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La importancia de los cuatro pilares de la alta sensibilidad en la crianza de niños y niñas NAS

Puede que hayas descubierto hace poco que eres una persona altamente sensible (PAS) y no sabes discernir si alguna o alguno de tus hijos también lo es. Quizá notes ciertos comportamientos en tu peque que, leyendo por ahí, te cuadran con este rasgo de personalidad, pero no estás segura del todo de que sea altamente sensible. Puede que estés leyendo este artículo por cualquier otra razón pero, sea como sea, voy a darte las claves que toda pequeña PAS ha de cumplir.

Como te cuento en el artículo Niñas y niños altamente sensibles: un mundo de emociones intensas, los niños y niñas altamente sensibles (NAS) son una realidad que ha sido reconocida en las últimas décadas por la psicología. Este término fue acuñado por la psicóloga Elaine Aron en su libro de 1996 The Highly Sensitive Child (El niño altamente sensible), en el que se habla de un 15-20% de la población infantil que tiene una mayor capacidad para procesar información de manera profunda y compleja y que presenta una mayor sensibilidad innata ante los estímulos del ambiente que le rodea.

Ser un niño o niña altamente sensible no significa que se padezca una enfermedad, sino que se trata de un rasgo de la personalidad que se manifiesta de diferentes maneras. Según Elaine Aaron, para que una persona sea considerada altamente sensible ha de cumplir los cuatro pilares en que se sustenta la alta sensibilidad. Si no posee alguno de ellos, estaremos hablando de otro rasgo, patrón psicológico o condición personal, pero no de alta sensibilidad. A continuación, os detallo en qué consisten estos cuatro pilares y las características más comunes de las criaturas altamente sensibles para cada uno de ellos.

Los cuatro pilares de la alta sensibilidad

Los cuatro pilares de la alta sensibilidad, en inglés DOES, son:

  • Depth of processing. Profundidad de procesamiento
  • Overstimulation. Sobreestimulación
  • Emotional responsiveness & Empathy (capacidad de respuesta emocional y empatía).  Intensidad emocional y Empatía
  • Sensitivity to subtleties (sensibilidad a las sutilezas). Sensibilidad sensorial

El primer pilar: profundidad de procesamiento de la información

Este primer pilar de la alta sensibilidad se traduce en una capacidad para percibir y procesar información de manera más profunda y compleja que el resto de criaturas de su edad. ¿Qué significa esto? Que pueden notar y analizar detalles sutiles en su entorno que suelen pasar desapercibidos para otros y otras. Además, tienen una mayor capacidad para reflexionar y pensar honda e intensamente sobre los problemas y situaciones. Por esta razón, es común que hagan preguntas o deducciones más profundas que las de sus pares.

La profundidad de procesamiento de la información suele tener implicaciones en la toma de decisiones. Las criaturas altamente sensibles pueden considerar y sopesar más factores antes de tomar una decisión, lo que puede ser una ventaja en ciertas situaciones. Sin embargo, esta misma capacidad también puede llevar a la indecisión o la parálisis por análisis en situaciones complejas.

Los niños y niñas altamente sensibles suelen ser muy observadoras y poseen una gran capacidad para analizar y comprender lo que les rodea. Esto les permite encontrar conexiones entre ideas aparentemente inconexas y generar nuevas perspectivas, lo que puede manifestarse en un ingenioso sentido del humor y una riqueza de vocabulario sorprendente para su edad.

Además, a causa de su capacidad para procesar la información de manera profunda y reflexiva, los y las NAS pueden ser más creativas e imaginativas que otras criaturas. Esta habilidad puede ser una ventaja en el ámbito artístico o en la resolución de problemas creativos.

Las criaturas NAS son: reflexivas, analíticas, ingeniosas, creativas, expresivas, introvertidas, indecisas…

Los y las NAS suelen hacer preguntas o deducciones profundas para su edad
Los y las NAS suelen hacer preguntas o deducciones profundas para su edad

El segundo pilar: sobreestimulación

La alta sensibilidad también se relaciona con una mayor sensibilidad a la estimulación sensorial, lo que frecuentemente lleva a la sobreestimulación. Las criaturas altamente sensibles pueden sentirse abrumadas o ansiosas en ambientes estresantes, ruidosos o caóticos. Además, necesitan más tiempo y espacio para reflexionar y para procesar las experiencias sensoriales, debido a su profundidad de procesamiento, lo que les produce una mayor fatiga mental.

Asimismo, cuando las NAS se sienten observadas, pueden sentir una mayor presión para actuar o rendir bien, lo que puede aumentar su nivel de estrés y ansiedad que, a su vez, puede afectar a su rendimiento. Además, los NAS suelen ser muy conscientes de los detalles y pueden sentir que están siendo juzgados por cada pequeño error o fallo. Esto puede aumentar su nivel de autocrítica y hacer que se sientan aún más presionados para rendir bien, lo que puede afectar su concentración y su capacidad para desempeñarse en situaciones de alto estrés.

La sobreestimulación puede tener implicaciones en muchos aspectos de la vida de la infancia altamente sensible. Por ejemplo, pueden necesitar evitar ciertos ambientes o situaciones que pueden ser estresantes para ellos y ellas. Además, deben aprender a establecer límites claros con los demás para proteger su bienestar psicológico y emocional. Por último, debido a la sobreestimulación, los niños y niñas con alta sensibilidad frecuentemente necesitan tomar mayores tiempos de descanso y desconexión que otras criaturas, para evitar la saturación sensorial y mental.

Las criaturas NAS son: perfeccionistas, autoexigentes, detallistas, ordenadas, propensas a la sobrecarga emocional y mental…

Un niño o niña altamente sensible puede sentirse abrumada en un ambiente ruidoso o caótico
Un niño o niña altamente sensible puede sentirse abrumada en un ambiente ruidoso o caótico

El tercer pilar: emocionalidad y empatía

Las y los pequeños altamente sensibles experimentan una mayor intensidad emocional y una mayor capacidad para empatizar con otras personas. Esto significa que sienten las emociones (tanto las positivas como las negativas) de manera más profunda y son más conscientes de las emociones de los y las demás. Como te cuento en el artículo de este blog Empatía, un arma muy poderosa, la empatía es, sin duda, una cualidad crucial e indispensable para establecer relaciones humanas de calidad. Más aún hoy en día, en que valores como el individualismo o la competitividad se imponen en nuestra sociedad.

En cuanto a las relaciones interpersonales, las criaturas altamente sensibles a menudo tienen una gran intuición, habilidades para la lectura emocional y una capacidad excepcional para conectarse con los demás. Debido a su alta capacidad para procesar y sentir emociones, pueden detectar sutilezas en las emociones de los demás y en el ambiente que los rodea, incluso a una edad temprana. Sin duda esta capacidad intuitiva es una ventaja para las PAS, ya que les permite comprender mejor las necesidades de las demás personas y responder de manera empática y sensible.

Sin embargo, la emocionalidad y la empatía también pueden tener un lado negativo. Los y las peques con alta sensibilidad son más propensas a sentir ansiedad, estrés y tristeza, especialmente cuando están expuestas a situaciones emocionalmente desafiantes. También son más vulnerables a la crítica y al rechazo. Además, suelen absorber y hacer suyas las emociones negativas de los demás, lo que puede ser psicológicamente agotador. Es decir, frecuentemente los y las infantes con alta sensibilidad se sienten abrumadas por la intensidad de sus propias emociones o por las emociones de los demás.

Las criaturas NAS son: empáticas, emocionales, intensas, justas, vulnerables a la crítica y el rechazo…

Las criaturas altamente sensibles tienen una capacidad excepcional para conectarse con los demás
Las criaturas altamente sensibles tienen una capacidad excepcional para conectarse con los demás

El cuarto pilar: sensibilidad sensorial

La alta sensibilidad también se refleja en una mayor sutileza preceptiva, lo que causa que las y los infantes altamente sensibles sean más conscientes de los detalles sensoriales de su entorno. Por ejemplo, pueden notar olores o sabores sutiles, o pueden sentir las texturas las o temperaturas de manera más intensa. Esto puede hacer que se sientan abrumados y necesiten más tiempo para adaptarse a los cambios en su entorno. Por ejemplo, una niña altamente sensible puede sentirse incómoda con la ropa que lleva puesta porque le molesta en la piel, o puede sentirse desbordada por los ruidos fuertes en un lugar concurrido.

Por otro lado, los y las NAS suelen tener una gran capacidad para percibir las sutilezas del ambiente o del lenguaje no verbal de otras personas, lo que les permite captar matices que la mayoría pasa por alto. Esta habilidad puede ser útil, por ejemplo, en el ámbito académico, ya que les permite prestar atención a los detalles y comprender mejor la información. Sin embargo, también puede hacer que se distraigan con facilidad y les cueste centrar su atención en una sola tarea o actividad.

