Isa Pantoja ha vivido gran parte de su vida bajo el escrutinio público, marcada por las polémicas y conflictos familiares que han trascendido a los medios durante años. Sin embargo, detrás de los titulares, existe una historia de dolor emocional y supuesta violencia familiar. En el centro de esta trama se encuentra la figura de su madre, la cantante Isabel Pantoja, cuya influencia ha condicionado la vida de Isa desde su infancia. A través de dinámicas de control, triangulaciones y humillaciones, Isa ha enfrentado un entorno familiar tóxico que ha dejado una huella profunda en su bienestar emocional y, con toda probabilidad, en su propia identidad.
El pasado viernes 18 de octubre, Isa Pi acudió a un programa de televisión en prime time para hablar de la dura decisión que ha tomado respecto a su familia, tras llevar padeciendo por largo tiempo la indiferencia más pura por parte de sus familiares y, más concretamente, de su propia madre.
Existe, pero es como si me hubiese quedado huérfana de nuevo. Ya no la espero en ningún momento de mi vida.
Isa Pantoja
La adopción de Isa: ¿un acto de amor o de narcisismo?
Un aspecto crucial en la historia de Isa es su propia adopción, la cual, lejos de un acto altruista o maternal desinteresado, podría interpretarse como un acto egoísta y de triangulación dentro de las dinámicas familiares. En ese momento su hijo, Kiko Rivera, le podría estar dando problemas, y la adopción de Isa podría haber sido un mecanismo para distraer o redirigir sus emociones.
Las personas narcisistas suelen usar a los hijos e hijas como extensiones de sí mismas y, en este caso, la adopción de Chabelita podría haber sido una manera para Isabel de llenar un vacío emocional y obtener validación social en un momento complicado. Además, esta decisión también podría haber sido parte de una triangulación emocional en la que Isabel posicionara a Isa Pi como una nueva fuente de atención y afecto, restándole poder emocional a su hermano Agustín.
Teniendo en cuenta lo anterior, Chabelita podría haber entrado en la familia no sólo como hija adoptiva, sino como una pieza dentro de un juego más amplio de dinámicas de control y poder, lo que desde el principio condicionó su relación familiar.
En estos días se han ido sucediendo los testimonios y opiniones de personajes públicos sobre este asunto. Algunos que vendrían a apoyar lo que acabo de exponer, serían el de Xavier Sardá o Susana Díaz, que comparto a continuación.
Un capricho, adopciones que son un capricho, momentáneo, de aquel momento, y luego no saben qué hacer con la criatura.
Xavier Sardá
Hay miles de familias que llevan años esperando poder adoptar, algunos han adoptado muy rapidito. Y este tipo de cosas hacen daño a los niños que están esperando para ser adoptados y a las familias que están locas por entregarse en el cariño a esos niños. Adoptar no es comprarte un perrito.
Susana Díaz

El posible narcisismo familiar y el favoritismo
Una de las características más evidentes en la relación de Isa con su madre son las conductas narcisistas maternas y la práctica constante del favoritismo entre el hijo y la hija (o entre los hijos y la sobrina). En este tipo de dinámicas familiares, es común la continua presencia de un «niño dorado» y una «oveja negra». Aunque los roles pueden alternarse, y a buen seguro lo han hecho según el momento vital, Isa ha ocupado gran parte del tiempo el papel de la oveja negra, mientras que su hermano Kiko fue «favorecido» como el niño dorado de Isabel Pantoja.
He estado en el hospital y no ha venido a verme. Y al otro sí… ¡que la ha puesto a caer de…!
Isa Pantoja
La misma Isa Pi ha relatado en el programa del viernes cómo su madre parecía estar más orgullosa de ella que de Kiko en aquellos momentos en los que Isa cumplía con sus expectativas, como cuando mostraba sus habilidades artísticas, sacaba buenas notas y no causaba problemas. Sin embargo, este afecto era condicional: dependía de si Isa satisfacía las necesidades y deseos de su madre, una característica clásica del comportamiento narcisista. El amor y la validación estaban sujetos a la obediencia y al cumplimiento de las expectativas maternas, en lugar de ser incondicionales. En cuanto Isa creció y comenzó a causar problemas, la cosa cambió mucho…

