Publicado en Alta sensibilidad, Maternidad y crianza, Psicología

Alta sensibilidad, maternidad en solitario y cronotipo nocturno. Cómo poder con todo y no morir en el intento

PAS, madre sola y nocturna: sí, es posible
PAS, madre sola y nocturna: sí, es posible

Muchas PAS enfrentan dificultades extras para madrugar y rendir a primera hora del día
Muchas PAS enfrentan dificultades extras para madrugar y rendir a primera hora del día

Intentar dormir cuando tu sistema nervioso aún no está regulado puede intensificar el insomnio y la ansiedad
Intentar dormir cuando tu sistema nervioso aún no está regulado puede empeorar el insomnio y la ansiedad

El ritmo nocturno puede ser una adaptación inteligente de un sistema sensible en un mundo desbordante
El ritmo nocturno puede ser una adaptación inteligente de un sistema sensible en un mundo desbordante

La alta sensibilidad, la maternidad en solitario y las exigencias del día a día son demasiado sin una estrategia consciente
La alta sensibilidad, la maternidad en solitario y las exigencias del día a día son demasiado sin una estrategia consciente
Date permiso para bajar la autoexigencia y enfocarte en tu propio autocuidado
Date permiso para bajar la autoexigencia y enfocarte en tu propio autocuidado

Ekirch, A. Roger. At Day’s Close: Night in Times Past. W.W. Norton, 2005

Roenneberg, Till. Internal Time: Chronotypes, Social Jet Lag, and Why You’re So Tired. Harvard University Press, 2012

Patke, A., et al. (2017). Mutación del gen humano CRY1 en el trastorno familiar de fase del sueño retrasada. Cell, 169(2), 203–215

Aron, Elaine N. La persona altamente sensible: Cómo prosperar cuando el mundo te abruma. Broadway Books, 1996.

Harke, S. Personas altamente sensibles: la guía práctica personal para el día a día. Madrid: Editorial Edaf, 2019

American Academy of Sleep Medicine. International Classification of Sleep Disorders – Third Edition (ICSD-3). 2014

Gooley, J. J., & Czeisler, C. A. (2011). Luz, ritmos circadianos y sueño. Biological Psychiatry, 69(12), 1104–1111

Cronotipos e inteligencia: El búho frente a la alondra – Chronobiology.com

El cronotipo de las personas: ¿eres alondra o búho?

Cronotipo – Wikipedia, la enciclopedia libre

Ritmo Circadiano: Salud y Riesgos Nocturnos

Familias pequeñas con grandes problemas | Economía | EL PAÍS

Familias de madres solteras solas: circunstancias, vivencias y ajuste psicológico infantil – Dialnet

Neurobiología del cronotipo: ¿eres mañanero o noctámbulo?

Cronotipo: ¿qué es y cómo afecta el rendimiento cognitivo de una persona? – El Diario

https://psicologiaymente.com/inteligencia/personas-inteligentes-prefieren-vivir-noche-dormir

https://www.milenio.com/ciencia-y-salud/las-personas-inteligentes-viven-de-noche

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Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

contacta@mamaevapsicopedagoga.com

Publicado en Abuso narcisista, Maternidad y crianza, Psicología

El impacto de los entornos disfuncionales en la infancia: una mirada desde el método PARCUVE

Cuando una criatura crece en un entorno disfuncional marcado por los abusos, la negligencia o algún tipo de maltrato, incluido el abandono emocional, su cerebro y personalidad se ven profundamente afectados. Desde una edad temprana, la niña o niño estará en un constante estado de alerta y ansiedad. Su sistema nervioso se moldeará en función del peligro, y su forma de relacionarse con el mundo quedará condicionada por la necesidad de supervivencia. Este estado de alerta continuado afecta el desarrollo de estructuras cerebrales como la amígdala, el hipocampo y la corteza prefrontal, generando dificultades en la regulación emocional, la memoria y la toma de decisiones.

Sabemos que separarte de la persona abusiva es un paso indispensable para procuraros a tus criaturas y a ti una vida más equilibrada y sana y es el primer paso para tu recuperación. Pero no nos engañemos, no es la panacea. Desgraciadamente, tienes que seguir lidiando con esa persona y muchas veces no te lo pondrá nada fácil (por decirlo muy finamente), lo cual repercutirá directamente en vuestros hijos e hijas.

No te comparto esta información para asustarte ni para añadir más preocupación a tu vida, sino para que comprendas lo que quizá te ocurrió a ti en la infancia y lo que podría ocurrirles a tus criaturas. De esta forma conocerás qué es lo que tienes que observar y podrás estar atenta para detectar posibles señales de alerta. Piensa que cuanto más temprana sea la intervención, más probabilidades de éxito tendrá.

Siguiendo el método PARCUVE, podemos comprender las dos principales respuestas de la criatura ante un entorno que no cuida de ella ni satisface sus necesidades básicas de amor y seguridad.

1. La desconexión emocional (apego evitativo)

Cuando las figuras de apego son agresivas, abusadoras o muy negligentes, el niño o niña se ve abligada a separarse emocionalmente de ellas para no sufrir. En este caso, la criatura sufre una sobremaduración de la psique, lo que le lleva a desarrollar un apego evitativo. El pequeño construye un falso yo evitativo, que internaliza sentimientos de odio y rabia como parte de su forma de ser. La criatura resuelve su dolor evitando la conexión consigo misma y con los demás.

🔹 Consecuencias a nivel de personalidad:

  • Desarrollo de un falso yo autosuficiente y aparentemente independiente
  • Dificultad para expresar emociones o identificarlas en sí misma y en los demás
  • Imposibilidad de conectar emocionalmente con otras personas
  • Temor a la intimidad y al compromiso en las relaciones
  • Tendencia a minimizar la importancia de los vínculos afectivos
  • Sensación constante de vacío o desconexión interna
  • Racionalización excesiva y evitación de conflictos emocionales

A partir de la adolescencia y en la edad adulta, hay mayor probabilidad de que la persona desarrolle alguna de estas patologías: THP (Trastorno Histriónico de la Personalidad), Trastorno Esquizoide de la Personalidad, Trastorno Evitativo de la Personalidad, TOCP (TrastornoObsesivo-Compulsivo de la Personalidad) o Psicopatía.

2. La fusión emocional (apego ansioso)

En otros casos, la criatura no soporta el malestar pero a la vez no puede separarase de sus cuidadores, por lo que se da una equivalencia psíquica, es decir, se fusiona con ellos para no sentirse abandonada. En este caso, decimos que desarrolla un apego ansioso. Aquí encontramos dos formas de expresar la rabia:

A. Rabia hacia sí misma: el falso yo complaciente

Al no sentir atendidas sus necesidades, la criatura interpreta que el problema está en ella: «Si no me ven, me cuidan o me protegen es porque hay algo malo en mí. Soy defectuosa o insuficiente.» Esto genera sentimientos de culpa y vergüenza, que la llevan a evitar la conexión con su yo real. En su lugar, construye un falso yo complaciente, diseñado para amoldarse a los deseos del entorno con la esperanza de ser aceptada. La rabia queda reprimida, pudiendo salir sólo en ciertos momentos de forma incontrolada o poco adaptativa.

🔹 Consecuencias a nivel de personalidad:                              

  • Desarrollo de un falso yo frágil y dependiente
  • Tendencia a la sumisión y al autosacrificio
  • Dificultad para establecer límites
  • Miedo al rechazo y necesidad excesiva de aprobación
  • Baja autoestima
  • Tendencia a la autoexigencia extrema
  • En el fondo, la persona no sabe quién ni cómo es

A partir de la adolescencia y en la edad adulta, hay mayor probabilidad de que la criatura desarrolle alguno de estos trastornos de personalidad: Trastorno Dependiente de la Personalidad o TLP* (Trastorno Límite de la Personalidad). Además, esta persona es carne de cañón para las personalidades abusivas y es muy probable que establezca relaciones de pareja tóxicas. 

Al no sentir atendidas sus necesidades, la criatura sentirá rabia hacia sí misma o hacia las demás personas

La criatura maltratada puede interpretar: «Si no me ven, me cuidan o me protegen es porque hay algo malo en mí«

B. Rabia hacia los demás: el falso yo controlador

Al no sentir atendidas sus necesidades, la criatura percibe que el peligro está en los otros: «Quien debería cuidarme es una amenaza. Ergo, nadie es de fiar.» Como estrategia de supervivencia, evita la conexión con el entorno y desarrolla un falso yo agresivo y controlador. Su necesidad de protegerse del abandono lo lleva a fingir interés por las personas de forma interesada, sólo cuando le conviene. La parte vulnerable y frágil queda reprimida porque su afloramiento significaría enfrentarse a un dolor demasiado insoportable, que supondría el fin de esa persona.

🔹 Consecuencias a nivel de personalidad:

  • Desarrollo de un falso yo dominante y manipulador
  • Baja autoestima compensada por un falso yo engrandecido
  • Represión profunda de la parte vulnerable y frágil de la personalidad
  • Dificultad para conectar emocionalmente con los demás
  • Tendencia a culpar a otras personas o a factores externos y a evitar la responsabilidad emocional
  • Búsqueda constante de validación
  • Tendencia a explotar o manipular a los demás
  • Tendencia a la mimetización con otras personas
  • Incapacidad de forjar una genuina y auténtica personalidad

A partir de la adolescencia y en la edad adulta, hay mayor probabilidad de que la persona sea una maltratadora, desarrollando un TNP (Trastorno Narcisista de la Personalidad) o también TLP* (Trastorno Límite de la Personalidad).

*La persona con TLP oscilaría entre rabia a sí misma y rabia a hacia las demás.

La criatura maltratada puede interpretar: "Quien debería cuidarme es una amenaza. Ergo, nadie es de fiar"

La criatura maltratada puede interpretar: «Quien debería cuidarme es una amenaza. Ergo, nadie es de fiar«

Señales de alarma tempranas

Estos son algunos indicadores que podrían sugerir que tu pequeña o pequeño está experimentando las secuelas de una relación familiar disfuncional. Por sí solos, no representan una señal definitiva, pero si notas uno o varios de ellos, es recomendable acudir a una especialista para evaluar la situación y descartar otras posibles causas:

  • Falta de juego simbólico (2-4 años) o de juego social (4-12 años)
  • Mutismo selectivo (2-4 años)
  • Angustia extrema ante la separación (apego ansioso, 2-4 años)
  • Excesiva independencia (apego evitativo, 2-4 años)
  • Problemas de atención y dificultades para concentrarse
  • Hiperactividad
  • TDAH de Alto Rendimiento (niños que compensan su hiperactividad con un alto nivel intelectual)
  • Fobia escolar y miedo a la desaprobación
  • Dificultad para expresar emociones u opiniones
  • Problemas de autorregulación emocional e impulsividad
  • Baja tolerancia a la frustración
  • Juego agresivo o destructivo
  • Trastorno Negativista Desafiante: oposición persistente a figuras de autoridad
  • Expresión de agresividad sin motivo aparente
  • Falta o ausencia de empatía en las interacciones con otras menores
  • Conductas de intimidación o manipulación hacia compañeros
  • Tendencia a mentir o exagerar para conseguir lo que desea

Impacto a largo plazo: patologías y trastornos en la adolescencia y adultez

A medida que la criatura crece, estas estrategias de supervivencia pueden cristalizarse en diversas patologías y trastornos, incluyendo:

🔻 Trastornos de conducta (formas disfuncionales de gestionar la ansiedad):

  • Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) (anorexia, bulimia, trastorno por atracón…)
  • Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC)
  • Adicciones (alcohol, drogas, tecnología, relaciones tóxicas…)
  • Autoexigencia extrema con estrés crónico
  • Conductas autolesivas y suicidas

🔻 Trastornos de personalidad (formas disfuncionales de defensa):

🔻 Fobias y trastornos de ansiedad (respuestas desadaptativas del sistema nervioso ante el miedo a siuaciones de las que siente que no puede escapar):

  • Tripanofobia (miedo a las agujas, las inyecciones y los pinchazos)
  • Amaxofobia (miedo a conducir)
  • Aerofobia (miedo a volar en avión) (puede ser una fobia en sí o una manifestación de acrofobia)
  • Acrofobia (miedo a las alturas)
  • Agorafobia (miedo a los espacios abiertos o las multitudes)
  • Claustrofobia (miedo a los espacios cerrados)

🔻 Enfermedades físicas relacionadas con el estrés crónico (manifestaciones psicosomáticas del trauma):

  • Metabólicas: obesidad, diabetes
  • Sistema inmunológico: mayor vulnerabilidad a virus y bacterias, enfermedades autoinmunes
  • Gastrointestinales: úlceras gástricas, colitis, gastritis crónica
  • Cardiovasculares: hipertensión, enfermedades del corazón
  • Trastornos hormonales relacionados con el cortisol elevado

🔻 Trastornos emocionales y somatización (expresiones físicas del sufrimiento):

Consejos para sobrevivientes: cómo prevenir en tus criaturas

Criar a unas criaturas siendo sobreviviente de abuso puede resultar un gran reto, pero también una oportunidad de romper con patrones dañinos. Debes esforzarte en generar un ambiente de seguridad y apoyo emocional que les permita crecer con confianza y equilibrio. Además, seguramente tendrás que hacer un doble esfuerzo para compensar la influencia negativa de la «no-crianza» de la otra parte. Sé que, dadas las circunstancias, todo esto puede ser muy complicado y aterrador. Por eso, te dejo unos ítems que puedes usar a modo de guía. Ten en cuenta que en mi acompañamiento trabajamos todo esto de manera muchísimo más amplia y ajustada a vuestras propias circunstancias:

  • Demostrar que tu amor es incondicional: transmitirles que los quieres tal como son, sin intentar cambiarles, independientemente de lo que hagan o cómo se comporten. El amor incondicional es la base de todo.
  • Fomentar un entorno seguro: hacerles sentir que están protegidas y en un espacio donde pueden expresar sus emociones sin miedo al juicio ni al castigo.
  • Promover una comunicación abierta y honesta: crear un ambiente en el que los pequeños se sientan cómodos compartiendo sus preocupaciones y pensamientos sin miedo al juicio o a la reprimenda.
  • Establecer rutinas y límites sanos: proporcionar estabilidad y estructura para que las criaturas puedan sentirse seguras. Esto es fundamental.
  • Enseñar habilidades de regulación emocional: ayudarles a identificar y gestionar sus emociones de manera saludable.
  • Reforzar la autoestima y la autoconfianza: valorar sus logros, por pequeños que sean y fomentar la autonomía en todas las áreas, incluida la toma de decisiones.
  • Favorecer el juego y la creatividad. El juego es una vía terapéutica para procesar emociones y mejorar la resiliencia infantil.
  • No hablar mal del abusador, pero tampoco encubrirlo: no insultarlo y mucho menos difamarlo delante de las criaturas, lo que no implica ocultar o mentir sobre su mal comportamiento. Entender la realidad de forma distorsionada es perjudicial para las niñas y niños y para vuestra relación.
  • Ser un ejemplo de honestidad, sinceridad y responsabilidad.
  • Decirles siempre la verdad: no mentirles ni ocultarles la verdad, pero siempre adaptada a su nivel de entendimiento y etapa madurativa.
  • Educarse sobre apego y trauma. Comprender cómo el trauma infantil influye en el desarrollo, ayudará a evitar patrones de crianza dañinos.
  • Buscar apoyo profesional: la terapia es clave en la prevención de problemas más graves en la adultez.
  • Cuidarte a ti misma: una madre emocionalmente estable y con herramientas adecuadas es el pilar fundamental para el bienestar de sus criaturas.