Las criaturas NAS son: intuitivas, observadoras, perspicaces, muy sensibles a ciertos estímulos sensoriales…

Las criaturas con alta sensibilidad captan sutilezas que pasan desapercibidas para la mayoría
Las criaturas con alta sensibilidad captan sutilezas que pasan desapercibidas para la mayoría

En definitiva, los cuatro pilares de la alta sensibilidad son fundamentales para comprender y considerar este rasgo de personalidad. Sin embargo, también es importante reconocer que cada niña o niño altamente sensible es único y experimentará su alta sensibilidad de manera diferente. Debemos tener en cuenta que la alta sensibilidad bien gestionada es un don maravilloso, pero a su vez puede causar que los y las peques se sientan diferentes al resto y tengan dificultades para encajar en un grupo social. Por ello, es importante que las criaturas altamente sensibles se tomen el tiempo para comprender y aceptar su rasgo y sus características individuales. Y, al mismo tiempo, las personas adultas debemos ofrecerles el apoyo y la orientación necesarios para aprovechar al máximo sus fortalezas y manejar los desafíos que puedan surgir en su día a día.

Ten en cuenta que este artículo es sólo informativo. Si sospechas que tu peque es altamente sensible y quieres salir de dudas o precisas asesoramiento para acompañar adecuadamente a tu hijo o hija NAS, no dudes en ponerte en contacto conmigo. Puedes hacerlo rellenando formulario de la página de inicio o pinchando aquí. ¡Estaré encantada de ayudarte!

https://www.guiainfantil.com/educacion/conducta/los-ninos-nas-nacen-siendo-altamente-sensibles-4-rasgos-caracteristicos/

Elaine Aron. 2002. El niño altamente sensible. Nueva York, EEUU. Editorial Broadway

Elaine Aron. 2005. El don de la sensibilidad en la infancia. Como ayudar a tu hijo cuando el mundo le abruma. Nueva York, EEUU. HarperCollins

Úrsula Perona. 2015. NAS. Niños altamente sensibles. Barcelona, España. Editorial Kairós

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Eva H. Hernanz

Madrid

mamaevapsicopedagoga@gmail.com

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Los roles en la familia narcisista. Cómo funcionan y qué consecuencias tienen

Las relaciones familiares son una parte fundamental de la vida de cualquier persona, pero cuando se trata de una familia con uno o varios miembros narcisistas, las dinámicas familiares suelen ser altamente disfuncionales y abusivas. En una familia narcisista, el padre o la madre narcisista controla y manipula a los demás miembros del clan familiar, lo que conlleva una serie de interacciones tóxicas que tendrán efectos duraderos en la vida de las criaturas y de las adultas y adultos afectados.

Los roles que cada miembro desempeña en este tipo de familias están altamente influenciados por el narcisismo patológico del padre o la madre narcisista. Cada integrante puede desempeñar diferentes papeles para adaptarse mejor a las situaciones disfuncionales que se establecen o porque así lo vaya marcando el o la narcisista.

En este artículo, exploraremos los diferentes roles que pueden estar presentes en una familia narcisista, cómo se relacionan con la dinámica familiar y los efectos que pueden tener en la vida de las personas.

Al igual que en el artículo anterior, El daño del narcisismo en la familia: cómo reconocerlo y sanarlo, quiero dejar claro que cuando hablo de narcisistas me refiero a personas con narcisismo patológico o, lo que es lo mismo, con un trastorno de personalidad narcisista, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5).

Éstos son los roles que están presentes en una familia narcisista:

La persona narcisista

Suele ser el padre, la madre o ambos, aunque siempre hay un narcisista principal. Esta persona es el centro de atención y busca constantemente la admiración, el reconocimiento y el control de los demás miembros de la familia. Juega un papel fundamental en el mantenimiento de la dinámica disfuncional familiar. Es manipuladora, abusiva, egoísta y con falta de empatía. Se siente cómoda en el conflicto y puede ser muy crítica y cruel con quienes percibe como una amenaza.

Ambos padres pueden ser narcisistas, aunque siempre hay un narcisista principal
Ambos padres pueden ser narcisistas, aunque siempre hay un narcisista principal

La persona codependiente o facilitadora

Es la pareja de la persona narcisista y/o uno de los hijos o hijas. Es quien se adapta y cede constantemente a las demandas del miembro narcisista de la familia, a menudo a costa de sus propias necesidades y bienestar emocional. Esta persona puede sentir que su valor personal depende de la aprobación y la atención de la persona narcisista, lo que lleva a comportamientos de auto-negación, auto-abandono y auto-sacrificio. Además, puede experimentar sentimientos de culpa o vergüenza si no cumple con las expectativas del miembro narcisista o si intenta establecer límites.

Además de ceder constantemente a las demandas de la persona narcisista, la facilitadora también puede tomar el papel de mediadora en los conflictos familiares, tratando de mantener la paz a toda costa. Esto le puede llevar a sacrificar su propia opinión y tomar la responsabilidad de resolver los problemas de la familia, lo que puede resultar en una carga emocional abrumadora.

En algunos casos, la persona codependiente puede tener dificultades para reconocer y expresar sus propias emociones, ya que ha estado enfocada en satisfacer las necesidades emocionales de la persona narcisista. Esto puede llevar a un agotamiento emocional y a una falta de satisfacción personal en la vida.

Es importante destacar que la persona codependiente no es responsable de los comportamientos narcisistas, pero sí contribuye a perpetuarlos al no establecer límites saludables y al permitir que la persona narcisista tenga un control excesivo sobre la dinámica familiar.

Niña o niño dorado

Este miembro de la familia es el favorito de la persona narcisista y puede ser utilizado para cumplir las necesidades emocionales de la misma. Se le suele consentir y recibe una gran cantidad de atención, elogios y privilegios. Esto lleva a esta criatura a desarrollar un sentimiento de superioridad y una falta de empatía hacia otros miembros de la familia, así como a una creencia en la propia infalibilidad. A su vez, los demás miembros de la familia pueden sentir celos y resentimiento hacia el niño o niña dorada.

La niña o niño dorado es más propenso a desarrollar rasgos narcisistas en la edad adulta. Al ser objeto de un exceso de atención y alabanza por parte de los padres, se genera en él una percepción exagerada de su propia importancia y dificultad para aceptar críticas o fracasos.

La niña o niño dorado de la familia suele desarrollar egocentrismo y una actitud de superioridad
La niña o niño dorado de la familia suele desarrollar egocentrismo y una actitud de superioridad

Como persona adulta, el niño o niña dorada sentirá que sigue mereciendo un trato especial y privilegiado. También tendrá dificultades para establecer relaciones saludables, ya que esperará que los y las demás la adoren y complazcan. En ocasiones generará expectativas poco realistas de sí misma y de los demás, lo que puede llevar a la decepción y al descontento.

Es decir, cuando la niña o niño de oro sale del cascarón y se enfrenta al mundo real no es capaz de aceptar que las cosas no son como cree o quiere. Le cuesta asumir que no es el centro del universo ni alguien tan importante como le han hecho pensar siempre. Para compensar esta carencia, ceba su ego alimentando la idea de ser en realidad alguien muy especial a quien sólo unos pocos privilegiados tendrán el gusto de poder tratar. Al final no deja de ser una víctima más de su propia familia…

Es importante recordar que no todos los niños y niñas doradas se convierten en narcisistas de adultas. El ambiente familiar, la crianza, así como otros factores (la personalidad, las personas del entorno, las experiencias vitales ajenas al núcleo familiar…), también pueden influir en el desarrollo o no de rasgos narcisistas.

Oveja negra o chivo expiatorio

Suele ser uno o una de las hijas, aunque también puede ser la pareja o ambas personas. Esta figura es la que recibe la mayoría de la culpa y la responsabilidad por los problemas familiares, a menudo sin justificación. La persona narcisista puede utilizar al chivo expiatorio como un blanco para descargar su ira y frustración.

Es posible que el chivo expiatorio rompa el patrón disfuncional familiar y ayude a su familia a sanar y crecer de manera más saludable. Aunque no está libre de experimentar problemas de autoestima o autoconcepto, entre otros, y es muy probable que acabe cayendo en manos de parejas narcisistas, a menudo la oveja negra tiene una perspectiva diferente y más crítica de la dinámica disfuncional de la familia, lo que puede llevarla a buscar ayuda externa y trabajar en su propio crecimiento personal.

Al hacerlo, la oveja negra puede convertirse en un modelo a seguir para otros miembros de la familia, demostrando que es posible romper el ciclo de abuso emocional y establecer relaciones más sanas y respetuosas.

También es posible que el chivo expiatorio tome la decisión de alejarse de la familia y establecer límites saludables para protegerse a sí mismo de la toxicidad y el abuso emocional. Aunque esta decisión puede ser difícil y dolorosa, puede ser la única opción para preservar su propia salud mental y emocional.