La triangulación familiar: Isa, Kiko y Anabel
De igual manera, el clan Pantoja mostró siempre un favoritismo claro y dolorosamente evidente hacia Kiko. Kiko siempre recibió validación como miembro de la familia, mientras que Isa era relegada a un segundo plano, como si no perteneciera del todo. Isa ha relatado episodios en los que vivió y escuchó comentarios humillantes que reflejaban este trato discriminatorio.
El viernes Isa contó un duro episodio que viene a ejemplificar lo anterior. Estando un día en Cantora el hijo mayor de Paquirrín y Albertito, hijo de Isa, Kiko preguntó si los niños estaban ya despiertos y Doña Ana, madre de la Pantoja, respondía: «¿El nuestro o el otro?» Este trato vejatorio no sólo disminuye el valor de Isa como miembro de la familia, sino que contribuye a la alienación emocional, creando una sensación de rechazo y exclusión.
La triangulación también ha sido evidente en la relación de Isabel madre con Anabel Pantoja, la prima de Isa y Kiko, que ha ocupado un lugar privilegiado en el corazón de Isabel. A lo largo de los años, se ha percibido que Anabel es el «ojo derecho» de Isabel Pantoja. Al ser vista como una extensión más controlable y fiel de Isabel, Anabel ha sido confidente y apoyo incondicional y ha gozado de un afecto especial por parte de la tonadillera. Esta cercanía ha generado tensiones con Isa y Kiko, quienes en diversas ocasiones han sentido que su prima era más valorada y apreciada por la Pantoja que ellos mismos.

Castigos de silencio
Además, Isa fue ignorada y silenciada durante largos períodos. Un ejemplo lo tenemos cuando su tío Agustín dejó de hablarle durante 9 meses cuando ella apenas atenía 10 años, por un motivo trivial como fue su deseo de dormir con el perro de su madre. La familia no sólo permitió esta indiferencia, sino que la perpetuó. Isabel Pantoja, en lugar de intervenir y proteger a su hija, le pidió a Isa que fuera ella quien tomara el primer paso para reconciliarse, invalidando sus emociones y reforzando el mensaje de que el resto de la familia siempre era más importante.
Cuando había discusiones no íbamos a pedirnos perdón, simplemente hablábamos un día tan normal.
Isa Pantoja
El descubrimiento de la adopción: un secreto mal guardado
El episodio en el que Isa se entera de que es adoptada es un punto de inflexión en su vida. Y el modo en que su madre manejó la situación refleja su incapacidad para tratar a Isa con la transparencia y respeto que merecía. Isa descubrió que era adoptada no por su madre, sino por una compañera de clase, lo que fue un golpe emocional inesperado y devastador para ella.
Cuando Isa, confundida y dolida, le preguntó a su madre sobre su adopción, ésta no abordó la situación con sinceridad y madurez, sino que Isabel Pantoja recurrió a la fantasía. En lugar de contarle los hechos de manera clara y directa, su madre le relató una historia que comenzaba con: «Había una vez una niña…«, como si Isa estuviera escuchando un cuento de hadas en lugar de conociendo la verdad sobre sus orígenes.
El intento de suavizar o evitar la realidad con una narrativa ficticia refleja la personalidad de la Pantoja, quien parece evitar el conflicto directo o cualquier situación que pueda amenazar la imagen que quiere proyectar. Esta falta de honestidad y claridad deja patente una incapacidad para enfrentar la verdad. Además, reforzaría la idea de que sus relaciones más íntimas y cercanas estarían marcadas por una falta de autenticidad y una profunda incapacidad para lidiar con los temas emocionales de manera adecuada. Todo lo cual es propio de las personalidades narcisistas que, además, suelen utilizar el secretismo como arma y sello distintivo.

