Publicado en Educación, Maternidad y crianza, Psicopedagogía

El poder del juego y los juguetes: guía completa para padres

¿QUÉ ES EL JUEGO?

EL JUEGO es una actividad casi instintiva. Desde los primeros meses de vida el bebé juega con sus manos, las mira y aprende poco a poco lo que puede hacer con ellas. El juego también permite al pequeño o pequeña incorporarse al ambiente que le rodea: es un medio para relacionarse con los demás y entender las normas de la sociedad a la que pertenece. Además, es necesario para su correcta maduración y desarrollo.

Un niño o niña que juega es un menor sano y feliz. De hecho, cuando un niño o niña permanece demasiado tiempo inactivo y no muestra ganas de jugar, hay que contemplar la posibilidad de que algo no va bien.

El juego no solo es una actividad de diversión y ocio. Tiene muchas más implicaciones:

La transmisión de valores y normas de comportamiento.

La dimensión educativa.

El desarrollo de la capacidad simbólica, que permite a su vez el desarrollo de la capacidad de resolver conflictos y del pensamiento lógico y conceptual.

La formación de la personalidad y las habilidades sociales.

El conocimiento de sus posibilidades y sus limitaciones, que ayuda al menor a madurar.

El juego es una actividad casi instintiva
El juego es una actividad casi instintiva

Un niño o niña que juega es un menor sano y feliz. De hecho, cuando un niño o niña permanece demasiado tiempo inactivo y no muestra ganas de jugar, hay que contemplar la posibilidad de que algo no va bien.

La actitud de los padres ante el juego debe ser flexible. Hay que darle la importancia que tiene y dedicarle todos los días su tiempo, mayor cuanto menor es el niño o niña. Ha de ser una actividad placentera y, aunque esto no es incompatible con poner reglas (lo más adecuado es dejar que el niño/a elija el juego y respetar las normas que imponga), es más provechoso el juego libre. Según su edad y sus características personales, el pequeño/a establecerá preferencias por unos juegos u otros.

Debemos alentar a nuestro hijo o hija a que aprenda a jugar solo, pero conviene encontrar el equilibrio entre el tiempo de juego en soledad y el compartido con los padres, puesto que los niños y niñas que juegan con sus padres desarrollan más su creatividad y su autoestima.

El juego es una actividad socializadora
El juego es una actividad socializadora

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EL JUEGO?

– Es la principal forma de comunicación del menor.

– Aporta al niño o la niña las primeras experiencias perceptivas que influyen en el desarrollo de los sentidos de la vista, el tacto y el oído.

– Enseña a coordinar los distintos movimientos de las partes del cuerpo para conseguir un objetivo.

– Ayuda al niño o niña a focalizar su atención y su concentración.

– Potencia su autonomía.

– Facilita la aparición y el progreso de actividades físicas y destrezas motoras como, agarrar, lanzar, balancearse, trepar, guardar el equilibrio, saltar…

– Es decisivo en la evolución del lenguaje.

El juego aporta las primeras experiencias perceptivas que influyen en el desarrollo de los sentidos
El juego aporta las primeras experiencias perceptivas que influyen en el desarrollo de los sentidos

– Ayuda a descargar la agresividad y la tensión, por lo que es una actividad liberadora.

– Es también una actividad en gran medida social. A través del juego el niño o niña aprende a cooperar, compartir, negociar, asumir reglar, esperar el turno, tolerar, competir, respetar, ganar, perder…

– Permite al menor conocer sus habilidades y limitaciones, es decir, facilita su autoconocimiento y su maduración.

– Pone de manifiesto preferencias e intereses que van a configurar la forma de ser del pequeño/a y su personalidad.

– Influye en el aprendizaje de la toma de decisiones y la resolución de conflictos.

– Es una forma de aprender los roles culturales, los valores, las normas sociales y las relaciones con el mundo de los adultos.

El juego es la principal forma de comunicación de niñas y niños y es decisivo en la evolución del lenguaje
El juego es la principal forma de comunicación de niñas y niños y es decisivo en la evolución del lenguaje

La sobreestimulación, lejos de lo que pueda parecer, produce aburrimiento (…)

LA ELECCIÓN DE LOS JUGUETES

Antes de comprar un juguete es importante tener en cuenta lo siguiente:

– La edad exacta del niño o la niña, su desarrollo evolutivo y sus preferencias son factores fundamentales.

– Hay que respetar los gustos cada niño/a. Los gustos de los niños y niñas no son los gustos de los adultos. Hay que ofrecerle al pequeño/a la oportunidad de que elija los juguetes que más le atraen. No debemos privar a un menor de un juguete que le gusta y que demanda y aún menos decirle que ese juguete es “de pequeños”, «de niños» o “de niñas”. Asimismo, no debemos obligarle o presionarle para que juegue con un juguete que no le llama la atención, bien porque no está preparado para jugar con él, aunque otros niños/as de su edad sí lo hagan, o bien porque no le gusta. Por otro lado, es inútil que intentéis convencer a vuestro hijo/a de lo feo que es ese “monstruo transformable”.

Si el juguete que desea aún es peligroso para su edad o cuesta más de lo que podéis gastar, hay motivos para no comprarlo pero, aún así, debéis procurar complacerle con una alternativa apropiada.

– Debemos tener en cuenta la seguridad y calidad del juguete, así como orientarnos con la edad recomendada por el fabricante, aunque en ocasiones nos encontramos con niños/as que sienten curiosidad por juguetes de niños/as algo mayores que ellos y otros que prefieren jugar con juguetes para niños/as más pequeños y no pasa absolutamente nada. Lo importante es que jueguen y disfruten haciéndolo. También es importante considerar aspectos como dónde se han fabricado los juguetes, los sellos de calidad…

El juego facilita la aparición y el progreso de actividades físicas y destrezas motoras, además de enseñar a coordinar distintos movimientos del cuerpo
El juego facilita la aparición y el progreso de actividades físicas y destrezas motoras, además de enseñar a coordinar distintos movimientos del cuerpo

– No se debe saturar al pequeño/a de juguetes: jugará con ellos un rato y luego no les hará ni caso. La sobreestimulación, lejos de lo que pueda parecer, produce aburrimiento, ya que el pequeño/a se bloquea y acaba siendo incapaz de prestar atención a ningún juguete en concreto. (Para completar información a este respecto os invito a que leáis mi artículo para Guiainfantil sobre Organizar la rotación de juguetes de los niños para que no se aburran.) En este sentido, más vale calidad en los materiales que pongamos al alcance de nuestros hijos e hijas que cantidad.

– Se debe ofrecer al niño o niña, y esto es importantísimo, la posibilidad de utilizar cualquier juguete sin dejarnos influir por los estereotipos sexistas propios de los adultos, que no de los menores. ¿Qué hay de malo en que un niño juegue con una cocinita, si ve cocinar a papá y a mamá? ¿O que cuide a un bebé si mamá y papá le cuidan a él? ¿O que barra y friegue con sus juguetes si ve a los adultos hacerlo? O, por el contrario, ¿qué hay de extraño en que una niña juegue con coches si las mujeres y los hombres conducen? ¿O por qué no va a jugar al fútbol si le da la gana? Por favor, estamos en el siglo XXI, seamos consecuentes y sensatos. No perpetuemos estereotipos obsoletos, peligrosos y dañinos. Nuestros hijos/as se forman principalmente a través de nuestras enseñanzas y nuestro ejemplo.

– También es importante tener en cuenta la relación calidad-precio. Los juguetes más caros no son necesariamente los más divertidos ni los más educativos. Hay que centrarse más en las necesidades del niño/a, los aprendizajes y los ámbitos de desarrollo que queremos potenciar.

– Hay que tomar en consideración si la finalidad del juguete es para jugar de manera individual o grupal.

El juego ayuda a las criaturas a focalizar su atención y concentración
El juego ayuda a las criaturas a focalizar su atención y concentración

PROPUESTAS E IDEAS DE JUGUETES POR EDADES

A continuación expondré unos listados de juguetes para niños/as de 0 a 1, 1 a 2 y 2 a 3 años, ya que a estas edades los menores no suelen «pedir» juguetes, y a los padres, sobre todo a los primerizos, se les puede hacer complicada la elección de los mismos. Hoy día la oferta es tan amplia que a veces sin una guía o unas pautas puede resultar difícil saber cuáles son los juguetes que más pueden ayudar al menor. Así que al lado de cada tipo de juguete os cuento qué área de desarrollo potencia cada uno de ellos.

Aunque como digo, los niños y niñas a estas edades no «piden» juguetes, sí que a partir del año o año y medio empiezan a mostrar sus gustos, sus preferencias y pueden llegar a demandar cierto tipo de juguetes, por lo que debemos aprender a «escucharles».

El juego potencia la autonomía y facilita el autoconocimiento y la maduración
El juego potencia la autonomía y facilita el autoconocimiento y la maduración

JUGUETES PARA BEBÉS DE 0 A 1 AÑOS

  • Mordedores. Calman las molestias dentales y potencian la coordinación de los ojos, las manos y la boca.
  • Sonajeros. Proporcionan las primeras experiencias auditivas y táctiles, así como la coordinación del movimiento.
  • Juguetes y objetos sonoros o musicales.
  • Juguetes como los libros blanditos, que permiten desarrollar la precepción visual, táctil y auditiva.
  • Móviles con colores vistosos y melodías alegres. Ayudan a relajarse y desarrollan la percepción visual y auditiva.
  • Gimnasios de los que cuelgan objetos que pueden alcanzar con los pies o las manos.
  • Mantas sensoriales con diferentes tactos y sonidos.
  • Muñecos de trapo, dudus y peluches. Facilitan la expresión de la afectividad y las emociones al ser objetos de apego.
  • Juguetes para el baño: muñecos de goma, recipientes para llenar y vaciar agua, etc.
  • Cubos apilables blanditos de distintos colores y texturas… Sirven para desarrollar el tacto y la motricidad fina.
  • Pelotas blanditas. Con ellas se potencia la motricidad.
  • Rulo o balón hinchable para trabajar la psicomotricidad gruesa, realizando diversos ejercicios sobre él.
  • Cesto de los tesoros (para saber más, lee el artículo: Cesto de los tesoros).
  • Etc.
El juego ayuda a descargar la agresividad y la tensión, por lo que es una actividad liberadora
El juego ayuda a descargar la agresividad y la tensión, por lo que es una actividad liberadora

JUGUETES PARA NIÑOS Y NIÑAS DE 1 A 2 AÑOS

  • Balancines, toboganes, túneles… Ayudan a desarrollar la motricidad gruesa (con vigilancia por parte del adulto).
  • Juegos (cubos, casitas con huecos en el tejado u otros) para insertar figuras y formas. Mejoran las habilidades motrices.
  • Puzzles encajables. Perfeccionan la coordinación viso-manual y el pensamiento lógico.
  • Juguetes de arrastre. Estimulan el desarrollo motor y favorecen el control del equilibrio.
  • Aros insertables. Trabajan la concentración y la motricidad fina.
  • Cubos apilables o que caben unos dentro de otros. Estimulan la concentración y la motricidad fina.
  • Cuentos blanditos o de cartón grueso para manipular, con ilustraciones, sonidos y/o texturas. Desarrollan la motricidad fina, les estimulan cognitiva y sensorialmente, potencian el lenguaje…
  • Tablas sensoriales (o paneles sensoriales). Estimulan la motricidad fina, la autonomía y el desarrollo cognitivo.
  • Vehículos y garajes. Desarrollan la motricidad y el juego simbólico.
  • Palas y cubos. Desarrollan la motricidad, potencian el juego libre, la imaginación…
  • Papeles de diferentes texturas y colores para romper, rasgar, arrugar…
  • Etc.

Hay que tener en cuenta que, con la intervención y la ayuda por parte del adulto, muchos de estos juguetes pueden trabajar también vocabulario variado y conceptos como los tamaños, los colores, las formas, la cantidades… Nociones musicales o de respeto por los materiales, etc.