En última instancia, es importante recordar que cada miembro de la familia tiene la capacidad de tomar decisiones y trabajar en su propio crecimiento personal, incluso en un ambiente disfuncional. Si bien puede ser difícil, es posible sanar y crecer, y la oveja negra puede ser una fuerza poderosa en ese proceso.

No puedes sanar en el mismo lugar donde te enfermaste

Anónimo

Niña o niño invisible

Es un miembro de la familia ignorado o descuidado por el/la narcisista principal. Esta persona no es vista ni valorada y suelen desatenderse sus necesidades emocionales, por lo que se sentirá aislada y sola. La persona narcisista se mostrará más interesada en prestar atención a quien idolatra (niño dorado) o a quienes no cumplen con sus expectativas (oveja negra, hija rebelde…), dejando a un lado al niño o niña invisible porque no le aporta ningún beneficio.

En una familia narcisista, cada persona cumple un papel
En una familia narcisista, cada persona cumple un papel

Según va creciendo, es muy posible que este miembro invisible del grupo familiar experimente problemas de autoestima, dificultades para establecer relaciones saludables, mostrando una tendencia hacia la codependencia, problemas para manifestar y expresar sus emociones y un largo etcétera.

Hijo o hija rebelde

Es quien desafía y cuestiona la autoridad de la persona narcisista. Por lo general, es criticada o marginada por la familia narcisista debido a su comportamiento.

Puede coincidir con la oveja negra, aunque también puede desempeñar este rol el niño o niña dorada.

Hija o hijo neutral

Es quien intenta mantener la paz en el clan familiar y se muestra imparcial en los conflictos familiares. Aunque ser un hijo o hija neutral puede ser difícil, también puede ser una ventaja en el sentido de que puede permitir a la persona mantener cierta distancia emocional y evitar ser arrastrado por las demandas, necesidades y desavenencias con el padre/madre narcisista.

Niño o niña invisible e hija neutral en ocasiones coinciden. Otras veces, el hijo o hija neutral es la persona facilitadora.

Mono(s) volador(es)

Miembro(s) de la familia que actúa(n) como intermediario(s) o mensajero(s) entre la persona narcisista y los demás miembros de la familia. Se encarga(n) de satisfacer las necesidades y deseos de la persona narcisista, incluso si esto significa ignorar o marginar las necesidades y deseos de los demás integrantes de la familia.

Muchas veces un mismo miembro de la familia narcisista desempeña varios de estos papeles a la vez. Además, la dinámica familiar puede ser compleja y variada, por lo que suele ocurrir que las personas van cambiando de roles a lo largo del tiempo.

Sea como sea, el primer paso para sanar los patrones familiares disfuncionales es reconocerlos como tales. Y para ello, nunca es tarde. Quizá este artículo suponga un punto de partida en el proceso. ¡Mucho ánimo si es tu caso!

Los diferentes roles en una familia narcisista permiten mantener el equilibrio disfuncional
Los diferentes roles en una familia narcisista permiten mantener el equilibrio disfuncional

https://psicologiaymente.com/social/familias-narcisistas

Iñaki Piñuel. 2020. Familia Zero. Cómo sobrevivir a los psicópatas en familia. Madrid, España. La esfera de libros

Karyl Mc Bride. 2013. Madres que no saben amar. Nueva York, EEUU. Ediciones Urano

Karyl Mc Bride. 2018. Mi mamá no me mima. Cómo superar las secuelas provocadas por una madre narcisista. Nueva York, EEUU. Editorial Books4pocket

Wendy T. Behary. 2013. Disarming the Narcissist: Surviving & Thriving with the Self-Absorbed. Oakland, California, EEUU. New Harbinger Publications

Mauricio Zermeño de los Reyes. 2021. Matriarcado Narcisista: Tu madre no es tóxica, está enferma del Trastorno de la Personalidad Narcisista. Editorial Independently Published

¿Te reconoces en alguno(s) de estos papeles? ¿Te ha parecido interesante este artículo? Sígueme para más contenidos relacionados.

Eva H. Hernanz

Madrid

mamaevapsicopedagoga@gmail.com

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Niñas y niños altamente sensibles: un mundo de emociones intensas

La alta sensibilidad, término acuñado por la psicóloga Elaine Aron en la década de 1990, es un rasgo de personalidad hereditario que se presenta en aproximadamente el 20% de las personas, tanto en infancia como en personas adultas. Estudios recientes hablan de que este porcentaje podría ascender al 30% de la población. Este rasgo puede ser especialmente significativo en la infancia, ya que las criaturas se encuentran en un proceso de desarrollo y aprendizaje que se ve influenciado por el entorno en el que crecen. En este sentido, es importante tener en cuenta las características propias de los y las NAS para poder ofrecerles un entorno adecuado que les permita desarrollarse de forma saludable. Y sobre todo porque la vida, tal como se entiende hoy en día, no está pensada ni adaptada para las personas altamente sensibles (PAS)…

Antes de nada, te tengo que explicar que la Alta Sensibilidad no se diagnostica, pues no es una patología, una enfermedad, ni trastorno. Sin embargo, podemos concluir que una niña o niño es altamente sensible (NAS) teniendo en cuenta, mediante observación, ciertas características concretas de su comportamiento y su personalidad.

Cómo son las criaturas altamente sensibles

En primer lugar, es importante señalar que las NAS suelen ser muy perceptivas y estar muy atentas a los detalles. Esta atención al detalle les permite aprender con mayor rapidez y profundidad sobre su entorno, ya que son capaces de captar matices que pasan desapercibidos para otros niños y niñas. Por otro lado, este rasgo puede hacer que los NAS se sientan abrumados por la cantidad de información que reciben, lo que puede generar estrés y ansiedad.

Debido a lo anterior, otra de las características de estas y estos pequeños es que se sobreestimulan con facilidad. Los niños y niñas con alta sensibilidad necesitan más a menudo tiempos de descanso y desconexión del entorno para recargas las pilas, descansar su cerebro y poder volver a la carga con la mente calmada.

Otra característica común de los NAS es su gran empatía, de la que he hablado en otros artículos. (Ver Empatía, un arma muy poderosa y Empatía y ecpatía, los dos pesos de una misma balanza). Se podría decir que la empatía es uno de los elementos más destacables de la alta sensibilidad y, a su vez, está relacionada con la inteligencia interpersonal. Puedes ver de qué se trata en Las ocho inteligencias según Howard Gardner. Las NAS son capaces de ponerse en el lugar de los demás y comprender sus emociones y sentimientos. Esta habilidad les permite establecer relaciones interpersonales más profundas y significativas, pero también puede llevarlas a sentir la tristeza y el dolor de los demás de forma muy intensa. En este sentido, es importante que las y los adultos que acompañan a las NAS les enseñen estrategias para gestionar sus propias emociones y evitar que se sientan desbordadas por las ajenas.

La alta sensibilidad también se manifiesta en el ámbito sensorial. Las niñas y niños altamente sensibles poseen una mayor sensibilidad a los estímulos del entorno que les rodea. Esta característica se manifiesta en diferentes ámbitos, como el emocional, el social, el sensorial… Esto puede provocar que ciertos ambientes les resulten incómodos o incluso dolorosos, como las temperaturas altas o bajas, las luces muy intensas, los sonidos fuertes o las texturas ásperas. Es importante que las y los mayores presten atención al entorno y eviten exponer a las criaturas a situaciones que puedan generarles malestar.

En cuanto a su vida emocional e interior, los y las NAS suelen ser niñas muy reflexivas y con gran capacidad para meditar sobre sus propios pensamientos y sentimientos, lo cual está directamente relacionado con la inteligencia intrapersonal (ver Las ocho inteligencias según Howard Gardner). Son peques que suelen hacer preguntas profundas y poco habituales para su edad sobre el sentido de la vida, el funcionamiento y los porqués de las cosas. Aunque esta capacidad puede ser muy positiva, ya que les permite seguir fomentando su inteligencia emocional, también puede hacer que las y los NAS se sientan inseguros y vulnerables ante sus propias emociones. Tanto madres y padres, como la comunidad educativa, deben facilitar estrategias para comprender y regular las emociones que generan estos procesos internos, de modo que las criaturas PAS puedan disfrutar de una vida emocional saludable.

Respecto a su comportamiento, los y las NAS suelen ser niñas muy perfeccionistas y exigentes consigo mismas. Esta tendencia puede manifestarse en el ámbito académico, el deportivo o el artístico. Estas criaturas tienden a esforzarse al máximo en todo lo que hacen y a querer obtener resultados excelentes en todas sus actividades. Como es lógico pensar, esta característica puede generarles estrés y ansiedad, especialmente si se sienten presionadas por los adultos. Por esta razón, es importante que las personas mayores enseñen a la infancia PAS a establecer metas alcanzables y a valorar sus logros, aunque no sean perfectos.