Conclusión: la importancia de una intervención temprana

El impacto de crecer en un entorno disfuncional es profundo y duradero, pero no irreversible. La identificación temprana de las señales y el acceso a un entorno seguro y terapéutico pueden ayudar a la criatura a desarrollar una identidad sana y relaciones seguras en la adultez.

Es crucial que las madres que han sido víctimas de abuso narcisista o psicopático sean conscientes de cómo esta dinámica puede afectar a sus hijos e hijas. Sanar la relación con una misma es el primer paso para ofrecerles a las criaturas una crianza basada en la seguridad, la conexión y el amor incondicional.

Si quieres más información sobre cómo ayudar a tus pequeños a sanar y crecer en un entorno emocionalmente saludable, sigue explorando mi blog o contáctame para acompañarte en este camino. Si tú quieres, no estarás sola.

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¿Te ha resultado útil esta información? Recuerda que puedes seguirme para no perderte nada. ¡Gracias por estar ahí!

Bessel van der Kolk. 2023. El cuerpo lleva la cuenta. Sitges. Editorial Eleftheria S.L.

Manuel Hernández Pacheco. 2020. Apego, disociación y Trauma. Trabajo Práctico con El Modelo Parcuve. Bilbao. Editorial Desclée de Brouwer

Beatriz Cazurro. 2023. Los niños que fuimos, los padres que somos. Barcelona. Editorial
Booket

Jasmin Lee Cori. 2023.La madre emocionalmente ausente. España. Editorial Sirio

Marta Martínez Novoa. 2024. El síndrome de la chica buena. Barcelona. Editorial Zenith

Peter A. Levine. 2021. Sanar el trauma. Móstoles, Madrid. Gaia Ediciones

Joyanna L. Silberg. 2019. El niño superviviente. Curar el trauma del desarrollo y la disociación. Bilbao. Editorial Desclée de Brouwer

Manuel Hernández Pacheco. 2017. Apego y psicopatología: la ansiedad y su origen. Conceptualización y tratamiento de patologías relacionadas con la ansiedad desde una perspectiva integradora. Bilbao. Editorial Desclée de Brouwer

https://continuum.aeped.es/screens/play/285

https://psicologiaalcala.es/3-factores-que-favorecen-el-tdah-en-ninos

https://www.aepnya.eu/index.php/revistaaepnya/article/view/860/794

Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

contacta@mamaevapsicopedagoga.com

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La importancia de los cuatro pilares de la alta sensibilidad en la crianza de niños y niñas NAS

Puede que hayas descubierto hace poco que eres una persona altamente sensible (PAS) y no sabes discernir si alguna o alguno de tus hijos también lo es. Quizá notes ciertos comportamientos en tu peque que, leyendo por ahí, te cuadran con este rasgo de personalidad, pero no estás segura del todo de que sea altamente sensible. Puede que estés leyendo este artículo por cualquier otra razón pero, sea como sea, voy a darte las claves que toda pequeña PAS ha de cumplir.

Como te cuento en el artículo Niñas y niños altamente sensibles: un mundo de emociones intensas, los niños y niñas altamente sensibles (NAS) son una realidad que ha sido reconocida en las últimas décadas por la psicología. Este término fue acuñado por la psicóloga Elaine Aron en su libro de 1996 The Highly Sensitive Child (El niño altamente sensible), en el que se habla de un 15-20% de la población infantil que tiene una mayor capacidad para procesar información de manera profunda y compleja y que presenta una mayor sensibilidad innata ante los estímulos del ambiente que le rodea.

Ser un niño o niña altamente sensible no significa que se padezca una enfermedad, sino que se trata de un rasgo de la personalidad que se manifiesta de diferentes maneras. Según Elaine Aaron, para que una persona sea considerada altamente sensible ha de cumplir los cuatro pilares en que se sustenta la alta sensibilidad. Si no posee alguno de ellos, estaremos hablando de otro rasgo, patrón psicológico o condición personal, pero no de alta sensibilidad. A continuación, os detallo en qué consisten estos cuatro pilares y las características más comunes de las criaturas altamente sensibles para cada uno de ellos.

Los cuatro pilares de la alta sensibilidad

Los cuatro pilares de la alta sensibilidad, en inglés DOES, son:

  • Depth of processing. Profundidad de procesamiento
  • Overstimulation. Sobreestimulación
  • Emotional responsiveness & Empathy (capacidad de respuesta emocional y empatía).  Intensidad emocional y Empatía
  • Sensitivity to subtleties (sensibilidad a las sutilezas). Sensibilidad sensorial

El primer pilar: profundidad de procesamiento de la información

Este primer pilar de la alta sensibilidad se traduce en una capacidad para percibir y procesar información de manera más profunda y compleja que el resto de criaturas de su edad. ¿Qué significa esto? Que pueden notar y analizar detalles sutiles en su entorno que suelen pasar desapercibidos para otros y otras. Además, tienen una mayor capacidad para reflexionar y pensar honda e intensamente sobre los problemas y situaciones. Por esta razón, es común que hagan preguntas o deducciones más profundas que las de sus pares.

La profundidad de procesamiento de la información suele tener implicaciones en la toma de decisiones. Las criaturas altamente sensibles pueden considerar y sopesar más factores antes de tomar una decisión, lo que puede ser una ventaja en ciertas situaciones. Sin embargo, esta misma capacidad también puede llevar a la indecisión o la parálisis por análisis en situaciones complejas.

Los niños y niñas altamente sensibles suelen ser muy observadoras y poseen una gran capacidad para analizar y comprender lo que les rodea. Esto les permite encontrar conexiones entre ideas aparentemente inconexas y generar nuevas perspectivas, lo que puede manifestarse en un ingenioso sentido del humor y una riqueza de vocabulario sorprendente para su edad.

Además, a causa de su capacidad para procesar la información de manera profunda y reflexiva, los y las NAS suelen ser más creativas e imaginativas que otras criaturas. Esta habilidad puede ser una ventaja en el ámbito artístico o en la resolución de problemas creativos.

Las criaturas NAS son: reflexivas, analíticas, ingeniosas, creativas, expresivas, introvertidas, indecisas…

Los y las NAS suelen hacer preguntas o deducciones profundas para su edad
Los y las NAS suelen hacer preguntas o deducciones profundas para su edad

El segundo pilar: sobreestimulación

La alta sensibilidad también se relaciona con una mayor sensibilidad a la estimulación sensorial, lo que frecuentemente lleva a la sobreestimulación. Las criaturas altamente sensibles pueden sentirse abrumadas o ansiosas en ambientes estresantes, ruidosos o caóticos. Además, necesitan más tiempo y espacio para reflexionar y para procesar las experiencias sensoriales, debido a su profundidad de procesamiento, lo que les produce una mayor fatiga mental.

Asimismo, cuando las NAS se sienten observadas, pueden sentir una mayor presión para actuar o rendir bien, lo que puede aumentar su nivel de estrés y ansiedad que, a su vez, puede afectar a su rendimiento. Además, los NAS suelen ser muy conscientes de los detalles y pueden sentir que están siendo juzgados por cada pequeño error o fallo. Esto puede aumentar su nivel de autocrítica y hacer que se sientan aún más presionados para rendir bien, lo que afecta su concentración y su capacidad para desempeñarse en situaciones de alto estrés.

La sobreestimulación puede tener implicaciones en muchos aspectos de la vida de la infancia altamente sensible. Por ejemplo, pueden necesitar evitar ciertos ambientes o situaciones que pueden ser estresantes para ellos y ellas. Además, deben aprender a establecer límites claros con las demás para proteger su bienestar psicológico y emocional. Por último, debido a la sobreestimulación, los niños y niñas con alta sensibilidad frecuentemente necesitan tomar mayores tiempos de descanso y desconexión que otras criaturas, para evitar la saturación sensorial y mental.

Las criaturas NAS son: perfeccionistas, autoexigentes, detallistas, ordenadas, propensas a la sobrecarga emocional y mental…

Un niño o niña altamente sensible puede sentirse abrumada en un ambiente ruidoso o caótico
Un niño o niña altamente sensible puede sentirse abrumada en un ambiente ruidoso o caótico

El tercer pilar: emocionalidad y empatía

Las y los pequeños altamente sensibles experimentan una mayor intensidad emocional y una mayor capacidad para empatizar con otras personas. Esto significa que sienten las emociones (tanto las positivas como las negativas) de manera más profunda y son más conscientes de las emociones de los y las demás. Como te cuento en el artículo de este blog Empatía, un arma muy poderosa, la empatía es, sin duda, una cualidad crucial e indispensable para establecer relaciones humanas de calidad. Más aún hoy en día, en que valores como el individualismo o la competitividad se imponen en nuestra sociedad.

En cuanto a las relaciones interpersonales, las criaturas altamente sensibles a menudo tienen una gran intuición, habilidades para la lectura emocional y una capacidad excepcional para conectarse con los demás. Debido a su alta capacidad para procesar y sentir emociones, pueden detectar sutilezas en las emociones de los demás y en el ambiente que los rodea, incluso a una edad temprana. Sin duda esta capacidad intuitiva es una ventaja para las PAS, ya que les permite comprender mejor las necesidades de las demás personas y responder de manera empática y sensible.

Sin embargo, la emocionalidad y la empatía también pueden tener un lado negativo. Los y las peques con alta sensibilidad son más propensas a sentir ansiedad, estrés y tristeza, especialmente cuando están expuestas a situaciones emocionalmente desafiantes. También son más vulnerables a la crítica y al rechazo. Además, suelen absorber y hacer suyas las emociones negativas de los demás, lo que puede ser psicológicamente agotador. Es decir, frecuentemente los y las infantes con alta sensibilidad se sienten abrumadas por la intensidad de sus propias emociones o por las emociones de los demás.

Las criaturas NAS son: empáticas, emocionales, intensas, justas, vulnerables a la crítica y el rechazo…

Las criaturas altamente sensibles tienen una capacidad excepcional para conectarse con los demás
Las criaturas altamente sensibles tienen una capacidad excepcional para conectarse con las demás

El cuarto pilar: sensibilidad sensorial

La alta sensibilidad también se refleja en una mayor sutileza preceptiva, lo que causa que las y los infantes altamente sensibles sean más conscientes de los detalles sensoriales de su entorno. Por ejemplo, pueden notar olores o sabores sutiles, o pueden sentir las texturas las o temperaturas de manera más intensa. Esto puede hacer que se sientan abrumados y necesiten más tiempo para adaptarse a los cambios en su entorno. Por ejemplo, una niña altamente sensible puede sentirse incómoda con la ropa que lleva puesta porque le molesta en la piel, o puede sentirse desbordada por los ruidos fuertes en un lugar concurrido.

Por otro lado, los y las NAS suelen tener una gran capacidad para percibir las sutilezas del ambiente o del lenguaje no verbal de otras personas, lo que les permite captar matices que la mayoría pasa por alto. Esta habilidad puede ser útil, por ejemplo, en el ámbito académico, ya que les permite prestar atención a los detalles y comprender mejor la información. Sin embargo, también puede hacer que se distraigan con facilidad y les cueste centrar su atención en una sola tarea o actividad.

Las criaturas NAS son: intuitivas, observadoras, perspicaces, muy sensibles a ciertos estímulos sensoriales…

Las criaturas con alta sensibilidad captan sutilezas que pasan desapercibidas para la mayoría
Las criaturas con alta sensibilidad captan sutilezas que pasan desapercibidas para la mayoría

En definitiva, los cuatro pilares de la alta sensibilidad son fundamentales para comprender y considerar este rasgo de personalidad. Sin embargo, también es importante reconocer que cada niña o niño altamente sensible es único y experimentará su alta sensibilidad de manera diferente. Debemos tener en cuenta que la alta sensibilidad bien gestionada es un don maravilloso, pero a su vez puede causar que los y las peques se sientan diferentes al resto y tengan dificultades para encajar en un grupo social. Por ello, es importante que las criaturas altamente sensibles se tomen el tiempo para comprender y aceptar su rasgo y sus características individuales. Y, al mismo tiempo, las personas adultas debemos ofrecerles el apoyo y la orientación necesarios para aprovechar al máximo sus fortalezas y manejar los desafíos que puedan surgir en su día a día.

Ten en cuenta que este artículo es sólo informativo. Si sospechas que tu peque es altamente sensible y quieres salir de dudas o precisas asesoramiento para acompañar adecuadamente a tu hijo o hija NAS, no dudes en ponerte en contacto conmigo. Puedes hacerlo rellenando formulario de la página de inicio o pinchando aquí. ¡Estaré encantada de ayudarte!

https://www.guiainfantil.com/educacion/conducta/los-ninos-nas-nacen-siendo-altamente-sensibles-4-rasgos-caracteristicos/

Elaine Aron. 2002. El niño altamente sensible. Nueva York, EEUU. Editorial Broadway

Elaine Aron. 2005. El don de la sensibilidad en la infancia. Como ayudar a tu hijo cuando el mundo le abruma. Nueva York, EEUU. HarperCollins

Úrsula Perona. 2015. NAS. Niños altamente sensibles. Barcelona, España. Editorial Kairós

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Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

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Los roles en la familia narcisista. Cómo funcionan y qué consecuencias tienen

Las relaciones familiares son una parte fundamental de la vida de cualquier persona pero, cuando se trata de una familia con uno o varios miembros narcisistas, las dinámicas familiares suelen ser altamente disfuncionales y abusivas. En una familia narcisista, el padre o la madre narcisista controla y manipula a los demás miembros del clan familiar, lo que conlleva una serie de interacciones tóxicas que tendrán efectos duraderos en la vida de las criaturas y de las adultas y adultos afectados.

