la llevan a evitar la conexión con su yo real. En su lugar, construye un falso yo complaciente, diseñado para amoldarse a los deseos del entorno con la esperanza de ser aceptada. La rabia queda reprimida, pudiendo salir sólo en ciertos momentos de forma incontrolada o poco adaptativa.

🔹 Consecuencias a nivel de personalidad:                              

  • Desarrollo de un falso yo frágil y dependiente
  • Tendencia a la sumisión y al autosacrificio
  • Dificultad para establecer límites
  • Miedo al rechazo y necesidad excesiva de aprobación
  • Baja autoestima
  • Tendencia a la autoexigencia extrema
  • En el fondo, la persona no sabe quién ni cómo es

A partir de la adolescencia y en la edad adulta, hay mayor probabilidad de que la criatura desarrolle alguno de estos trastornos de personalidad: Trastorno Dependiente de la Personalidad o TLP* (Trastorno Límite de la Personalidad). Además, esta persona es carne de cañón para las personalidades abusivas y es muy probable que establezca relaciones de pareja tóxicas. 

Al no sentir atendidas sus necesidades, la criatura sentirá rabia hacia sí misma o hacia las demás personas

La criatura maltratada puede interpretar: «Si no me ven, me cuidan o me protegen es porque hay algo malo en mí«

B. Rabia hacia los demás: el falso yo controlador

Al no sentir atendidas sus necesidades, la criatura percibe que el peligro está en los otros: «Quien debería cuidarme es una amenaza. Ergo, nadie es de fiar.» Como estrategia de supervivencia, evita la conexión con el entorno y desarrolla un falso yo agresivo y controlador. Su necesidad de protegerse del abandono lo lleva a fingir interés por las personas de forma interesada, sólo cuando le conviene. La parte vulnerable y frágil queda reprimida porque su afloramiento significaría enfrentarse a un dolor demasiado insoportable, que supondría el fin de esa persona.

🔹 Consecuencias a nivel de personalidad:

  • Desarrollo de un falso yo dominante y manipulador
  • Baja autoestima compensada por un falso yo engrandecido
  • Represión profunda de la parte vulnerable y frágil de la personalidad
  • Dificultad para conectar emocionalmente con los demás
  • Tendencia a culpar a otras personas o a factores externos y a evitar la responsabilidad emocional
  • Búsqueda constante de validación
  • Tendencia a explotar o manipular a los demás
  • Tendencia a la mimetización con otras personas
  • Incapacidad de forjar una genuina y auténtica personalidad

A partir de la adolescencia y en la edad adulta, hay mayor probabilidad de que la persona sea una maltratadora, desarrollando un TNP (Trastorno Narcisista de la Personalidad) o también TLP* (Trastorno Límite de la Personalidad).

*La persona con TLP oscilaría entre rabia a sí misma y rabia a hacia las demás.

La criatura maltratada puede interpretar: "Quien debería cuidarme es una amenaza. Ergo, nadie es de fiar"

La criatura maltratada puede interpretar: «Quien debería cuidarme es una amenaza. Ergo, nadie es de fiar«

Señales de alarma tempranas

Estos son algunos indicadores que podrían sugerir que tu pequeña o pequeño está experimentando las secuelas de una relación familiar disfuncional. Por sí solos, no representan una señal definitiva, pero si notas uno o varios de ellos, es recomendable acudir a una especialista para evaluar la situación y descartar otras posibles causas:

  • Falta de juego simbólico (2-4 años) o de juego social (4-12 años)
  • Mutismo selectivo (2-4 años)
  • Angustia extrema ante la separación (apego ansioso, 2-4 años)
  • Excesiva independencia (apego evitativo, 2-4 años)
  • Problemas de atención y dificultades para concentrarse
  • Hiperactividad
  • TDAH de Alto Rendimiento (niños que compensan su hiperactividad con un alto nivel intelectual)
  • Fobia escolar y miedo a la desaprobación
  • Dificultad para expresar emociones u opiniones
  • Problemas de autorregulación emocional e impulsividad
  • Baja tolerancia a la frustración
  • Juego agresivo o destructivo
  • Trastorno Negativista Desafiante: oposición persistente a figuras de autoridad
  • Expresión de agresividad sin motivo aparente
  • Falta o ausencia de empatía en las interacciones con otras menores
  • Conductas de intimidación o manipulación hacia compañeros
  • Tendencia a mentir o exagerar para conseguir lo que desea

Impacto a largo plazo: patologías y trastornos en la adolescencia y adultez

A medida que la criatura crece, estas estrategias de supervivencia pueden cristalizarse en diversas patologías y trastornos, incluyendo:

🔻 Trastornos de conducta (formas disfuncionales de gestionar la ansiedad):

  • Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) (anorexia, bulimia, trastorno por atracón…)
  • Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC)
  • Adicciones (alcohol, drogas, tecnología, relaciones tóxicas…)
  • Autoexigencia extrema con estrés crónico
  • Conductas autolesivas y suicidas

🔻 Trastornos de personalidad (formas disfuncionales de defensa):

🔻 Fobias y trastornos de ansiedad (respuestas desadaptativas del sistema nervioso ante el miedo a siuaciones de las que siente que no puede escapar):

  • Tripanofobia (miedo a las agujas, las inyecciones y los pinchazos)
  • Amaxofobia (miedo a conducir)
  • Aerofobia (miedo a volar en avión) (puede ser una fobia en sí o una manifestación de acrofobia)
  • Acrofobia (miedo a las alturas)
  • Agorafobia (miedo a los espacios abiertos o las multitudes)
  • Claustrofobia (miedo a los espacios cerrados)

🔻 Enfermedades físicas relacionadas con el estrés crónico (manifestaciones psicosomáticas del trauma):