Además, las y los NAS también suelen ser muy introvertidos y reservados. Aunque esto no es una característica exclusiva de la alta sensibilidad, sí es cierto que estas criaturas suelen necesitar más tiempo para procesar la información y las emociones que sienten. Sin embargo, debemos tener en cuenta que según la doctora Elaine Aron alrededor del 30% de las personas altamente sensibles son extrovertidas. Por lo que, sólo porque tu peque sea sociable y extrovertida, no debes descartar que sea altamente sensible.

Por otro lado, es importante destacar que los y las NAS también pueden ser personas muy creativas y talentosas. Su sensibilidad les permite apreciar la belleza en todas sus formas y expresarse de manera creativa en diferentes ámbitos artísticos, como la pintura, la música o la escritura. Se debe brindar a las y los jóvenes PAS la oportunidad de explorar su creatividad y de desarrollar sus talentos.

Las criaturas con alta sensibilidad suelen tener una gran imaginación y ser muy creativas
Las criaturas con alta sensibilidad suelen tener una gran imaginación y ser muy creativas

En definitiva, las niñas y niños altamente sensibles son criaturas que poseen una gran riqueza emocional y una capacidad innata para apreciar la belleza en el mundo que les rodea. Aunque la alta sensibilidad puede presentar algunos desafíos, también ofrece grandes oportunidades de crecimiento personal y emocional. Por esta razón, es importante que las personas que acompañan a los y las NAS les brinden el apoyo y las herramientas necesarias para desarrollarse de manera plena y feliz.

14 características más de las PAS

Aquí te presento 14 características que, junto con las mencionadas anteriormente, te ayudarán a hacerte una idea bastante precisa de cómo son las criaturas altamente sensibles y de si ese o esa peque en quien estás pensando puede serlo o no:

  1. Son muy analíticas y pueden ser muy buenas en la resolución de problemas complejos, gracias a su profundidad de procesamiento de la información.
  2. Les cuesta tomar decisiones. Por la cuestión anterior, su tendencia a procesar la información de manera profunda y reflexiva, son conscientes de las múltiples opciones posibles y de las probables consecuencias de cada una de ellas. Además, su empatía puede tener un efecto ralentizante, ya que necesitan tomar la decisión «correcta» para evitar causar daño o malestar a otras personas.
  3. Son muy observadoras y pueden notar patrones y tendencias en las situaciones.
  4. Les encanta estar en contacto con la naturaleza. Suelen ser muy conscientes de su entorno natural y disfrutar al aire libre.
  5. Son muy emotivas. Suelen experimentar emociones de manera muy intensa, ya sean positivas o negativas. Pueden llorar con facilidad o sentir mucha alegría ante situaciones que otros podrían considerar menos importantes.
  6. Son muy intuitivas. Tienen la capacidad de tomar decisiones acertadas y tener un buen juicio ante situaciones complicadas. Para saber más sobre la intuición puedes leer mi artículo Niños y niñas con sexto sentido.
  7. Suelen ser muy conscientes de su cuerpo y de sus sensaciones físicas. Pueden presentar una gran sensibilidad ante ciertos alimentos, saber lo que les sienta bien y lo que no, tener problemas para adaptarse a ropa o calzado incómodos y para tolerar ciertas texturas.
  8. A pesar de ser muy sensibles y emocionales, también suelen ser muy independientes y valoran su espacio personal y su privacidad. Tienen una gran necesidad de pasar tiempo a solas y pueden sentirse abrumadas si están en situaciones muy sociales o ruidosas durante mucho tiempo. Si son niños o niñas muy pequeñas reclamarán la compañía de mamá o papá igual que cualquiera de su edad.
  9. Tienen un gran sentido de la justicia y pueden sentir mucha indignación ante situaciones de discriminación o abuso.
  10. Son muy exigentes consigo mismas y excesivamente autocríticas ante los errores, llegando en ocasiones a términos obsesivos.
  11. Tienen una gran capacidad de concentración y pueden trabajar en proyectos durante horas sin distraerse en situaciones que les resultan interesantes y significativas. Lógicamente dependerá de la edad de las criaturas.
  12. Tienen buena capacidad para adaptarse a situaciones nuevas y desconocidas. Al ser muy conscientes de su entorno y de las emociones de las personas que les rodean, pueden adaptarse mejor a las situaciones y a las necesidades de los demás.
  13. Sin embargo, pueden ser más sensibles a ciertos cambios y transiciones en su entorno, lo que puede provocar que se sientan abrumadas o estresadas, según el contexto, ante ciertas situaciones que otros y otras peques pueden manejar con más facilidad. También pueden sentirse incómodas o irritadas si algo está fuera de lugar.
  14. Son muy sensibles a la crítica y pueden sentirse heridas fácilmente.
Las PAS se pueden sentir paralizadas por la indecisión o preocupadas por tomar la decisión "correcta"
Las PAS se pueden sentir frecuentemente abrumadas por la indecisión o preocupadas por tomar la decisión «correcta».

¿Crees que tu hija o hijo es NAS? No olvides que este artículo es meramente informativo. Si quieres solicitar asesoramiento para salir de dudas y/o ayudarle a gestionar de forma efectiva su rasgo, no dudes en ponerte en contacto conmigo. Puedes rellenar el formulario de la página de inicio, ir a la sección de Contacto o pinchar en este link: Contacto

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Elaine Aron. 2002. El niño altamente sensible. Nueva York, EEUU. Editorial Broadway

Elaine Aron. 2005. El don de la sensibilidad en la infancia. Como ayudar a tu hijo cuando el mundo le abruma. Nueva York, EEUU. HarperCollins

Úrsula Perona. 2015. NAS. Niños altamente sensibles. Barcelona, España. Editorial Kairós

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Eva H. Hernanz

Madrid

mamaevapsicopedagoga@gmail.com

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El daño del narcisismo en la familia. Cómo reconocerlo y sanarlo

Las familias narcisistas son una realidad dolorosa, aunque históricamente escondida, y más común de lo que se piensa. Un padre o una madre con trastorno de personalidad narcisista puede afectar profundamente a sus descendientes, generándoles una variedad de problemas y secuelas emocionales y psicológicas. En este artículo, exploraremos las características de una familia narcisista, los efectos que puede tener en los hijos e hijas y las opciones de afrontamiento disponibles para aquellas personas que sufren los efectos de las dinámicas familiares del narcisismo patológico.

¿Qué es una familia narcisista?

Antes de nada, quiero dejar claro que en todo el artículo cuando hable de «narcisista«, me referiré siempre a una persona narcisista patológica o, lo que es lo mismo, alguien con trastorno de personalidad narcisista (DSM-5).

Una familia narcisista es una familia en la que uno o ambos padres son narcisistas patológicos. Un padre o madre narcisista es alguien que tiene un sentido exagerado de importancia personal, una necesidad constante de admiración y una falta de empatía hacia los demás (leer Empatía, un arma muy poderosa), entre otras cosas. En una familia narcisista todo gira en torno a la persona narcisista, quien miente, controla y manipula a los otros miembros de la familia para satisfacer sus necesidades y expectativas.

El padre/madre narcisista espera que el resto de la familia lo admire y lo considere superior. Si los demás miembros del clan no cumplen con estas expectativas, pueden ser ignorados, ridiculizados o incluso castigados. A menudo, la madre/padre narcisista tratará de mantener a sus hijos e hijas a su lado, a través de la intimidación, el chantaje o la manipulación, para asegurarse de que sigan cumpliendo con sus necesidades.

Un padre o una madre narcisista puede ejercer maltrato de muy variadas maneras. Las formas más impactantes y obvias son el castigo físico (palizas, golpes, privación de alimentos, encerrar en un espacio pequeño o sin ventilación… ) o la agresión sexual del tipo que sea (insinuaciones, tocamientos, violación… ) Pero hay otras muchas maneras de ejercer abuso, que forman parte del maltrato psicológico, algunas tan sutiles que ni siquiera se reconocen como maltrato. Estas manifestaciones van desde las más explícitas, como gritos e insultos, hasta abandono físico (parcial o absoluto), pasando por abandono emocional (que es «la madre del cordero»), negligencia, humillaciones, amenazas, chantaje, gaslighting

En una familia narcisista todo gira en torno a la persona narcisista
En una familia narcisista todo gira en torno a la persona narcisista

Características de una familia narcisista

Una familia narcisista puede ser difícil de reconocer debido a la habilidad del narcisista patológico para manipular y controlar a la gente. A menudo, las personas que crecen en este tipo de familias no se dan cuenta de que sus dinámicas familiares no son saludables hasta que están fuera de su influjo y empiezan a compararse con otras familias «normales». A continuación, os cuento algunas de las características comunes de una familia narcisista.

