En sintonía con el tema que tratamos la semana pasada con Guiainfantil.com, la retirada del pañal, os traigo este cuento. Se trata de ¿Puedo mira tu pañal? de Guido van Genechten. Editorial S.M.
Es todo un referente para tratar este tema. Si buscáis por internet listas de cuentos para trabajar el control de esfínteres, ¿Puedo mira tu pañal? con toda seguridad se repite en todas ellas.
El protagonista es un ratoncito curioso que comparte vivencias con otra serie de animales (conejo, vaca, cerdo…) a los que pregunta si puede mirar su pañal.
Este cuento, además de servir desde el año 2009 para acompañar a niñas y niños en su proceso de control de esfínteres, sobre todo en las ocasiones en que se puede complicar, también es muy divertido para las criaturas porque el tema escatológico les fascina y captura mucho su interés.
Es un libro sencillo que habla con naturalidad y de manera amena del hecho de hacer caca, con formato de tapa dura, estructura repetitiva, solapas para levantar y un divertido final.
Además, tiene unas bonitas y coloridas ilustraciones, al estilo de este autor. ¡A las niñas y los niños les encanta levantar las solapas y anticipar lo que se van a encontrar! Y, aprovechando las caquitas de los personajes, también os puede servir para motivar el conteo, jejeje.
Como digo, todo un referente que no debe faltar en la biblioteca de vuestros y vuestras peques.
Terminamos la semana con otra recomendación lectora. Esa vez se trata de Monstruo rosa.
Este cuento escrito e ilustrado por Olga de Dios y publicado por Apila Ediciones ganó varios premios en 2013 (año de publicación) y 2014. Narra la entrañable historia de alguien que es diferente al resto y que, lejos de desanimarse, decide emprender un viaje en busca de su lugar y de su propia felicidad.
Monstruo rosa me recuerda a mi infancia, y no sabría explicar exactamente por qué. Quizá porque algunas de sus ilustraciones me evocan los dibujos de las fichas que trabajábamos en preescolar (hablo de los años 80). A pesar de ser una historia moderna e integradora, la sencillez de los dibujos y la pureza de los colores me traen a la memoria aquellos primeros pollitos que tenía que pintar de amarillo o hasta el olor de la pintura de dedos… ¡Qué tiempos aquellos!
Pero, nostalgias aparte, Monstruo rosa es un libro entrañable, divertido, con un mensaje muy positivo y unas inolvidables ilustraciones. Es un cuento ligero, adecuado para todas las ocasiones, con el que siempre acertarás. Resulta muy útil para trabajar la autoaceptación, la autoestima, el respeto a la diversidad y a las diferencias individuales. Es un cuento diferente, como su protagonista, que a las niñas y niños les encanta. Y eso no tienen precio.
Puede que alguna vez te hayas topado con una persona que es un “cerebrito”, increíble en matemáticas, portento jugando al ajedrez, muy buena en filosofía, dibujo técnico y artístico, pero sin embargo a ti te da la sensación de que es “poco espabilada”. Pues bien, es posible que ambas cosas sean ciertas. Es decir, el hecho de que sea muy buena en algunos campos o que disponga de mucha inteligencia lógico-matemática y espacial no implica que posea o tenga muy desarrolladas otras inteligencias y puede ser un zote en inteligencia emocional. Por eso puedes notarle importantes carencias a la hora de relacionarse correctamente con otros individuos. De ahí que te parezca “rarita” o “bobalicona”, con perdón de la expresión. Es posible que emocionalmente lo sea, sin ánimo de ofender. Podemos considerar esta explicación gracias a la teoría de las inteligencias múltiples.
Los avances de la ciencia de las últimas décadas muestran que hay vida inteligente más allá de unos números.
Kristin Suleng
Hasta hace bien poco, la inteligencia lógico-matemática, que es la capacidad de razonar lógicamente y resolver problemas matemáticos, propia, entre otros, de ingenieros o científicos, se consideró como la única inteligencia. Pero según la teoría de las inteligencias múltiples, el cociente intelectual, que mide la inteligencialingüística y la lógico-matemática, otorgándole además mayor peso a esta última, ya no sirve como única herramienta para evaluar la inteligencia. La creatividad, la inteligencia emocional, el autoconocimiento, la capacidad de adaptación, etc., son símbolos de inteligencia que no se pueden medir a la manera clásica. Quien los posee es muy probable que sea más inteligente en términos absolutos que quien disponga sólo de inteligencia matemática. Parafraseando a la periodista Kristin Suleng, “los avances de la ciencia de las últimas décadas muestran que hay vida inteligente más allá de unos números”.