  • Metabólicas: obesidad, diabetes
  • Sistema inmunológico: mayor vulnerabilidad a virus y bacterias, enfermedades autoinmunes
  • Gastrointestinales: úlceras gástricas, colitis, gastritis crónica
  • Cardiovasculares: hipertensión, enfermedades del corazón
  • Trastornos hormonales relacionados con el cortisol elevado

🔻 Trastornos emocionales y somatización (expresiones físicas del sufrimiento):

Consejos para sobrevivientes: cómo prevenir en tus criaturas

Criar a unas criaturas siendo sobreviviente de abuso puede resultar un gran reto, pero también una oportunidad de romper con patrones dañinos. Debes esforzarte en generar un ambiente de seguridad y apoyo emocional que les permita crecer con confianza y equilibrio. Además, seguramente tendrás que hacer un doble esfuerzo para compensar la influencia negativa de la «no-crianza» de la otra parte. Sé que, dadas las circunstancias, todo esto puede ser muy complicado y aterrador. Por eso, te dejo unos ítems que puedes usar a modo de guía. Ten en cuenta que en mi acompañamiento trabajamos todo esto de manera muchísimo más amplia y ajustada a vuestras propias circunstancias:

  • Demostrar que tu amor es incondicional: transmitirles que los quieres tal como son, sin intentar cambiarles, independientemente de lo que hagan o cómo se comporten. El amor incondicional es la base de todo.
  • Fomentar un entorno seguro: hacerles sentir que están protegidas y en un espacio donde pueden expresar sus emociones sin miedo al juicio ni al castigo.
  • Promover una comunicación abierta y honesta: crear un ambiente en el que los pequeños se sientan cómodos compartiendo sus preocupaciones y pensamientos sin miedo al juicio o a la reprimenda.
  • Establecer rutinas y límites sanos: proporcionar estabilidad y estructura para que las criaturas puedan sentirse seguras. Esto es fundamental.
  • Enseñar habilidades de regulación emocional: ayudarles a identificar y gestionar sus emociones de manera saludable.
  • Reforzar la autoestima y la autoconfianza: valorar sus logros, por pequeños que sean y fomentar la autonomía en todas las áreas, incluida la toma de decisiones.
  • Favorecer el juego y la creatividad. El juego es una vía terapéutica para procesar emociones y mejorar la resiliencia infantil.
  • No hablar mal del abusador, pero tampoco encubrirlo: no insultarlo y mucho menos difamarlo delante de las criaturas, lo que no implica ocultar o mentir sobre su mal comportamiento. Entender la realidad de forma distorsionada es perjudicial para las niñas y niños y para vuestra relación.
  • Ser un ejemplo de honestidad, sinceridad y responsabilidad.
  • Decirles siempre la verdad: no mentirles ni ocultarles la verdad, pero siempre adaptada a su nivel de entendimiento y etapa madurativa.
  • Educarse sobre apego y trauma. Comprender cómo el trauma infantil influye en el desarrollo, ayudará a evitar patrones de crianza dañinos.
  • Buscar apoyo profesional: la terapia es clave en la prevención de problemas más graves en la adultez.
  • Cuidarte a ti misma: una madre emocionalmente estable y con herramientas adecuadas es el pilar fundamental para el bienestar de sus criaturas.

Conclusión: la importancia de una intervención temprana

El impacto de crecer en un entorno disfuncional es profundo y duradero, pero no irreversible. La identificación temprana de las señales y el acceso a un entorno seguro y terapéutico pueden ayudar a la criatura a desarrollar una identidad sana y relaciones seguras en la adultez.

Es crucial que las madres que han sido víctimas de abuso narcisista o psicopático sean conscientes de cómo esta dinámica puede afectar a sus hijos e hijas. Sanar la relación con una misma es el primer paso para ofrecerles a las criaturas una crianza basada en la seguridad, la conexión y el amor incondicional.

Si quieres más información sobre cómo ayudar a tus pequeños a sanar y crecer en un entorno emocionalmente saludable, sigue explorando mi blog o contáctame para acompañarte en este camino. Si tú quieres, no estarás sola.

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Bessel van der Kolk. 2023. El cuerpo lleva la cuenta. Sitges. Editorial Eleftheria S.L.

Manuel Hernández Pacheco. 2020. Apego, disociación y Trauma. Trabajo Práctico con El Modelo Parcuve. Bilbao. Editorial Desclée de Brouwer

Beatriz Cazurro. 2023. Los niños que fuimos, los padres que somos. Barcelona. Editorial
Booket

Jasmin Lee Cori. 2023.La madre emocionalmente ausente. España. Editorial Sirio

Marta Martínez Novoa. 2024. El síndrome de la chica buena. Barcelona. Editorial Zenith

Peter A. Levine. 2021. Sanar el trauma. Móstoles, Madrid. Gaia Ediciones

Joyanna L. Silberg. 2019. El niño superviviente. Curar el trauma del desarrollo y la disociación. Bilbao. Editorial Desclée de Brouwer

Manuel Hernández Pacheco. 2017. Apego y psicopatología: la ansiedad y su origen. Conceptualización y tratamiento de patologías relacionadas con la ansiedad desde una perspectiva integradora. Bilbao. Editorial Desclée de Brouwer

https://continuum.aeped.es/screens/play/285

https://psicologiaalcala.es/3-factores-que-favorecen-el-tdah-en-ninos

https://www.aepnya.eu/index.php/revistaaepnya/article/view/860/794

Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

contacta@mamaevapsicopedagoga.com

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Isa Pi, el clan Pantoja y las familias narcisistas

Isa Pantoja ha vivido gran parte de su vida bajo el escrutinio público, marcada por las polémicas y conflictos familiares que han trascendido a los medios durante años. Sin embargo, detrás de los titulares, existe una historia de dolor emocional y supuesta violencia familiar. En el centro de esta trama se encuentra la figura de su madre, la cantante Isabel Pantoja, cuya influencia ha condicionado la vida de Isa desde su infancia. A través de dinámicas de control, triangulaciones y humillaciones, Isa ha enfrentado un entorno familiar tóxico que ha dejado una huella profunda en su bienestar emocional y, con toda probabilidad, en su propia identidad.