  1. Dominio del narcisista. En este tipo de clan familiar la persona narcisista es el centro del universo y las necesidades y deseos de las demás están subordinados a los suyos. Los y las narcisistas son manipuladoras habilidosas y pueden controlar a los miembros de la familia mediante la culpa, el miedo y la vergüenza. Dentro de este tipo de familias abusivas los integrantes aprenden a adaptarse a las necesidades del narcisista principal y a ignorar sus propias necesidades.
  2. Necesidad de atención. Las personas narcisistas suelen tener una necesidad constante de atención y reconocimiento, y pueden hacer cualquier cosa para conseguirlo. Esto puede llevar a comportamientos exagerados o inapropiados, como inflar sus propios logros o actuar de manera dramática para llamar la atención.
  3. Comportamiento impredecible. Las familias narcisistas pueden tener una dinámica caótica e impredecible. Los miembros del clan nunca saben qué esperar del narcisista, lo que puede generar miedo, ansiedad y estrés. Las personas narcisistas pueden ser extremadamente volátiles y cambiar de humor rápidamente, lo que hace que sea difícil saber cómo actuar o qué decir para evitar su ira.
  4. Falta de empatía. Las personas narcisistas a menudo son incapaces de empatizar con los y las demás, lo que significa que no pueden ponerse en el lugar de otras personas y comprender sus sentimientos y perspectivas. Esto lleva a una falta de conexión emocional entre los miembros de la familia. Por esta razón algunas personas dentro de la familia narcisista son ignoradas o minimizadas si no cumplen con las expectativas del narcisista. Además, las narcisistas pueden ser crueles y despiadadas en sus críticas y comentarios, lo que puede dañar profundamente a los familiares.
  5. Falsas apariencias y mentiras. Las familias narcisistas se preocupan mucho por la apariencia y la imagen. Quieren que el mundo vea a su familia como perfecta y feliz, aunque de puertas para adentro haya mucho caos y disfunción. Los miembros de este tipo de familias pueden sentir una gran presión para mantener esta fachada, incluso aunque esto signifique ocultar sus verdaderos sentimientos o problemas en casa. Además, las personas narcisistas son expertas en el arte de la mentira y ésta se convierte en una práctica cotidiana.
  6. Envidia, crítica constante y rivalidad. Para contrarrestar su baja autoestima real, la persona con trastorno de personalidad narcisista desarrolla un inflado y desajustado sentimiento de superioridad. Esto le lleva a pensar que los y las demás le envidian y envidian a su familia. Al mismo tiempo critica en las demás personas todo aquello de lo que ella carece. La persona narcisista patológica con frecuencia percibe a los demás como una amenaza a su propio sentido de superioridad, lo que puede crear una atmósfera de rivalidad en la familia, en lugar de apoyo y cooperación. Suele generar sentimientos de competencia entre los miembros de la familia, ya sea de manera abierta o sutil: minimizar o ignorar los logros de los demás, sabotaje, crítica constante, comparación, triangulación… Los integrantes de este tipo de clanes familiares a menudo se sienten como si estuvieran en competición para obtener la aprobación del narcisista principal, pudiendo llegar a creer que nunca son lo suficientemente buenos y que siempre están en desventaja en comparación con otros miembros de la familia.
  7. Control y manipulación. Las y los narcisistas patológicos suelen intentar controlar todo y a todas en su entorno, pero a su vez suelen presentar dificultades para aceptar los límites de los demás. Para ejercer dicho control suelen recurrir a la manipulación, utilizando la culpa, el miedo o la luz de gas, entre otras técnicas, para conseguir lo que quieren. Los miembros de la familia pueden sentir que no tienen control sobre sus propias vidas y que sus límites personales no son respetados.
  8. Proyección. Las personas narcisistas pueden proyectar sus propios problemas y debilidades en las demás, lo que significa que pueden culpar a otras y otros por cosas que son responsabilidad propia. Esto puede hacer que los miembros de la familia se sientan confundidos y culpables por cosas que no han hecho o que no son.
La culpa, la vergüenza, la envidia, la crítica... Son muy frecuentes en una familia narcisista
La culpa, la vergüenza, la envidia, la crítica… Son muy frecuentes en una familia narcisista

Efectos de una familia narcisista en las hijas e hijos

Los efectos de una familia narcisista en las y los descendientes suelen ser profundos y permanentes. Las criaturas de padres/madres narcisistas a menudo crecen con una sensación de que nunca son lo suficientemente buenas, y que su valor como personas está directamente relacionado con su capacidad de satisfacer las necesidades del padre/madre narcisista. Esto puede conllevar problemas emocionales graves (autoestima desajustada, problemas de autoconcepto, autosabotaje, estrés post traumático complejo…), enfermedades mentales (ansiedad, depresión, bipolaridad, trastorno límite de la personalidad, trastornos disociativos, trastorno de personalidad narcisista…), trastornos alimentarios, adicciones y, en casos extremos, incluso el suicidio.

Las criaturas de madres/padres narcisistas también pueden tener problemas para conformar relaciones interpersonales sanas. Esto se debe a que crecen en entornos en los que la manipulación y la ocultación de las propias emociones y sentimientos están a la orden del día. Esto puede generar una falta de confianza en las demás, una incapacidad para establecer relaciones profundas y significativas o una necesidad de agradar y satisfacer a la otra persona olvidándose de las propias necesidades.

Además, estos hijos e hijas a menudo presentan dificultades para establecer límites saludables. La causa es haberse desarrollado en un ambiente en el que sus necesidades y deseos han sido ignorados o descartados en favor de los deseos del padre/madre narcisista. Esto conlleva una falta de comprensión de la importancia de los límites personales y una incapacidad para decir «no» cuando es necesario. Es decir, hay muchas probabilidades de que, si has crecido en una familia narcisista, acabes cayendo en las redes de una pareja narcisista en la edad adulta e, incluso, que vayas enlazando una relación de abuso tras otra. Aunque, dependiendo del rol que te haya tocado dentro del clan familiar (leer Los roles en la familia narcisista. Cómo funcionan y qué consecuencias tienen), los hijos e hijas de una familia narcisista también pueden repetir patrones narcisistas de adultas.

¿Hay tratamiento para la familia narcisista?

Tratar con este tipo de familia disfuncional resulta un desafío emocional y psicológico importante. Los patrones disfuncionales de comportamiento y comunicación que se generan en una familia narcisista suelen tener un impacto hondo y duradero en la vida de los hijos e hijas y de otros miembros de la familia. Aunque la persona con trastorno de personalidad narcisista no va a cambiar, hay opciones de tratamiento efectivo para las víctimas de uno o varias familiares narcisistas. Aquí te presento brevemente algunas de estas alternativas:

  • Terapia familiar

Una de las opciones para trabajar el problema es la terapia familiar. En ella los integrantes deben trabajar juntos para identificar y abordar los patrones disfuncionales de comunicación y comportamiento que están contribuyendo a la dinámica narcisista en la familia. Las terapeutas familiares pueden ayudar a los y las familiares a aprender nuevas habilidades de comunicación y resolución de conflictos, y pueden guiarlas en la creación de un ambiente de apoyo y comprensión mutua.

La terapia familiar también puede ser útil para ayudar a los miembros del clan familiar a comprender las causas subyacentes del comportamiento narcisista del padre/madre. A menudo, el trastorno de personalidad narcisista se desarrolla como resultado de experiencias traumáticas o dolorosas en la infancia. No se trata de justificar o disculpar a la persona narcisista, sino de entender.

El mayor hándicap en este tipo de terapia es que la persona narcisista raramente reconoce tener un problema ni ser la causante de los problemas de las demás personas. Para ella son los otros individuos los que tienen una dificultad, por lo que es casi imposible que pretenda cambiar o mejorar de forma consciente y sincera. No es que desaconseje totalmente esta estrategia de afrontamiento, pero debido a la naturaleza misma del narcisismo patológico no suele ser una opción recomendable en la mayoría de las situaciones. Como todo en la vida, dependerá de cada caso particular.

Es importante hacer terapia para sanar las heridas de la infancia y los efectos del abuso narcisista
Es importante hacer terapia para sanar las heridas de la infancia y los efectos del abuso narcisista
  • Terapia individual

La terapia individual con una especialista cualificada es realmente útil y necesaria para aquellas personas que han sufrido los efectos de una familia narcisista. Un terapeuta puede ayudar a la persona a procesar y trabajar a través de los efectos emocionales y psicológicos que ha experimentado como resultado de la dinámica narcisista en la familia. La terapia contribuye a desarrollar habilidades de afrontamiento y resiliencia para hacer frente de manera adecuada a todo tipo de situaciones susceptibles de ser problemáticas en el futuro. Trabajar en terapia también contribuye a la sanación de las heridas emocionales de infancia que ha causado la persona narcisista y ayuda a los miembros de la familia a entender y superar los patrones disfuncionales.