El esfuerzo por ser válida: el circo emocional de Isa
Seguramente de forma inconsciente, desde temprana edad, Chabelita intentó ganarse el amor y la atención de su madre a través de esfuerzos constantes por agradarla. Relata cómo, cuando su madre regresaba a casa tras las giras, la agasajaba con todo tipo de actuaciones para ser vista y apreciada: cantaba, bailaba, tocaba instrumentos, actuaba… Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, no recibió la validación incondicional que tanto anhelaba. Su madre la apreciaba cuando cumplía con sus deseos, pero no la defendía ni la protegía en momentos de conflicto o maltrato por parte de otros miembros de la familia.
Cuando en la entrevista se le pregunta a Isa sobre sus momentos felices en la infancia, sus recuerdos se centran en los paseos que daba con su madre por Cantora y en las exhibiciones de habilidades y talentos que intentaba mostrarle. Isa insiste en que nunca le faltó nada, pero por «nada» se refiere a lo material. Sin embargo, no logra evocar momentos de complicidad, amor o cariño genuino. Esto sugiere una distorsión de lo que debería ser el amor y el afecto, donde los recuerdos «bonitos» son en realidad intentos fallidos de captar la atención y el cariño de una madre ausente. Esta falta de afecto auténtico ha debido marcar profundamente su vida emocional, dejándola con la sensación de que el amor materno era un premio a alcanzar, no un derecho innato.
Nunca voy a decir que es mala madre, porque me ha dado mucho, pero me han faltado cosas sentimentales. Materialmente lo he tenido todo, pero me ha faltado complicidad y acercamiento.
Isa Pantoja
La cuidadora Dulce y la dinámica familiar
Un aspecto revelador de la infancia de Isa es el papel de Dulce, su cuidadora, quien asumió las responsabilidades de crianza y disciplina. Dulce era quien ejercía el papel de «poli malo», preocupándose por los deberes, poniendo normas, límites y educando a Isa. En otras palabras, Dulce es quien ejercía de madre a todos los efectos. Por otro lado, Isabel Pantoja se presentaba como el «poli bueno», buscando deleitarse en las actuaciones y «monerías» de su hija cuando regresaba a casa, llevándole multitud de regalos y presumiendo de sus buenas notas y talentos. Este contraste entre las dos figuras maternas, seguramente habrá creado una disonancia en la percepción de la maternidad en la vida de Isa Pi.

El fuerte control disfrazado de protección
A lo largo de su vida, parece ser que Isa ha vivido bajo una excesiva sobreprotección por parte de su madre, quien ha disfrazado su férreo control de preocupación y protección, creando un entorno asfixiante que impidió a Isa desarrollarse con libertad y autonomía. Aunque el control fue presentado como un acto de cuidado, en realidad, lo que Isabel Pantoja ejercía sobre su hija era un mecanismo más de dominio y supervisión total, bajo la apariencia de «cuidar su bienestar».
Isa ha relatado que en su juventud no se sintió libre, debido al estricto control que su madre ejercía sobre ella, limitando sus movimientos, decisiones y relaciones. Este entorno, paradójicamente, contribuyó a que Isa tomara decisiones que cambiarían su vida radicalmente, quedándose embarazada a los 18 años.
El control disfrazado de protección es típico en madres con tendencias narcisistas, que intentan presentar su dominación como una muestra de afecto y preocupación, cuando en realidad se trata de una manera de mantener el poder sobre sus hijas e hijos y asegurarse de que dependan de ellas emocional y físicamente.
El control sobre la sexualidad de Isa: abuso y humillación
Dos de los episodios más perturbadores de la vida de Isa en relación con su familia giran en torno al control abusivo que su madre y su hermano ejercieron sobre su sexualidad.
El primer episodio se dio cuando Kiko Rivera llevó a su hermana al ginecólogo, parece ser que por petición de Isabel Pantoja, para verificar si había perdido la virginidad. Este acto no sólo es un atentado contra la privacidad y autonomía de la joven, sino también una manifestación del control extremo y coercitivo que su madre pretendería ejercer sobre su vida íntima. El cuerpo de Isa fue tratado como un objeto bajo la supervisión familiar, lo que refleja una clara dinámica de abuso emocional y psicológico.
El segundo episodio, incluso más humillante que el primero, ocurrió cuando Kiko Rivera, tras enterarse de que Isa había mantenido relaciones sexuales, le dio un «manguerazo» de agua fría como si de un ritual de «purificación» se tratase. Este acto violento y simbólico refuerza la idea de que la sexualidad de Isa debía ser controlada y castigada, como si hubiera perdido su «pureza» y necesitara ser «limpiada». Es un claro ejemplo de violencia simbólica y física, cargado de misoginia y basado en arcaicas creencias patriarcales sobre la sexualidad femenina.