El pasado viernes 18 de octubre, Isa Pi acudió a un programa de televisión en prime time para hablar de la dura decisión que ha tomado respecto a su familia, tras llevar padeciendo por largo tiempo la indiferencia más pura por parte de sus familiares y, más concretamente, de su propia madre.

Existe, pero es como si me hubiese quedado huérfana de nuevo. Ya no la espero en ningún momento de mi vida.

Isa Pantoja

La adopción de Isa: ¿un acto de amor o de narcisismo?

Un aspecto crucial en la historia de Isa es su propia adopción, la cual, lejos de un acto altruista o maternal desinteresado, podría interpretarse como un acto egoísta y de triangulación dentro de las dinámicas familiares. En ese momento su hijo, Kiko Rivera, le podría estar dando problemas, y la adopción de Isa podría haber sido un mecanismo para distraer o redirigir sus emociones.

Las personas narcisistas suelen usar a los hijos e hijas como extensiones de sí mismas y, en este caso, la adopción de Chabelita podría haber sido una manera para Isabel de llenar un vacío emocional y obtener validación social en un momento complicado. Además, esta decisión también podría haber sido parte de una triangulación emocional en la que Isabel posicionara a Isa Pi como una nueva fuente de atención y afecto, restándole poder emocional a su hermano Agustín.

Teniendo en cuenta lo anterior, Chabelita podría haber entrado en la familia no sólo como hija adoptiva, sino como una pieza dentro de un juego más amplio de dinámicas de control y poder, lo que desde el principio condicionó su relación familiar.

En estos días se han ido sucediendo los testimonios y opiniones de personajes públicos sobre este asunto. Algunos que vendrían a apoyar lo que acabo de exponer, serían el de Xavier Sardá o Susana Díaz, que comparto a continuación.

Un capricho, adopciones que son un capricho, momentáneo, de aquel momento, y luego no saben qué hacer con la criatura.

Xavier Sardá

Hay miles de familias que llevan años esperando poder adoptar, algunos han adoptado muy rapidito. Y este tipo de cosas hacen daño a los niños que están esperando para ser adoptados y a las familias que están locas por entregarse en el cariño a esos niños. Adoptar no es comprarte un perrito.

Susana Díaz

Isa Pantoja, de pequeña, con su madre por las calles de Marbella (Gtres)
Isa Pantoja, de pequeña, con su madre por las calles de Marbella (Gtres)

El posible narcisismo familiar y el favoritismo

Una de las características más evidentes en la relación de Isa con su madre son las conductas narcisistas maternas y la práctica constante del favoritismo entre el hijo y la hija (o entre los hijos y la sobrina). En este tipo de dinámicas familiares, es común la continua presencia de un «niño dorado» y una «oveja negra». Aunque los roles pueden alternarse, y a buen seguro lo han hecho según el momento vital, Isa ha ocupado gran parte del tiempo el papel de la oveja negra, mientras que su hermano Kiko fue «favorecido» como el niño dorado de Isabel Pantoja.

He estado en el hospital y no ha venido a verme. Y al otro sí… ¡que la ha puesto a caer de…!

Isa Pantoja

La misma Isa Pi ha relatado en el programa del viernes cómo su madre parecía estar más orgullosa de ella que de Kiko en aquellos momentos en los que Isa cumplía con sus expectativas, como cuando mostraba sus habilidades artísticas, sacaba buenas notas y no causaba problemas. Sin embargo, este afecto era condicional: dependía de si Isa satisfacía las necesidades y deseos de su madre, una característica clásica del comportamiento narcisista. El amor y la validación estaban sujetos a la obediencia y al cumplimiento de las expectativas maternas, en lugar de ser incondicionales. En cuanto Isa creció y comenzó a causar problemas, la cosa cambió mucho…

Isabel Pantoja con su hija y con su hijo (Gtres)
Isabel Pantoja con su hija y su hijo en la televisión (Gtres)

La triangulación familiar: Isa, Kiko y Anabel

De igual manera, el clan Pantoja mostró siempre un favoritismo claro y dolorosamente evidente hacia Kiko. Kiko siempre recibió validación como miembro de la familia, mientras que Isa era relegada a un segundo plano, como si no perteneciera del todo. Isa ha relatado episodios en los que vivió y escuchó comentarios humillantes que reflejaban este trato discriminatorio.

El viernes Isa contó un duro episodio que viene a ejemplificar lo anterior. Estando un día en Cantora el hijo mayor de Paquirrín y Albertito, hijo de Isa, Kiko preguntó si los niños estaban ya despiertos y Doña Ana, madre de la Pantoja, respondía: «¿El nuestro o el otro?» Este trato vejatorio no sólo disminuye el valor de Isa como miembro de la familia, sino que contribuye a la alienación emocional, creando una sensación de rechazo y exclusión.

La triangulación también ha sido evidente en la relación de Isabel madre con Anabel Pantoja, la prima de Isa y Kiko, que ha ocupado un lugar privilegiado en el corazón de Isabel. A lo largo de los años, se ha percibido que Anabel es el «ojo derecho» de Isabel Pantoja. Al ser vista como una extensión más controlable y fiel de Isabel, Anabel ha sido confidente y apoyo incondicional y ha gozado de un afecto especial por parte de la tonadillera. Esta cercanía ha generado tensiones con Isa y Kiko, quienes en diversas ocasiones han sentido que su prima era más valorada y apreciada por la Pantoja que ellos mismos.