  • Establecer límites saludables

Establecer límites saludables es fundamental para tratar con un familiar narcisista. Los miembros de la familia afectados por el comportamiento narcisista deben aprender a establecer límites claros y firmes en su relación con la persona narcisista. Éstos pueden incluir establecer límites en el tiempo que se pasa con el familiar narcisista, negarse a participar en comportamientos que son dañinos o perjudiciales y aprender a decir «no» de manera efectiva.

Evidentemente en muchos casos el contacto cero es la única estrategia sana posible. Es decir, cortar de raíz cualquier tipo de comunicación con la persona abusiva para siempre. Pero me parece importante señalar que establecer límites saludables no tiene por qué significar en todos los casos cortar completamente las relaciones con la persona narcisista. Se trata más bien de establecer pautas saludables que permitan a la persona proteger su propia salud emocional y psicológica, mientras mantiene una relación limitada pero sana con su familiar narcisista. Una buena terapeuta nos puede guiar en este sentido.

  • Buscar apoyo externo

Buscar apoyo externo es importante para quienes están tratando de lidiar con una familia narcisista. Esto puede incluir conectarse con amigas cercanas, familiares y otros miembros de la comunidad que puedan ofrecer apoyo emocional y comprensión. Asimismo, puede incluir la búsqueda de grupos de apoyo.

Hay grupos de apoyo en línea y en persona que están diseñados específicamente para víctimas de familias narcisistas. Estos grupos pueden proporcionar un espacio seguro y de ayuda para que las personas compartan sus experiencias y se conecten con otras que están pasando por lo mismo. También pueden ofrecer información y recursos útiles sobre cómo enfrentarse a esta situación.

Buscar apoyo externo no significa que la persona sea débil o incapaz de manejar la situación por sí misma. De hecho, buscar ayuda es un signo de fortaleza, de conocimiento y reconocimiento de los propios límites. Además, tener una red de apoyo externo puede ayudar a las personas a sentirse menos aisladas y solas en su lucha contra el abuso narcisista.

  • Practicar el autocuidado

El autocuidado es fundamental para las víctimas de este tipo de abuso. Si tú eres víctima de una persona narcisista, puedes experimentar altos niveles de estrés, ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental. Por lo tanto, es importante que te tomes el tiempo y el espacio para cuidar de ti misma.

El autocuidado incluye una larga lista de actividades, como pueden ser: hacer ejercicio regularmente, meditar, practicar técnicas de relajación, tener un hobby o actividad que realmente disfrutes, dormir lo suficiente, comer saludablemente y buscar ayuda profesional si es necesario. Preocuparse y ocuparse en una misma es fundamental para sanar las heridas emocionales y permitirse continuar hacia adelante sin dejar que la persona abusiva, la rumiación y la rabia dominen todos los aspectos de la vida.

El autocuidado es fundamental para las víctimas de cualquier tipo de abuso
El autocuidado es fundamental para las víctimas de cualquier tipo de abuso

En resumen, tratar con una familia narcisista es un reto importante. Aunque la persona narcisista patológica no va a dejar de serlo, hay grandes esperanzas para las víctimas del abuso narcisista. La terapia familiar y sobre todo la individual puede ser útil, al igual que establecer límites saludables, buscar apoyo externo y practicar el autocuidado. Al tomar medidas para abordar la dinámica familiar disfuncional, las personas pueden comenzar a sanar y avanzar hacia una vida más saludable y equilibrada.

https://psicologiaymente.com/social/familias-narcisistas

https://lamenteesmaravillosa.com/familias-narcisistas-vacio-una-afectividad-sana/

https://lamenteesmaravillosa.com/crianza-narcisista-como-afecta-hijos/

https://www.psychologytoday.com/es/blog/las-12-reglas-disfuncionales-de-la-familia-narcisista

Iñaki Piñuel. 2020. Familia Zero. Cómo sobrevivir a los psicópatas en familia. Madrid, España. La esfera de libros

Karyl Mc Bride. 2013. Madres que no saben amar. Nueva York, EEUU. Ediciones Urano

Karyl Mc Bride. 2018. Mi mamá no me mima. Cómo superar las secuelas provocadas por una madre narcisista. Nueva York, EEUU. Editorial Books4pocket

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Eva H. Hernanz

Madrid

mamaevapsicopedagoga@gmail.com

Publicado en Educación, Maternidad y crianza, Psicología, Psicopedagogía

Empatía, un arma muy poderosa

Sabemos que la empatía (ver Empatía y ecpatía, los dos pesos de una misma balanza), la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona, de sintonizar con ella y comprender cómo se siente, es una cualidad positiva que es importantísimo fomentar en nuestras niñas y niños.

Pero, exactamente, ¿por qué es tan importante la empatía?

  1. Porque propicia un adecuado autoconocimiento y desarrollo personal.
  2. Porque es clave para establecer y mantener vínculos sanos con los demás.
  3. Porque potencia el carisma, las habilidades sociales y la inteligencia emocional.
  4. Porque mejora la comunicación.
  5. Porque ayuda a desarrollar una adecuada autoestima. (Puedes leer Autoestima y seguridad en la infancia. Elementos clave para un desarrollo sano.)
  6. Porque favorece la resiliencia, que es la capacidad para superar circunstancias adversas o perturbadoras.
  7. Porque ayuda a convertirse en personas confiables y que generan seguridad.
  8. Porque contribuye a la amabilidad, la tolerancia y la solidaridad.
  9. Porque es fundamental para prevenir el acoso escolar.
  10. En definitiva, porque conforma mejores personas.

Digamos que la mayoría de nosotras, de forma natural, poseemos empatía en mayor o menor medida, aunque ésta se puede (y debe) potenciar. Sin embargo, hay personas con niveles ínfimos de empatía e incluso ausencia de ésta. Los mayores exponentes de falta de empatía son el narcisismo patológico o la psicopatía. Los narcisistas estructurales y los psicópatas poseen rasgos característicos de los bullies o acosadores escolares, siendo el principal de estos rasgos la falta de empatía.

Una criatura empática no sólo NO será una acosadora o abusona, sino que tiene muchas más probabilidades de actuar en favor o defensa de la víctima de acoso escolar (bullying).

La empatía por quienes están en problemas es uno de los elementos de la moral universal.

William Damon
La empatía es clave para un adecuado desarrollo personal y social de la persona
La empatía es clave para un adecuado desarrollo personal y social de la persona

Básicamente, a más empatía, menos violencia (sea ésta del tipo que sea). Cuanta más empatía, mayor respeto, tolerancia y solidaridad con las demás personas.

A día de hoy resulta clave que esta cualidad positiva del ser humano, que poseemos muchas personas en mayor o menor medida, se siga fomentando. En el mundo individualista, competitivo y orientado sólo y exclusivamente hacia los resultados en el que vivimos, cada vez se incentiva menos la empatía. Y no es baladí que se premien valores propios del narcisismo. Cada día escuchamos más y más casos de abuso, maltrato, acoso escolar, violencias… Está claro que, como sociedad, algo estamos haciendo mal.

Por otro lado, quizá para contrarrestar los efectos de lo anterior, cada vez más centros educativos y profesionales intentan promover y desarrollar la empatía en niñas, niños y jóvenes, para prevenir y concienciar sobre esta lacra. La educación es primordial en la lucha contra cualquier tipo de violencia. Pero es evidente que no se está haciendo lo suficiente. Cada vez más jóvenes, esos en los que ponemos nuestras esperanzas de futuro, tienen una idea arcaica e intolerable de lo que debe ser una relación de pareja, en la que el machismo impregna sus pensamientos y discursos. ¿Por qué está ocurriendo esto? Es una buena cuestión para abordar en otro artículo. Por ahora nos ocuparemos de la promoción de un arma poderosa contra este mal: la empatía.

Cómo fomentar la empatía

Los niños y niñas empáticas serán adultas empáticas. Como madres y padres debemos favorecer la empatía en nuestros peques. Pero, ¿cómo podemos hacerlo?:

  • Predicando con el ejemplo. No me cansaré de repetirlo. Somos los que hacemos, no lo que decimos. Los niños aprenden mucho más de lo que hacemos que de lo que decimos. Si nuestras peques nos observan, por ejemplo, siendo habitualmente respetuosas con las personas o compasivas con alguien desfavorecido, con un animal herido, con alguien que está siendo humillado… Lo integrarán y repetirán esas conductas.
  • Expresando nuestros sentimientos de forma comprensible y asertiva.
  • Mostrándonos vulnerables algunas veces.
  • Pidiendo perdón cuando nos equivocamos con otras personas y con nuestros propios hijos e hijas.
  • Favoreciendo que se responsabilicen de sus acciones, tanto buenas como malas.
  • Conversando mucho con ellas, explicándoles cómo se siente alguien ante tal o cual situación, preguntándoles cómo se sentirían ellas y practicando la escucha activa…
  • Ayudándoles a identificar y regular sus emociones (rabia, miedo, alegría, enfado…) y mostrándoles nuestro apoyo ante las mismas sin juzgarles.
  • Interesándonos por sus sentimientos, validándolos y consolándoles cuando estén tristes.
  • Practicando la solidaridad en sus múltiples formas.
  • Leyendo cuentos, asistiendo a exposiciones, espectáculos y visionando películas o documentales que nos ayuden a trabajar diferentes valores.
  • Etc.