La teoría de las inteligencias múltiples surge de la mano de Howard Gardner a partir de 1979 como contrapunto a la teoría clásica de inteligencia, la cual ha sido medida históricamente atendiendo únicamente a dos dimensiones: la lógico-matemática y la lingüística. Gardner y sus colegas de la universidad de Harvard rechazan que exista una sola manera de ser inteligente y la posibilidad de medir la inteligencia. Gardner estudia y propone ocho tipos diferentes de inteligencia, cada una de las cuales está relacionada con una serie de habilidades y capacidades distintas. Estas inteligencias son:
Lingüística
Lógico-matemática
Espacial
Musical
Corporal y cinestésica
Intrapersonal
Interpersonal
Naturalista
Gardner y sus colegas de la universidad de Harvard rechazan que exista una sola manera de ser inteligente y la posibilidad de medir la inteligencia
Cada persona posee, según este autor, unas inteligencias u otras, en mayor o menor grado y con unas habilidades y destrezas más o menos desarrolladas, de tal manera que cada ser es único y no existen dos personas con dos perfiles de inteligencia absolutamente iguales. La inteligencia, pues, según esta teoría, es una forma de conocer, entender y relacionarse con el mundo que cada persona particular posee y que es diferente a todas las demás.
Esta concepción revolucionó la forma de entender el aprendizaje humano y la praxis educativa en los centros escolares. Si cada persona posee una inteligencia única y diferente a las demás, obviamente se deben tener en cuenta las capacidades individuales y la diversidad a la hora de enseñar.
A día de hoy, aunque esta teoría tiene sus detractores, cuyo principal argumento en contra es que impide medir la inteligencia global de un individuo, la Teoría de las Inteligencias Múltiples es uno de los fundamentos teóricos cada vez más utilizados en los proyectos educativos de escuelas infantiles y colegios.
Según la teoría de las Inteligencias Múltiples, el intelecto es una forma de conocer, entender y relacionarse con el mundo que cada persona particular posee y que es diferente a todas las demás
Según la Teoría de las Inteligencias Múltiples, el intelecto está estrechamente asociado con la creatividad. Podríamos definir la creatividad como la facultad para crear cosas nuevas y útiles que suelen suponer soluciones originales. No en vano hay quienes opinan que la creatividad es la inteligencia divirtiéndose. Sea como sea, la creatividad es imprescindible para sacar el mayor provecho de los conocimientos, ¿no creéis?
La inteligencia emocional, que es la capacidad para percibir, entender y expresar las emociones propias y ajenas correctamente y actuar en consecuencia, está fuertemente vinculada a las inteligencias intra e interpersonal. La inteligencia interpersonal, a su vez, se relaciona directamente con la empatía y la inteligencia intrapersonal tiene mucho que ver con la ecpatía. Para saber más sobre estos dos conceptos, puedes leer mi artículo Empatía y ecpatía, los dos pesos de la misma balanza.
La inteligencia emocional afortunadamente ha ido ganando peso con los años. Hoy día las personas expertas la consideran una capacidad prácticamente imprescindible para enfrentarse adecuadamente a un mundo cada vez más individualizado, competitivo y en el que los rasgos propios del narcisismo y la psicopatía se camuflan virtuosamente e incluso se ensalzan. La inteligencia emocional junto con la educación son las mejores herramienta para luchar contra esta lacra.
La creatividad, la inteligencia emocional, el autoconocimiento, la capacidad de adaptación, etc., son símbolos de inteligencia que no se pueden medir a la manera clásica
El autoconocimiento es también un valor en alza en nuestros días y supone tomar consciencia de las propias competencias y limitaciones. Hace referencia directa a la inteligencia intrapersonal, la más desconocida quizás de las ocho por ser la más difícil de medir. El autoconocimiento es un factor fundamental para la inteligencia emocional y va muy ligado a la inteligencia interpersonal.
Por último, la capacidad de adaptación es la habilidad para reaccionar y acomodarse rápida y eficazmente a los cambios o las diferentes circunstancias. Einstein llegó a afirmar, cosa que después repetiría Stephen Hawking: “la única noción válida de inteligencia es aquella en la que está presente la capacidad de adaptación al medio ambiente”.
En el siguiente artículo, que llevará por título Las ocho inteligencias según Howard Gardner, os contaré detenidamente en qué consiste cada inteligencia, cómo podemos potenciarlas en nuestras niñas y niños y qué profesiones están ligadas o deberían puntuar alto en cada una de ellas. Espero que os resulte de interés.