Isabel Pantoja con su sobrina Anabel (Instagram)
Isabel Pantoja con su sobrina Anabel (Instagram)

Castigos de silencio

Además, Isa fue ignorada y silenciada durante largos períodos. Un ejemplo lo tenemos cuando su tío Agustín dejó de hablarle durante 9 meses cuando ella apenas atenía 10 años, por un motivo trivial como fue su deseo de dormir con el perro de su madre. La familia no sólo permitió esta indiferencia, sino que la perpetuó. Isabel Pantoja, en lugar de intervenir y proteger a su hija, le pidió a Isa que fuera ella quien tomara el primer paso para reconciliarse, invalidando sus emociones y reforzando el mensaje de que el resto de la familia siempre era más importante.

Cuando había discusiones no íbamos a pedirnos perdón, simplemente hablábamos un día tan normal.

Isa Pantoja

El descubrimiento de la adopción: un secreto mal guardado

El episodio en el que Isa se entera de que es adoptada es un punto de inflexión en su vida. Y el modo en que su madre manejó la situación refleja su incapacidad para tratar a Isa con la transparencia y respeto que merecía. Isa descubrió que era adoptada no por su madre, sino por una compañera de clase, lo que fue un golpe emocional inesperado y devastador para ella.

Cuando Isa, confundida y dolida, le preguntó a su madre sobre su adopción, ésta no abordó la situación con sinceridad y madurez, sino que Isabel Pantoja recurrió a la fantasía. En lugar de contarle los hechos de manera clara y directa, su madre le relató una historia que comenzaba con: «Había una vez una niña…«, como si Isa estuviera escuchando un cuento de hadas en lugar de conociendo la verdad sobre sus orígenes.

El intento de suavizar o evitar la realidad con una narrativa ficticia refleja la personalidad de la Pantoja, quien parece evitar el conflicto directo o cualquier situación que pueda amenazar la imagen que quiere proyectar. Esta falta de honestidad y claridad deja patente una incapacidad para enfrentar la verdad. Además, reforzaría la idea de que sus relaciones más íntimas y cercanas estarían marcadas por una falta de autenticidad y una profunda incapacidad para lidiar con los temas emocionales de manera adecuada. Todo lo cual es propio de las personalidades narcisistas que, además, suelen utilizar el secretismo como arma y sello distintivo.

Isa con su madre y Julián Muñoz en El Rocío (Gtres)
Isa con su madre y Julián Muñoz en El Rocío (Gtres)

El esfuerzo por ser válida: el circo emocional de Isa

Seguramente de forma inconsciente, desde temprana edad, Chabelita intentó ganarse el amor y la atención de su madre a través de esfuerzos constantes por agradarla. Relata cómo, cuando su madre regresaba a casa tras las giras, la agasajaba con todo tipo de actuaciones para ser vista y apreciada: cantaba, bailaba, tocaba instrumentos, actuaba… Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, no recibió la validación incondicional que tanto anhelaba. Su madre la apreciaba cuando cumplía con sus deseos, pero no la defendía ni la protegía en momentos de conflicto o maltrato por parte de otros miembros de la familia.

Cuando en la entrevista se le pregunta a Isa sobre sus momentos felices en la infancia, sus recuerdos se centran en los paseos que daba con su madre por Cantora y en las exhibiciones de habilidades y talentos que intentaba mostrarle. Isa insiste en que nunca le faltó nada, pero por «nada» se refiere a lo material. Sin embargo, no logra evocar momentos de complicidad, amor o cariño genuino. Esto sugiere una distorsión de lo que debería ser el amor y el afecto, donde los recuerdos «bonitos» son en realidad intentos fallidos de captar la atención y el cariño de una madre ausente. Esta falta de afecto auténtico ha debido marcar profundamente su vida emocional, dejándola con la sensación de que el amor materno era un premio a alcanzar, no un derecho innato.

Nunca voy a decir que es mala madre, porque me ha dado mucho, pero me han faltado cosas sentimentales. Materialmente lo he tenido todo, pero me ha faltado complicidad y acercamiento.

Isa Pantoja

La cuidadora Dulce y la dinámica familiar

Un aspecto revelador de la infancia de Isa es el papel de Dulce, su cuidadora, quien asumió las responsabilidades de crianza y disciplina. Dulce era quien ejercía el papel de «poli malo», preocupándose por los deberes, poniendo normas, límites y educando a Isa. En otras palabras, Dulce es quien ejercía de madre a todos los efectos. Por otro lado, Isabel Pantoja se presentaba como el «poli bueno», buscando deleitarse en las actuaciones y «monerías» de su hija cuando regresaba a casa, llevándole multitud de regalos y presumiendo de sus buenas notas y talentos. Este contraste entre las dos figuras maternas, seguramente habrá creado una disonancia en la percepción de la maternidad en la vida de Isa Pi.

Isa por la calle junto a su madre y su cuidadora, Dulce (Gtres)
Isa por la calle junto a su madre y su cuidadora, Dulce (Gtres)

El fuerte control disfrazado de protección

A lo largo de su vida, parece ser que Isa ha vivido bajo una excesiva sobreprotección por parte de su madre, quien ha disfrazado su férreo control de preocupación y protección, creando un entorno asfixiante que impidió a Isa desarrollarse con libertad y autonomía. Aunque el control fue presentado como un acto de cuidado, en realidad, lo que Isabel Pantoja ejercía sobre su hija era un mecanismo más de dominio y supervisión total, bajo la apariencia de «cuidar su bienestar».