El juego pone de manifiesto preferencias e intereses que van a configurar la forma de ser del niño o la niña
El juego pone de manifiesto preferencias e intereses que van a configurar la forma de ser del niño o la niña

JUGUETES PARA NIÑAS Y NIÑOS DE 2 A 3 AÑOS

  • Muñecos y sus accesorios. Favorecen el juego simbólico y fomentan valores como el cuidado de los demás, el respeto, el amor…
  • Marionetas. Desarrollan el juego simbólico, la creatividad y la imaginación.
  • Juguetes electrónicos que emiten palabras. Estimulan el lenguaje y el desarrollo cognitivo.
  • Mesa de luz. Sirve para trabajar los estímulos sensoriales, la concentración, la motricidad fina, la creatividad, la experimentación, la relajación…
  • Columpios adaptados, toboganes y otras estructuras grandes de juego (siempre bajo la supervisión de la persona adulta). Sirven para seguir mejorando y afianzando la motricidad gruesa.
  • Juguetes de enroscar y desenroscar, Trabajan la motricidad fina.
  • Juguetes para imitar a los adultos y la vida diaria: herramientas, cocinitas, comidas, supermercados, casitas, artículos de limpieza, teléfonos, ordenadores… Sirven para el juego simbólico.
  • Disfraces y telas. Desarrollan el juego simbólico y potencian el juego libre, la creatividad y la imaginación.
  • Cabañas, casas o cualquier otra estructura donde se puedan meter a jugar. Afianzan su autonomía, su creatividad y su imaginación.
  • Juguetes de insertables y cosido. Perfeccionan la pinza, la coordinación óculo-manual, la coordinación y la lógica.
  • Instrumentos musicales. Potencian el control corporal y desarrollan conceptos musicales.
  • Triciclos evolutivos, coches, motos, patinetes… (siempre con especial vigilancia por parte del adulto). Mejoran las habilidades motoras.
  • Palas, cubos, rastrillos y juguetes para la arena. Mejoran la motricidad, potencian el juego libre, la imaginación y el juego cooperativo.
  • Materiales diversos para manualidades (diferentes papeles, goma eva, fieltro, plumas, pompones, limpiapipas, etc.) Afianzan la motricidad fina y desarrollan la creatividad.
  • Etc.

Como comentaba más arriba, hay pequeños/as de estas edades que tienen juguetes para niños y niñas algo mayores y les encantan, les sacan partido… Pero, en términos generales, estos son los juguetes más destacados para 2-3 años. Hay muchísimos otros, seguro que tenéis algunos en casa o en mente y no olvidemos que incluso de aquellos que parecen meramente lúdicos se pueden sacar beneficios para el desarrollo del menor. Por poner un ejemplo, una piscina de bolas sirve también para mejorar la socialización, la motricidad fina (coger bolas), el control corporal (lanzar bolas), el equilibrio (caminar sobre el suelo lleno de bolas sin tropezarse) y la motricidad gruesa en general (zambullirse, arrastrarse, hacer la croqueta…)

El juego influye en el aprendizaje de la toma de decisiones y la resolución de conflictos, así como de los roles culturales, los valores y las normas sociales
El juego influye en el aprendizaje de la toma de decisiones y la resolución de conflictos, así como de los roles culturales, los valores y las normas sociales

Seguro que recordáis con especial cariño algún juguete de vuestra niñez, ¿os habéis parado a pensar por qué? Quizá eso os dé muchas claves de lo que deseáis para vuestro hijo o hija.

Si os parecido interesante este arículo, por favor, ayudadme a crecer. ¡Segidme en mis redes sociales! También podéis dejarme un comentario o hacerme alguna petición de tema sobre el que escribir. ¡Me encantará ayudaros!

Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

contacta@mamaevapsicopedagoga.com

Publicado en Educación, Maternidad y crianza

Cesto de los tesoros: cómo estimular el aprendizaje de tu bebé

El cesto de los tesoros es una propuesta de juego a partir de los 6-8 meses que se engloba dentro de lo que se denominan juegos heurísticos, es decir, actividades que estimulan el descubrimiento y la experimentación con diferentes materiales.

No hay una edad límite para disfrutar de esta actividad, pero a medida que el pequeño/a se vuelve más autónomo y puede desplazarse libremente por el espacio, le interesará explorar por sí mismo el mundo que le rodea, sin necesidad de que nosotros se lo presentemos a través de este tipo de juegos.

Con el cesto de los tesoros se pone al alcance del bebé una cesta con objetos de la vida cotidiana dentro, fabricados con materiales naturales. El cesto ha de ser asimismo de un material natural: mimbre, ganchillo, rafia, tela, etc. No debe ser muy profundo, para que el menor alcance fácilmente los objetos de su interior. Realmente vale casi cualquier objeto de los que se suelen tener en casa o se encuentran en la naturaleza, pero hemos de tener en cuenta que el niño/a los tocará, explorará, chupará o golpeará, por lo que no deben presentar aristas, ser demasiados pequeños o resultar peligrosos.

Los objetos que puede contener el cesto son muy diversos. Vamos a agruparlos por materiales:

  • Madera: cucharones, peines de cerdas suaves, brochas, pinceles, morteros, pinzas de la ropa, arandelas para cortinas, huevos de costura, maracas, cucharas de miel, pelota Pickler, etc.
  • Metal: cucharas, tapas, flaneras, juegos de llaves, coladores, botes, batidores de huevos, moldes para pasteles o tartas, cajitas de latón, etc.
  • Tejido: telas naturales, fieltro, toallas pequeñas, pelotas de tenis, muñecas de trapo, manoplas, pelotas de tela, lazos de raso, pañuelos de seda, ovillos de lana, pompones, etc.
  • Orgánicos: piedras, conchas marinas, esponjas, piñas, hojas secas, cáscaras de cocos, tapones de corcho, frutas, etc.

De todos los materiales citados anteriormente yo eliminaría, dependiendo de las características del niño/a en cuestión, aquellos que pudiera tragarse, romper, partir o mordisquear en trozos más pequeños y que puedan resultar peligrosos. Más adelante, a medida que el menor crezca, se pueden ir añadiendo, aunque nunca se debe descuidar la vigilancia por parte de un adulto.

Mientras el pequeño juega, el adulto debe estar cerca vigilando pero sin intervenir, actuando de mero espectador y supervisor.

A medida que el niño/a se va haciendo mayor, su forma de relacionarse con los objetos se va volviendo más compleja, realizando pequeños experimentos de causa-efecto o pudiendo realizar pequeñas agrupaciones o seriaciones atendiendo a algún criterio, etc.

Entre las destrezas o habilidades que se pueden desarrollar con el cesto de los tesoros se encuentran: observación, investigación, autonomía, motricidad fina, coordinación óculo-manual, lógica, concentración, interiorización de conceptos relacionados con el color, la capacidad, el volumen, la cantidad, etc.

Cesto de los tesoros
Cesto de los tesoros

ALGUNAS RECOMENDACIONES MÁS

  1. Antes de poner el cesto de los tesoros al alcance del bebé, se deben retirar de alrededor otros objetos que puedan atraer su atención y desviarla del propio juego.
  2. Se pueden confeccionar diferentes cestas temáticas por tipos de materiales.
  3. La cantidad de objetos por cesto puede ser muy variada, pero al menos debe contener unas 30 a 40 unidades.
  4. Podemos ir variando los objetos a medida que el pequeño pierde el interés por ellos y también ampliar el abanico de materiales según el niño/a va creciendo.
  5. Debemos limpiar con cierta asiduidad los materiales que componen el cesto. Además de llevárselos frecuentemente a la boca, hay que tener en cuenta que estos objetos van a estar la mayor parte del tiempo en el suelo.
  6. Es importante recordar que este es un juego muy atrayente y divertido para el pequeño/a, pero no el único, por lo que se debe combinar con otro tipo de juegos y juguetes que estimulen al niño/a.
  7. A partir del año y medio aproximadamente es muy posible que el menor pierda interés por el cesto de los tesoros. Es el momento de que este juego evolucione para dar paso a otro tipo de juego algo más elaborado. Hablamos de lo que en las escuelas infantiles se denomina “juego heurístico” aunque, como comenté más arriba, el cesto de los tesoros sería un tipo de juego heurístico, el más básico, por así decirlo.

Si no contáis con tiempo o ganas para hacerlo, siempre podéis comprar un cesto de los tesoros. Pero debéis tener en cuenta que os saldrá mucho más caro que fabricarlo vosotros mismos y siempre estaréis más tranquilos si elegís vuestros propios materiales. No obstante, hoy día son muchas las pequeñas empresas que se dedican a la confección de este tipo de cestos y los hay muy completos y vistosos. Pero tened cuidado y revisad bien qué tipo de objetos incluye.

¿Os animáis a crear un cesto de los tesoros para vuestro peque, un familiar o una amiga embarazada? ¡Contadme vuestra experiencia! Si necesitáis ayuda, no dudéis en preguntarme.

Dos bebés jugando con el cesto de los tesoros
Dos bebés jugando con un cesto de los tesoros

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Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

contacta@mamaevapsicopedagoga.com

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Empatía y ecpatía, los dos pesos de la misma balanza. Cómo educar en emociones y límites

La EMPATÍA se conoce como la capacidad de ponerse en el lugar de otro, de comprender cómo se siente. Esto no implica necesariamente que compartamos la interpretación de la realidad del otro individuo, ni sus pensamientos o emociones, pero sí que somos capaces de comprenderlos y sintonizar de alguna manera con ellos.

La empatía es fundamental para relacionarnos correctamente con los demás, por eso es primordial fomentarla, sin forzar, desde edades tempranas.

Los sujetos que no son capaces de desarrollarla, claramente tendrán problemas relacionales más o menos graves. El mayor exponente de falta de empatía son los psicópatas, aunque no hace falta serlo para mostrar poca capacidad empática.

La educación emocionalmente inteligente enseña al niño/a a tolerar la frustración y a comprender y aceptar que los demás también tienen necesidades y derechos.

Elsa Punset

Para poder desarrollar una adecuada empatía es necesario poseer una ajustada conciencia de uno mismo y un buen autoconocimiento. Si somos capaces de analizar qué pensamientos, sentimientos y emociones nos genera un acontecimiento, nos resultará más fácil aplicar estos conocimientos para conectar con los demás.

Existen diferentes tipos de empatía:

  • EMPATÍA EMOCIONAL. Es la capacidad de compartir los sentimientos de otra persona. Si por ejemplo la otra persona está triste, nosotros nos ponemos tristes.
  • EMPATÍA COGNITIVA. Es la capacidad de comprender cómo piensa o cómo siente otra persona.
  • EMPATÍA COMPASIVA. Es la capacidad de sentir el sufrimiento del otro, pero va más allá que las anteriores, llevándonos a tomar medidas para ayudar.
Consuelo y empatía suelen ir de la mano
Consuelo y empatía suelen ir de la mano

Al igual que es importante fomentar la empatía en los menores, también lo es frenar las consecuencias negativas que puede acarrear una empatía muy desarrollada, especialmente en los niños/as más sensibles o con mucha intuición. (Para leer más sobre este tema puedes consultar el artículo Niños/as con sexto sentido.)

La ECPATÍA es una estrategia de autoprotección ante las consecuencias de la fatiga por compasión. Es un proceso consciente mediante el cual nos separamos de los sentimientos y circunstancias de quien sufre para no agotarnos emocionalmente y poder así ayudarle mejor. No hay que confundirla con la indiferencia o la falta de empatía. Claramente son cosas muy distintas.

Si el grado de implicación de una persona que se dispone en actitud empática con otra no es correcto, se corre el riesgo de caer en lo que se llama la trampa del mesías: amar y ayudar a los demás olvidándose de amar y ayudarse a sí mismo.

Carmen Berry

Una cosa es ser empático y ser capaz de ponernos en el lugar del otro y otra muy distinta es instalarnos en el lugar del otro. En este segundo caso ponemos las necesidades de la otra persona por delante de las nuestras. Esto provoca un descuido absoluto de nuestro propio ser que, a la larga, puede traer consecuencias negativas para nosotros: sentimientos de confusión, ansiedad, depresión…

Ahora que sabemos la importancia que tienen tanto la empatía como la ecpatía para el desarrollo emocional de nuestros menores, vamos a ver cómo podemos fomentar ambas capacidades.

¿Cómo fomentar la empatía en los niños/as?