En este tipo de familias nada funciona como debería: el afecto se condiciona, la empatía se distorsiona, y cada persona adopta un rol adaptativo para sobrevivir al sistema. Los roles que cada miembro desempeña están altamente influenciados por el narcisismo patológico del padre o la madre narcisista. Cada integrante puede desempeñar diferentes papeles para adaptarse mejor a las situaciones disfuncionales que se establecen o porque así lo vaya marcando la persona narcisista.

En este artículo, exploraremos los diferentes roles que pueden estar presentes en una familia narcisista, cómo se relacionan con la dinámica familiar y los efectos que pueden tener en la vida de las personas.

Al igual que en el artículo anterior, El daño del narcisismo en la familia: cómo reconocerlo y sanarlo, quiero dejar claro que cuando hablo de narcisistas me refiero a personas con narcisismo patológico o, lo que es lo mismo, con un trastorno de personalidad narcisista, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5).

Éstos son los roles que están presentes en una familia narcisista:

La persona narcisista

Suele ser el padre, la madre o ambos, aunque siempre hay un narcisista principal. Esta persona es el centro de atención y busca constantemente la admiración, el reconocimiento y el control de los demás miembros de la familia. Juega un papel fundamental en el mantenimiento de la dinámica disfuncional familiar. Es manipuladora, envidiosa y con carencias de empatía. Se siente cómoda en el conflicto y puede ser muy crítica y cruel con quienes percibe como una amenaza.

Cabe resaltar que no todas las personas narcisistas son iguales y cada una muestra sus necesidades y carencias de muy diferentes formas, dependiendo de su tipología: las hay grandiosas (altamente egocéntricas y con aires de superioridad) y vulnerables (más encubiertas, muy sensibles a la crítica y dependientes de la validación externa). Si quieres conocer más sobre los tipos y subtipos de narcisismo existentes, puedes visitar el artículo Narcisismo: los tipos y subtipos que debes conocer.

Ambos padres pueden ser narcisistas, aunque siempre hay un narcisista principal
Ambos padres pueden ser narcisistas, aunque siempre hay un narcisista principal

La persona codependiente o facilitadora

Es la pareja de la persona narcisista (o, en ocasiones, uno de los hijos o hijas). Es quien se adapta y cede constantemente a las demandas del miembro narcisista de la familia, a menudo a costa de sus propias necesidades y bienestar emocional.

Esta persona puede sentir que su valor personal depende de la aprobación y la atención de la persona narcisista, lo que lleva a comportamientos de auto-negación, auto-abandono y auto-sacrificio. Además, puede experimentar sentimientos de culpa o vergüenza si no cumple con las expectativas del miembro abusivo o si intenta establecer límites. No lo hace por debilidad, sino por aprendizaje de supervivencia emocional.

La persona codependiente desarrolla un radar infalible para detectar los estados del narcisista y adaptarse antes de que explote. Además, también puede tomar el papel de mediadora en los conflictos familiares, tratando de mantener la paz a toda costa. Esto le puede llevar a sacrificar su propia opinión y tomar la responsabilidad de resolver los problemas de la familia, lo que puede resultar en una carga emocional agotadora.

Como consecuencia de todo lo anterior, acaba sin espacio para sí misma, confundiendo amor con sacrificio. Tendrá dificultades para reconocer y expresar sus propias emociones, ya que ha estado enfocada en satisfacer las necesidades emocionales de la persona abusiva. Esto le puede llevar al agotamiento emocional y a una falta de satisfacción personal en la vida.

Es importante destacar que la persona codependiente no es responsable de los comportamientos abusivos, pero sí contribuye a perpetuarlos al no establecer límites saludables y al permitir que la persona narcisista tenga un excesivo control sobre la dinámica familiar.

La niña o niño dorado

Este miembro de la familia es el favorito de la persona narcisista y puede ser utilizado para cumplir las necesidades emocionales de la misma. Se le suele consentir y recibe una gran cantidad de atención, elogios y privilegios. Esto lleva a la criatura a desarrollar un sentimiento de superioridad y una falta de empatía hacia otros miembros de la familia. A su vez, los demás miembros de la familia pueden sentir celos y resentimiento hacia esta figura.

El niño dorado es más propenso a desarrollar rasgos narcisistas en la edad adulta. Al ser objeto de un exceso de atención y alabanza por parte de los padres, se genera en él una percepción exagerada de su propia importancia y dificultad para aceptar críticas o fracasos.

La niña o niño dorado de la familia suele desarrollar egocentrismo y una actitud de superioridad
La niña o niño dorado de la familia suele desarrollar egocentrismo y una actitud de superioridad

Como persona adulta, la niña dorada sentirá que sigue mereciendo un trato especial y privilegiado. También tendrá dificultades para establecer relaciones saludables, ya que esperará que las demás personas le adoren y complazcan. En ocasiones generará expectativas poco realistas de sí misma y de los demás, lo que puede llevar a la decepción y al descontento.

Es decir, cuando el niño de oro sale del cascarón y se enfrenta al mundo real no es capaz de aceptar que las cosas no son como cree o quiere. Le cuesta asumir que no es el centro del universo ni alguien tan importante como le han hecho pensar siempre. Para compensar esta carencia, ceba su ego alimentando la idea de ser en realidad alguien muy especial a quien sólo unos pocos privilegiados tendrán el gusto de poder entender y tratar. Al final no deja de ser una víctima más de su propia familia

Es importante recordar que no todos los niños dorados se convierten en narcisistas en la adultez. El ambiente familiar, la crianza, así como otros factores (la personalidad, la gente del entorno, las experiencias vitales ajenas al núcleo familiar…), también pueden influir en el desarrollo o no de rasgos narcisistas.

La oveja negra

La oveja negra, que suele ser una de las hijas o hijos, no es el problema de la familia, sino el síntoma de que algo no está bien en el sistema. Es aquella persona que piensa distinto, siente distinto o se atreve a cuestionar lo incuestionable. En el ecosistema narcisista, donde la lealtad se confunde con sumisión y la armonía con silencio, la oveja negra encarna la disidencia emocional.

A menudo es más empática, reflexiva y sensible a la injusticia. Sus cuestionamientos amenazan la fachada perfecta del clan, y por eso se convierte en el elemento “incómodo”.

Muchas veces no encaja porque se niega a anestesiar su conciencia. Prefiere lidiar con su conflicto interno antes que «hacer como si nada» o ser hipócrita. El precio que paga suele ser alto: exclusión, gaslighting, señalamiento o culpa inducida. Pero su valor es importante: la oveja negra tiene la capacidad de ver con claridad lo que el resto niega.

Con el tiempo, si logra tener una autoestima y unos límites sanos, esta figura puede convertirse en el eslabón evolutivo del linaje familiar. Y, en la incomodidad que genera, reside la posibilidad de que algo cambie.

En última instancia, es importante recordar que cada miembro de la familia tiene la capacidad de tomar decisiones y trabajar en su propio crecimiento personal, incluso en un ambiente disfuncional. Si bien puede ser difícil, es posible sanar y crecer, y la oveja negra puede ser una fuerza poderosa en ese proceso.

No puedes sanar en el mismo lugar donde te enfermaste

Anónimo
La oveja negra tiene la capacidad de sanar el linaje familiar
La oveja negra tiene la capacidad de sanar el linaje familiar

El chivo expiatorio

En una familia disfuncional, el chivo expiatorio es la persona sobre la que se depositan los conflictos, frustraciones y emociones negativas que el resto del sistema no puede o no quiere asumir. Suele ser uno de los hijos o hijas, aunque el rol puede rotar entre varios miembros según las circunstancias. En algunos casos, también la pareja de la persona narcisista acaba ocupando este lugar, convirtiéndose en el blanco de las críticas, los reproches y las proyecciones emocionales del grupo.

La persona narcisista proyecta en el chivo expiatorio sus propias partes negadas: rabia, envidia, miedo, sensación de inferioridad… Y los demás miembros del sistema (por miedo, comodidad o lealtad inconsciente) tienden a alinearse con el narcisista y reforzar esa narrativa.

Desde la perspectiva de la psicología familiar sistémica (Bowen, 1978; Minuchin, 1985), este mecanismo de desplazamiento funciona como una estrategia inconsciente del sistema que asigna roles de ‘culpables’ para mantener un falso equilibrio y evitar cuestionar la disfunción de fondo. Pero el coste para la persona que ocupa este lugar es alto: culpa crónica, baja autoestima, confusión emocional y, con frecuencia, patrones de revictimización en su vida adulta. No es raro que busque relaciones donde repite el mismo guion con parejas de perfil narcisista/ psicopático. (Cómo te seduce el psicópata hetero. Aquí tienes las claves para detectarlo).

Con el tiempo, algunos chivos expiatorios logran tomar conciencia del rol impuesto y se distancian de la familia o establecen límites firmes. Aunque el proceso puede ser doloroso, supone un paso decisivo hacia la recuperación del propio criterio, la autonomía y la autoestima.

El chivo expiatorio y la oveja negra muy a menudo coinciden y, aunque muchísimas veces los encarna la misma persona, son roles separados:

  • El chivo expiatorio carga con la culpa del sistema y absorbe su tensión.
  • La oveja negra rompe el molde al pensar y actuar diferente.

La hija o hijo invisible

Es un miembro de la familia ignorado o descuidado por la persona narcisista y suele ser uno de los hijos. La criatura no es vista ni valorada y suelen descuidarse sus necesidades emocionales, por lo que genera sentimientos de aislamiento y soledad. Mientras tanto, la persona narcisista centra su atención en la criatura dorada o en aquellas que no cumplen con sus expectativas (como la oveja negra o el hijo rebelde), dejando de lado al niño o niña invisible, quien le proporciona menor suministro emocional o refuerzo.

En una familia narcisista, cada miembro cumple un papel
En una familia narcisista, cada miembro cumple un papel

A medida que crece, es común que el miembro invisible del grupo familiar experimente problemas de autoestima y dificultades para establecer relaciones saludables. Suele mostrar una tendencia hacia la codependencia, dificultades para expresar emociones o poner límites y puede arrastrar inseguridades y patrones de autocuidado deficiente que se prolongan hasta la adultez.

El hijo o hija rebelde

Es quien desafía y cuestiona la autoridad de la persona narcisista. Suele poner límites, expresar desacuerdo o mostrar desobediencia frente a las exigencias y expectativas rígidas del sistema familiar. Debido a su actitud, suele ser criticada, castigada o marginada por la familia narcisista, que percibe su independencia como una amenaza al control y a la apariencia de armonía.

Este rol puede coincidir con el de la oveja negra: ambos son vistos como “problemas” dentro del sistema y suelen cargar con la responsabilidad de absorber la crítica o el rechazo. Sin embargo, no siempre se trata de la misma persona: a veces, es el niño o niña dorada quien asume un comportamiento rebelde, sobre todo si siente descontento o frustración por las expectativas impuestas.

La criatura rebelde, al crecer, puede desarrollar un fuerte sentido de autonomía y autoafirmación, pero también arrastrar conflictos internos por la constante oposición a las figuras de autoridad y la lucha por ser vista y valorada en un entorno que no valida sus emociones ni su identidad.

La hija o hijo neutral

Es quien intenta mantener la paz en el clan familiar y se muestra imparcial en los conflictos familiares. Su papel consiste en mediar, suavizar tensiones y evitar enfrentamientos directos. Aunque ser un hijo o hija neutral puede resultar difícil y agotador, también puede suponer una ventaja, ya que le permite mantener cierta distancia emocional y protegerse de la intensidad de las dinámicas familiares. Gracias a su aparente neutralidad, puede evitar ser arrastrado por las demandas, necesidades o desavenencias del progenitor narcisista.

A menudo, la criatura invisible y la neutral coinciden: ambas tienden a pasar desapercibidas, a reprimir sus emociones y a adaptarse para no generar más conflicto. En otros casos, la persona neutral adopta el rol de facilitadora, alguien que intenta sostener la armonía a cualquier precio. Puede mediar entre miembros enfrentados, justificar comportamientos o asumir responsabilidades emocionales que no le corresponden.

Este rol, aunque parece pacífico, puede tener un alto coste interno. Con el tiempo, la persona puede sentirse emocionalmente agotada, desconectada de sus propias necesidades o culpable cuando prioriza su bienestar. En la adultez, suele desarrollar una fuerte tendencia a evitar el conflicto, a complacer y a mantener una fachada de calma, incluso cuando internamente se siente en tensión.

Los mono(s) volador(es)

Miembro(s) de la familia que actúa(n) como intermediario(s) o mensajero(s) entre la persona narcisista y las demás personas de la familia. Se encarga(n) de satisfacer las necesidades y deseos de la persona tóxica, incluso si esto significa ignorar o marginar las necesidades y deseos de los demás integrantes de la familia.

Los diferentes roles en una familia narcisista permiten mantener el equilibrio disfuncional
Los diferentes roles en una familia narcisista permiten mantener el equilibrio disfuncional

Muchas veces, un mismo miembro de la familia narcisista desempeña varios de los papeles explicados a la vez. Además, las dinámicas familiares suelen ser complejas y variadas, por lo que suele ocurrir que las personas van cambiando de roles a lo largo del tiempo.

Sea como sea, el primer paso para sanar los patrones familiares disfuncionales es reconocerlos como tales. Y para ello, nunca es tarde. Quizá este artículo suponga un punto de partida en el proceso. ¡Mucho ánimo si es tu caso!

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Iñaki Piñuel. 2020. Familia Zero. Cómo sobrevivir a los psicópatas en familia. Madrid, España. La esfera de libros

Karyl Mc Bride. 2013. Madres que no saben amar. Nueva York, EEUU. Ediciones Urano

Karyl Mc Bride. 2018. Mi mamá no me mima. Cómo superar las secuelas provocadas por una madre narcisista. Nueva York, EEUU. Editorial Books4pocket

Wendy T. Behary. 2013. Disarming the Narcissist: Surviving & Thriving with the Self-Absorbed. Oakland, California, EEUU. New Harbinger Publications

Mauricio Zermeño de los Reyes. 2021. Matriarcado Narcisista: Tu madre no es tóxica, está enferma del Trastorno de la Personalidad Narcisista. Editorial Independently Published

https://psicologiaymente.com/social/familias-narcisistas

¿Te reconoces en alguno(s) de estos papeles? ¿Te ha parecido interesante este artículo? Sígueme para más contenidos relacionados.

Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

contacta@mamaevapsicopedagoga.com

Publicado en Alta sensibilidad, Educación, Maternidad y crianza, Psicología, Psicopedagogía

Niñas y niños altamente sensibles (NAS): un mundo de emociones intensas y creatividad

La alta sensibilidad, término acuñado por la psicóloga Elaine Aron en la década de 1990, es un rasgo de personalidad hereditario que se presenta en aproximadamente el 20% de las personas, tanto en infancia como en personas adultas. Estudios recientes hablan de que este porcentaje podría ascender al 30% de la población. Este rasgo puede ser especialmente significativo en la infancia, ya que las criaturas se encuentran en un proceso de desarrollo y aprendizaje que se ve influenciado por el entorno en el que crecen. En este sentido, es importante tener en cuenta las características propias de los y las NAS para poder ofrecerles un entorno adecuado que les permita desarrollarse de forma saludable. Y sobre todo porque la vida, tal como se entiende hoy en día, no está pensada ni adaptada para las personas altamente sensibles (PAS)…

Antes de nada, te tengo que explicar que la Alta Sensibilidad no se diagnostica, pues no es una patología, una enfermedad, ni trastorno. Sin embargo, podemos concluir que una niña o niño es altamente sensible (NAS) teniendo en cuenta, mediante observación, ciertas características concretas de su comportamiento y su personalidad.

Cómo son las criaturas altamente sensibles

En primer lugar, es importante señalar que las NAS suelen ser muy perceptivas y estar muy atentas a los detalles. Esta atención al detalle les permite aprender con mayor rapidez y profundidad sobre su entorno, ya que son capaces de captar matices que pasan desapercibidos para otros niños y niñas. Por otro lado, este rasgo puede hacer que los NAS se sientan abrumados por la cantidad de información que reciben, lo que puede generar estrés y ansiedad.

Debido a lo anterior, otra de las características de estas y estos pequeños es que se sobreestimulan con facilidad. Los niños y niñas con alta sensibilidad necesitan más a menudo tiempos de descanso y desconexión del entorno para recargas las pilas, descansar su cerebro y poder volver a la carga con la mente calmada.

Otra característica común de los NAS es su gran empatía, de la que he hablado en otros artículos. (Ver Empatía, un arma muy poderosa y Empatía y ecpatía, los dos pesos de una misma balanza). Se podría decir que la empatía es uno de los elementos más destacables de la alta sensibilidad y, a su vez, está relacionada con la inteligencia interpersonal. Puedes ver de qué se trata en Las ocho inteligencias según Howard Gardner. Las NAS son capaces de ponerse en el lugar de los demás y comprender sus emociones y sentimientos. Esta habilidad les permite establecer relaciones interpersonales más profundas y significativas, pero también puede llevarlas a sentir la tristeza y el dolor de los demás de forma muy intensa. En este sentido, es importante que las y los adultos que acompañan a las NAS les enseñen estrategias para gestionar sus propias emociones y evitar que se sientan desbordadas por las ajenas.

La alta sensibilidad también se manifiesta en el ámbito sensorial. Las niñas y niños altamente sensibles poseen una mayor sensibilidad a los estímulos del entorno que les rodea. Esta característica se manifiesta en diferentes ámbitos, como el emocional, el social, el sensorial… Esto puede provocar que ciertos ambientes les resulten incómodos o incluso dolorosos, como las temperaturas altas o bajas, las luces muy intensas, los sonidos fuertes o las texturas ásperas. Es importante que las y los mayores presten atención al entorno y eviten exponer a las criaturas a situaciones que puedan generarles malestar.

En cuanto a su vida emocional e interior, los y las NAS suelen ser niñas muy reflexivas y con gran capacidad para meditar sobre sus propios pensamientos y sentimientos, lo cual está directamente relacionado con la inteligencia intrapersonal (ver Las ocho inteligencias según Howard Gardner). Son peques que suelen hacer preguntas profundas y poco habituales para su edad sobre el sentido de la vida, el funcionamiento y los porqués de las cosas. Aunque esta capacidad puede ser muy positiva, ya que les permite seguir fomentando su inteligencia emocional, también puede hacer que las y los NAS se sientan inseguros y vulnerables ante sus propias emociones. Tanto madres y padres, como la comunidad educativa, deben facilitar estrategias para comprender y regular las emociones que generan estos procesos internos, de modo que las criaturas PAS puedan disfrutar de una vida emocional saludable.

Respecto a su comportamiento, los y las NAS suelen ser niñas muy perfeccionistas y exigentes consigo mismas. Esta tendencia puede manifestarse en el ámbito académico, el deportivo o el artístico. Estas criaturas tienden a esforzarse al máximo en todo lo que hacen y a querer obtener resultados excelentes en todas sus actividades. Como es lógico pensar, esta característica puede generarles estrés y ansiedad, especialmente si se sienten presionadas por los adultos. Por esta razón, es importante que las personas mayores enseñen a la infancia PAS a establecer metas alcanzables y a valorar sus logros, aunque no sean perfectos.

Además, las y los NAS también suelen ser muy introvertidos y reservados. Aunque esto no es una característica exclusiva de la alta sensibilidad, sí es cierto que estas criaturas suelen necesitar más tiempo para procesar la información y las emociones que sienten. Sin embargo, debemos tener en cuenta que según la doctora Elaine Aron alrededor del 30% de las personas altamente sensibles son extrovertidas. Por lo que, sólo porque tu peque sea sociable y extrovertida, no debes descartar que sea altamente sensible.

Por otro lado, es importante destacar que los y las NAS también pueden ser personas muy creativas y talentosas. Su sensibilidad les permite apreciar la belleza en todas sus formas y expresarse de manera creativa en diferentes ámbitos artísticos, como la pintura, la música o la escritura. Se debe brindar a las y los jóvenes PAS la oportunidad de explorar su creatividad y de desarrollar sus talentos.

Las criaturas altamente sensibles suelen tener mucha imaginación y ser muy creativas
Las criaturas altamente sensibles suelen tener mucha imaginación y ser muy creativas

En definitiva, las niñas y niños altamente sensibles son criaturas que poseen una gran riqueza emocional y una capacidad innata para apreciar la belleza en el mundo que les rodea. Aunque la alta sensibilidad puede presentar algunos desafíos, también ofrece grandes oportunidades de crecimiento personal y emocional. Por esta razón, es importante que las personas que acompañan a los y las NAS les brinden el apoyo y las herramientas necesarias para desarrollarse de manera plena y feliz.

14 características más de las PAS

Aquí te presento 14 características que, junto con las mencionadas anteriormente, te ayudarán a hacerte una idea bastante precisa de cómo son las criaturas altamente sensibles y de si ese o esa peque en quien estás pensando puede serlo o no:

  1. Son muy analíticas y pueden ser muy buenas en la resolución de problemas complejos, gracias a su profundidad de procesamiento de la información.
  2. Les cuesta tomar decisiones. Por la cuestión anterior, su tendencia a procesar la información de manera profunda y reflexiva, son conscientes de las múltiples opciones posibles y de las probables consecuencias de cada una de ellas. Además, su empatía puede tener un efecto ralentizante, ya que necesitan tomar la decisión «correcta» para evitar causar daño o malestar a otras personas.
  3. Son muy observadoras y pueden notar patrones y tendencias en las situaciones.
  4. Les encanta estar en contacto con la naturaleza. Suelen ser muy conscientes de su entorno natural y disfrutar al aire libre.
  5. Son muy emotivas. Suelen experimentar emociones de manera muy intensa, ya sean positivas o negativas. Pueden llorar con facilidad o sentir mucha alegría ante situaciones que otros podrían considerar menos importantes.
  6. Son muy intuitivas. Tienen la capacidad de tomar decisiones acertadas y tener un buen juicio ante situaciones complicadas. Para saber más sobre la intuición puedes leer mi artículo Niños y niñas con sexto sentido.
  7. Suelen ser muy conscientes de su cuerpo y de sus sensaciones físicas. Pueden presentar una gran sensibilidad ante ciertos alimentos, saber lo que les sienta bien y lo que no, tener problemas para adaptarse a ropa o calzado incómodos y para tolerar ciertas texturas.
  8. A pesar de ser muy sensibles y emocionales, también suelen ser muy independientes y valoran su espacio personal y su privacidad. Tienen una gran necesidad de pasar tiempo a solas y pueden sentirse abrumadas si están en situaciones muy sociales o ruidosas durante mucho tiempo. Si son niños o niñas muy pequeñas reclamarán la compañía de mamá o papá igual que cualquiera de su edad.
  9. Tienen un gran sentido de la justicia y pueden sentir mucha indignación ante situaciones de discriminación o abuso.
  10. Son muy exigentes consigo mismas y excesivamente autocríticas ante los errores, llegando en ocasiones a términos obsesivos.
  11. Tienen una gran capacidad de concentración y pueden trabajar en proyectos durante horas sin distraerse en situaciones que les resultan interesantes y significativas. Lógicamente dependerá de la edad de las criaturas.
  12. Tienen buena capacidad para adaptarse a situaciones nuevas y desconocidas. Al ser muy conscientes de su entorno y de las emociones de las personas que les rodean, pueden adaptarse mejor a las situaciones y a las necesidades de los demás.
  13. Sin embargo, pueden ser más sensibles a ciertos cambios y transiciones en su entorno, lo que puede provocar que se sientan abrumadas o estresadas, según el contexto, ante ciertas situaciones que otros y otras peques pueden manejar con más facilidad. También pueden sentirse incómodas o irritadas si algo está fuera de lugar.
  14. Son muy sensibles a la crítica y pueden sentirse heridas fácilmente.
Las PAS se pueden sentir frecuentemente abrumadas por la indecisión o preocupadas por tomar la decisión "correcta"
Las PAS se pueden sentir frecuentemente abrumadas por la indecisión o preocupadas por tomar la decisión «correcta»

Si quieres saber más sobre alta sensibilidad, puedes leer La importancia de los cuatro pilares de la alta sensibilidad en la crianza de niños y niñas NAS.

¿Crees que tu hija o hijo es NAS? No olvides que este artículo es meramente informativo. Si quieres solicitar asesoramiento para salir de dudas y/o ayudarle a gestionar de forma efectiva su rasgo, no dudes en ponerte en contacto conmigo. Puedes rellenar el formulario de la página de inicio, ir a la sección de Contacto o pinchar en este link: Contacto

https://www.guiainfantil.com/educacion/conducta/los-ninos-nas-nacen-siendo-altamente-sensibles-4-rasgos-caracteristicos/

Elaine Aron. 2002. El niño altamente sensible. Nueva York, EEUU. Editorial Broadway

Elaine Aron. 2005. El don de la sensibilidad en la infancia. Como ayudar a tu hijo cuando el mundo le abruma. Nueva York, EEUU. HarperCollins

Úrsula Perona. 2015. NAS. Niños altamente sensibles. Barcelona, España. Editorial Kairós

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Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

contacta@mamaevapsicopedagoga.com

Publicado en Abuso narcisista, Maternidad y crianza, Psicología

El daño del narcisismo en la familia. Cómo reconocerlo y sanarlo

Las familias narcisistas son una realidad dolorosa, aunque históricamente escondida, y más común de lo que se piensa. Un padre o una madre con trastorno de personalidad narcisista puede afectar profundamente a sus descendientes, generándoles una variedad de problemas y secuelas emocionales y psicológicas. En este artículo, exploraremos las características de una familia narcisista, los efectos que puede tener en los hijos e hijas y las opciones de afrontamiento disponibles para aquellas personas que sufren los efectos de las dinámicas familiares del narcisismo patológico.

¿Qué es una familia narcisista?

Antes de nada, quiero dejar claro que en todo el artículo cuando hable de «narcisista«, me referiré siempre a una persona narcisista patológica o, lo que es lo mismo, alguien con trastorno de personalidad narcisista (DSM-5).

Una familia narcisista es una familia en la que uno o ambos padres son narcisistas patológicos. Un padre o madre narcisista es alguien que tiene un sentido exagerado de importancia personal, una necesidad constante de admiración y una falta de empatía hacia los demás (leer Empatía, un arma muy poderosa), entre otras cosas. En una familia narcisista todo gira en torno a la persona narcisista, quien miente, controla y manipula a los otros miembros de la familia para satisfacer sus necesidades y expectativas.

El padre/madre narcisista espera que el resto de la familia lo admire y lo considere superior. Si los demás miembros del clan no cumplen con estas expectativas, pueden ser ignorados, ridiculizados o incluso castigados. A menudo, la madre/padre narcisista tratará de mantener a sus hijos e hijas a su lado, a través de la intimidación, el chantaje o la manipulación, para asegurarse de que sigan cumpliendo con sus necesidades.

Un padre o una madre narcisista (Narcisismo: los tipos y subtipos que debes conocer) puede ejercer maltrato de muy variadas maneras. Las formas más impactantes y obvias son el castigo físico (palizas, golpes, privación de alimentos, encerrar en un espacio pequeño o sin ventilación… ) o la agresión sexual del tipo que sea (insinuaciones, tocamientos, violación… ) Pero hay otras muchas maneras de ejercer abuso, que forman parte del maltrato psicológico, algunas tan sutiles que ni siquiera se reconocen como maltrato. Estas manifestaciones van desde las más explícitas, como gritos e insultos, hasta abandono físico (parcial o absoluto), pasando por abandono emocional (que es «la madre del cordero»), negligencia, humillaciones, amenazas, chantaje, gaslighting

En una familia narcisista todo gira en torno a la persona narcisista
En una familia narcisista todo gira en torno a la persona narcisista

Características de una familia narcisista

Una familia narcisista puede ser difícil de reconocer debido a la habilidad del narcisista patológico para manipular y controlar a la gente. A menudo, las personas que crecen en este tipo de familias no se dan cuenta de que sus dinámicas familiares no son saludables hasta que están fuera de su influjo y empiezan a compararse con otras familias «normales». A continuación, os cuento algunas de las características comunes de una familia narcisista.