Isa ha relatado que en su juventud no se sintió libre, debido al estricto control que su madre ejercía sobre ella, limitando sus movimientos, decisiones y relaciones. Este entorno, paradójicamente, contribuyó a que Isa tomara decisiones que cambiarían su vida radicalmente, quedándose embarazada a los 18 años.

El control disfrazado de protección es típico en madres con tendencias narcisistas, que intentan presentar su dominación como una muestra de afecto y preocupación, cuando en realidad se trata de una manera de mantener el poder sobre sus hijas e hijos y asegurarse de que dependan de ellas emocional y físicamente.

El control sobre la sexualidad de Isa: abuso y humillación

Dos de los episodios más perturbadores de la vida de Isa en relación con su familia giran en torno al control abusivo que su madre y su hermano ejercieron sobre su sexualidad.

El primer episodio se dio cuando Kiko Rivera llevó a su hermana al ginecólogo, parece ser que por petición de Isabel Pantoja, para verificar si había perdido la virginidad. Este acto no sólo es un atentado contra la privacidad y autonomía de la joven, sino también una manifestación del control extremo y coercitivo que su madre pretendería ejercer sobre su vida íntima. El cuerpo de Isa fue tratado como un objeto bajo la supervisión familiar, lo que refleja una clara dinámica de abuso emocional y psicológico.

El segundo episodio, incluso más humillante que el primero, ocurrió cuando Kiko Rivera, tras enterarse de que Isa había mantenido relaciones sexuales, le dio un «manguerazo» de agua fría como si de un ritual de «purificación» se tratase. Este acto violento y simbólico refuerza la idea de que la sexualidad de Isa debía ser controlada y castigada, como si hubiera perdido su «pureza» y necesitara ser «limpiada». Es un claro ejemplo de violencia simbólica y física, cargado de misoginia y basado en arcaicas creencias patriarcales sobre la sexualidad femenina.

Isa Pantoja en un programa de televisión (Telecinco)
Isa Pantoja en un programa de televisión (Telecinco)

Un clan familiar donde la madre nunca se equivoca

Una característica distintiva del comportamiento narcisista es la incapacidad de asumir responsabilidades y la tendencia a proyectar la culpa sobre los demás. Isa ha señalado que su madre no pide perdón, una afirmación que refleja cómo la figura narcisista se presenta siempre como la víctima en cualquier conflicto. Isa ha cargado con el peso de la culpa y la inadecuación durante toda su vida, una carga que sólo se intensificaba con la constante triangulación y manipulación dentro de la familia.

Ella (Isabel Pantoja) no pide perdón, le cuesta pedir perdón.

Isa Pantoja

El momento más desgarrador

Quizá, el momento más desgarrador de su reciente entrevista se produce cuando Isa expresa que prefiere pensar que su familia no estaba preparada para la adopción, en lugar de enfrentar el dolor de aceptar que no la quieren. Esta declaración no sólo refleja la lucha interna de Isa por encontrar una narrativa que le permita lidiar con el rechazo emocional, sino también el profundo deseo de justificar y proteger a su familia a expensas de su propio bienestar emocional. Este patrón de autojustificación es común entre las personas que han crecido en entornos familiares abusivos, donde el dolor de la verdad es más difícil de soportar que el sufrimiento del engaño.

… la única madre que conozco es Isabel Pantoja y es duro saber que le importo tan poco a la familia que he conocido.

Isa Pantoja

La vida de Isa Pantoja ha estado marcada por una dinámica familiar profundamente tóxica, en la que el control y la manipulación emocional han sido constantes. Isabel Pantoja ha condicionado la relación con su hija a una serie de expectativas imposibles de satisfacer, mientras que otros miembros de la familia han perpetuado este ciclo de abuso. Isa ha luchado por encontrar su propio camino en medio de un entorno donde el amor y la aceptación siempre han sido condicionales, una historia que pone de manifiesto las devastadoras consecuencias del narcisismo y el control familiar en el desarrollo emocional de una persona.

Hay madres que defienden a sus hijos en la cárcel y de cualquier cosa. Y yo… ¿Qué tan grave he hecho para que ella no quiera saber nada de mí? Es como «si te he visto, no me acuerdo». Es un «te traje y ahora no quiero saber nada de ti». No sé cómo ella vive así. Tiene dos hijos con los que no se habla y nietos con los que no tiene relación. Y no sé cómo lidia con eso. O es una persona demasiado fuerte o le da absolutamente igual todo.

Isa Pantoja

Isa Pantoja en un programa de televisión (Europa Press)
Isa Pantoja en un programa de televisión (Europa Press)

¿Qué opinas? A tenor de la información disponible, ¿crees que el clan Pantoja es una familia narcisista? Lo que es seguro es que Isa ha hecho bien en cortar lazos con ese entorno. Lo que no debería dudar en hacer ahora es buscar ayuda profesional para sanar sus traumas.

Si quieres saber más sobre familias narcisistas, no te pierdas los artículos de este blog: El daño del narcisismo en la familia. Cómo reconocerlo y sanarlo y Los roles en la familia narcisista. Cómo funcionan y qué consecuencias tienen.

¿Crees tener una relación familiar (padre/madre) o de pareja con una persona narcisista pero no lo sabes con seguridad? Puedes salir de dudas accediendo al Cuestionario gratuito de 25 preguntas para saber si mantienes una relación con una persona narcisista¡Estás a unos pocos minutos de saber si esa relación te está dañando significativamente y poder empezar a tomar acción para sanar!