  1. Presta atención a tus hijos/as, dedícales tiempo de calidad, juega con ellos, escúchales, obsérvales, estate atento a sus emociones y sentimientos y nunca les juzgues por ellos. Da valor a todas las emociones que tus hijos/as sientan y ayúdales a canalizarlas. (Para profundizar en este tema puedes consultar el artículo del blog Autoestima y seguridad en los niños/as. Elementos clave para un desarrollo sano.)
  2. Fomenta el diálogo y la escucha activa, las conversaciones y las charlas sobre todo tipo de temas, desde los más triviales a los más profundos. Ahondad en los sentimientos, las emociones y qué las provocan.
  3. Sé cariñoso, amable y regala muestras de amor en casa. El amor recibido y percibido deja una profunda huella positiva de por vida. (Ver más sobre este tema en el artículo del blog Besos y abrazos.)
  4. Enséñales a esperar su turno, a comprender que deben estar fuera de algunas conversaciones o asuntos que no les incumben. Es importante que los niños/as aprendan que no son el ombligo del mundo.
  5. Edúcales en el respeto y el buen trato a los demás. Haz que se preocupen por otras personas, por su hermano/a que está triste, por ejemplo, por la abuela enferma, o por otro niño/a en el parque al que le ha ocurrido algo malo.
  6. Predica con el ejemplo. Sé respetuoso y empático con las personas que os rodean, preocúpate por ellas, por sus asuntos y sus problemas. Si tú no la practicas, no puedes pretender que tus hijos/as sí lo hagan.
Para poder desarrollar una adecuada empatía es necesario poseer una ajustada conciencia de uno mismo y un buen autoconocimiento
Para poder desarrollar una adecuada empatía es necesario poseer una ajustada conciencia de uno mismo y un buen autoconocimiento

¿Cómo contribuir al desarrollo de la ecpatía en la infancia?

  1. Potencia en tus hijos/as la responsabilidad, especialmente la responsabilidad sobre sí  mismos. La responsabilidad es un principio fundamental del desapego. Los menores deben aprender a no depender de nadie para ser felices. Esta es una enseñanza fundamental para el resto de su vida. Somos los máximos responsables de nuestra felicidad, lo que no hagamos por nosotros, nadie más lo hará. Por tanto, nuestro bienestar depende únicamente de nosotros.
  2. En estrecha relación con el punto anterior, fomenta en los niños/as el locus de control interno. (Explicado en el artículo del blog Locus de control, efecto Pigmalión e indefensión aprendida. Qué son y cómo están relacionados.)
  3. Enseña a los menores a ser asertivos. Esto significa que sean capaces de hacer valer sus necesidades o derechos y exponer su punto de vista sin ofender ni agraviar a los demás. Un ejercicio muy práctico en este sentido es aprender a pensar y reflexionar detenidamente antes de emitir cualquier mensaje.
  4. Promueve el pensamiento crítico en tus hijos/as. (Ver más sobre esto en el artículo del blog Pensamiento crítico. Cómo fomentarlo en los niños/as.)
  5. Ayuda a los pequeños/as a ser conscientes, verbalizar y dar valor a sus emociones, tanto las positivas como las negativas. Una vez localizadas las emociones negativas, hablad sobre ellas, sobré qué las ha podido provocar y qué actividades o cosas podéis hacer para evitarlas o cambiarlas. Y, por último, ayúdales a ponerlas en práctica.
  6. Cultiva el buen humor en casa, las sonrisas y la gratitud. Estas actitudes generan que los demás se sientan mejor y que puedan contagiar sus emociones a los demás.
  7. Fomenta la práctica de ejercicio o deporte en tus hijos/as. Cuando se realiza ejercicio físico se generan endorfinas, dopamina y serotonina, que contribuyen a la sensación de bienestar y buen ánimo.
  8. Procura que os rodeéis de personas positivas y que transmiten emociones positivas e intentad evitar a las personas negativas y malhumoradas. No me refiero a que tengáis que huir de la realidad y las desgracias ajenas. Si un familiar o amigo está pasando por un mal momento, acompañadle y escuchadle, es un magnífico momento para practicar la empatía. Me refiero a esas personas que pase lo que pase, ocurra lo que ocurra a su alrededor, haya motivos reales o no, siempre están de mal humor y desprendiendo energía negativa a su alrededor. Personas tóxicas, al fin y al cabo. Seguro que sabes a quiénes me refiero, todos conocemos a alguien así.

¿Conocíais la ecpatía? ¿Soléis ponerla en práctica o por el contrario soléis involucraros tanto en los problemas ajenos que acabáis agotados emocionalmente? ¿Y la empatía? Recordad que tan importante es poner en práctica una como la otra.

¿Crees tener una relación familiar (padre/madre) o de pareja con una persona narcisista pero no lo sabes con seguridad? Puedes salir de dudas accediendo al Cuestionario gratuito de 25 preguntas para saber si mantienes una relación con una persona narcisista¡Estás a unos pocos minutos de saber si esa relación te está dañando significativamente y poder empezar a tomar acción para sanar!

https://www.psicoglobal.com/blog/empatia-desarrollo

https://psicologiaymente.com/social/tipos-de-empatia

https://lamenteesmaravillosa.com/que-es-la-ecpatia/

https://www.psonrie.com/noticias-psicologia/que-es-la-ecpatia

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Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

contacta@mamaevapsicopedagoga.com

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Rivalidad y celos entre hermanos. Cómo reducir la competencia y fortalecer vínculos

El tema de los celos entre hermanas y hermanos comienza a preocupar a los padres en el momento en que esperan un segundo retoño, especialmente si ambas criaturas se van a llevar poco tiempo. El hecho de que otro ser vaya a quitarnos toda la atención, mimos y cuidados de adultas, familia y, en especial, de mamá y papá, no suele ser muy bien recibido. Algunas criaturas comienzan a manifestar estos celos ya durante el embarazo. Otras se muestran bastante entusiasmadas con la llegada del nuevo miembro de la familia pero la cosa empieza a cambiar a partir del nacimiento. Hay otros niños y niñas que se exhiben muy cariñosas y protectoras con sus hermanitos bebés pero tienen algunos comportamientos contradictorios o ramalazos de pelusilla de vez en cuando. Por último hay criaturas que no manifiestan celos hasta que su hermano o hermana menor no comienza a tener más interacción con las personas, a desplazarse, a decir sus primeras palabras y, en definitiva, a hacer gracietas, allá hacia el año de edad aproximadamente, ya que estas acciones conllevan muestras de júbilo y una carga extra de atención por parte de las personas adultas.

En el caso de múltiples (gemelas, mellizos, trillizas, etc.) los celos suelen estar más fácilmente presentes de forma natural desde el principio. La explicación podría ser algo así como que la lucha instintiva por la supervivencia desde que están en el vientre materno les llevará genéticamente a competir durante toda su vida, incluso de forma inconsciente.

Imaginad lo duro que es para una criatura crecer teniendo que compararse todo el tiempo con otra. En el caso de tener diferente edad también puede ocurrir, pero si eres la pequeña, las maestrías de la mayor puedes achacarlas a su edad, por ejemplo, y pensar que con sus años tú serás tan buena como tu hermano o hermana mayor en eso. Esta diferencia evolutiva supone, digamos, un respiro. Pero si eres gemelar, ese descanso no ocurre, continuamente tienes un espejo en el que mirarte. Si tú eres el que posee en algo una habilidad mayor, tendrás una sensación de superioridad o simplemente una tranquilidad en ese aspecto. ¿Pero y si te toca en el papel de hermano o hermana menos mañosa? ¿Y si esto ocurre frecuentemente y en múltiples áreas? ¿Y si además la criatura menos habilidosa tiene muchas inseguridades? Asimismo, el entorno a veces no ayuda y tanto madre y padre como profesoras pueden lanzar mensajes, en ocasiones sin querer, que contienen agravios comparativos del tipo «tu hermano lo hace mejor», «tendrías que ser como ella», tienes que hacerlo como él»…

En cualquier caso, si bien son más probables e intensos en criaturas pequeñas (2-3 años) y especialmente si son del mismo sexo, los celos, la pelusa o la competitividad entre hermanos y hermanas pueden surgir en cualquier momento de sus vidas y deberse a múltiples causas, no solo al nacimiento de un nuevo miembro de la familia: belleza, notas escolares, destrezas deportivas, artísticas o en otros ámbitos, desparpajo, gracia, habilidades sociales, popularidad, mejores juguetes, ropa más bonita, más reconocimiento o muestras de cariño por parte de las personas adultas y, en general, cualquier cualidad positiva o posesión material que tenga la otra criatura.

Los celos entre hermanas o hermanos a primera vista pueden parecer un asunto de poca importancia, incluso gracioso. Pero si no somos conscientes de ellos y no los trabajamos adecuadamente pueden dar lugar a envidias y provocar baja autoestima en quien los padece o, con el tiempo, derivar en depresión.

Los celos son más probables e intensos en criaturas pequeñas, especialmente del mismo sexo

¿De qué maneras se manifiestan los celos?

Los celos se reflejan especialmente en el comportamiento de los y las menores, ya que en la mayoría de las ocasiones lo que buscan es llamar la atención de la madre y el padre. Algunas de sus manifestaciones conllevan que la criatura celosa:

  • Pueda presentar una regresión. Esto es un retroceso en una destreza o habilidad ya adquirida y en la que de repente vuelve para atrás: volver a hacerse pis encima, volver a usar el chupete, volver a querer tomar teta o biberón, volver a querer que le cojan en brazos o ser acunado, volver a chuparse el dedo…
  • Pueda volverse muy llorona y /o presentar una mamitis exacerbada.
  • Pueda empezar a desobedecer de forma llamativa, en cosas en las que antes se comportaba debidamente, y a decir que “no” a todo.
  • Pueda negarse a compartir juegos y juguetes con su hermano o hermana.
  • Pueda protagonizar rabietas frecuentes.
  • Pueda mostrar desinterés por actividades que antes le gustaban y tornarse más distante y abstraída.
  • Pueda somatizar sus celos presentando algún tipo de trastorno alimenticio o negándose a comer.
  • Pueda somatizar presentando dolores o molestias de barriga, de cabeza o de otro tipo.
  • Pueda tener trastornos del sueño: no quiera o le cueste dormir, quiera hacerlo con sus padres, se despierte a media noche llorando, tenga pesadillas…
  • Pueda volverse más agresiva hacia todo el mundo: su madre, su padre, sus hermanas, sus compañeros, su maestra… Este punto hay que vigilarlo especialmente, puesto que incluso podría convertirse en una criatura rencorosa o rebelde que podía causar algún daño a sus hermanos o hermanas.

Es importante entender y asumir que esto es sólo un proceso, que los celos son un estado afectivo natural y evolutivo y que todas estas exteriorizaciones son absolutamente normales, aunque molestas y no deseables.

Mi querida hermana, como las ramas de un árbol crecemos en diferentes direcciones, pero nuestra raíz es una sola.

¿Qué puedes hacer para lidiar con los celos y la competitividad entre hermanas y hermanos?

1. Ármate de paciencia. Para empezar, habrá épocas mejores y épocas más difíciles. En algunos casos será más leve y en otros estará más agudizado, pero en muchos se prolongará en el tiempo, especialmente en el caso de múltiples, así que deberás tomarlo con calma.

2. Tómatelo con filosofía y aprovecha la situación para aprender qué es lo que de verdad les importa a tus hijos o hijas, por qué cosas es por las que luchan o compiten.

3. Intenta evitar situaciones que provoquen celos. Dependerá de los motivos que los generen, pero algunas ideas pueden ser: no ser demasiado efusivas en nuestras muestras de amor delante de la criatura que experimenta los celos, no elogiar en exceso los logros del otro retoño y, sobre todo, no alabar demasiado al otro u otra peque en aquellas competencias en que la criatura con pelusilla no es muy ducha. Por supuesto, esto no significa que dejemos de elogiar, premiar y dar todo el amor que queramos a nuestra hija o hijo, sino que procuremos hacerlo (o hacerlo más intensamente) cuando su hermana o hermano no esté delante.

4. No compares a las criaturas. Este punto va en sintonía con el apartado anterior. No hay nada más odioso que sentirse continuamente en rivalidad con alguien. Imagina cómo te sentirías si tu jefa te comparara con otro trabajador mejor que tú… No es una sensación muy agradable. Para tu peque, tampoco. Esto no le ayuda en absoluto a consolidar su autoestima y seguridad en sí mismo. (Ver artículo del blog Autoestima y seguridad en los niños/as. Elementos clave para un desarrollo sano). Pero si además siente celos de su hermana o hermano, esto provocará que ese sentimiento se agudice y que puedan aparecer otros como rechazo, rabia, envidia, inseguridad, miedo al fracaso, tristeza, etc.