Favorecen la empatía: el respeto, la compasión, el esfuerzo, la tolerancia, las habilidades sociales y la escucha activa, la asertividad, los valores éticos y morales, la lealtad, la paciencia, la aceptación y la tolerancia a la frustración, el trabajo en equipo y las actitudes colaborativas.

Somos criaturas sociales. Nuestra supervivencia depende de entender las acciones, intenciones y emociones de los demás. Las neuronas espejo nos permiten entender la mente de los demás, no sólo a través de un razonamiento conceptual sino mediante la simulación directa. Sintiendo, no pensando.

Giacomo Rizzolatti
La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona, sintonizar con ella y comprender cómo siente
La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona, sintonizar con ella y comprender cómo siente

Por otro lado, hay ciertas actitudes que debemos vigilar y no fomentar en la infancia, o no hacerlo en exceso, pues pueden llevar a las criaturas al lado opuesto de la empatía. Además, esas actitudes negativas, acompañadas de otras peculiaridades, pueden conllevar efectos desastrosos para su futuro. Por ejemplo:

  • La competitividad sana puede ser divertida y fomentar el esfuerzo y el afán de superación individual, pero si traspasa unos límites deja de ser positiva.
  • Cierta individualidad es necesaria para ayudar a desarrollar la autonomía, pero llevada al extremo nos convierte en personas antisociales, apáticas, insolidarias y, por tanto, nada empáticas.
  • ¿Quién no ha mentido alguna vez? En ocasiones incluso una mentira nos ha sacado de un apuro. Pero usar la mentira con frecuencia o pasarse la vida haciéndolo es otro tema.
  • Se suele apreciar a las y los jefes que desprenden cierta autoridad (aunque personalmente opino que hay mejores formas de ejercer la jefatura). Pero si esas muestras de autoridad son excesivas y se presentan incluso de manera agresiva, nos resulta muy desagradable.

Nos alejan de la empatía: el egoísmo, el individualismo, el odio, la falta de autocontrol, la envidia, la agresividad, la venganza, la arrogancia, la mentira, la inmediatez, la competitividad y la impaciencia.

Una criatura empática tiene muchas más probabilidades de actuar en defensa de la víctima de bullying
Una criatura empática tiene muchas más probabilidades de actuar en defensa de la víctima de bullying

Después de todo lo anteriormente expuesto, queda patente que la empatía resulta tan valiosa como primordial para un adecuado desarrollo personal y social. Está en nuestras manos ayudar a nuestros hijos e hijas a convertirse en mejores personas. Os dejo una frase de la psicóloga Tere Rosales Serje, que recoge muy bien la importancia de la empatía:

La empatía es la piedra angular del amor que sostiene lo que sentimos y nos permite sentir lo que el otro siente y compartirnos desde el corazón en un solo latir. El Amor es un arte, ya que es movido por la energía creativa al servicio de la comprensión, compasión y la reconciliación, nos abre a espacios de sensibilidad, bondad, entrega y nos impulsa a cuidar, contener, apoyar, nutrir, acompañar… Todas estas funciones parentales y relacionales que nos conectan para crecer y fluir sanamente.

Tere Rosales Serje

https://psicologiaymente.com/psicologia/empatia

https://lamenteesmaravillosa.com/el-arte-de-comprender-emociones-la-empatia/

https://lamenteesmaravillosa.com/el-maravilloso-cerebro-emocional-de-las-personas-con-alta-sensibilidad-pas/

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Eva H. Hernanz

Madrid

mamaevapsicopedagoga@gmail.com

Publicado en A partir de 4 años, Recomendaciones, Reseñas literarias

¿Por qué no vivimos para siempre?

Hoy os traigo un cuento bastante especial que habla sobre la muerte. Lo hace de una manera muy natural, tanto como las preguntas que formula, que podrían salir de la mente y de la boca de cualquier criatura. Se trata de ¿Por qué no vivimos para siempre?, de la escritora Katie Daynes y la ilustradora Christine Pym, editorial Usborne. Pertenece a la colección Mis primeras preguntas, que cuenta con títulos como: ¿Qué son las emociones?, ¿Cómo es el espacio?, ¿De dónde vienen los niños?, ¿Qué son los virus?, ¿Adónde va la caca?, ¿Qué es ser bueno? o ¿Qué hace el cuerpo con lo que como?, entre otros.

Es un libro infantil muy nuevo (2021) que trata muchos asuntos relacionados con el ciclo de la vida y, en especial, con la muerte. Lo hace a través de la formulación de preguntas lógicas y directas que surgen alrededor de este tema y que se resuelven de forma también muy natural y clara para los y las más pequeñas, levantando las numerosas pestañas que encontraréis en cada página.

El libro aclara muchas dudas a través de ilustraciones que cuentan pequeñas historias de animalitos que plantean cuestiones y/o que han perdido algún ser querido: familiar, mascota… Los dibujos son bonitos y explicativos, de tal forma que ayudan mucho a entender lo que ocurre en la escena. El texto siempre es una respuesta para la pregunta planteada en la solapa, a la que también acompaña una ilustración.

Algunas de las numerosas preguntas que el cuento plantea son tan interesantes como éstas: ¿cuándo nos morimos?, ¿se morirá mi osito de peluche?, ¿no puede vivir para siempre mi mascota?, ¿al hospital vas sólo a morir?, ¿qué pasa con el cuerpo al morir?, ¿por qué siento dolor por dentro?, ¿está mal que me divierta?…

¿Qué pasa cuando alguien muere?, del libro ¿Por qué no vivimos para siempre?, de Katie Daynes y Christine Pym, editorial Usborne
¿Qué pasa cuando alguien muere?, del libro ¿Por qué no vivimos para siempre?, de Katie Daynes y Christine Pym, editorial Usborne

Como veis, es un libro lleno de dibujos, preguntas y respuestas para ayudar a las criaturas a entender un concepto tan complejo y tabú para muchas personas como es la muerte. Lo hace desde una visión respetuosa con todo tipo de creencias, con sencillez, honestidad y seriedad. En fin, como considero que deberíamos trasladar todas las cuestiones a los y las peques. Pero asimismo de una manera desdramatizada, que es muy importante. Aunque, ojo, soy la primera a la que le cuesta hacerlo con algunas cosas. Decirle a uno de mis hijos “tú también te vas a morir” son palabras que me cuesta mucho pronunciar, seamos sinceras. Por lo que tratar algunos asuntos con el apoyo de un buen libro, es una ayuda inestimable.

No sé las y los vuestros, pero mis hijos, a los que les queda poco más de un mes para cumplir 4 años, desde hace un tiempo tienen bastante presentes en sus frases y conversaciones palabras relacionadas con la muerte. Les llama mucho la atención porque es un tema misterioso, están justo en la edad… Así que ha sido un buen momento para descubrir este título e ir normalizando cuestiones y aclarando dudas. Pero lo podéis utilizar perfectamente con niñas y niños más grandes. ¡Os lo recomiendo!

Edad recomendada- A partir de 4 años.

Eva H. Hernanz

Madrid

mamaevapsicopedagoga@gmail.com

Publicado en A partir de 5 años, Recomendaciones, Reseñas literarias

Hermanos

Si tenéis hijos o, hija(s) e hijo(s) no se pueden perder este cuento. Y vosotras tampoco. Si tenéis hijas, le falta estar escrito en femenino. Pero por lo demás, en cualquier caso, es un libro MARAVILLOSO. Hermanos pertenece a la serie «Amor de familia» de la pareja de escritor e ilustradora Ariel Andrés Almada y Sonja Wimmer, editorial Cuento de Luz. 

He tenido el placer de ojearlos todos y son una verdadera delicia, de los que no pueden faltar en vuestra biblioteca. No sé por qué será, chica, pero se me han escapado algunas lagrimillas. Quizá simplemente porque son preciosos. Los descubrí nuevamente en la librería de nuestro barrio y no me he podido resistir a hacerme con un par… Pero seguiremos completando la colección, que consta de los siguientes  títulos:

  • Hija
  • Hijo
  • Hermanos
  • Familia
  • Abuelos
Hermanos. De Ariel Andrés Almada y Sonja Wimmer
Hermanos, de Ariel Andrés Almada y Sonja Wimmer

Los textos son bellísimos y las ilustraciones… ¿Qué deciros de ellas? Que me encantan es poco. No sé si me gustan incluso más que el texto, que es pura poesía. Un regalo, de verdad. ¿Os he dicho ya que estos cuentos son maravillosos? Hacía mucho que no me encontraba con unos cuentos tan bonitos. 