Iñaki Piñuel. 2020. Familia Zero. Cómo sobrevivir a los psicópatas en familia. Madrid, España. La esfera de libros

Karyl Mc Bride. 2013. Madres que no saben amar. Nueva York, EEUU. Ediciones Urano

Karyl Mc Bride. 2018. Mi mamá no me mima. Cómo superar las secuelas provocadas por una madre narcisista. Nueva York, EEUU. Editorial Books4pocket

Wendy T. Behary. 2013. Disarming the Narcissist: Surviving & Thriving with the Self-Absorbed. Oakland, California, EEUU. New Harbinger Publications

Mauricio Zermeño de los Reyes. 2021. Matriarcado Narcisista: Tu madre no es tóxica, está enferma del Trastorno de la Personalidad Narcisista. Editorial Independently Published

https://psicologiaymente.com/social/familias-narcisistas

https://www.abc.es/gente/isa-pantoja-abre-canal-pinta-retrato-atroz-20241019093806-nt.html

https://www.elmundo.es/loc/famosos/2024/10/21/671621cde4d4d8e63b8b4592.html

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Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

contacta@mamaevapsicopedagoga.com

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El daño del narcisismo en la familia. Cómo reconocerlo y sanarlo

Las familias narcisistas son una realidad dolorosa, aunque históricamente escondida, y más común de lo que se piensa. Un padre o una madre con trastorno de personalidad narcisista puede afectar profundamente a sus descendientes, generándoles una variedad de problemas y secuelas emocionales y psicológicas. En este artículo, exploraremos las características de una familia narcisista, los efectos que puede tener en los hijos e hijas y las opciones de afrontamiento disponibles para aquellas personas que sufren los efectos de las dinámicas familiares del narcisismo patológico.

¿Qué es una familia narcisista?

Antes de nada, quiero dejar claro que en todo el artículo cuando hable de «narcisista«, me referiré siempre a una persona narcisista patológica o, lo que es lo mismo, alguien con trastorno de personalidad narcisista (DSM-5).

Una familia narcisista es una familia en la que uno o ambos padres son narcisistas patológicos. Un padre o madre narcisista es alguien que tiene un sentido exagerado de importancia personal, una necesidad constante de admiración y una falta de empatía hacia los demás (leer Empatía, un arma muy poderosa), entre otras cosas. En una familia narcisista todo gira en torno a la persona narcisista, quien miente, controla y manipula a los otros miembros de la familia para satisfacer sus necesidades y expectativas.

El padre/madre narcisista espera que el resto de la familia lo admire y lo considere superior. Si los demás miembros del clan no cumplen con estas expectativas, pueden ser ignorados, ridiculizados o incluso castigados. A menudo, la madre/padre narcisista tratará de mantener a sus hijos e hijas a su lado, a través de la intimidación, el chantaje o la manipulación, para asegurarse de que sigan cumpliendo con sus necesidades.

Un padre o una madre narcisista (Narcisismo: los tipos y subtipos que debes conocer) puede ejercer maltrato de muy variadas maneras. Las formas más impactantes y obvias son el castigo físico (palizas, golpes, privación de alimentos, encerrar en un espacio pequeño o sin ventilación… ) o la agresión sexual del tipo que sea (insinuaciones, tocamientos, violación… ) Pero hay otras muchas maneras de ejercer abuso, que forman parte del maltrato psicológico, algunas tan sutiles que ni siquiera se reconocen como maltrato. Estas manifestaciones van desde las más explícitas, como gritos e insultos, hasta abandono físico (parcial o absoluto), pasando por abandono emocional (que es «la madre del cordero»), negligencia, humillaciones, amenazas, chantaje, gaslighting

En una familia narcisista todo gira en torno a la persona narcisista
En una familia narcisista todo gira en torno a la persona narcisista

Características de una familia narcisista

Una familia narcisista puede ser difícil de reconocer debido a la habilidad del narcisista patológico para manipular y controlar a la gente. A menudo, las personas que crecen en este tipo de familias no se dan cuenta de que sus dinámicas familiares no son saludables hasta que están fuera de su influjo y empiezan a compararse con otras familias «normales». A continuación, os cuento algunas de las características comunes de una familia narcisista.