Según estudios, las y los mellizos tienen celos más acentuados que las y los gemelos
Según estudios, las y los mellizos tienen celos más acentuados que las y los gemelos

5. Dales muchas muestras de cariño y diles cuánto les quieres. Ya he hablado hace tiempo en otro artículo la importancia de los besos, abrazos, caricias y, en general, de todas las expresiones de amor hacia nuestros hijos e hijas. Y es muy importante que diferenciemos esto del hecho de consentir. Mimemos a nuestras y nuestros peques cuanto queramos, pero no les consintamos. (Ver artículo del blog Besos y abrazos). Aclarado lo anterior, es necesario recordar que la mayoría de las veces los celos se producen por la necesidad de captar la atención adulta, por lo que si les dedicamos sus momentitos y se sienten atendidos, los celos disminuirán. Es importante que tengamos en cuenta que si le damos una muestra de cariño a la criatura menos (o en absoluto) celosa, acto seguido deberíamos hacer otra carantoña/halago a su hermano o hermana para evitar conflictos innecesarios.

6. Dedícales tiempo por separado. Este punto es importantísimo. Es una manera de hacer sentir a tu hijo o hija especial, además de una maravillosa fórmula para observarle, conocerle más en profundidad y compartir momentos que se convertirán en recuerdos para toda la vida tanto para la criatura como para ti. Todo dependerá del tiempo, la configuración y la disposición de cada familia, pero una idea, sólo una de tantas, es que cada hijo o hija pase la tarde del sábado con la madre y la del domingo con el padre y el fin de semana siguiente al revés, por ejemplo. No se debe hacer todas las semanas, ya que también es importante pasar tiempo todos juntos, basta con hacerlo dos semanas al mes, o cada dos meses…

7. Enfatiza y resalta los puntos fuertes de cada uno de tus hijos o hijas. Cada criatura es única y todas tienen unos talentos. Busca los de cada una de ellas y encárgate de que los sepan. Esto no solo disminuirá los celos entre ellas, sino que reforzará su autoestima y seguridad. (Ver artículo de este blog Autoestima y seguridad en los niños/as. Elementos clave para un desarrollo sano).

8. Recuérdales cada vez que puedas lo importantes que son el uno para el otro. En el caso de gemelos o mellizas la persona más importante dentro de su núcleo familiar no suele ser su madre o su padre ¡sino el otro hermano o hermana! Haz que lo recuerden, ayúdales a que vean las cosas buenas la una de la otra, que se respeten, admiren y quieran con sus similitudes y sus diferencias. Son el mayor tesoro que tendrán en toda su vida.

9. Dales tareas en las que tengan que trabajar en equipo. No se trata de competir, sino de realizar algo entre todos los miembros, cada uno aportando sus destrezas, su forma de hacer o su toque personal. Además puedes proponer otras actividades en que puedan ayudarse entre ellos o ellas. Una puede ayudar a la otra a hacer algo mejor, enseñándole sus trucos o habilidades y luego hacer otra tarea en que sea al revés.

10. No intervengas en sus riñas o peleas a menos que la cosa se torne grave o peligrosa y, sobre todo, intenta mediar de forma neutral, sin ponerte del lado de ninguna de las criaturas, manteniendo la calma y ayudándoles a llegar a un acuerdo beneficioso para ambas. Recuerda que eres su modelo de conducta.

11. Enséñales a pedir disculpas si se han equivocado con la otra criatura. Hazlo tú también, predica con el ejemplo.

12. Utiliza el refuerzo positivo y felicita, aplaude, premia con besos y abrazos los buenos comportamientos de tus hijos o hijas pero, con especial hincapié, de la criatura que siente celos.

Los celos son un estado afectivo natural y evolutivo
Los celos son un estado afectivo natural y evolutivo

Ante la situación de un nuevo hermanito o hermanita que está en camino, además de la mayor parte de los consejos anteriores, que también aplican, hay una serie de tips que puedes emplear para intentar mitigar la pelusilla. Aquí te doy algunos:

a) No realices cambios importantes en la vida de la criatura justo antes de la llegada del nuevo miembro de la familia. Déjalos para un tiempo después o llévalos a cabo con bastante antelación, de manera que el niño o niña ya esté habituada o adaptada a dicho cambio cuando llegue el hermanito o hermanita (paso de la cuna a la cama, del pañal al orinal, retirada del chupete, etc.)

b) En el caso de la mamá es muy importante que busque semanas antes, o incluso algunos meses antes de que nazca el bebé, un momento diario para compartir solo con la hija o hijo mayor. Será vuestro momento especial, de vosotros dos solos, y se mantendrá en el tiempo cuando el hermanito o hermanita haya nacido. De esta manera la sensación de verse desplazado por el nuevo miembro de la familia se mitigará, puesto que no le robará su momento especial con mamá. Tiene que ser un espacio tranquilo, fácil de cumplir, puesto que con el nuevo bebé la mamá no tendrá muchas posibilidades de escapar largos ratos ni muy lejos de casa. Lo ideal es que se pueda realizar mientras el bebé duerme o cuando papá (u otra persona) pueda encargarse de él, para que la mamá pueda estar tranquila y esos instantes sean de calidad. En cuanto a las actividades a realizar pueden ser muy variadas, dependiendo de las necesidades organizativas de la familia, de la edad y de los gustos del menor: charla, paseo, leer cuentos, jugar juntos, el momento del baño, etc.

Los celos pueden provocar envidias, baja autoestima o incluso depresión
Los celos pueden provocar envidias, baja autoestima o incluso depresión

c) Involucra a tu hijo o hija mayor desde el principio en los preparativos para el recibimiento del retoño. Es fundamental que le informes, que sepa cómo se va a desarrollar el proceso, qué cabe esperar, cómo será todo cuando la hermana o hermano esté aquí, que te ausentarás unos días para el parto… En definitiva que se vaya preparado y no haya demasiadas sorpresas. Deja que elija, por ejemplo, pequeñas cosas sin compromiso pero que para la criatura serán una muestra de que forma parte de esto y le harán sentir importante. Puedes comprar ropita con ella y dejarla elegir entre dos prendas, que escoja entre dos peluches, que elija el color de las sábanas o incluso el color de la pared de la habitación del bebé, por ejemplo.

d) Una vez el bebé haya nacido, deja que su hermana o hermano mayor colabore o te ayude con tareas sencillas relacionadas con el cuidado diario del recién nacido, siempre dentro de las posibilidades de la criatura y acordes a su edad: que elija la ropita de ese día, que traiga el pañal a la hora del cambio, que participe en el baño, que ayude a darle el biberón (en caso de que lo uséis) … Hay muchísimas posibilidades, lo importante es hacer que el o la mayor se sienta útil e integrada en todo momento.

e) Por último, como he contado en el punto 8 del apartado anterior, es crucial recordarle a la criatura mayor lo importante que es para su hermanito o hermanita, lo mucho que éste le necesita, todo lo que le puede enseñar por ser la mayor y el vínculo tan especial que tendrán durante toda su vida. Su hermana o hermano será su mejor aliado y amigo, un tesoro que hay que cuidar. Y es fundamental ayudarles a ambos a consolidar y perpetuar los sentimientos de amor incondicional y respeto hacia el otro durante toda su vida. 

¿Qué opinas? ¿Te ha parecido útil esta información? ¿Estás pasando o has pasado por un episodio agudo de celos entre hermanos o hermanas? Cuéntame tu experiencia. Si tienes cualquier duda o consulta, puedes contármela sin compromiso, intentaré ayudarte. Y como siempre, si te ha gustado mi artículo puedes compartirlo, dejarme un comentario, ¡que me hará muchísima ilusión!, y seguirme en mis redes sociales. ¡Mil gracias!

https://www.serpadres.es/3-6-anos/educacion-desarrollo/articulo/como-actuar-con-los-hermanos-mayores-cuando-sienten-celos-de-los-pequenos-841485949995

https://www.guiainfantil.com/educacion/celos/que-pasa-en-el-cerebro-de-los-ninos-al-sentir-celos-de-sus-hermanos/

Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

contacta@mamaevapsicopedagoga.com

Publicado en Maternidad y crianza, Psicología, Psicopedagogía

Niños y niñas con sexto sentido: cómo reconocer y potenciar su intuición

Todas las personas conocemos a alguien capaz de “ver” algo antes de que ocurra, que se adelanta y se prepara para lo que sabe que va a suceder, aunque nadie más lo vea… Decimos de esa persona que es intuitiva o que tiene mucha intuición.

La intuición es la capacidad de comprender las cosas de forma inmediata, directa y autoevidente, sin necesidad de una deducción o de un razonamiento previo más o menos complejo y elaborado.

La intuición, o mal llamado sexto sentido, no tiene nada de paranormal, ni mágico, ni esotérico, aunque, al igual que otros fenómenos y capacidades mentales del ser humano, puede resultar algo misterioso, puesto que muchas personas no tienen la información acerca de cómo funciona y no todos los seres humanos tienen esta facultad desarrollada en la misma medida.

Así que si has entrado a leer este artículo pensando que íbamos a tratar sobre fenómenos paranormales quizá te sientas un poco defraudada o defraudado. Sin embargo, si sigues leyendo te darás cuenta de que la realidad no tiene nada que envidiarle en magestuosidad a lo sobrenatural.

Según estudios recientes, se conoce que la intuición implica correlatos neuronales. Cuando se pone en marcha, se activan varias áreas del cerebro: una pequeña parte del lóbulo parietal superior, en medio de ambos hemisferios cerebrales, la corteza prefrontal ventromedial y el núcleo caudado, que forma parte de los ganglios basales.

Sin embargo, sigue habiendo algunas cosas acerca de la intuición que siguen siendo un misterio. Parte de la culpa reside en el hecho de que ni las propias personas que poseen una desarrollada intuición saben explicar en muchas ocasiones por qué tomaron la decisión acertada o por qué supieron algo de forma intuitiva. No saben explicarlo de forma racional porque su elección no se puede explicar con la lógica consciente.

Lo que también sabemos es que las PAS, personas altamente sensibles, poseen un rasgo de personalidad especial en el que la intuición juega un papel muy importante. El cerebro de las PAS procesa gran cantidad de información, mucha de ella de manera inconsciente. Esto les lleva a sacar conclusiones correctas o a tomar las decisiones adecuadas sin muchas veces saber por qué. Esto no significa que sean brujas o adivinas, sino que utilizan información que ni siquiera saben que poseen.

La mente intuitiva es un regalo sagrado.

Albert Einstein
Si tú tienes una gran intuición, seguro que ya lo sabes pero... ¿Cómo reconocerla en tu hija o hijo?
Si tú tienes una gran intuición, seguro que ya lo sabes pero… ¿Cómo reconocerla en tu hija o hijo?

La única cosa realmente valiosa es la intuición.

Albert Einstein

¿Qué características tienen los niños, niñas y, en general, las personas con una inteligencia intuitiva desarrollada?