  1. Dominio del narcisista. En este tipo de clan familiar la persona narcisista es el centro del universo y las necesidades y deseos de las demás están subordinados a los suyos. Los y las narcisistas son manipuladoras habilidosas y pueden controlar a los miembros de la familia mediante la culpa, el miedo y la vergüenza. Dentro de este tipo de familias abusivas los integrantes aprenden a adaptarse a las necesidades del narcisista principal y a ignorar sus propias necesidades.
  2. Necesidad de atención. Las personas narcisistas suelen tener una necesidad constante de atención y reconocimiento, y pueden hacer cualquier cosa para conseguirlo. Esto puede llevar a comportamientos exagerados o inapropiados, como inflar sus propios logros o actuar de manera dramática para llamar la atención.
  3. Comportamiento impredecible. Las familias narcisistas pueden tener una dinámica caótica e impredecible. Los miembros del clan nunca saben qué esperar del narcisista, lo que puede generar miedo, ansiedad y estrés. Las personas narcisistas pueden ser extremadamente volátiles y cambiar de humor rápidamente, lo que hace que sea difícil saber cómo actuar o qué decir para evitar su ira.
  4. Falta de empatía. Las personas narcisistas a menudo son incapaces de empatizar con los y las demás, lo que significa que no pueden ponerse en el lugar de otras personas y comprender sus sentimientos y perspectivas. Esto lleva a una falta de conexión emocional entre los miembros de la familia. Por esta razón algunas personas dentro de la familia narcisista son ignoradas o minimizadas si no cumplen con las expectativas del narcisista. Además, las narcisistas pueden ser crueles y despiadadas en sus críticas y comentarios, lo que puede dañar profundamente a los familiares.
  5. Falsas apariencias y mentiras. Las familias narcisistas se preocupan mucho por la apariencia y la imagen. Quieren que el mundo vea a su familia como perfecta y feliz, aunque de puertas para adentro haya mucho caos y disfunción. Los miembros de este tipo de familias pueden sentir una gran presión para mantener esta fachada, incluso aunque esto signifique ocultar sus verdaderos sentimientos o problemas en casa. Además, las personas narcisistas son expertas en el arte de la mentira y ésta se convierte en una práctica cotidiana.
  6. Envidia, crítica constante y rivalidad. Para contrarrestar su baja autoestima real, la persona con trastorno de personalidad narcisista desarrolla un inflado y desajustado sentimiento de superioridad. Esto le lleva a pensar que los y las demás le envidian y envidian a su familia. Al mismo tiempo critica en las demás personas todo aquello de lo que ella carece. La persona narcisista patológica con frecuencia percibe a los demás como una amenaza a su propio sentido de superioridad, lo que puede crear una atmósfera de rivalidad en la familia, en lugar de apoyo y cooperación. Suele generar sentimientos de competencia entre los miembros de la familia, ya sea de manera abierta o sutil: minimizar o ignorar los logros de los demás, sabotaje, crítica constante, comparación, triangulación… Los integrantes de este tipo de clanes familiares a menudo se sienten como si estuvieran en competición para obtener la aprobación del narcisista principal, pudiendo llegar a creer que nunca son lo suficientemente buenos y que siempre están en desventaja en comparación con otros miembros de la familia.
  7. Control y manipulación. Las y los narcisistas patológicos suelen intentar controlar todo y a todas en su entorno, pero a su vez suelen presentar dificultades para aceptar los límites de los demás. Para ejercer dicho control suelen recurrir a la manipulación, utilizando la culpa, el miedo o la luz de gas, entre otras técnicas, para conseguir lo que quieren. Los miembros de la familia pueden sentir que no tienen control sobre sus propias vidas y que sus límites personales no son respetados.
  8. Proyección. Las personas narcisistas pueden proyectar sus propios problemas y debilidades en las demás, lo que significa que pueden culpar a otras y otros por cosas que son responsabilidad propia. Esto puede hacer que los miembros de la familia se sientan confundidos y culpables por cosas que no han hecho o que no son.
La culpa, la vergüenza, la envidia, la crítica... Son muy frecuentes en una familia narcisista
La culpa, la vergüenza, la envidia, la crítica… Son muy frecuentes en una familia narcisista

Efectos de una familia narcisista en las hijas e hijos

Los efectos de una familia narcisista en las y los descendientes suelen ser profundos y permanentes. Las criaturas de padres/madres narcisistas a menudo crecen con una sensación de que nunca son lo suficientemente buenas, y que su valor como personas está directamente relacionado con su capacidad de satisfacer las necesidades del padre/madre narcisista. Esto puede conllevar problemas emocionales graves (autoestima desajustada, problemas de autoconcepto, autosabotaje, estrés post traumático complejo…), enfermedades mentales (ansiedad, depresión, bipolaridad, trastorno límite de la personalidad, trastornos disociativos, trastorno de personalidad narcisista…), trastornos alimentarios, adicciones y, en casos extremos, incluso el suicidio. Puedes ampliar esta información en el artículo El impacto de los entornos disfuncionales en la infancia: una mirada desde el método PARCUVE.

Las criaturas de madres/padres narcisistas también pueden tener problemas para conformar relaciones interpersonales sanas. Esto se debe a que crecen en entornos en los que la manipulación y la ocultación de las propias emociones y sentimientos están a la orden del día. Esto puede generar una falta de confianza en las demás, una incapacidad para establecer relaciones profundas y significativas o una necesidad de agradar y satisfacer a la otra persona olvidándose de las propias necesidades.

Además, estos hijos e hijas a menudo presentan dificultades para establecer límites saludables. La causa es haberse desarrollado en un ambiente en el que sus necesidades y deseos han sido ignorados o descartados en favor de los deseos del padre/madre narcisista. Esto conlleva una falta de comprensión de la importancia de los límites personales y una incapacidad para decir «no» cuando es necesario. Es decir, hay muchas probabilidades de que, si has crecido en una familia narcisista, acabes cayendo en las redes de una pareja narcisista en la edad adulta e, incluso, que vayas enlazando una relación de abuso tras otra. Aunque, dependiendo del rol que te haya tocado dentro del clan familiar (leer Los roles en la familia narcisista. Cómo funcionan y qué consecuencias tienen), los hijos e hijas de una familia narcisista también pueden repetir patrones narcisistas de adultas.

¿Hay tratamiento para la familia narcisista?

Tratar con este tipo de familia disfuncional resulta un desafío emocional y psicológico importante. Los patrones disfuncionales de comportamiento y comunicación que se generan en una familia narcisista suelen tener un impacto hondo y duradero en la vida de los hijos e hijas y de otros miembros de la familia. Aunque la persona con trastorno de personalidad narcisista no va a cambiar, hay opciones de tratamiento efectivo para las víctimas de uno o varias familiares narcisistas. Aquí te presento brevemente algunas de estas alternativas:

  • Terapia familiar

Una de las opciones para trabajar el problema es la terapia familiar. En ella los integrantes deben trabajar juntos para identificar y abordar los patrones disfuncionales de comunicación y comportamiento que están contribuyendo a la dinámica narcisista en la familia. Las terapeutas familiares pueden ayudar a los y las familiares a aprender nuevas habilidades de comunicación y resolución de conflictos, y pueden guiarlas en la creación de un ambiente de apoyo y comprensión mutua.

La terapia familiar también puede ser útil para ayudar a los miembros del clan familiar a comprender las causas subyacentes del comportamiento narcisista del padre/madre. A menudo, el trastorno de personalidad narcisista se desarrolla como resultado de experiencias traumáticas o dolorosas en la infancia. No se trata de justificar o disculpar a la persona narcisista, sino de entender.

El mayor hándicap en este tipo de terapia es que la persona narcisista raramente reconoce tener un problema ni ser la causante de los problemas de las demás personas. Para ella son los otros individuos los que tienen una dificultad, por lo que es casi imposible que pretenda cambiar o mejorar de forma consciente y sincera. No es que desaconseje totalmente esta estrategia de afrontamiento, pero debido a la naturaleza misma del narcisismo patológico no suele ser una opción recomendable en la mayoría de las situaciones. Como todo en la vida, dependerá de cada caso particular.

Es importante hacer terapia para sanar las heridas de la infancia y los efectos del abuso narcisista
Es importante hacer terapia para sanar las heridas de la infancia y los efectos del abuso narcisista
  • Terapia individual

La terapia individual con una especialista cualificada es realmente útil y necesaria para aquellas personas que han sufrido los efectos de una familia narcisista. Un terapeuta puede ayudar a la persona a procesar y trabajar a través de los efectos emocionales y psicológicos que ha experimentado como resultado de la dinámica narcisista en la familia. La terapia contribuye a desarrollar habilidades de afrontamiento y resiliencia para hacer frente de manera adecuada a todo tipo de situaciones susceptibles de ser problemáticas en el futuro. Trabajar en terapia también contribuye a la sanación de las heridas emocionales de infancia que ha causado la persona narcisista y ayuda a los miembros de la familia a entender y superar los patrones disfuncionales.

  • Establecer límites saludables

Establecer límites saludables es fundamental para tratar con un familiar narcisista. Los miembros de la familia afectados por el comportamiento narcisista deben aprender a establecer límites claros y firmes en su relación con la persona narcisista. Éstos pueden incluir establecer límites en el tiempo que se pasa con el familiar narcisista, negarse a participar en comportamientos que son dañinos o perjudiciales y aprender a decir «no» de manera efectiva.

Evidentemente en muchos casos el contacto cero es la única estrategia sana posible. Es decir, cortar de raíz cualquier tipo de comunicación con la persona abusiva para siempre. Pero me parece importante señalar que establecer límites saludables no tiene por qué significar en todos los casos cortar completamente las relaciones con la persona narcisista. Se trata más bien de establecer pautas saludables que permitan a la persona proteger su propia salud emocional y psicológica, mientras mantiene una relación limitada pero sana con su familiar narcisista. Una buena terapeuta nos puede guiar en este sentido.

  • Buscar apoyo externo

Buscar apoyo externo es importante para quienes están tratando de lidiar con una familia narcisista. Esto puede incluir conectarse con amigas cercanas, familiares y otros miembros de la comunidad que puedan ofrecer apoyo emocional y comprensión. Asimismo, puede incluir la búsqueda de grupos de apoyo.

Hay grupos de apoyo en línea y en persona que están diseñados específicamente para víctimas de familias narcisistas. Estos grupos pueden proporcionar un espacio seguro y de ayuda para que las personas compartan sus experiencias y se conecten con otras que están pasando por lo mismo. También pueden ofrecer información y recursos útiles sobre cómo enfrentarse a esta situación.

Buscar apoyo externo no significa que la persona sea débil o incapaz de manejar la situación por sí misma. De hecho, buscar ayuda es un signo de fortaleza, de conocimiento y reconocimiento de los propios límites. Además, tener una red de apoyo externo puede ayudar a las personas a sentirse menos aisladas y solas en su lucha contra el abuso narcisista.

  • Practicar el autocuidado

El autocuidado es fundamental para las víctimas de este tipo de abuso. Si tú eres víctima de una persona narcisista, puedes experimentar altos niveles de estrés, ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental. Por lo tanto, es importante que te tomes el tiempo y el espacio para cuidar de ti misma.

El autocuidado incluye una larga lista de actividades, como pueden ser: hacer ejercicio regularmente, meditar, practicar técnicas de relajación, tener un hobby o actividad que realmente disfrutes, dormir lo suficiente, comer saludablemente y buscar ayuda profesional si es necesario. Preocuparse y ocuparse en una misma es fundamental para sanar las heridas emocionales y permitirse continuar hacia adelante sin dejar que la persona abusiva, la rumiación y la rabia dominen todos los aspectos de la vida.

El autocuidado es fundamental para las víctimas de cualquier tipo de abuso
El autocuidado es fundamental para las víctimas de cualquier tipo de abuso

En resumen, tratar con una familia narcisista es un reto importante. Aunque la persona narcisista patológica no va a dejar de serlo, hay grandes esperanzas para las víctimas del abuso narcisista. La terapia familiar y sobre todo la individual puede ser útil, al igual que establecer límites saludables, buscar apoyo externo y practicar el autocuidado. Al tomar medidas para abordar la dinámica familiar disfuncional, las personas pueden comenzar a sanar y avanzar hacia una vida más saludable y equilibrada.

¿Crees tener una relación familiar (padre/madre) o de pareja con una persona narcisista pero no lo sabes con seguridad? Puedes salir de dudas accediendo al Cuestionario gratuito de 25 preguntas para saber si mantienes una relación con una persona narcisista. ¡Estás a unos pocos minutos de saber si esa relación te está dañando significativamente y poder empezar a tomar acción para sanar!

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https://psicologiaymente.com/social/familias-narcisistas

https://lamenteesmaravillosa.com/familias-narcisistas-vacio-una-afectividad-sana/

https://lamenteesmaravillosa.com/crianza-narcisista-como-afecta-hijos/

https://www.psychologytoday.com/es/blog/las-12-reglas-disfuncionales-de-la-familia-narcisista

Iñaki Piñuel. 2020. Familia Zero. Cómo sobrevivir a los psicópatas en familia. Madrid, España. La esfera de libros

Karyl Mc Bride. 2013. Madres que no saben amar. Nueva York, EEUU. Ediciones Urano

Karyl Mc Bride. 2018. Mi mamá no me mima. Cómo superar las secuelas provocadas por una madre narcisista. Nueva York, EEUU. Editorial Books4pocket

Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

contacta@mamaevapsicopedagoga.com

Publicado en Educación, Maternidad y crianza, Psicología, Psicopedagogía

Empatía, un arma muy poderosa para prevenir el bullying

Sabemos que la empatía (ver Empatía y ecpatía, los dos pesos de una misma balanza), la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona, de sintonizar con ella y comprender cómo se siente, es una cualidad positiva que es importantísimo fomentar en nuestras niñas y niños.

Pero, exactamente, ¿por qué es tan importante la empatía?

  1. Porque propicia un adecuado autoconocimiento y desarrollo personal.
  2. Porque es clave para establecer y mantener vínculos sanos con los demás.
  3. Porque potencia el carisma, las habilidades sociales y la inteligencia emocional.
  4. Porque mejora la comunicación.
  5. Porque ayuda a desarrollar una adecuada autoestima. (Puedes leer Autoestima y seguridad en la infancia. Elementos clave para un desarrollo sano.)
  6. Porque favorece la resiliencia, que es la capacidad para superar circunstancias adversas o perturbadoras.
  7. Porque ayuda a convertirse en personas confiables y que generan seguridad.
  8. Porque contribuye a la amabilidad, la tolerancia y la solidaridad.
  9. Porque es fundamental para prevenir el acoso escolar.
  10. En definitiva, porque conforma mejores personas.

Digamos que la mayoría de nosotras, de forma natural, poseemos empatía en mayor o menor medida, aunque ésta se puede (y debe) potenciar. Sin embargo, hay personas con niveles ínfimos de empatía e incluso ausencia de ésta. Los mayores exponentes de falta de empatía son el narcisismo patológico o la psicopatía. Los narcisistas estructurales y los psicópatas poseen rasgos característicos de los bullies o acosadores escolares, siendo el principal de estos rasgos la falta de empatía.

Una criatura empática no sólo NO será una acosadora o abusona, sino que tiene muchas más probabilidades de actuar en favor o defensa de la víctima de acoso escolar (bullying).

La empatía por quienes están en problemas es uno de los elementos de la moral universal.

William Damon
La empatía es clave para un adecuado desarrollo personal y social de la persona
La empatía es clave para un adecuado desarrollo personal y social de la persona

Básicamente, a más empatía, menos violencia (sea ésta del tipo que sea). Cuanta más empatía, mayor respeto, tolerancia y solidaridad con las demás personas.