Un clan familiar donde la madre nunca se equivoca
Una característica distintiva del comportamiento narcisista es la incapacidad de asumir responsabilidades y la tendencia a proyectar la culpa sobre los demás. Isa ha señalado que su madre no pide perdón, una afirmación que refleja cómo la figura narcisista se presenta siempre como la víctima en cualquier conflicto. Isa ha cargado con el peso de la culpa y la inadecuación durante toda su vida, una carga que sólo se intensificaba con la constante triangulación y manipulación dentro de la familia.
Ella (Isabel Pantoja) no pide perdón, le cuesta pedir perdón.
Isa Pantoja
El momento más desgarrador
Quizá, el momento más desgarrador de su reciente entrevista se produce cuando Isa expresa que prefiere pensar que su familia no estaba preparada para la adopción, en lugar de enfrentar el dolor de aceptar que no la quieren. Esta declaración no sólo refleja la lucha interna de Isa por encontrar una narrativa que le permita lidiar con el rechazo emocional, sino también el profundo deseo de justificar y proteger a su familia a expensas de su propio bienestar emocional. Este patrón de autojustificación es común entre las personas que han crecido en entornos familiares abusivos, donde el dolor de la verdad es más difícil de soportar que el sufrimiento del engaño.
… la única madre que conozco es Isabel Pantoja y es duro saber que le importo tan poco a la familia que he conocido.
Isa Pantoja
La vida de Isa Pantoja ha estado marcada por una dinámica familiar profundamente tóxica, en la que el control y la manipulación emocional han sido constantes. Isabel Pantoja ha condicionado la relación con su hija a una serie de expectativas imposibles de satisfacer, mientras que otros miembros de la familia han perpetuado este ciclo de abuso. Isa ha luchado por encontrar su propio camino en medio de un entorno donde el amor y la aceptación siempre han sido condicionales, una historia que pone de manifiesto las devastadoras consecuencias del narcisismo y el control familiar en el desarrollo emocional de una persona.
Hay madres que defienden a sus hijos en la cárcel y de cualquier cosa. Y yo… ¿Qué tan grave he hecho para que ella no quiera saber nada de mí? Es como «si te he visto, no me acuerdo». Es un «te traje y ahora no quiero saber nada de ti». No sé cómo ella vive así. Tiene dos hijos con los que no se habla y nietos con los que no tiene relación. Y no sé cómo lidia con eso. O es una persona demasiado fuerte o le da absolutamente igual todo.
Isa Pantoja

¿Qué opinas? A tenor de la información disponible, ¿crees que el clan Pantoja es una familia narcisista? Lo que es seguro es que Isa ha hecho bien en cortar lazos con ese entorno. Lo que no debería dudar en hacer ahora es buscar ayuda profesional para sanar sus traumas.
Si quieres saber más sobre familias narcisistas, no te pierdas los artículos de este blog: El daño del narcisismo en la familia. Cómo reconocerlo y sanarlo y Los roles en la familia narcisista. Cómo funcionan y qué consecuencias tienen.
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Iñaki Piñuel. 2020. Familia Zero. Cómo sobrevivir a los psicópatas en familia. Madrid, España. La esfera de libros
Karyl Mc Bride. 2013. Madres que no saben amar. Nueva York, EEUU. Ediciones Urano
Karyl Mc Bride. 2018. Mi mamá no me mima. Cómo superar las secuelas provocadas por una madre narcisista. Nueva York, EEUU. Editorial Books4pocket
Wendy T. Behary. 2013. Disarming the Narcissist: Surviving & Thriving with the Self-Absorbed. Oakland, California, EEUU. New Harbinger Publications
Mauricio Zermeño de los Reyes. 2021. Matriarcado Narcisista: Tu madre no es tóxica, está enferma del Trastorno de la Personalidad Narcisista. Editorial Independently Published
https://psicologiaymente.com/social/familias-narcisistas
https://www.abc.es/gente/isa-pantoja-abre-canal-pinta-retrato-atroz-20241019093806-nt.html
https://www.elmundo.es/loc/famosos/2024/10/21/671621cde4d4d8e63b8b4592.html
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Eva H. Hernanz
Madrid
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