Si tú tienes una gran intuición, seguramente ya sabes que la tienes, pero si eres madre/padre ¿cómo puedes saber si tu hijo o hija es asimismo intuitiva? Aquí te doy algunas claves de las personas con sexto sentido:

  • Son muy empáticas. Las personas altamente intuitivas tienen una habilidad especial para comprender cómo se sienten los demás. Una madre muy intuitiva sabrá cómo está su hijo o hija y qué le ocurre sin necesidad de hablar con ella, solo observándola. Por otro lado, las niñas y niños con buena intuición suelen ser más inestables emocionalmente porque, al contagiarse tan fácilmente de los sentimientos de los demás, pueden sentir más ira que el resto, más tristeza o más alegría… Además esto puede ocurrir de manera repentina y voluble.
  • Son grandes observadoras, pero observadoras de las emociones. Captan fácilmente detalles que pasan inadvertidos para las demás personas, señales no verbales y sutilezas que se desprenden de forma no intencionada de los comportamientos y las acciones de la gente.
  • Poseen una buena capacidad de adaptación, ya que de forma inconsciente se preparan para el cambio o el nuevo ambiente.
  • Tienen gran flexibilidad cognitiva y no les cuesta cambiar de parecer, de opinión o de planteamiento, ya que su pensamiento no es rígido y cerrado.
  • Hacen caso a las señales, actúan por corazonadas y aún así suelen tomar buenas decisiones. Obvio, ¿no?
  • Debido al apartado anterior, las personas con gran intuición asumen riesgos, cometen errores y aprenden de ellos.
  • Tienen un gran mundo interior. Al tener tan buen diálogo con su voz interior, estas personas tienden a pasar mucho tiempo consigo mismas, conectando con sus emociones, ensimismadas en sus cavilaciones y aisladas del mundo. Tanto adultos como criaturas suelen tener, por tanto, bastante ingenio y creatividad. Los niños y niñas con un rico mundo interior suelen ser, a su vez, algo retraídas e introvertidas (que no necesariamente tímidas, son dos cosas distintas).
  • Saben escuchar a su cuerpo y fluyen con él. Son personas capaces de captar las señales que el cuerpo les envía, sabiendo cuándo algo va mal. Las personas con sexto sentido se ponen a sí mismas como prioridad y no entienden, por ejemplo, esta sociedad obsesionada con el trabajo. Tienen reacciones viscerales y saben interpretarlas (dolor de estómago, náuseas, nudo en la garganta…). Las personas intuitivas también suelen captar cuándo su cuerpo necesita un alimento concreto, por ejemplo, o qué les va bien o mal.
  • Son realistas, cosa que las personas de alrededor pueden confundir con pesimismo (esto no quita para que también lo sean). Al saber frecuentemente de antemano qué va a suceder, en ocasiones las personas intuitivas auguran desenlaces desagradables, cosa que los demás pueden confundir con negativismo.
Las personas muy intuitivas tienen un gran mundo interior
Las personas muy intuitivas tienen un gran mundo interior

¿Cómo podemos ayudar a nuestros pequeños y pequeñas a desarrollar y mejorar su intuición?

  • Mostrando una elevada autoconfianza en nosotras mismas y potenciando a su vez la autoestima y la seguridad en sí mismas de las criaturas. (Ver artículo de este blog sobre Autoestima y seguridad en los niños/as.)
  • Ofreciéndoles actividades que desarrollen su creatividad e imaginación. (Ver artículo de este blog sobre Pensamiento crítico.)
  • Manteniendo una buena y sólida comunicación con ellos.
  • Incentivando el juego y los espacios para la relajación que necesiten.
  • Ayudándoles a potenciar su empatía. Cuando mayor y más profundo sea su conocimiento, comprensión y conexión con otras personas, más se desarrollará la intuición sobre ellas. (Ver artículo de este blog sobre Empatía y ecpatía, los dos pesos de la misma balanza.)
  • Teniendo frecuente contacto con la naturaleza: hacer excursiones a la montaña, dar largas caminatas por el bosque o por la playa… El contacto con el medio ambiente promueve el pensamiento crítico y la resolución de problemas, agudiza los sentidos, desarrolla la creatividad y la imaginación. Y todo esto promueve la intuición.
  • Creando un entorno seguro, armonioso y libre de estrés.
  • Proporcionándoles los espacios y los tiempos que necesiten para estar solas y solos consigo mismos.
  • Enseñándoles a practicar técnicas de relajación: control de la respiración, mindfulness para niños y niñas, yoga infantil…

¿Qué te ha parecido este artículo? ¿Eres una persona con mucha intuición o conoces a alguien que lo sea? Si es así ¡compártelo! Recuerda que también puedes dejarme un comentario o seguirme en mis redes sociales. Y como siempre ¡muchas gracias por leerme!

https://lamenteesmaravillosa.com/sexto-sentido-voz-intuicion/

https://lamenteesmaravillosa.com/la-intuicion-es-el-alma-que-nos-habla/

https://www.guiainfantil.com/blog/educacion/que-diferencia-a-los-padres-y-ninos-con-una-intuicion-especial-de-los-demas/

https://psicologiaymente.com/personalidad/personas-intuitivas

¿Crees tener una relación familiar o de pareja con una persona narcisista pero no lo sabes con seguridad? Puedes salir de dudas accediendo al Cuestionario gratuito de 25 preguntas para saber si mantienes una relación con una persona narcisista¡Estás a unos pocos minutos de saber si esa relación te está dañando significativamente y poder empezar a tomar acción para sanar!

Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

contacta@mamaevapsicopedagoga.com

Publicado en Educación, Maternidad y crianza, Psicopedagogía

Educar con sentido común: crianza respetuosa sin modas

Actualmente estamos asistiendo a la fiebre de la etiqueta o lo que yo llamo “etiquetitis”.

El ser humano siempre ha sentido la necesidad de clasificar, agrupar y ordenar las cosas y las ideas, con el fin de explicar y hacer entender el mundo a los demás e incluso a sí mismo. Es una necesidad primitiva y de subsistencia (animales salvajes vs animales inofensivos, alimentos tóxicos vs alimentos nutritivos, etc.) Por otro lado, este recurso acarrea como consecuencia la creación de fronteras irreales, nos hace ver el mundo de forma fragmentada, con agrupaciones de ideas, objetos y cosas separadas artificialmente. Por tanto, las etiquetas a veces nos pueden ayudar a comprender lo que nos rodea, pero otras muchas pueden limitar nuestra perspectiva.

Actualmente estamos asistiendo a la fiebre de la etiqueta o lo que yo llamo “etiquetitis”. Todas y todos, a modo borreguil, tenemos que pertenecer a grupos o tendencias, ser de este equipo o de aquel, llevar por bandera una etiqueta o la contraria, ostentar un cartelito o el otro. Sin pararnos a pensar que esto es solo una estrategia del márketing, al que le interesa segmentarnos para crear grupos de consumo. A mayor número de grupos diferentes, más consumo. Yo soy de esto, de eso y de aquello; pues tengo que comprar, consumir y gastar de esto, de eso y de aquello. Si a esto le añadimos una necesidad tan humana como animal, la de pertenencia, ya tenemos la excusa perfecta para dividir, agrupar y contraponer a la población. Ya que de alguna manera todos sentimos la necesidad de pertenecer, de ser aceptados, así que nos sentimos arropados y validados “perteneciendo a”. Pero que a mí me guste el color azul no significa que odie a quien le guste el rosa. De hecho, a mí me gustan el azul y el rosa. Y los puedo combinar, mezclar o lucir cosas de los dos colores a la vez. Pues bien, esto que parece una tontería, en educación y en muchos ámbitos de la vida no es en absoluto tan fácil.

Las personas somos mucho más que una o varias etiquetas. Somos lo que hacemos, cómo lo hacemos, los porqués de lo que hacemos, pero también lo que no hacemos y por qué no lo hacemos. Detrás de cada decisión hay unas circunstancias y motivos particulares.

Hoy día hay que tener etiqueta o si tienes varias, mejor. Quien se muestra sin etiquetas parece que está vacía, que no tienen mensaje que transmitir, que no interesa. Hoy hay que ser fit, light, bio, sin, healthy, detox … Y en cuestión de educación y crianza ocurre algo similar; si no luces etiquetas estás anticuada. Horror. Ahora está de moda ponerse los cartelitos de “liga de la leche materna”, “colecho”, “baby led weaning”, “babywearing”, “crianza positiva”, “crianza con apego”, “crianza consciente”. Yo no sé vosotras, pero yo me mareo con tanto nombrecito. Quien no los lleva puestos es como si automáticamente estuviera en contra o, mucho más peligroso, como si en materia educativa no fuera plenamente sabedora de lo que hace y por qué. Obviamente, huelga decir que no es así. Las personas somos mucho más que una o varias etiquetas. Somos lo que hacemos, cómo lo hacemos, los porqués de lo que hacemos, pero también lo que no hacemos y por qué no lo hacemos. Detrás de cada decisión hay unas circunstancias y motivos particulares.

Creo que debería estar de más decir esto, pero desgraciadamente no sobra recordar que, por ejemplo, hay muchas madres a favor de la leche materna y sus beneficios para el bebé que, sin embargo, por múltiples razones, no han podido dar a sus hijas o hijos el pecho, o no tanto como idealmente les hubiera gustado. Y no por ello hay que demonizarlas, hacerlas sentir peores madres o madres incompletas, ni excluirlas de una patada del grupito “pro lactancia materna”. Y este no es un ejemplo baladí, hay mamás realmente traumatizadas por esta psicosis de encasillar y encasillarse.

La crianza natural y la crianza respetuosa no son la misma corriente, aunque a veces se confunden
La crianza natural y la crianza respetuosa no son la misma corriente, aunque a veces se confunden

El problema reside, a mi parecer, en las modas y la necesidad de adherirse a ellas.

No pretendo dictaminar qué debe hacer cada una con sus hijos e hijas, no es la finalidad de este artículo (ni de mi blog). Seguramente, salvo extrañas excepciones, cada madre y padre hace lo que puede, lo que sabe y lo que considera que es mejor. Cada familia puede hacer lo que le parezca oportuno, aquello en lo que crea y con lo que se sienta cómoda. Eso sí, siempre que se respeten los derechos, las necesidades, la integridad y la seguridad de la criatura, así como los derechos y las necesidades básicas de los demás miembros de la familia y de la gente con la que se va a relacionar. Dentro de esto, el abanico es tan amplio como respetable. Teniendo en cuenta lo anteriormente dicho, mientras una crea en lo que hace, esté bien informada (y formada si es necesario) de cómo y por qué, y lo lleve a la práctica desde el respeto a todas las partes, puede hacer de su capa un sayo. Que cada persona le dé de comer a su hija lo que quiera, cuándo y como quiera. Que cada madre duerma cómo y con quien quiera. Y que cada uno gestione los conflictos con sus hijos e hijas como le venga en gana.

El problema reside, a mi parecer, en las modas y la necesidad de adherirse a ellas. Y el aprovechamiento que algunas personas hacen de esta necesidad. Ahora me explicaré mejor y desarrollaré al respecto lo más concisamente que pueda. Hablo específicamente de las llamadas crianza con apego/natural y crianza positiva/respetuosa. Estas formas de crianza están absolutamente en boga ahora mismo. Si no te adhieres a ellas, si no llevas la etiqueta por bandera estás muy perdido, eres un antiguo, un cavernícola de la educación. Pues bien, de entrada, y esta es mi opinión, con estos titulitos partimos de la premisa de que otra forma de hacer es negativa, sin apego o sin respeto, lo cual a mí me resulta ofensivo. Pero dejando el tema del nombre de lado, que esto es solo una opinión, por supuesto que no estoy en contra de estas dos corrientes. Cuanto más leo sobre ellas y más me informo, más me doy cuenta de lo lógico de sus planteamientos, de sus líneas de pensamiento y de muchos de sus preceptos. Pero, ojo, no creo que sea necesario o se pueda cumplirlos todos, todo el tiempo, en todas las ocasiones y circunstancias. Sin entrar a desarrollarlas, porque existe múltiple bibliografía al respecto y tampoco es la finalidad del presente post, vamos a describirlas brevemente. De entrada, explicar que no son lo mismo, ya que mucha gente las confunde.

La crianza con apego o natural (attachment parenting) pretende crear, desde la naturalidad y las conductas instintivas, un vínculo emocional sólido entre bebé y cuidador o cuidadora, normalmente la madre y el padre. Se basa en las siguientes claves: método canguro o piel con piel, lactancia materna, babywearing o, lo que es lo mismo, porteo y llevar a la criatura en brazos, hacer colecho, no dejarle llorar y la no escolarización hasta al menos los 3 años, entre otras.

La crianza positiva o respetuosa es una forma de educación que se preocupa por entender y respetar a la criatura y sus necesidades, fomentando habilidades como la empatía, la autonomía y la comunicación. Se sustenta en estas claves: amor y cariño hacia el niño o niña, autorregular las propias emociones para que la criatura aprenda también a hacerlo, ponerse a su altura, comunicación y diálogo constantes, fomentar que el o la peque haga las cosas por sí misma, decirle que no de forma positiva (sin utilizar la palabra no), entre otras.