A día de hoy resulta clave que esta cualidad positiva del ser humano, que poseemos muchas personas en mayor o menor medida, se siga fomentando. En el mundo individualista, competitivo y orientado sólo y exclusivamente hacia los resultados en el que vivimos, cada vez se incentiva menos la empatía. Y no es baladí que se premien valores propios del narcisismo. Cada día escuchamos más y más casos de abuso, maltrato, acoso escolar, violencias… Está claro que, como sociedad, algo estamos haciendo mal.

Por otro lado, quizá para contrarrestar los efectos de lo anterior, cada vez más centros educativos y profesionales intentan promover y desarrollar la empatía en niñas, niños y jóvenes, para prevenir y concienciar sobre esta lacra. La educación es primordial en la lucha contra cualquier tipo de violencia. Pero es evidente que no se está haciendo lo suficiente. Cada vez más jóvenes, esos en los que ponemos nuestras esperanzas de futuro, tienen una idea arcaica e intolerable de lo que debe ser una relación de pareja, en la que el machismo impregna sus pensamientos y discursos. ¿Por qué está ocurriendo esto? Es una buena cuestión para abordar en otro artículo. Por ahora nos ocuparemos de la promoción de un arma poderosa contra este mal: la empatía.

Cómo fomentar la empatía

Los niños y niñas empáticas serán adultas empáticas. Como madres y padres debemos favorecer la empatía en nuestros peques. Pero, ¿cómo podemos hacerlo?:

  • Predicando con el ejemplo. No me cansaré de repetirlo. Somos los que hacemos, no lo que decimos. Los niños aprenden mucho más de lo que hacemos que de lo que decimos. Si nuestras peques nos observan, por ejemplo, siendo habitualmente respetuosas con las personas o compasivas con alguien desfavorecido, con un animal herido, con alguien que está siendo humillado… Lo integrarán y repetirán esas conductas.
  • Expresando nuestros sentimientos de forma comprensible y asertiva.
  • Mostrándonos vulnerables algunas veces.
  • Pidiendo perdón cuando nos equivocamos con otras personas y con nuestros propios hijos e hijas.
  • Favoreciendo que se responsabilicen de sus acciones, tanto buenas como malas.
  • Conversando mucho con ellas, explicándoles cómo se siente alguien ante tal o cual situación, preguntándoles cómo se sentirían ellas y practicando la escucha activa…
  • Ayudándoles a identificar y regular sus emociones (rabia, miedo, alegría, enfado…) y mostrándoles nuestro apoyo ante las mismas sin juzgarles.
  • Interesándonos por sus sentimientos, validándolos y consolándoles cuando estén tristes.
  • Practicando la solidaridad en sus múltiples formas.
  • Leyendo cuentos, asistiendo a exposiciones, espectáculos y visionando películas o documentales que nos ayuden a trabajar diferentes valores.
  • Etc.

Favorecen la empatía: el respeto, la compasión, el esfuerzo, la tolerancia, las habilidades sociales y la escucha activa, la asertividad, los valores éticos y morales, la lealtad, la paciencia, la aceptación y la tolerancia a la frustración, el trabajo en equipo y las actitudes colaborativas.

Somos criaturas sociales. Nuestra supervivencia depende de entender las acciones, intenciones y emociones de los demás. Las neuronas espejo nos permiten entender la mente de los demás, no sólo a través de un razonamiento conceptual sino mediante la simulación directa. Sintiendo, no pensando.

Giacomo Rizzolatti
La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona, sintonizar con ella y comprender cómo siente
La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona, sintonizar con ella y experimentar cómo se siente

Por otro lado, hay ciertas actitudes que debemos vigilar y no fomentar en la infancia, o no hacerlo en exceso, pues pueden llevar a las criaturas al lado opuesto de la empatía. Además, esas actitudes negativas, acompañadas de otras peculiaridades, pueden conllevar efectos desastrosos para su futuro. Por ejemplo:

  • La competitividad sana puede ser divertida y fomentar el esfuerzo y el afán de superación individual, pero si traspasa unos límites deja de ser positiva.
  • Cierta individualidad es necesaria para ayudar a desarrollar la autonomía, pero llevada al extremo nos convierte en personas antisociales, apáticas, insolidarias y, por tanto, nada empáticas.
  • ¿Quién no ha mentido alguna vez? En ocasiones incluso una mentira nos ha sacado de un apuro. Pero usar la mentira con frecuencia o pasarse la vida haciéndolo es otro tema.
  • Se suele apreciar a las y los jefes que desprenden cierta autoridad (aunque personalmente opino que hay mejores formas de ejercer la jefatura). Pero si esas muestras de autoridad son excesivas y se presentan incluso de manera agresiva, nos resulta muy desagradable.

Nos alejan de la empatía: el egoísmo, el individualismo, el odio, la falta de autocontrol, la envidia, la agresividad, la venganza, la arrogancia, la mentira, la inmediatez, la competitividad y la impaciencia.

Una criatura empática tiene muchas más probabilidades de actuar en defensa de la víctima de bullying
Una criatura empática tiene muchas más probabilidades de actuar en defensa de la víctima de bullying

Después de todo lo anteriormente expuesto, queda patente que la empatía resulta tan valiosa como primordial para un adecuado desarrollo personal y social. Está en nuestras manos ayudar a nuestros hijos e hijas a convertirse en mejores personas. Os dejo una frase de la psicóloga Tere Rosales Serje, que recoge muy bien la importancia de la empatía:

La empatía es la piedra angular del amor que sostiene lo que sentimos y nos permite sentir lo que el otro siente y compartirnos desde el corazón en un solo latir. El Amor es un arte, ya que es movido por la energía creativa al servicio de la comprensión, compasión y la reconciliación, nos abre a espacios de sensibilidad, bondad, entrega y nos impulsa a cuidar, contener, apoyar, nutrir, acompañar… Todas estas funciones parentales y relacionales que nos conectan para crecer y fluir sanamente.

Tere Rosales Serje

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Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

contacta@mamaevapsicopedagoga.com

Publicado en Maternidad y crianza, Psicopedagogía

Entrevista a dos mamás de niñas de Alta Demanda

Muchos meses he dejado aparcada esta entrevista a sendas madres de niñas de alta demanda, pero por fin puedo compartirla. Quería contar con la tranquilidad y el tiempo suficientes para prestarle la dedicación que merece y poder transcribir sus palabras correcta y fielmente. Está realizada con mucho respeto y mucho cariño. Igual que una imagen vale más que mil palabras, un testimonio vale más que decenas de artículos o teorías sobre un tema. Y si son dos, pues mejor aún. No se me ocurre mejor manera de explicar, a todas aquellas personas que desconocen el concepto, qué es la alta demanda que de la mano de dos mamás que la viven en sus propias carnes. Después de leerlo, ¿habrá quien siga pensando que las altas necesidades son un «invento moderno»? Seguramente. A ellas y ellos les dedico especialmente esta entrada. Va por ustedes. Y, por supuesto, a las mamás que la han hecho posible. Gracias por vuestra colaboración y vuestra sinceridad. Gracias por abriros en canal. Gracias infinitas.

Igual que una imagen vale más que mil palabras, un testimonio vale más que decenas de artículos o teorías sobre un tema. Y si son dos, pues mejor aún
Igual que una imagen vale más que mil palabras, un testimonio vale más que decenas de artículos o teorías sobre un tema. Y si son dos, pues mejor aún

1. ¿Cuándo – qué edad tenía la niña- y cómo te diste cuenta de que tu hija es una niña de alta demanda?

Mamá de M. Yo creo que desde que mi hija tenía días me di cuenta de que había algo diferente en ella respecto a otros bebés que yo había conocido de cerca, lo que pasa es que nunca nadie me mencionó el concepto de alta demanda. Conocí el término cuando mi hija tenía alrededor de los 8-10 meses. Y definitivamente me di cuenta de que encajaba con esta definición cuando tuve a mi segundo hijo (se llevan 19 meses) y vi diferencias abismales entre las necesidades de una y las necesidades del otro.

Mamá de S. Hace unos meses. Mi hija tenía 3 años, ahora tiene 4. Yo nunca había oído hablar del término y me enteré porque mi hermana me mandó un artículo que hablaba sobre los niños de alta demanda y me dijo “¿te suena de algo?” Según lo iba leyendo, fui viendo reflejada a S. A mitad del artículo me puse a llorar. Así fue como conocí el concepto y tuve claro que mi hija era una niña de alta demanda. Ya desde que nació supe que mi hija era excesivamente demandante, pero creía que simplemente me había tocado una niña difícil, había tenido mala suerte o yo lo estaba haciendo fatal.

2. ¿Cómo definirías a tu hija?

Mamá de M. Desde el segundo uno de vida es una niña muy intuitiva, muy sensible y muy despierta. Es una niña disfrutona, intensa para lo bueno y para lo malo, tiene cierto punto de timidez y es bastante responsable para la edad que tiene.

Cuando nació, a los dos días de hospital, estuvo prácticamente la mayor parte del tiempo despierta. La gente me decía “qué bebé tan espabilado”. Era una bebé que nunca se quedaba dormida en posición horizontal. No podías mecerla como tradicionalmente te imaginas que se mece a un bebé, ella tenía que estar en posición vertical y viendo todo. Y por supuesto siempre pegada a ti. Es una niña que no usó carro y la cuna “tenía pinchos”. Mi hija ha tenido problemas de sueño hasta hace un año. Es una niña que no se duerme sola jamás, tienes que estar con ella. Además, cuando se duerme contigo en la cama, no basta con que estés a su lado, le tienes que dar la mano, la tienes que abrazar. Y como se despierte en mitad de la noche y vea que está sola, te busca y quiere que vuelvas a estar con ella. Respecto a la lactancia, para mí fue durísimo el tiempo que estuve haciéndola, porque no era solamente alimento, ella necesitaba estar enganchada a mi pecho todo el rato. Se dormía al pecho. Si la separaba, lloraba, y su forma de llorar a mí me parecía como de sufrimiento. Con las rabietas de los dos años fue terrible. Entraba en bucle con algo y, aunque probamos todos los métodos posibles, daba igual, podía estar llorando fácilmente una hora cada vez que le pasaba. A veces le desbordan las emociones. Puede estar emocionadísima con un acontecimiento, pero cuando llega el momento se bloquea, se pega a tu pierna y no sabe cómo gestionarlo. No obstante, he notado un cambio brutal a partir de los 3 años (ahora tiene 4). Sigue teniendo ese punto de vivir todo muy intensamente, tanto lo bueno como lo malo, rabietas todavía tenemos alguna y es muy difícil sacarla de esa espiral, pero es mucho más fácil gestionar ciertas situaciones.

No podías mecerla como tradicionalmente te imaginas que se mece a un bebé, ella tenía que estar en posición vertical y viendo todo.

Mamá de M.

Las criaturas de alta demanda destacan de bebés por su continuo llanto y sus problemas para regular el sueño
Las criaturas de alta demanda destacan de bebés por su continuo llanto sin motivo aparente, su extremada necesidad de contacto y sus excesivos problemas para regular el sueño

Mamá de S. La palabra es intensa. Muy intensa, agotadora, extremadamente demandante en general, pero en especial de mamá. Y también cariñosa, inagotable, buena, inteligente, especial. Maravillosa.

3. ¿Algún profesional te ha dado un diagnóstico?

Mamá de M. No. Sinceramente, no. El primer año era un tema que comentábamos mucho con su pediatra. Le diagnosticaron en su momento intolerancia a la proteína de leche de vaca, reflujo gastroesofágico… Pero con 2 años ciertas pautas y conductas seguían y mi hija ya no tenía reflujo ni intolerancias… Mi pediatra nunca me habló de alta demanda. Sí me decía “te ha tocado una niña puñetera y hay que pasarlo”, creo que es un poco de la vieja escuela. Sí que es verdad que su profesora de 2 a 3 años de la escuela infantil nunca utilizó el término, pero sus reflexiones y sus comentarios iban en la línea de que necesitaba mucho apego, mucho contacto físico y que era una niña intensa.

Mamá de S. Nunca he ido a una consulta de un especialista como tal para ponerle un nombre o hacer un diagnóstico. El único diagnóstico que tengo es el de mi hermana psicopedagoga, basado en la observación. Tampoco creo que me aporte nada. Con lo que he leído, he visto, he investigado tengo más o menos claro lo que hay y cómo gestionarlo y no creo que el que le pongan un nombre y un apellido en una consulta pueda aportarme nada nuevo. Además, hay muchos profesionales que ni siquiera conocen esto. Otros que sí lo conocen lo consideran una tontería o que no existe. Por tanto, no me he parado a perder el tiempo en eso ni creo que me haga falta. Sí quizás sería útil tener un diagnóstico emitido por un profesional especialista para callar bocas y enseñárselo a mucha gente que no cree que la alta demanda exista. A lo mejor que un profesional con su número de colegiado lo diga, tiene más peso que el que lo diga yo y los artículos que leo.

…hay muchos profesionales que ni siquiera conocen esto. Otros que sí lo conocen lo consideran una tontería o que no existe.

Mamá de S.

4. ¿Saber que tu hija es de altas necesidades te ha ayudado en algo? ¿En qué?

Mamá de M. Sí. La primera vez que leí sobre ello, claro que me ayudó. La pena es que mi hija tendría cerca del año. Probablemente meses antes me hubiera ayudado mucho porque yo me he sentido muy, muy culpable porque pensaba que estaba haciendo algo mal. Primero porque tenía la sensación de que mi hija sufría, de que no era un bebé feliz y luego por los comentarios de familiares, amigos y allegados de “no la cojas”, “no la malacostumbres”, “déjala que llore”, “os tiene cogida la medida”, “os manipula”… Cuando quedas con amigos a comer y ves que los demás bebés o niños están tranquilos en sus carritos y sin embargo ves que en esa situación tu marido acaba paseando con la niña 3 km a la redonda y tú comiendo sola, o viceversa. Y todo el mundo al final está tenso, enfadado, ves las caras de tus amigos, te hacen comentarios… Y cuando tu madre te dice “he tenido tres hijos y ninguno habéis sido así” o tu suegra te dice “he tenido cuatro hijos y ninguno ha sido así”, pues te preguntas “¿qué le pasa a mi hija o qué nos pasa a nosotros como padres?”