  1. Dominio del narcisista. En este tipo de clan familiar la persona narcisista es el centro del universo y las necesidades y deseos de las demás están subordinados a los suyos. Los y las narcisistas son manipuladoras habilidosas y pueden controlar a los miembros de la familia mediante la culpa, el miedo y la vergüenza. Dentro de este tipo de familias abusivas los integrantes aprenden a adaptarse a las necesidades del narcisista principal y a ignorar sus propias necesidades.
  2. Necesidad de atención. Las personas narcisistas suelen tener una necesidad constante de atención y reconocimiento, y pueden hacer cualquier cosa para conseguirlo. Esto puede llevar a comportamientos exagerados o inapropiados, como inflar sus propios logros o actuar de manera dramática para llamar la atención.
  3. Comportamiento impredecible. Las familias narcisistas pueden tener una dinámica caótica e impredecible. Los miembros del clan nunca saben qué esperar del narcisista, lo que puede generar miedo, ansiedad y estrés. Las personas narcisistas pueden ser extremadamente volátiles y cambiar de humor rápidamente, lo que hace que sea difícil saber cómo actuar o qué decir para evitar su ira.
  4. Falta de empatía. Las personas narcisistas a menudo son incapaces de empatizar con los y las demás, lo que significa que no pueden ponerse en el lugar de otras personas y comprender sus sentimientos y perspectivas. Esto lleva a una falta de conexión emocional entre los miembros de la familia. Por esta razón algunas personas dentro de la familia narcisista son ignoradas o minimizadas si no cumplen con las expectativas del narcisista. Además, las narcisistas pueden ser crueles y despiadadas en sus críticas y comentarios, lo que puede dañar profundamente a los familiares.
  5. Falsas apariencias y mentiras. Las familias narcisistas se preocupan mucho por la apariencia y la imagen. Quieren que el mundo vea a su familia como perfecta y feliz, aunque de puertas para adentro haya mucho caos y disfunción. Los miembros de este tipo de familias pueden sentir una gran presión para mantener esta fachada, incluso aunque esto signifique ocultar sus verdaderos sentimientos o problemas en casa. Además, las personas narcisistas son expertas en el arte de la mentira y ésta se convierte en una práctica cotidiana.
  6. Envidia, crítica constante y rivalidad. Para contrarrestar su baja autoestima real, la persona con trastorno de personalidad narcisista desarrolla un inflado y desajustado sentimiento de superioridad. Esto le lleva a pensar que los y las demás le envidian y envidian a su familia. Al mismo tiempo critica en las demás personas todo aquello de lo que ella carece. La persona narcisista patológica con frecuencia percibe a los demás como una amenaza a su propio sentido de superioridad, lo que puede crear una atmósfera de rivalidad en la familia, en lugar de apoyo y cooperación. Suele generar sentimientos de competencia entre los miembros de la familia, ya sea de manera abierta o sutil: minimizar o ignorar los logros de los demás, sabotaje, crítica constante, comparación, triangulación… Los integrantes de este tipo de clanes familiares a menudo se sienten como si estuvieran en competición para obtener la aprobación del narcisista principal, pudiendo llegar a creer que nunca son lo suficientemente buenos y que siempre están en desventaja en comparación con otros miembros de la familia.
  7. Control y manipulación. Las y los narcisistas patológicos suelen intentar controlar todo y a todas en su entorno, pero a su vez suelen presentar dificultades para aceptar los límites de los demás. Para ejercer dicho control suelen recurrir a la manipulación, utilizando la culpa, el miedo o la luz de gas, entre otras técnicas, para conseguir lo que quieren. Los miembros de la familia pueden sentir que no tienen control sobre sus propias vidas y que sus límites personales no son respetados.
  8. Proyección. Las personas narcisistas pueden proyectar sus propios problemas y debilidades en las demás, lo que significa que pueden culpar a otras y otros por cosas que son responsabilidad propia. Esto puede hacer que los miembros de la familia se sientan confundidos y culpables por cosas que no han hecho o que no son.
La culpa, la vergüenza, la envidia, la crítica... Son muy frecuentes en una familia narcisista
La culpa, la vergüenza, la envidia, la crítica… Son muy frecuentes en una familia narcisista

Efectos de una familia narcisista en las hijas e hijos

Los efectos de una familia narcisista en las y los descendientes suelen ser profundos y permanentes. Las criaturas de padres/madres narcisistas a menudo crecen con una sensación de que nunca son lo suficientemente buenas, y que su valor como personas está directamente relacionado con su capacidad de satisfacer las necesidades del padre/madre narcisista. Esto puede conllevar problemas emocionales graves (autoestima desajustada, problemas de autoconcepto, autosabotaje, estrés post traumático complejo…), enfermedades mentales (ansiedad, depresión, bipolaridad, trastorno límite de la personalidad, trastornos disociativos, trastorno de personalidad narcisista…), trastornos alimentarios, adicciones y, en casos extremos, incluso el suicidio. Puedes ampliar esta información en el artículo El impacto de los entornos disfuncionales en la infancia: una mirada desde el método PARCUVE.

Las criaturas de madres/padres narcisistas también pueden tener problemas para conformar relaciones interpersonales sanas. Esto se debe a que crecen en entornos en los que la manipulación y la ocultación de las propias emociones y sentimientos están a la orden del día. Esto puede generar una falta de confianza en las demás, una incapacidad para establecer relaciones profundas y significativas o una necesidad de agradar y satisfacer a la otra persona olvidándose de las propias necesidades.

Además, estos hijos e hijas a menudo presentan dificultades para establecer límites saludables. La causa es haberse desarrollado en un ambiente en el que sus necesidades y deseos han sido ignorados o descartados en favor de los deseos del padre/madre narcisista. Esto conlleva una falta de comprensión de la importancia de los límites personales y una incapacidad para decir «no» cuando es necesario. Es decir, hay muchas probabilidades de que, si has crecido en una familia narcisista, acabes cayendo en las redes de una pareja narcisista en la edad adulta e, incluso, que vayas enlazando una relación de abuso tras otra. Aunque, dependiendo del rol que te haya tocado dentro del clan familiar (leer Los roles en la familia narcisista. Cómo funcionan y qué consecuencias tienen), los hijos e hijas de una familia narcisista también pueden repetir patrones narcisistas de adultas.

¿Hay tratamiento para la familia narcisista?

Tratar con este tipo de familia disfuncional resulta un desafío emocional y psicológico importante. Los patrones disfuncionales de comportamiento y comunicación que se generan en una familia narcisista suelen tener un impacto hondo y duradero en la vida de los hijos e hijas y de otros miembros de la familia. Aunque la persona con trastorno de personalidad narcisista no va a cambiar, hay opciones de tratamiento efectivo para las víctimas de uno o varias familiares narcisistas. Aquí te presento brevemente algunas de estas alternativas:

  • Terapia familiar

Una de las opciones para trabajar el problema es la terapia familiar. En ella los integrantes deben trabajar juntos para identificar y abordar los patrones disfuncionales de comunicación y comportamiento que están contribuyendo a la dinámica narcisista en la familia. Las terapeutas familiares pueden ayudar a los y las familiares a aprender nuevas habilidades de comunicación y resolución de conflictos, y pueden guiarlas en la creación de un ambiente de apoyo y comprensión mutua.

La terapia familiar también puede ser útil para ayudar a los miembros del clan familiar a comprender las causas subyacentes del comportamiento narcisista del padre/madre. A menudo, el trastorno de personalidad narcisista se desarrolla como resultado de experiencias traumáticas o dolorosas en la infancia. No se trata de justificar o disculpar a la persona narcisista, sino de entender.