En relación a la crianza con apego he de decir que, si bien sus indicaciones pueden estar muy bien y ser muy acertadas para algunas familias, quizá no lo sean tanto para otras. Como dije más arriba, hay madres que, por múltiples motivos que no voy a enumerar, no pueden o deciden no dar el pecho a su bebé. Hay familias que no consideran el colecho como una de sus prácticas, familias que, por variadas razones, no quieren o no pueden coger al niño o niña cada vez que llora… Hay centenares de ejemplos, estos son sólo algunos. En estos casos, y en muchos otros, el bienestar, la salud física y mental, el descanso, etc., de todas las partes implicadas es fundamental. Si la madre y el padre están bien, las criaturas estarán bien. Si los padres se sienten presionados a hacer algo en lo que no confían, con lo que no se sienten cómodos o simplemente que no se sienten capaces o no pueden hacer, al final su malestar repercutirá directamente en su relación con sus hijos o hijas. Ya sea por sentimientos de culpa, por cansancio físico o mental, por frustración o por cualquier otro sentimiento negativo, la mala relación entre madre-criatura resulta mucho más dañina que el realizar o no estas prácticas. Existen otras maneras de establecer un fuerte vínculo con el o la menor que resultan igualmente válidas. Darles muchas muestras de cariño (besarles, abrazarles, acariciarles), hablarles mucho y hacerlo con dulzura y amabilidad, cantarles, cogerles en brazos, bailar o jugar con ellas, hacerles cosquillas, darles masajes, son algunas de ellas. Por último añadir que, por la propia naturaleza de los principios en los que se basa, esta corriente tiene su limitación en el tiempo, pues a partir de cierta edad deja de ser aplicable.

La clave está en la mala interpretación que sus padres hacen de la crianza positiva. Madres y padres que no ponen límites, imprescindibles para el adecuado desarrollo y la adaptación de la criatura al mundo que le rodea. Madres y padres que confunden firmeza con autoritarismo (…) y por tanto acaban siendo absolutamente laxos. (…) Madres y padres que no saben establecer normas básicas, que son imprescindibles para aportar seguridad a los niños y niñas. Madres y padres que creen que la palabra “no” está maldita.

Hay madres y padres que confunden firmeza con autoritarismo
Hay madres y padres que confunden firmeza con autoritarismo

Parte de la culpa de todo esto la tienen las modas y la creencia que tienen algunas personas de que por el hecho de ser madres/padres ya se sabe intrínsecamente de educación. La otra gran parte de la culpa la tiene la falta de redes de apoyo actual a madres y padres.

Respecto a la crianza positiva, cómo estar en contra de autorregular las propias emociones, de intentar ver las cosas desde el punto de vista de mis hijos, de validar sus emociones, de buscar soluciones conjuntas a los conflictos, de fomentar su autonomía… Qué madre o padre no querría estos pilares para la educación de sus hijas e hijos. Pero al estar de moda tiene montones de seguidores (como todas las modas) que no entienden correctamente las enseñanzas de esta corriente y, por lo tanto, no las aplican bien. Así nos encontramos con criaturas que no saben comportarse en lugares públicos, que son maleducadas, impertinentes e incluso desafiantes con los desconocidos que les llaman la atención o con las figuras de autoridad. Con niñas y niños, en definitiva, inadaptados sociales, consentidos y tiranos. Y esto no es precisamente lo que persigue la crianza respetuosa. Yo me he encontrado a lo largo de mi trayectoria profesional con muchísimas criaturas así. Me los sigo encontrando, cada día más. La clave está en la mala interpretación que sus padres hacen de la crianza positiva. Madres y padres que no ponen límites, imprescindibles para el adecuado desarrollo y la adaptación de la criatura al mundo que le rodea. Madres y padres que confunden firmeza con autoritarismo (importantísimo este punto) y por tanto acaban siendo absolutamente laxos (podéis leer más a este respecto en el artículo del blog sobre Estilos educativos parentales). Madres y padres que no saben establecer normas básicas, que son imprescindibles para aportar seguridad a los niños y niñas. Madres y padres que creen que la palabra “no” está maldita. Y no, señoras, la palabra “no”, del latín non, adverbio de negación, es una de las 93.111 palabras que contiene, según su última revisión en 2019, el diccionario de la Real Academia Española de la lengua. Utilicémosla. En ocasiones es necesaria. Las niñas y niños deben conocer de su existencia, pues forma parte de nuestro idioma. De hecho es muy importante. En el mundo existen las prohibiciones, la civilización está llena de señales o cartelitos de “no pasar”, “no hablar”, “no tocar” que debemos respetar. ¿O deberíamos poner “qué les parece si mejor van por otro lado”? De verdad que en ocasiones se llega a unos niveles de absurdez preocupantes…

Muchas de las enseñanzas de la crianza con apego parten de lo natural, de lo instintivo, de lo que abuelas de antaño nos dirían que hiciésemos e hicieron ellas mismas. Por el contrario, la crianza positiva viene a remendar o corregir todos los errores de crianza que cometieron nuestras madres, padres y abuelas.

Parte de la culpa de todo esto la tienen las modas y la creencia que tienen algunas personas de que por el hecho de ser madres/padres ya se sabe intrínsecamente de educación. La otra gran parte de la culpa la tiene la falta de redes de apoyo actual a madres y padres. Antes, y antes de antes, eran las madres y las abuelas, las nodrizas y las amas de cría las que enseñaban a las primerizas cómo criar a su hijo o hija. Hoy en día las madres y padres, en gran medida, se encuentran solos ante el peligro. Y muchos de ellos no saben de antemano nada de bebés, de educación ni de crianza. Por lo que, o bien hacen lo que suponen que es correcto, o lo que recuerdan que hicieron con ellos, o se ponen a leer y se encuentran con lo que “se lleva” o lo que se supone que hay que hacer hoy en día para ser “in”. Muchas de las enseñanzas de la crianza con apego, oh casualidad, parten de lo natural, de lo instintivo, de lo que abuelas de antaño nos dirían que hiciésemos e hicieron ellas mismas. Por el contrario, la crianza positiva viene a remendar o corregir todos los errores de crianza que cometieron nuestras madres, padres y abuelas.

Pero entonces, ¿qué pasa si estas madres y padres modernos sin red de apoyo y con escasos conocimientos sobre criaturas y educación realizan un cursito intensivo de fin de semana sobre crianza respetuosa, previo pago de 500 euros? Pues podría ocurrir que piensen, ¡porque así se lo hacen creer!, que como “expertos” que son ya pueden formar a otras familias y ganarse un sueldito a su costa. Mucho cuidado con esto. Nunca voy a criticar a unos padres que desean formarse y mejorar la forma de educar a sus hijas e hijos. Todo lo contrario, me parece excelente. Tampoco desprecio la formación ni la trayectoria de las creadoras de esta fórmula, que sé que es muy buena, ni los contenidos impartidos. Lo que no comparto es que por una atractiva suma de dinero por cabeza y unas escuetas horas de curso hagamos creer a los asistentes que son los wonderwoman y wonderman de la educación. Además, seamos lógicos, no es lo mismo que reciba este curso un papá maestro que, por ejemplo, una mamá ingeniera de minas, llamémosla Pepa, sin formación previa en temas educativos.

Yo por si acaso recomendaría adscribirse a la crianza con sentido común.

Pero, ojito, hay algo mucho más preocupante que el que Pepa se crea pedagoga tras asistir a un curso de crianza positiva, y es que se lo crea después de leerse un libro, ojear un artículo y ver un tutorial en youtube sobre el tema. Suele pasar además que en estos casos una busca información que viene a confirmar lo que una quiere creer, no se suele leer bibliografía sobre corrientes opuestas, por ejemplo. Pues bien, puede ocurrir, y vaya si ocurre, que con lo que Pepa ha querido entender sobre lo que ha leído, lo que ponga en práctica no ayude precisamente a la capacitación de su hijo Pepito, sino más bien, como he explicado más arriba, a consentirlo hasta límites preocupantes, todo en nombre de la crianza positiva. Por supuesto que hay familias que lo hacen bien, muy bien o de lujo, pero no es sobre ellas que estoy hablando, sino de una amplia mayoría que no se desenvuelve así. Yo por si acaso recomendaría adscribirse a la crianza con sentido común. Me parece mucho más segura, completa y bebe de todas las corrientes, pues todas tienen enseñanzas útiles y valiosas.

¿Y vosotros? ¿Le ponéis alguna etiqueta a vuestra forma de crianza?

https://mipediatraonline.com/crianza-respetuosa-no-crianza-natural/

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Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

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Estilos educativos parentales: descubre cuál es el tuyo y mejora la crianza

La manera en que nos relacionamos con nuestros hijos e hijas, la forma en la que deliberada o no intencionadamente aplicamos nuestras estrategias de crianza influyen enormemente en su desarrollo psicológico.

En cualquier caso, es muy importante que las madres y padres tomemos conciencia sobre qué método educativo utilizamos habitualmente para así poder autorregular nuestra labor educativa con las criaturas. Lo primordial es saber lo que queremos para nuestros y nuestras peques y cómo conseguirlo, trabajando en esa línea pero permitiéndonos cometer errores y no ser excesivamente exigentes con nosotras mismas y mismos. Es importante conocer nuestros fallos o limitaciones e intentar mejorar día a día. También es interesante repasar los métodos utilizados por nuestros padres, evaluarlos para discernir qué cosas hacían bien y qué cosas hacían mal y aprender de ello para no repetir patrones indeseados. Si ponemos en práctica nuestro pensamiento crítico (“Pensamiento crítico. Cómo fomentarlo en los niños/as«) podemos distinguir mejor qué usos y maneras se utilizan por tradición o “porque a mí me educaron así” y cuáles por convicción.

Existen cuatro estilos educativos que madres y padres pueden adoptar. Muchas veces no se aplican de forma íntegra y lineal, sino que se cabalga entre unos y otros, fluctuando la intensidad, la frecuencia, etc. Estos estilos son:

Estilo educativo autoritario
Estilo educativo autoritario
  • Estilo autoritario. Las madres y padres autoritarios ejercen excesivo control, son personas exigentes, severas, poco cercanas, poco receptivas, fomentan la obediencia, ya que emplean reglas muy estrictas, son propensas al castigo y, en los casos más extremos, a la violencia verbal y/o física.

Este estilo favorece el rencor hacia los padres o madres y fomenta criaturas con baja autoestima, ya que sienten que no se tienen en cuenta sus necesidades, sentimientos ni deseos. Contrariamente también puede favorecer que los niños y niñas se tornen agresivas o violentas.

Estilo educativo democrático
Estilo educativo democrático
  • Estilo democrático. Los padres y madres democráticas son personas firmes pero afectuosas, responsables, cercanas, receptivas, comunicativas y respetuosas. Ponen límites y normas, la mayoría de las cuales suelen estar abiertas al diálogo y la negociación.

En este caso las criaturas suelen tener una mayor autoestima y ser más felices. Este estilo fomenta también la asertividad y la responsabilidad.

Estilo educativo negligente
Estilo educativo negligente
  • Estilo negligente (o indiferente). Las madres y padres negligentes no se implican en la educación de sus hijos e hijas, no les apoyan, no tienen en cuenta sus necesidades, no dan muestras de cariño ni ejercen ningún tipo de control o disciplina. En general, tienen un papel absolutamente pasivo o indiferente sobre las criaturas.

Este estilo está directamente relacionado con baja autoestima de las criaturas y problemas emocionales y psicológicos más o menos importantes.

Estilo educativo permisivo
Estilo educativo permisivo
  • Estilo permisivo (o sobreprotector). Los padres y madres con este estilo educativo son personas afectuosas y comunicativas, pero excesivamente permisivas. No establecen ningún tipo de disciplina, ejerciendo poco control sobre las situaciones y mostrándose muy poco firmes.

Muchas madres y padres hoy en día adoptan este estilo pensando que sus hijos e hijas serán así más felices (otros también lo hacen por comodidad), sin darse cuenta de que a largo plazo esto acarreará consecuencias emocionales serias en sus peques.

Por culpa de este estilo las criaturas suelen presentar problemas de comportamiento y de adaptación social, ya que probablemente no harán caso a la autoridad ni a las reglas establecidas. También pueden presentar baja autoestima y tristeza. En casos graves la tristeza puede derivar en depresión. También pueden convertirse en personas caprichosas y consentidas, es decir, en niños y niñas tiranas y en adolescentes y adultos narcisistas.

cuadro estilos educaticos parentales

Es obvio que el estilo parental deseado es el democrático, pero todos hemos pecado en alguna ocasión de autoritarios o permisivos… O incluso de negligentes pensando «ya se ocupará su madre/padre…» ¿Qué opináis?