Mamá de S. Ufff, ¿qué si me ha ayudado? Muchísimo, me ha dado la vida. Porque hasta que no conocí el término y empecé a indagar un poco sobre el tema, lo primero que se me venía a la cabeza es “lo estoy haciendo fatal”, “no sé educar a mi hija”, “soy una mala madre”, “¿por qué me tiene que pasar esto a mí?”… Sobre todo, tenía un sentimiento de culpa continuo. Además, muchos años antes de pasárseme por la cabeza ser madre, cuando veía a niños y niñas con comportamientos parecidos a los que tiene S., lo primero que pensaba era “mira qué malcriada, qué maleducada o qué consentida está esta niña” y es algo que tenía claro que no quería con mi hija. Pensaba que su educación sería muy distinta para que no tuviese esas reacciones. Y al final mi hija está haciendo lo que siempre quise que no hiciera, por lo que el sentimiento de culpa era tremendo, aparte de la tensión y el agotamiento que tienes por la situación. Así que cuando empiezas a leer te das cuenta, primero de que no es culpa tuya, segundo, de que hay herramientas que te pueden ayudar a gestionarlo mucho mejor y tercero, entiendes muchas cosas, las piezas del puzle empiezan a colocarse. Ayudar no es la palabra, se te abre un mundo… Hay un antes y un después.

…te preguntas “¿qué le pasa a mi hija o qué nos pasa a nosotros como padres?”

Mamá de M.

Los niños y niñas de altas necesidades tienen problemas para regular sus emociones.
Los niños y niñas de altas necesidades tienen más problemas de los habituales para regular sus emociones

Ayudar no es la palabra, se te abre un mundo… Hay un antes y un después.

Mamá de S.

5. ¿Qué diferencias observas, si es que las hay, entre tu manera de afrontar los conflictos con tu hija ahora respecto a antes de saber que era de alta demanda?

Mamá de M. Liberarme del sentimiento de culpabilidad, de pensar “mi hija es así porque yo hago algo mal” para mí ha sido fundamental. Además, mi hija se convirtió en hermana mayor con año y medio, entonces para mí el sentimiento de culpabilidad era brutal. Saber que esto no es ningún tipo de enfermedad ni de trastorno me ayudó mucho. Y también, anticiparnos. Saber que ella vive con toda esa intensidad ciertas situaciones e intentar anticiparnos, explicárselo… A veces no funciona, pero a veces, sí. Ahora veo incluso la parte positiva. Veo la intensidad con la que vive lo bueno y, sinceramente, me encanta, porque disfruta cualquier cosa.

Mamá de S. Ahora intento tener más paciencia, no me desespero cuando se pone a llorar o tiene una reacción “exagerada”. Ya no me enfado de primeras, sino que entiendo por lo que es y sé cómo actuar para remitir esa conducta y que ella también esté tranquila. Cuando tú te estresas, te enfadas, te agobias sólo empeoras la situación. Ahora ya sé cómo gestionarlo y estoy más relajada, por lo que ella está más relajada. Cómo esté el adulto influye en cómo se comporte el niño. A más estrés tuyo, peor se comporta ella. Es un círculo vicioso, aunque la raíz de su comportamiento no es tu estrés. Aunque la teoría la tengo muy clara, no siempre puedo reaccionar como me gustaría. El día que estás agotada y no puedes más, saltas y, según estás saltando, eres consciente de que deberías hacerlo de otra manera, pero no lo puedes evitar. Es algo que todavía tengo que trabajar.

…lo primero que se me venía a la cabeza es “lo estoy haciendo fatal”, “no sé educar a mi hija”, “soy una mala madre”, “¿por qué me tiene que pasar esto a mí?”… Sobre todo, tenía un sentimiento de culpa continuo.

Mamá de S.

Los niños y niñas de alta demanda necesitan el continuo contacto físico con sus figuras de apego.
Los niños y niñas de alta demanda necesitan continuo contacto físico con sus figuras de apego

6. ¿Cómo te afecta el temperamento de tu hija en tu día a día?

Mamá de M. Durante los dos primeros años la temía de alguna forma. Si tenía un evento familiar o con amigos me daba miedo mi propia hija porque pensaba “madre mía, como se le cruce el cable, a ver qué hacemos…” Llegaba la noche y… Durante tres años me daba miedo. Siempre la dormía mi marido. Si mi marido una noche salía o tenía algún plan y yo me quedaba con ella, temía el momento de irnos a la cama. En este tiempo, que para mí fue un poco oscuro, la situación me impidió en muchos momentos conectar con ella. Entre mi sentimiento de culpa, el desbordamiento, las opiniones de terceros…, yo tenía la sensación de que no conectaba con mi hija, sensación que con mi hijo no tuve nunca.

Durante mucho tiempo no quisimos viajar, porque sabíamos que era un berrinche de tres, cuatro, cinco horas… Lo que durara el trayecto. Mi hija ha odiado siempre viajar en coche, yo creo que por esa sensación que tenía de soledad. Recuerdo un viaje Madrid-Burgos que mi hija estuvo llorando desde la salida hasta prácticamente el destino. Hacer planes con amigos dependía de los amigos, de si eran más o menos empáticos. Y por supuesto las relaciones de pareja también las ha condicionado, porque ha supuesto bastantes momentos de tensión.

Mamá de S. Muchísimo. Quizá ahora un poco menos, pero me sigue afectando muchísimo porque te tiene en tensión, te agota… S. es muy demandante, es “mamá todo el rato”. Cuando estoy en casa la tengo pegada, esté haciendo lo que esté haciendo. No puede estar más de 1 minuto sin ver a mamá, sin estar con mamá, sin saber lo que hace mamá. Eso te condiciona. Luego, el hecho de que ella sea tan intensa y tan sensible claro que te afecta. A veces te agobia, te supera, te desespera, te irrita… Vives en tensión y nerviosa. A veces tienes un día horrible en el trabajo y estás deseando llegar a recogerla al colegio y pasar la tarde con ella. Entonces sale y se pone a llorar nada más verte y se te cae el mundo encima porque piensas “otra tarde tremenda que vamos a tener”. Es muy agotador.

En este tiempo, que para mí fue un poco oscuro, la situación me impidió en muchos momentos conectar con ella. Entre mi sentimiento de culpa, el desbordamiento, las opiniones de terceros…, yo tenía la sensación de que no conectaba con mi hija…

Mamá de M.
La alta demanda requiere, en muchas ocasiones, grandes dosis de paciencia por parte de las personas adultas
La alta demanda requiere, en muchas ocasiones, grandes dosis de paciencia por parte de las personas adultas

7. ¿Cuáles son las diferencias principales que encuentras entre tu hija y otras niñas y niños de su edad? Pon ejemplos.

Mamá de M. Durante mucho tiempo evidentemente fue el llanto, los problemas de sueño, que eran absolutamente exagerados, la necesidad de apego físico y contacto y el tema de las rabietas. A día de hoy la principal diferencia es esa especie de timidez que quizá no sea tal, sino una incapacidad para gestionar ciertas situaciones. Y todavía esas rabietas que con 4 años ayer, por ejemplo, estuvo 45 minutos llorando y tirada en el suelo del salón.

…el hecho de que ella sea tan intensa y tan sensible claro que te afecta. A veces te agobia, te supera, te desespera, te irrita… Vives en tensión y nerviosa.

Mamá de S.

Mamá de S. Por ejemplo, cuando voy a buscarla al colegio, todas las niñas y niños salen contentos, sonriendo, se ponen a jugar entre ellos, cogen la merienda, te saludan, están tranquilos… S., más de la mitad de los días, sale y ya se pone a llorar. ¿Por qué? Porque no sé quién le ha tocado el brazo, porque quiere que la cojas en brazos, porque le has dicho que os vais a casa y ella quiere ir al parque… Es un llanto para todo, es la diferencia más fundamental. Más diferencias: en cuanto le dices algo que no le gusta o que no cumple sus expectativas, le afecta mucho, se pone súper triste. Cuando te enfadas con ella porque ha hecho algo mal le afecta muchísimo. Todos los niños buscan la aprobación de sus padres y no les gusta que estén enfadados, pero S. lo sufre de verdad. Le afecta profundamente que tú no estés contenta, le preocupa sinceramente. Luego también esa demanda continua de mamá. Es veinticuatro horas pegada a mí, no se entretiene sola. Hasta jugando con otros niños está pendiente de mí. Y cuando tiene una rabieta, o la tranquilizas y le haces ver que todo está bien y que la quieres, o entra en bucle y eso no acaba nunca.

De bebé era un llanto continuo. Ibas con el carrito y se ponía a llorar. Ibas en el coche y se ponía a llorar… Hasta el punto de plantearnos “no viajamos más”. Sí que es verdad que veo una diferencia en ella respecto a otros bebés de alta demanda, porque empezó relativamente pronto a dormir del tirón por la noche. Pero era incapaz de dormir una siesta por el día. Salvo que fuera encima de alguien o agarrada a mi pecho, era incapaz de dormir una siesta en la cuna, imposible. Por la noche dormía más o menos bien cuando empecé a hacer el colecho, porque era la única manera de sobrevivir, ya que en la minicuna no dormía jamás. Tenía que estar en contacto contigo. Si te alejabas un poco durante la noche se despertaba, lloraba y buscaba el contacto físico. Una vez que notaba que estabas ahí, se volvía a dormir.

8. ¿Crees que este rasgo de personalidad le influirá en su futuro? ¿De qué manera? ¿Te preocupa?

Mamá de M. No, yo creo que no. No me preocupa en exceso porque después de leer algunas publicaciones entiendo que no es ningún tipo de trastorno y, a medida que va madurando, creo que ciertos rasgos se van atenuando. Por ejemplo, con el tema del sueño, aunque sigue necesitando ayuda para quedarse dormida, es capaz de dormir tranquila. Ya no es como antes que ha llegado a tener hasta cinco despertares e incluso ponerse a llorar durante una hora a las 5 de la mañana. Respecto a esa intensidad con la que vive todo, yo creo sí que es un rasgo que quizá pueda permanecer en ella. Yo también soy así y me preocupa en el sentido de que si eres excesivamente sensible, las cosas malas se sufren mucho. No me gustaría que mi hija sufriera. Por contra, creo que con lo bueno va a disfrutar mucho y va a valorar mucho las cosas.

Mamá de S. Es más sensible que la media y lo vive todo con mucha intensidad. ¿Le influirá? Pues supongo que sí porque las cosas le afectarán más. Para bien, perfecto. Para mal, me preocupa que pueda sufrir más de lo necesario. Que ante un acontecimiento malo, un fracaso, un desamor…, lo pase peor de lo que lo pasaría si no fuese tan sensible. Me preocupa, pero tampoco excesivamente. No creo que sea algo que le vaya a limitar en su día a día o que le vaya a impedir ser feliz.

Las criaturas de altas necesidades destacan por su sensibilidad.
Las criaturas de altas necesidades destacan por su sensibilidad

9. ¿Cuáles son las principales reacciones que recibes cuando explicas que tu hija es de altas necesidades?

Mamá de M. Depende. Cuando lo he comentado con familiares, abuelos, gente mayor, sinceramente me miran un poco raro, como preguntándome ¿”qué modernidad es esa?” Cuando lo comento con madres y padres, que cada vez conozco más, que creen que sus hijos también son de alta demanda, siento alivio. Y si esos padres no lo conocen y de repente les empiezas a contar y lo ven, se quedan aliviados. Y a mí me produce bienestar saber que puedes estar echando un cable a alguien que lo está pasando tan mal como lo has pasado tú. Y las personas que no lo han vivido y lo comentas, se quedan como diciendo “¿pero eso es una enfermedad, es un trastorno…?”

Mamá de S. Pues, salvo contadas excepciones, la reacción es “todos los niños son de alta demanda”, “uy, la mía también no se qué”, “el mío también no sé cuál”. Ésa es la estándar. La gente no conoce el término, no lo entiende o no lo quiere entender y así de entrada les parece una tontería. Excepto alguna rarísima excepción, como pueda ser otra madre que también tenga un hijo de alta demanda y haya leído y conozca el tema, pero las cuento con los dedos de una mano.

Cuando lo he comentado con familiares, abuelos, gente mayor, sinceramente me miran un poco raro, como preguntándome ¿”qué modernidad es esa?”

Mamá de M.

10. ¿Qué les dirías a las personas que afirman que la alta demanda no existe y que se explica con otras circunstancias como el estrés y la ansiedad adulta o porque la niña está mimada o consentida?

Mamá de M. En mi caso tengo un ejemplo bastante sencillo y es que tengo dos hijos que se llevan muy poco tiempo, que han vivido en el mismo entorno familiar y social, han ido a la misma escuela infantil, les hemos criado igual, aunque son niña y niño tienen los mismos juguetes, están recibiendo la misma educación y la gestión de una y otro es absolutamente diferente. Decir que está mimada es la salida más sencilla. Culpabilizar a alguien, sea la niña porque es como es, o a la madre o al padre porque le consienten, al final es lo más sencillo.

Mamá de S. Me da tanta pereza que no les diría nada. Pero si tuviera que hacerlo, les aconsejaría que leyeran un poquito sobre el tema antes de juzgar. No se puede negar que las cosas existen si las desconoces. Y que mi hija es lo contrario a una niña mimada, porque he puesto mucho empeño desde que nació en que no fuera así, porque es algo que yo no soportaba antes de ser madre. Entonces me duele bastante cuando la gente piensa eso. Y es normal cuando hace esas cosas en público, yo también lo pensaba muchos años antes de tener ni idea de lo que es la alta demanda y de ser madre. Ahora, que cuando les dices “mi hija es de altas necesidades” ni siquiera se paren a escucharte y a decir “oye, a lo mejor existe algo que yo desconozco que explica el comportamiento de esta niña” es algo que me molesta bastante. Entonces les diría que no juzguen sin saber y que se documenten.

La alta demanda no es una patología ni un trastorno, sino un rasgo de personalidad
La alta demanda no es una patología ni un trastorno, sino un rasgo de personalidad

11. ¿Recomendarías alguna lectura o especialista sobre el tema a las madres o padres que necesiten información y asesoramiento sobre la alta demanda?

Mamá de M. Por supuesto. No solamente por el niño, sino también por nosotros mismos, los padres. Mi experiencia es que se sufre y no te permite disfrutar de la maternidad. Fue tan complicado, sobre todo ese primer año, que yo me dije “¿dónde me he metido? Esto no es lo mío” y vivía con esa culpabilidad de no estar disfrutando a mi hija. Creo que tener información alivia y si, además, puedes recibir ciertos consejos, aunque no sean soluciones mágicas, mejor. Todos necesitamos herramientas. Me parece fundamental sobre todo para los padres que quieran disfrutar un poco más de sus hijos y estar tranquilos.