Otro detalle que creo que es muy importante es que todos los libros de la editorial Cuento de luz están impresos en papel de piedra, un papel mineral procedente de piedra caliza, el material más abundante del planeta. Por tanto, como explican en su página web, son libros más respetuosos con el medio ambiente y además confieren a sus hojas un tacto y un impermeabilidad únicas. 

Hermanos. De Ariel Andrés Almada y Sonja Wimmer

De verdad, si estáis dando vueltas a qué regalar estas Navidades, con estos libros seguro que acertaréis. Pero no sólo para vuestro(s) hijo(s) o hija(s), sino también para madre, padre, hermano(s), hermana(s)… Además que la lectura nunca debe faltar como regalo de Santa o Reyes.

Si los conocéis u os animáis a haceros con alguno, ¡contadme!

Edad recomendada- A partir de 5 años.

Eva H. Hernanz

Madrid

mamaevapsicopedagoga@gmail.com

Publicado en A partir de 2 años, Recomendaciones, Reseñas literarias

Otoño

El último cuento que os traigo por esta temporada, relacionado con esta estación, es Otoño de Gerda Muller, editado por Ing Edicions. Como el primero de esta triada de cuentos seleccionados para trabajar el otoño (¿Qué sabes de…? El otoño), forma parte de una colección de cuatro en la que hay un libro por estación.

Se trata de un libro sin texto en el que las ilustraciones son un verdadero gustazo. Son imágenes atemporales y eso que ya tienen unos cuantos añitos… Llamadme clásica, pero me encantan porque son ese tipo de dibujos como “de toda la vida”, que no pasan de moda, realistas pero infantiles a la vez y con bonitos colores. Vamos, para las que tengáis ya una edad como yo, que te transportan a tu infancia. Y eso siempre es un plus a la hora de elegir un libro infantil, ¿o no? Y a su vez, como trata del otoño, me ha recordado cierta parte de mi infancia en Asturias: su olor, el amagüestu asturiano, las castañas asadas, la sidra dulce…

Otoño. De Gerda Muller
Otoño, de Gerda Muller

A lo largo del cuento se plasman variadas escenas, muchas de ellas concernientes a la naturaleza, relacionadas con diferentes actividades que se realizan en otoño: pisar charcos, recoger frutos del otoño, caminar bajo la lluvia, jugar con hojas secas, volar cometas, hacer mermelada de moras… Todas ellas están muy cuidadas y con multitud de detalles. Esto último, sumado al hecho de que no hay que ceñirse a un texto concreto, facilita, como comentábamos en la entrada anterior, el abordaje de multitud de cuestiones diferentes con cada ilustración y contribuye al desarrollo de la curiosidad, la imaginación y la creatividad. Además, este tipo de cuentos facilitan también el desarrollo de habilidades lingüísticas y la adquisición de vocabulario.

El libro es enteramente de cartoné, su tamaño es muy manejable sin ser pequeño y sus esquinas son redondeadas, por lo que resulta muy adecuado para ser utilizado por las y los peques y transportarlo a cualquier parte. Nosotros hemos comenzado por Otoño, pero seguro que completaremos toda la colección.

Edad recomendada- A partir de 2 años.

Eva H. Hernanz

Madrid

mamaevapsicopedagoga@gmail.com

Publicado en A partir de 4 años, Recomendaciones, Reseñas literarias

Las estaciones

Este libro editado por Kalandraka y perteneciente a Iela Mari, autora del conocido Globito rojo (uno de mis imprescindibles para la etapa de infantil), aborda de manera sencilla pero eficaz el paso de una estación a la otra. Esta autora es conocida por crear libros sin texto que narran originales historias, mostrando procesos o secuencias con un diseño minimalista, colorido y muy efectivo. Sus obras suelen crear impacto en las criaturas, resultando ser excelentes experiencias visuales.

Las estaciones es una historia circular que, ciertamente, no aborda sólo el otoño, aunque es igualmente valiosa para trabajar la época en la que estamos. A través de unas imágenes sin texto que hablan por sí solas, el libro nos permite adentrarnos en conceptos como las estaciones, el ciclo de la vida y otros tan complejos para los y las más peques como el paso del tiempo.

Cada página nos muestra un mes del año y una escena diferente que ocurre alrededor de un gran roble, sus «habitantes» y sus «vecinos». Comenzamos el viaje en invierno y vamos observando el cambio de la flora y la fauna a lo largo de la primavera, el verano, el otoño y de nuevo el invierno.

Las ilustraciones son sencillas pero bellas, realistas, fáciles de entender y con contrastes de colores, especialmente de unas estaciones a otras. Lo más destacable, a mi entender, es que esta obra cede un buen espacio a la imaginación e inventiva infantiles y que se hace entender si necesidad de emitir una sola palabra. Será deformación profesional, pero para trabajar conceptos básicos me gusta utilizar ilustraciones sin apoyo textual y dejar que sean los propios niños y niñas quienes describan lo que ven. Los adultos debemos intervenir sólo para preguntarles, ayudarles o guiarles hacia las nociones que nos parecen importantes, si es que no salen de forma espontánea. También es interesante observar cómo las mismas imágenes pueden suscitar diferentes interpretaciones o conversaciones de un día a otro y cómo en diferentes días los críos y crías se fijan en distintos detalles de las mismas.

Edad recomendada- A partir de 4 años.

Eva H. Hernanz

Madrid

mamaevapsicopedagoga@gmail.com

Publicado en A partir de 2 años, Recomendaciones, Reseñas literarias

¿Qué sabes de …? El otoño

Ha costado que llegue, pero ya está aquí el otoño. Y antes de que las redes se inunden de publicaciones de Navidad, la Navidad (Navidad-dulce Navidad) se nos salga por los poros y acabemos -al menos yo- de Navidad hasta el moño, os traigo recomendaciones de cuentos para trabajar el otoño. Como imaginaréis hay montones de ellos, pero he hecho esta selección porque me parece interesante. Espero que os guste.

El primer cuento que os presento es ¿Qué sabes de…? El otoño, de la escritora Núria Roca y la ilustradora Rosa María Curto, editado por Edebé. Pertenece a una colección, ¿Qué sabes de…?, que aborda las cuatro estaciones. Es un libro ilustrado cuya primera edición es de 2005 y que a día de hoy se encuentra descatalogado, pero podéis encontrarlo fácilmente en la Biblio, que es donde lo hemos sacado nosotros. Además, podéis adquirirlo de segunda mano por un precio bastante razonable. Hay que buscar un poquillo, porque en algunos casos piden unas cantidades exageradas por él… Y si no lo encontráis en formato papel, siempre podéis recurrir a los vídeos con el cuento completo en youtube. 

¿Qué sabes de ...? El otoño. De Núria Roca y Rosa M. Curto
¿Qué sabes de …? El otoño, de Núria Roca y Rosa M. Curto

¿Qué cosas me gustan de esta obra? Pues que tiene una tipografía de letra ideal para primeros lectores. Las ilustraciones, que me agradan mucho también, acompañan muy bien al texto. Son bonitas, clásicas y con colores alegres, aspectos que yo personalmente agradezco mucho en este tipo de cuentos para trabajar conceptos. Si las criaturas aún no saben leer, fácilmente podrán interpretar las imágenes. También que el texto hace preguntas e induce a los niños y niñas a interactuar de diferentes formas: hacer un cuadro con hojas secas, contar todas las setas que hay en una página, señalar los dibujos que están relacionados con el otoño, contestar preguntas sencillas, etc. Además, las ilustraciones invitan a realizar más preguntas que podemos plantearles a las pequeñas lectoras y lectores. A mis hijos les gusta que les pregunte el color de las distintas hojas y les encanta contar. Contar las setas de una página, las hojas de otra, las hormigas…

El libro aborda ampliamente diferentes aspectos y situaciones características de esta estación del año; volver al cole, saltar charcos de lluvia, recoger setas, hacer mermelada… Y al final del mismo se plantean algunas actividades sencillas que los niños y las niñas pueden realizar. Por último, contiene una guía para los padres y las madres que ayuda a sacarle más provecho al libro.

 Por todas estas cosas creo que este cuento es bastante interesante para aprender y repasar los contenidos adquiridos sobre y a través del otoño. Si dais con él y lo usáis, me encantará que me contéis vuestras impresiones.

Edad recomendada- A partir de 2 años.

Eva H. Hernanz

Madrid

mamaevapsicopedagoga@gmail.com