¿Os reconocéis en uno o varios de estos estilos?

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https://www.apa.org/act/resources/espanol/crianza

https://www.mentesabiertaspsicologia.com/blog-psicologia/tipos-de-apego-y-sus-implicaciones-psicologicas

https://somosestupendas.com/tipos-de-apego/

¿Crees tener una relación familiar o de pareja con una persona narcisista pero no lo sabes con seguridad? Puedes salir de dudas accediendo al Cuestionario gratuito de 25 preguntas para saber si mantienes una relación con una persona narcisista¡Estás a unos pocos minutos de saber si esa relación te está dañando significativamente y poder empezar a tomar acción para sanar!

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Eva H. Hernanz

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Cómo fomentar la autoestima y la seguridad en la infancia. Elementos clave para un desarrollo emocional sano

La SEGURIDAD y la AUTOESTIMA en los niños y niñas debe fomentarse en los primeros años de vida. Si las y los pequeños sienten que son capaces, que pueden realizar actividades de forma independiente y que pueden cumplir con ciertas responsabilidades aumentará la seguridad en sí mismos, reforzando su autoestima y ayudando a su maduración y a su adaptación social.

Si las criaturas sienten que pueden asumir actividades y responsabilidades de forma independiente, aumentará la seguridad en sí mismas
Si las criaturas sienten que pueden asumir actividades y responsabilidades de forma independiente, aumentará la seguridad en sí mismas

Las personas adultas podemos hacer muchas cosas para ayudarles a fortalecer su autoestima y la seguridad en sí mismas. Algunas son:

🍂 Proponerles metas alcanzables, que sean capaces de cumplir. Si les marcamos objetivos demasiado difíciles, inasequibles o imposibles, nunca podrán cumplir exitosamente los propósitos y esto puede provocar en ellos frustración constante y sentimientos de incapacidad, torpeza e invalidez. Lo más perjudicial de fomentar este tipo de pensamientos negativos es que les pueden acompañar durante el resto de su vida, marcando su forma de enfrentarse a los nuevos retos, a los estudios, a las relaciones y, en definitiva, a la vida.

🍂 Asignarles pequeñas tareas que puedan realizar. Aquí muchas veces tendremos que poner en práctica nuestra paciencia, ya que lógicamente no harán las cosas tan rápido como nosotras, pero debemos aprender a darles su tiempo. Es posible que tampoco las hagan tan bien como nos gustaría, pero lo importante es lo que estamos trabajando, no que las cosas queden perfectas.

🍂 Valorar sus logros. Felicitarlos, elogiarlos y premiarlos (evitar premios materiales) cuando cumplen o consiguen pequeñas metas. El refuerzo positivo es muy importante. Lo más conveniente es utilizar palabras bonitas y amables, elogiar su esfuerzo o dedicación, por ejemplo. También podemos aplaudirles, abrazarles, besarles…

🍂 Lanzarles mensajes positivos y de confianza en sus capacidades. Un o una menor que percibe mensajes positivos sobre sí misma será más fácil que logre todo lo que se propone. Mientras que si le taladramos la cabeza constantemente con frases del tipo «no puedes», «no sabes», «no eres capaz», aunque lo hagamos sin mala intención, claro está, acabará interiorizándolo y se creerá incapaz de muchas cosas (teoría de la profecía autocumplida o efecto Pigmalión). No subestimemos el poder de la mente.

🍂 No sobreprotegerles. Este punto está muy relacionado con el anterior. A veces pensamos que les protegemos por su bien, pero les estamos limitando. Debemos dejarles hacer sin ser negligentes.

 🍂 Escucharles. Fomentar la comunicación y demostrar interés por las criaturas, por sus sentimientos, por sus problemas o sus inquietudes es una forma muy efectiva de reforzar su seguridad y autoestima. Les hará sentir personas importantes, con valor propio dentro del núcleo familiar.

🍂 Pasar tiempo de calidad a su lado. Jugar con ellas, pasear, hablar, ver y leer cuentos, cocinar juntas, montar en bici, ir al parque… Sacar tiempo para hacer actividades juntos en las que nuestros hijos e hijas sean el centro de atención. Mantengamos una comunicación fluida y disponibilidad absoluta en esos momentos, sin móviles, televisión, conversaciones con adultos, ni nada que nos distraiga de la interacción con las criaturas. Puede que el ritmo de vida que llevamos no nos permita muchos de estos instantes, pero es imprescindible rescatar alguno, al menos, cada semana.

🍂 Enseñarles a manejar la frustración. Sentir frustración a veces es positivo, pero debe estar equilibrada con la consecución de metas. Los y las menores deber aprender que no siempre las cosas salen como una quiere. Debemos validar esta emoción y los sentimientos que conlleva, haciéndoles entender que es normal que se sientan así y que esto ocurre a veces. Es bueno dejarles que se tomen su tiempo, pero también ofrecerles alternativas para canalizarla.

🍂 Enseñarles a reconocer, comprender y expresar sus emociones. Es importante que aprendan que todas sus emociones son válidas y no pasa nada por sentirlas.

🍂 Enseñarles a tomar pequeñas decisiones y asumir los riesgos que conllevan. No se debe confundir con que sea la criatura quien lo decida todo. Hay cosas que no son elegibles o negociables. Sentido común, siempre.

🍂 No compararles nunca con otras personas, con compañeras de clase, con sus hermanos… Lo que hacen puede parecernos bien o mal y se lo podemos hacer saber, pero nunca por comparación con otros seres humanos, ya que esto puede dañar profundamente su autoestima.

🍂 No criticarles, ridiculizarles, insultarles o reírse de las criaturas. Puede que hayan hecho algo que no esté bien y podemos criticar su conducta, pero nunca al pequeño o pequeña.

🍂 Demostrarles amor incondicional. Cada criatura es única y nuestro hijo o hija debe saber, notar y sentir que, aunque haya hecho algo incorrecto, nuestro amor por ella está y estará intacto. Nosotras sabemos que amamos a nuestra o nuestro pequeño incondicionalmente pero a veces nuestro tono, palabras y actos, si nos enfadamos, le pueden confundir. Hay que evitar esos mensajes confusos y sobre todo nunca jamás decir frases tales como «ya no te quiero», «no me siento orgullosa de ti», «nunca debí tenerte», «eres lo peor»…

No debemos nunca compararles, criticarles, ridiculizarles o insultarles
No debemos nunca compararles, criticarles, ridiculizarles o insultarles

Si ponemos en práctica todas estas claves nos daremos cuenta de que una niña o niño seguro y con una correcta autoestima no sólo será respetuoso, sino que será capaz de razonar y resolver situaciones por sí mismo de forma independiente y adecuada. ¿Qué opinas? Déjame tu comentario, estaré encantada de leerlo.

https://lamenteesmaravillosa.com/profecias-autocumplidas/

https://www.guiainfantil.com/articulos/educacion/motivacion/5-estrategias-para-ayudar-al-nino-inseguro/

https://lamenteesmaravillosa.com/12-maneras-de-fomentar-el-autoestima-infantil/

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Eva H. Hernanz

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Iniciación temprana a la lectura: beneficios, edad recomendada y consejos prácticos

De todos es sabido que los libros son una fuente de conocimientos, aprendizajes, cultura y entretenimiento, entre otras cosas. Leer activa el cerebro, fomenta la atención y la concentración, desarrolla la imaginación y la creatividad, propicia la adquisición de nuevos conocimientos y valores y la comprensión del mundo y de las personas, mejora las habilidades lingüísticas y aumenta el vocabulario, ejercita la comprensión lectora y la capacidad de memorización, desarrolla la curiosidad, es una fuente de diversión y puede acabar convirtiéndose en una sana afición. Y es muchísimo más sano que los y las menores se aficionen a los libros que a la televisión o a los videojuegos, como os conté en mi anterior publicación Cero pantallas para bebés.

Pero ¿a qué edad debemos acercar el mundo de la lectura a las criaturas? Hay mamás y papás que piensan que antes de los 2 o los 3 años es una tontería contarle un cuento a un o una menor porque “no se entera” de nada. Pues bien, esto no es cierto. De igual manera, leer a tu bebé es una decisión libre y si no quieres hacerlo es solo asunto tuyo, pero no es verdad que no sirva para nada. Obviamente la comprensión lectora del bebé de 4 meses brilla por su ausencia, pero eso no significa que no obtenga beneficios con la lectura en voz alta por parte de una persona adulta. Cuanto más estimulado esté el bebé, más ejercitado estará el tejido de interconexiones cerebrales que posibilita el aprendizaje. Igualmente, una peque de 6 meses no entenderá la mayoría de las palabras y expresiones que estás leyendo, pero sí percibirá, por ejemplo, la diferencia de entonación, sabrá que no le estás hablando como normalmente y, sin entenderlo, captará que estás en “modo relato”. También discriminará las distintas emociones que transmites al leer, lo que potenciará su desarrollo emocional y social. Además, leer cuentos a menores de 2 años tiene otra serie de beneficios que expongo a continuación:

  • Favorece la conexión con mamá/papá.
  • Potencia su capacidad de escucha.
  • Estimula su lenguaje.
  • Les familiariza con un nuevo objeto lúdico.
  • Les entretiene y/o relaja.

Entre los 6 y los 12 meses las criaturas comienzan a entender que los dibujos representan objetos reales. A esta edad ya podrían demostrar sus preferencias por ciertos cuentos y dibujos o páginas de los mismos. Alrededor del año las niñas y niños son capaces de pasar las hojas, señalar objetos de las páginas y repetir sonidos. También sobre esta edad los y las bebés ya han aprendido todos los fonemas correspondientes a su idioma nativo, por lo que cuanto más se les lea, más facilidad tendrán para hablar posteriormente. Aproximadamente a partir de los 2 años, cuando han dejado atrás la etapa prelingüística, las criaturas cuyas madres y padres les han hablado o leído frecuentemente suelen saber mayor número de palabras.

Cuanto más estimulado esté el o la bebé, más ejercitado estará el tejido de interconexiones cerebrales que posibilita el aprendizaje
Cuanto más estimulado esté el o la bebé, más ejercitado estará el tejido de interconexiones cerebrales que posibilita el aprendizaje

Entonces, ¿qué edad es buena para empezar a leer a tus hijas e hijos? Pues depende un poco de cada familia. Algunos especialistas lo recomiendan desde el nacimiento, otros dicen que es beneficioso a partir de los 6 meses. Hay mujeres que incluso leen a sus retoños cuando están dentro de sus vientres. Los y las expertas recomiendan hacerlo especialmente en el tercer trimestre de embarazo, pues en esta etapa la criatura aprende a reconocer las voces de sus padres, especialmente la de la madre. Hay estudios que demuestran que los y las recién nacidas son capaces de reconocer una melodía o una cantinela que han escuchado muchas veces durante las últimas semanas de gestación. Así que puede ser buena idea elegir un fragmento de un libro o un cuento corto y siempre leer el mismo texto a tu bebé. También puedes varias de vez en cuando si se te hace muy pesado leer siempre lo mismo. Piensa que lo importante de leer embarazada a tu bebé es sentir y fortalecer el vínculo con él o ella y que te sirva para relajarte. Cuando yo estaba embarazada les leía a Leo y a Bruno un capítulo concreto de «El principito». Un día, cuando ya habían nacido y eran aún muy pequeñitos probé a leerles el mismo texto. Si lo reconocieron o no, no lo sé, pero tuve que dejar el experimento porque se pusieron a llorar como locuelos. No volví a intentarlo, la verdad. Después de aquella experiencia no empecé a leerles cuentos hasta alrededor de los 4 meses, creo recordar. Deben ser cuentos muy cortitos (2 a 3 minutos de lectura) y con ilustraciones bonitas y llamativas que capten su atención.