Mamá de S. Bueno, a mí me ayudó a entenderlo Úrsula Perona. He leído artículos, he visto vídeos y he leído el libro de ella sobre hijos de alta demanda. Hay cosas que no me gustan del libro, pero en general ayuda bastante. Entonces recomendaría lecturas de Úrsula Perona y ahora recomendaría también el blog de @mamaevapsicopedagoga. Añadir que se agradece un montón que haya profesionales que se dediquen a “perder el tiempo” con este tema tan poco conocido, tan poco estudiado y sobre el que se ha escrito tan poco. ¡Gracias, Eva, recomendaré encarecidamente tus artículos sobre el tema!

Si te ha gustado esta entrevista, ¡sígueme para más contenidos! Puedes leer mi entrada sobre la alta demanda (o altas necesidades) pinchando aquí.

Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

Publicado en Maternidad y crianza

El club de las malas madres: presión social, culpa y maternidad real

Esta reflexión la escribí hace unos meses inspirada en la lectura del artículo Apegos feroces de Alicia Díaz, que os invito a leer también y que trata, entre otras muchas cosas, de si existe eso que llaman instinto maternal, si el amor materno nace o se hace y qué papel juega la maternidad en nuestra época.

En primer lugar, yo no considero que el amor maternal sea un mito, bajo mi criterio es una realidad como una casa. Si bien es cierto que, debido a los mandatos que esta sociedad mercantilista nos impone, las mujeres estamos sometidas a tanta presión antes y durante el embarazo que luego no es de extrañar que desarrollemos depresiones post parto y otras sintomatologías de mayor o menor envergadura que, por ejemplo, generan cierto rechazo por tu bebé, ya que no sientes por esa criatura eso que te dijeron que debías sentir. O que te producen sensación de estar desbordada, ser una inútil o ser mala madre. Obviamente estas “dolencias” están, además, influenciadas por otros procesos personales y hormonales que entran en juego tras el parto, período al cual tampoco se le dedica la atención y cuidados que requiere. En mi opinión, éstos deberían ser mayores que durante el embarazo. Si quieres leer más al respecto, puedes pinchar en mi artículo Acerca del puerperio. Una maravillosa pesadilla.

Pero ciertamente el amor hacia cualquier ser se construye, independientemente de los lazos de sangre. De hecho, el constructo familia, que hemos santificado, no es garante desgraciadamente de más ni de mejores apegos y quereres… Pero esto es para otro capítulo… O para una enciclopedia. Asimismo yo no quería tanto a mis hijos cuando nacieron como les quiero a día de hoy. Los primeros meses me ocurría que cada día sentía que les quería un poquito más y tenía la sensación de que me iba a explotar el corazón de tanto amor, porque el amor es un proceso vivo, de ahí su magia. Claro que esta es mi experiencia y cada una tendrá la suya, que puede no parecerse en nada.

Al sistema capitalista le interesa que nos etiquetemos, por un lado para que consumamos más (a más etiquetas, mayor consumo) y, por otro, para que nos dividamos entre nosotras y creemos una rivalidades que no deberían existir porque no tienen sentido…

…los seres humanos somos capaces de hacer cosas maravillosas, independientemente de que seamos o no madres. Pero ser madre es una de esas cosas maravillosas que se pueden hacer…

Por otro lado, lo cuento en un primer artículo que escribí justo a propósito de todo esto, Educar con sentido común, creo que hay una puñetera fiebre de la etiqueta muy loca hoy en día. Tenemos que ponernos banderitas porque si no, somos una doña nadie. Y éste es un tema que me quema mucho. Ahora están de moda unos usos y mañana serán otros. Al sistema capitalista le interesa que nos etiquetemos, por un lado para que consumamos más (a más etiquetas, mayor consumo) y, por otro, para que nos dividamos entre nosotras y creemos una rivalidades que no deberían existir porque no tienen sentido: las buenas madres y las madres mediocres. Las de la liga de la leche materna y las que no tienen liga. Las que paren con dolor y las flojas. Las respetuosas y las que no lo son, bla, bla, bla. Si fuésemos más listas que todo eso, más respetuosas con las demás y sus circunstancias, más solidarias y sororas… Quizá estaríamos más cerca de conseguir doblegar a un patriarcado que siempre nos saca dos cabezas de ventaja.

En tercer lugar, los seres humanos somos capaces de hacer cosas maravillosas, independientemente de que seamos o no madres. Pero ser madre es una de esas cosas maravillosas que se pueden hacer. Sin embargo, como lo hacemos nosotras y nosotras podemos con todo, pues venga mierda a la mochila, que podemos cargarla… La feroz y despiadada sociedad que toleramos no está pensada para facilitar, y mucho menos honrar, dicho proceso, más bien todo lo contrario. Pienso en el terrible trance de arrancar de los brazos a un o una bebé de 3 ó 4 meses de los brazos de su mamá, con la promesa de que estará bien, que ella lo pasará peor que la criatura… Y lo único que siento es asco. Por supuesto, como siempre, con todos mis respetos para las profesionales de las escuelas infantiles que trabajan, en términos generales, con gran profesionalidad y vocación. Por no hablar de los vientres de alquiler y el nauseabundo mercadeo que existe con ellos en ciertos países del este…

Sin niñas y niños no hay futuro, eso es así de simple. Y también sin infantes nuestra maravillosa socialdemocracia se desmorona. Pero el capitalismo sólo nos concede lo justo para que saquemos adelante a unas criaturas que cada vez parecen más seres creados en la novela “Un mundo feliz” que lo que son realmente, seres humanos… Bien es cierto que los que manejan los hilos en algunos países europeos como Dinamarca o Noruega, sí parecen estar más interesados en la conciliación y la calidad de vida de sus principales agentes económicos y los vástagos de éstos.

Sin niñas y niños no hay futuro
Sin niñas y niños no hay futuro

Se espera de nosotras que seamos perfectas en todo: mujeres (seres femeninos) perfectas, madres perfectas, parejas perfectas, trabajadoras perfectas… Y simplemente eso es imposible. Porque además los parámetros de esa perfección son -oh, sorpresa- los que el capitalismo, amparado por el patriarcado, dicta y que muchas mujeres hacen suyos, preparando el dedo acusador para señalar a las herejes. “Que si Fulanita no hace colecho. Qué mala madre.” “Que si Menganita hace colecho y anda todo el día con el niño colgado a la teta y, claro, tiene al marido abandonado, pobrecillo. Qué horrible esposa, normal que la engañe.” “Que si Citanita pone por delante la crianza de sus hijas a cualquier otra cosa y no pretende trabajar hasta que las nenas tengan al menos dos años. Qué egoísta y poco profesional.” “Que si Zutanita ha tenido que empezar a trabajar tras la baja de maternidad, porque resulta que en su casa tienen la fea costumbre de pagar las facturas, y le es imposible organizarse para dar pecho o sacarse leche, así que su bebé ya no toma leche materna. Mala madre…” Y así podría seguir y poner cientos de ejemplos… Que digo yo, qué costaría ponerse un puntito en la boca, contar hasta veinte y reflexionar sobre qué puñetas sabemos nosotras de la vida de las demás para juzgar tan alegremente las decisiones ajenas y todo lo que puede haber detrás… Amén de creernos a pies juntillas que la moda en crianza de hoy es la única vía y la mejor.

Se espera de nosotras que seamos perfectas en todo
Se espera de nosotras que seamos perfectas en todo

Educación, información y formación y, a partir de ahí, ya que cada cual elija lo que mejor le funcione, pero sin juzgar a la de al lado. Porque sin estas tres cosas podemos muy guapamente, por ejemplo, caer en la cultura de la crianza positiva mal entendida, en la que una madre que pone normas, regaña o dice “no” es poco menos que un demonio. Pero, claro, qué voy a saber yo de educación ni crianza si sólo soy una mala madre

¿Y vosotras, qué opináis? Me encantaría conocer vuestras opiniones al respecto.

Recordad que podéis seguirme en redes. ¡Saludos!

Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

contacta@mamaevapsicopedagoga.com

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Niñas y niños de Alta Demanda. Que no te ocurra no significa que no exista

Existe mucha confusión con el término alta demanda (o altas necesidades), soliendo ser equiparado con otros rasgos de personalidad, trastornos o problemáticas. Las madres o padres de estas criaturas suelen darse cuenta, tarde o temprano, de que su hijo o hija no se comporta como la mayoría e intuyen que algo pasa, aunque no saben muy bien qué. Muchas veces se sienten culpables, pensando que algo deben estar haciendo mal para que su retoño se comporte así. Esto fue más o menos lo que le debió de ocurrir al pediatra estadounidense William Sears, quien acuñó el término cuando comenzó a investigar qué era lo que le ocurría a su cuarta hija, cuyo comportamiento nada tenía que ver con el de ninguno de sus anteriores hermanos. Pero tranquila, si estás aquí por la misma razón, ya te adelanto que no eres la responsable de este rasgo de personalidad de tu criatura. Olvídate de la culpa, mándala a tomar vientos. NO ES CULPA TUYA. No hay nada que estés haciendo mal y provoque estos atributos en tu peque. Creo que te lo debo decir porque quizá nadie lo ha hecho y, en cualquier caso, mereces saberlo.

Una vez que una se sumerge en el tema de las niñas y niños de alta demanda (o altas necesidades), se va a encontrar con dos posturas u opiniones principales y contrapuestas, a saber:

  • las criaturas de alta demanda existen;
  • la alta demanda no existe y sólo depende de la percepción de las personas adultas. 

Independientemente de la postura elegida, lo cierto es que al igual que hay adultas y adultos más sentidos, más sensibles o que viven sus necesidades con mayor magnitud o dificultad, lo mismo podemos observar en la infancia. Esto no quiere decir que todos los pequeños y pequeñas que son sensibles, incluidas las PAS, se deban incluir en la categoría de “alta demanda”. Tampoco es menos cierto que todas y todos los menores pueden presentar temporadas o momentos en que están especialmente demandantes por las razones que sean, lo cual no debería implicar que sean de altas necesidades.

Alta demanda: continuas frustraciones expresadas de forma intensa
Alta demanda: continuas frustraciones expresadas de forma intensa

Pero, entonces, ¿por qué se caracterizan los infantes de alta demanda? Más allá de factores poco beneficiosos como el estrés y la ansiedad o los estilos educativos poco apropiados de los progenitores, así como de la falta de atención proferida y otras circunstancias negativas, existen niñas y niños que no es que presenten necesidades diferentes, sino que las viven en mayor proporción y con más intensidad que el resto. Estas criaturas tendrían lo que comúnmente se denomina un “temperamento difícil”. Es decir, para que no haya malentendidos, son de alta demanda no porque sean maleducados, malcriados, consentidos, enfermos, malos o complicados, sino que presentan unos rasgos determinados de personalidad.

¿Qué características suele tener una niña o niño de alta demanda? (No tiene por qué cumplirlas todas, pero sí la gran mayoría):

  • Elevado nivel de actividad. Se trata de una personita muy activa, nerviosa e inquieta, con un nivel de energía muy elevado, a la que parece que nunca “se le acaban las pilas”.
  • Demanda de atención continua. Todo el tiempo quiere y necesita la atención del adulto de referencia y, si no la obtiene, llama su atención, en ocasiones con fórmulas poco adaptativas y, muy frecuentemente, con llanto exagerado.
  • Alta dificultad para entretenerse. Es esa o ese peque que decimos “no se entretiene con nada”, se cansa enseguida de cualquier nuevo estímulo o juguete, ya que le cuesta mantener la atención de forma prolongada y necesita al adulto al lado para “divertirse”.
  • Importante necesidad de contacto físico. Muy frecuentemente necesita abrazos, besos, estar en brazos… Lo busca o lo pide insistente y continuamente, suponiendo muchas veces un problema para el adulto que ve muy restringida su libertad de movimientos.
  • Gran sensibilidad. Suele ser muy sensible y todo le afecta mucho: una negativa, un grito, un ruido, la voz enfadada de mamá, la advertencia de papá… Cualquier cosa puede alterar su bienestar y hacerle sentir vulnerable, triste o poner en peligro la sensación de amor incondicional de sus figuras de referencia.
  • Dificultad para regular las emociones. Puede ser un niño o niña impulsiva y suele estresarse asiduamente con situaciones, a nuestros ojos, aparentemente “normales”, lo que le provoca enfados o tristeza. Le cuesta autorregularse y suele necesitar ayuda para volver al estado de calma. Una vez tiene una rabieta, cosa bastante habitual, entra en bucle y le cuesta salir de ese trance. Si la o el adulto no comprende bien la situación y afronta la rabieta desde la amenaza o el enfado, la situación puede prolongarse por mucho tiempo.
  • Gran perseverancia o tozudez. No se conforma fácilmente con una negativa a sus deseos y es muy insistente en su propósito de “salirse con la suya”, a veces rayando lo insoportable.
  • Baja tolerancia a la frustración. Relacionado con lo anterior, no suele llevar bien que algo no salga como quiere y sus manifestaciones suelen ser explosivas.
  • Necesidad de alimentación frecuente. Suele sentir la necesidad comer asiduamente, más que por hambre, por la sensación placentera y apaciguadora que genera el acto de comer. Si son bebés, reclaman mucho pecho o biberón por la misma razón, sumado a la necesidad de atención y contacto y por la sensación de confort que generan los brazos adultos.
  • Problemas para regular el sueño. Debido a la gran energía que posee, no suele tener la sensación de cansancio o sueño que experimentan otras criaturas. Para él o ella el mundo el un lugar excesivamente interesante y cargado de estímulos que no se quiere perder, por lo que irse a dormir acostumbra a ser un momento problemático. Suele prescindir de la siesta muy prematuramente, mientras otras criaturas de su edad aún la hacen. Además, debido a la necesidad de contacto que experimenta, muy posiblemente requerirá la presencia adulta durante su sueño.
Alta demanda: llanto constante aún teniendo todas las necesidades cubiertas
Alta demanda: llanto constante aún teniendo todas las necesidades cubiertas

¿Sospecha que tu peque podría presentar altas necesidades? Quizá es el momento de acudir a una persona especialista para confirmar tus sospechas y/o descartar otros rasgos o circunstancias que se pueden confundir con la alta demanda, como son altas capacidades, alta sensibilidad, TDAH e incluso TEA. Un diagnóstico precoz puede ser determinante, sobre todo en algunos casos y dependiendo también de los grados…  

En el blog podéis leer una entrevista doble a dos madres de sendas niñas de altas necesidades, en la que nos comparten su parecer sobre la alta demanda, sus dificultades como madres de este tipo de criaturas y su opinión acerca del desconocimiento general sobre el tema. ¡Espero que sea de vuestro interés!

https://educarestodo.com/blog/todo-lo-que-debes-saber-ninos-alta-demanda/

https://saposyprincesas.elmundo.es/consejos/psicologia-infantil/como-es-un-nino-de-alta-demanda/

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