El mayor hándicap en este tipo de terapia es que la persona narcisista raramente reconoce tener un problema ni ser la causante de los problemas de las demás personas. Para ella son los otros individuos los que tienen una dificultad, por lo que es casi imposible que pretenda cambiar o mejorar de forma consciente y sincera. No es que desaconseje totalmente esta estrategia de afrontamiento, pero debido a la naturaleza misma del narcisismo patológico no suele ser una opción recomendable en la mayoría de las situaciones. Como todo en la vida, dependerá de cada caso particular.

Es importante hacer terapia para sanar las heridas de la infancia y los efectos del abuso narcisista
Es importante hacer terapia para sanar las heridas de la infancia y los efectos del abuso narcisista
  • Terapia individual

La terapia individual con una especialista cualificada es realmente útil y necesaria para aquellas personas que han sufrido los efectos de una familia narcisista. Un terapeuta puede ayudar a la persona a procesar y trabajar a través de los efectos emocionales y psicológicos que ha experimentado como resultado de la dinámica narcisista en la familia. La terapia contribuye a desarrollar habilidades de afrontamiento y resiliencia para hacer frente de manera adecuada a todo tipo de situaciones susceptibles de ser problemáticas en el futuro. Trabajar en terapia también contribuye a la sanación de las heridas emocionales de infancia que ha causado la persona narcisista y ayuda a los miembros de la familia a entender y superar los patrones disfuncionales.

  • Establecer límites saludables

Establecer límites saludables es fundamental para tratar con un familiar narcisista. Los miembros de la familia afectados por el comportamiento narcisista deben aprender a establecer límites claros y firmes en su relación con la persona narcisista. Éstos pueden incluir establecer límites en el tiempo que se pasa con el familiar narcisista, negarse a participar en comportamientos que son dañinos o perjudiciales y aprender a decir «no» de manera efectiva.

Evidentemente en muchos casos el contacto cero es la única estrategia sana posible. Es decir, cortar de raíz cualquier tipo de comunicación con la persona abusiva para siempre. Pero me parece importante señalar que establecer límites saludables no tiene por qué significar en todos los casos cortar completamente las relaciones con la persona narcisista. Se trata más bien de establecer pautas saludables que permitan a la persona proteger su propia salud emocional y psicológica, mientras mantiene una relación limitada pero sana con su familiar narcisista. Una buena terapeuta nos puede guiar en este sentido.

  • Buscar apoyo externo

Buscar apoyo externo es importante para quienes están tratando de lidiar con una familia narcisista. Esto puede incluir conectarse con amigas cercanas, familiares y otros miembros de la comunidad que puedan ofrecer apoyo emocional y comprensión. Asimismo, puede incluir la búsqueda de grupos de apoyo.

Hay grupos de apoyo en línea y en persona que están diseñados específicamente para víctimas de familias narcisistas. Estos grupos pueden proporcionar un espacio seguro y de ayuda para que las personas compartan sus experiencias y se conecten con otras que están pasando por lo mismo. También pueden ofrecer información y recursos útiles sobre cómo enfrentarse a esta situación.

Buscar apoyo externo no significa que la persona sea débil o incapaz de manejar la situación por sí misma. De hecho, buscar ayuda es un signo de fortaleza, de conocimiento y reconocimiento de los propios límites. Además, tener una red de apoyo externo puede ayudar a las personas a sentirse menos aisladas y solas en su lucha contra el abuso narcisista.

  • Practicar el autocuidado

El autocuidado es fundamental para las víctimas de este tipo de abuso. Si tú eres víctima de una persona narcisista, puedes experimentar altos niveles de estrés, ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental. Por lo tanto, es importante que te tomes el tiempo y el espacio para cuidar de ti misma.

El autocuidado incluye una larga lista de actividades, como pueden ser: hacer ejercicio regularmente, meditar, practicar técnicas de relajación, tener un hobby o actividad que realmente disfrutes, dormir lo suficiente, comer saludablemente y buscar ayuda profesional si es necesario. Preocuparse y ocuparse en una misma es fundamental para sanar las heridas emocionales y permitirse continuar hacia adelante sin dejar que la persona abusiva, la rumiación y la rabia dominen todos los aspectos de la vida.

El autocuidado es fundamental para las víctimas de cualquier tipo de abuso
El autocuidado es fundamental para las víctimas de cualquier tipo de abuso

En resumen, tratar con una familia narcisista es un reto importante. Aunque la persona narcisista patológica no va a dejar de serlo, hay grandes esperanzas para las víctimas del abuso narcisista. La terapia familiar y sobre todo la individual puede ser útil, al igual que establecer límites saludables, buscar apoyo externo y practicar el autocuidado. Al tomar medidas para abordar la dinámica familiar disfuncional, las personas pueden comenzar a sanar y avanzar hacia una vida más saludable y equilibrada.

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https://psicologiaymente.com/social/familias-narcisistas

https://lamenteesmaravillosa.com/familias-narcisistas-vacio-una-afectividad-sana/

https://lamenteesmaravillosa.com/crianza-narcisista-como-afecta-hijos/

https://www.psychologytoday.com/es/blog/las-12-reglas-disfuncionales-de-la-familia-narcisista

Iñaki Piñuel. 2020. Familia Zero. Cómo sobrevivir a los psicópatas en familia. Madrid, España. La esfera de libros

Karyl Mc Bride. 2013. Madres que no saben amar. Nueva York, EEUU. Ediciones Urano

Karyl Mc Bride. 2018. Mi mamá no me mima. Cómo superar las secuelas provocadas por una madre narcisista. Nueva York, EEUU. Editorial Books4pocket

Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

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