Te recomiendo que tengas dos tipos de cuentos: los que ellos pueden manipular y los que tú les vas a contar (si quieres que te duren). Los primeros han de ser muy seguros, de tela en los primeros meses y de cartón grueso y tapa dura (cartoné) un poquito más adelante. Los segundos, adaptados a cada edad evolutiva. Los iniciales deben tener poco texto y muchos dibujos sencillos, vistosos y agradables a la vista. En la categoría RECOMENDACIONES del blog tenéis un listado con los cuentos que, a través de mi experiencia y mis años de trabajo con peques de 0 a 3 años son, a mi parecer, los “imprescindibles” de cualquier biblioteca infantil. Esa lista está absolutamente abierta a nuevos descubrimientos y recomendaciones que me vayáis haciendo, por lo que irá creciendo. Obviamente cualquier cuento vale mientras les guste, trabaje conceptos y valores convenientes y sea adecuado a su edad. Y seguro que hay muchos chulísimos que no conozco.

No obstante, recapitulando, si te sientes ridícula o incómoda leyendo a tu bebé, que mira a todas partes y no te está prestando ningún tipo de atención, tranquila, es normal, es totalmente entendible. De todos modos puedes intentar técnicas para captar su atención, como cambiar de tono continuamente, señalarle las ilustraciones y nombrar los objetos o dejarle que señale o toque el cuento. Si aún así sientes que no funciona, en ese caso déjalo para más adelante, cuando su capacidad de atención y concentración hacia un estímulo o pequeña tarea, como observar y escuchar, haya aumentado, allá por los 8 meses o el año, dependerá de cada criatura.

Aunque no le leas libros, no olvides hablarle, narrarle cosas, contarle lo que estás haciendo, no importa qué edad tenga y que no te entienda, así el o la peque se irá familiarizando con los sonidos, las palabras y la cadencia de su propio idioma. Cuando te sientas más cómoda prueba entonces a leerle. Verás cómo te mira con curiosidad, cómo cambia sus expresiones a la vez que varían tus entonaciones, cómo se sorprende con el cambio de hoja, cómo observa atentamente los dibujos, incluso puede imitar algún gesto tuyo o algún sonido. Es muy emocionante ser testigo de esta evolución y de todos los avances que a partir de aquí se irán sucediendo.

Leer activa el cerebro, fomenta la atención y la concentración, desarrolla la imaginación y la creatividad...
Leer activa el cerebro, fomenta la atención y la concentración, desarrolla la imaginación y la creatividad…

Pautas recomendadas para estimular el hábito lector en niños y niñas de 0 a 3 años:

  • Al principio escoge momentos en que la o el bebé tenga satisfechas todas sus necesidades, pero sin una organización previa, simplemente cuando surja o te venga bien. Poco a poco sería bueno darle a esta actividad una entidad de momento especial, casi mágico, por lo que sería recomendable asignar un momento del día (o unos días a la semana) para los cuentos, por ejemplo, después de la merienda o antes de dormir. Si elijes hacerlo antes de dormir, esta pauta ayudará al niño o niña con el establecimiento de las rutinas y a su vez hará que se sienta más segura cuando llega la hora de dormir. Pero también es bueno tener contacto con los cuentos en otros momentos del día, por lo que es recomendable que las y los peques tengan sus “propios” libros accesibles para ellos, los que pueden manejar y manipular. También podemos llevar algún cuento en la bolsa de la calle y leerle en la sala de espera del médico, por ejemplo.
  • A las niñas y niños les encanta la repetición, por lo que es recomendable repetir cuentos. Saber lo que va a pasar les proporciona seguridad, cosa muy importante a estas edades. Con el tiempo, cuando conozcan cada libro, se adelantarán a “lo que vienen después”, cosa que además de ser divertida, les hace sentir válidos y competentes, lo cual a su vez refuerza su autoestima.
  • Leer de forma expresiva, interpretando a los personajes, cambiando el tono de la voz, pausando o acelerando el ritmo según lo requiera la lectura, favorece la atención de los y las pequeñas, a la vez que resulta más estimulante.
  • Cuando el o la peque crezca lo suficiente y sepamos que así de primeras ya no lo va a romper o a llevárselo a la boca, debemos dejar que toque el cuento y pase las páginas, siempre recordándole que debe cuidarlo. De esta manera trabajamos su autocontrol y su autonomía.
  • Si a la criatura un día concreto no parece apetecerle el “momento cuento”, o está demasiado distraída o alterada durante la lectura, no pasa nada. Lo mejor es anular esta actividad sin mayor drama, para no alterarla más y hacer otra cosa. En el caso de que sea antes de dormir, algo que le relaje (abrazo, arrumaco, acunarle, nana, etc.). La lectura no es una obligación, es una actividad para disfrutar.
  • Como en todo en la vida, es importante predicar con el ejemplo. Tener libros por casa, unos solo visibles y otros también accesibles, que nuestras hijas e hijos nos vean leer, ir con ellos a la Biblioteca asiduamente, etc., son actividades que contribuyen a generar el hábito por la lectura desde edades tempranas.

https://www.conmishijos.com/educacion/lectura-escritura/la-lectura-en-el-primer-ano-de-vida-del-bebe/

https://www.guiainfantil.com/educacion/lectura/la-importancia-de-leer-cuentos-a-los-bebes/

https://www.guiainfantil.com/articulos/educacion/lectura/habitos-de-lectura-en-ninos-de-0-a-3-anos/

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Cero pantallas para bebés: qué dice la ciencia y cómo aplicarlo en la vida real

Catherine L´Ecuyer en el
canal de youtube AprendemosJuntos de BBVA

La televisión, el teléfono móvil, la consola de videojuegos, el ordenador, el ipad, etc., pueden generar efectos muy negativos en el desarrollo neurológico, emocional e intelectual de los y las menores. Mientras les bombardean estímulos visuales y sonoros, las criaturas se alienan y dejan de ejercitar capacidades tan importantes, especialmente en edades tempranas, como son la creatividad, la imaginación, la relación interpersonal, la actividad física, la observación y análisis de fenómenos reales, entre otras. Una exposición prolongada en el tiempo a estos dispositivos puede causar el atrofiamiento de estas capacidades. Entre las consecuencias devastadoras que el uso de dispositivos electrónicos pueden generar en tu peque están: pasividad, dificultades en el desarrollo intelectual, el aprendizaje y las habilidades sociales, problemas del sueño (horarios irregulares, pesadillas y terrores nocturnos), riesgo de obesidad, adicción, problemas de nerviosismo y, en algunos casos, de hiperactividad, daños en la capacidad de atención, dificultades en la adquisición y el desarrollo del lenguaje, problemas de agresividad e impulsividad, etc.

Los contenidos y el ritmo deben ser adecuados a la edad
Los contenidos y el ritmo deben ser adecuados a la edad

Como profesional de la educación siempre he estado radicalmente en contra de la exposición de las y los menores a la televisión, las consolas o los móviles. Como madre por supuesto también lo estoy. Antes de serlo juraba y aseguraba que NUNCA JAMÁS mis hijos verían nada a través de una pantallita hasta que no cumplieran al menos 4 años de edad. Pero la realidad, el día a día con dos niños de más de año y medio especialmente movidos y el vivir en mis propias carnes no poder hacer literalmente nada excepto vigilar que no se maten y consolar sus caídas o sus frustraciones por no poder, por ejemplo, tirar de un cable o trepar a la mesa, me ha hecho flexibilizar un pelín mi visión. Un poquito de Baby tv o de música infantil a través de youtube para poder ir al baño o para calmarles antes de comer mientras termino de cocinar, no todos los días, por supuesto, pero sí en algún momento de crisis, ahora no me parece «tan espantoso».

Escoge programas no violentos y con ritmo lento para los pequeños. Eestablece tiempos y horarios para la exposición a las pantallas de los mayores
Escoge programas no violentos y con ritmo lento para los pequeños. Eestablece tiempos y horarios para la exposición a las pantallas de los mayores

Por supuesto está en mi mano como adulta responsable intentar no utilizar este recurso nunca y, si lo hago, controlar los tiempos de exposición y los contenidos. También depende de mí buscar alternativas y preparar contenidos u administrar y ofrecer diferentes materiales para mantener entretenidos a mis hijos.

Supervisa a tus hijos/as y fomenta el pensamiento crítico
Supervisa a tus hijos/as y fomenta el pensamiento crítico

Todos sabemos que ponerle delante una pantalla a tu hija o hijo te deja libre para hacer cualquier quehacer diario: cocinar, limpiar, poner una lavadora… No te castigues ni te sientas mala madre/padre por hacerlo esporádicamente o un día que «ya no puedes más», pero es muy importante que tengas claro que no debes abusar de ello. NO DEBES DEJAR QUE LAS PANTALLAS EDUQUEN A TU HIJO O HIJA.

Predica con el ejemplo: limita tus tiempos frente a las pantallas
Predica con el ejemplo: limita tus tiempos frente a las pantallas

Por otro lado, si acudo a casa de unos amigos con hijas o a una fiesta infantil y tienen puestos los “cantajuegos” en la tele, yo personalmente no me voy a marchar por este hecho. Si me preguntan o sale el tema daré educadamente mi opinión, pero valoro más la interacción de mis hijos con otras criaturas que el daño que pueda hacerles en ese momento concreto la pantalla en cuestión. Máxime cuando en estos casos no suelen prestarle demasiada atención, ya que resultan más llamativas las y los iguales y la interrelación con ellos. Otra cosa es que tuvieran puesta una peli de acción… Lo mismo ocurre si delegamos en las abuelas o abuelos el cuidado de nuestros retoños en alguna ocasión. Si en un momento de desesperación recurren a la tele o al móvil para tranquilizarlos, ya que no tienen por qué contar con tantos recursos como nosotras, pues tampoco creo que debamos echarles nada en cara. Al fin y al cabo no son ellas quienes deben educar a nuestros cachorros. Bastará con que les orientemos sobre qué cosas ponerles y cuáles no, pedirles que limiten el tiempo y que esto no se convierta en una rutina.

No utilizar pantallas en los momentos de las comidas
No utilizar pantallas durante las comidas
No debe haber pantallas en los dormitorios de los menores
No debe haber pantallas en los dormitorios de los menores

Vivimos en la era digital, a todos nos gusta hacer fotos y grabar vídeos de nuestras criaturas para el recuerdo. No ocurre nada por mostrarle a las y los peques un día un vídeo en el que salen ellos mismos o sus primas que viven lejos, por ejemplo. Hay personas muy radicales con estos temas, pero la tecnología tiene cosas positivas. Desde el respeto a todas las posturas opino que los extremos, hacia un lado o hacia el otro, nunca fueron buenos. No ser más papistas que el papa y usar el sentido común son dos cosas que siempre he aconsejado y aconsejaré.  

En resumen, por sintetizar todo lo expuesto:

¿Cuándo se deben utilizar pantallas con menores de 2 años? Nunca o lo menos posible.

¿Desaconsejo su uso? Sí, aunque yo las utilizo esporádicamente.

¿Ocurre algo si alguna vez y por un corto período de tiempo tu bebé se expone a las mismas? No, no pasa nada. Tampoco va a colapsar, ni convulsionar, ni se va a poner enfermo. 

A continuación os comparto una tabla orientativa sobre la conveniencia de la exposición diaria a los diferentes tipos de pantallas por edades, basada en las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría, por si os resulta de utilidad:

Tabla de recomendación de horas de los niños ante pantallas de la Academia Americana de Pediatría.
0-2 años: NADA
Tabla de Recomendación de horas delante de pantallas de la Academia Americana de Pediatría

En su día colaboré en este vídeo de una campaña de la compañía de telefonía Orange en la que se aborda la el papel de las madres y los padres en el uso responsable de las tecnologías por parte de los y las menores.

Por un uso Orange de la tecnología

«La mejor preparación para el mundo online es el mundo real.»

Catherine L´ecuyer

Los niños no deben tener ningún acceso a las pantallas hasta el año y medio o los dos años de edad y pasar una hora como máximo frente a ellas entre los tres y los cuatro años, aunque menos tiempo es mejor, según nuevas recomendaciones emitidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Organización mundial de la salud
https://www.efe.com/efe/espana/portada/cero-pantallas-hasta-dos-anos-y-maximo-1-hora-para-ninos-de-entre-3-4/10010-3960074#:~:text=Los%20ni%C3%B1os%20no%20deben%20tener,de%20la%20Salud%20(OMS).

https://www.sabervivirtv.com/pediatria/las-pantallas-interfieren-en-la-salud-de-los-ninos_2497

https://www.healthychildren.org/Spanish/news/Paginas/aap-announces-new-recommendations-for-childrens-media-use.aspx

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