Algunas mamis me siguen pidiendo bibliografía para los y las más chiquititas, así que os traigo este libro escrito e ilustrado por Eric Carle y publicado por Kókinos, que ha sido traducido a más de 50 idiomas. La pequeña oruga glotonaes un clasicazo donde los haya, que no puede faltar en la biblioteca de las y los más peques de la casa.
Se trata de un álbum con tapa y páginas duras, que cuenta con troquelados e ilustraciones muy sencillas, bonitas y coloridas. Se puede utilizar para trabajar los conceptos del ciclo de la vida, la metamorfosis de la mariposa, los alimentos, los colores y los números.
A las criaturas les encanta meter sus deditos por los agujeros que va haciendo la oruga. También se puede hacer el recorrido con lana, limpiapipas o cualquier otro elemento que se os ocurra.
Edad recomendada – A partir de 0 años
(Si son muy bebés, lo de meter los deditos, pues como que no. Especifico por si acaso…)
Recordad, cualquier cuento que contenga dibujos sencillos y llamativos y poco texto es idóneo para compartir con bebés. Si os animáis, contadme la experiencia.
Hola, familias. Hoy viernes os traigo otra reseña literaria, que se me acumulan.
Esta vez se trata deVida secreta de las mamás de Beatrice Masini, ilustrado por Alina Marais y editado por Laberinto. Es una alegoría sobre el trabajo y el esfuerzo que realizan las madres diariamente, muchas veces poco o nada reconocido socialmente.
Vida secreta de las mamás, de Beatrice Masini y Alina Marais
A través de metáforas, unas más sencillas de entender que otras, esta historia sitúa a diferentes mamis en escenarios o situaciones diversas, muchas de ellas compatibles entre sí. El cuento combina realidad con fantasía para ayudar a comprender qué hacen las mamás mientras están fuera de casa o durante el tiempo que las y los peques permanecen en el cole.
Di con él buscando cuentos feministas para mis hijos. La verdad es que no me gusta hacer la diferenciación entre cuentos feministas y resto de cuentos. Más bien, considero que todos los cuentos deberían ser feministas, es decir, promulgar y abogar por la igualdad entre mujeres y hombres. Lo que sí me gusta es distinguir entre cuentos que recomiendo y cuentos que no. Éste es uno de los primeros.
Hoy os presento estos cuatro nuevos libros que sacamos de la Biblio:
En este cuento no hay ningún lobo feroz de Lou Carter e ilustrado por Deborah Allwright, de la editorial Picarona (sello infantil de Ediciones Obelisco). Esta recién publicada historia (2021) da la vuelta a los cuentos tradicionales en torno al la figura del lobo feroz y plantea una historia alternativa mucho más divertida y solidaria. ¡Encanta a peques y mayores!
Edad recomendada – A partir de 3 años
Pipí caca de Stephanie Blake, editorial Corimbo. (Actualmente Caca de vacade la editorial Beascoa.) Con este cuento mis hijos se tronchan, pero literalmente. Es un cuento sencillo pero divertidísimo. Además llama la atención el contraste de los colores de las ilustraciones, muy fauvistas.
Edad recomendada – A partir de 3 años
El preocupasaurio, cuento muy nuevo de la escritora Rachel Bright y el ilustrador Chris Chatterton, de la editorial Edelvives. Historia rimada que pretende concienciar a los y las niñas sobre enfrentar los problemas sólo cuando lleguen y no preocuparse por adelantado. Trabaja las emociones (miedo, incertidumbre preocupación, calma…) y la forma de enfrentarse a ellas. Fomenta el desarrollo de la autoestima y trabaja valores como la familia y la valentía.
Edad recomendada – A partir de 4 años
Mordiscos y bocados de Mar Benegas e ilustrado por Susie Hammer, de la editorial Combel. Es una propuesta entretenida, colorida y con troquelados, en que hay que tratar de adivinar qué animal es el que ha mordido cada página del cuento.
Esta reflexión la escribí hace unos meses inspirada en la lectura del artículo Apegos feroces de Alicia Díaz, que os invito a leer también y que trata, entre otras muchas cosas, de si existe eso que llaman instinto maternal, si el amor materno nace o se hace y qué papel juega la maternidad en nuestra época.
En primer lugar, yo no considero que el amor maternal sea un mito, bajo mi criterio es una realidad como una casa. Si bien es cierto que, debido a los mandatos que esta sociedad mercantilista nos impone, las mujeres estamos sometidas a tanta presión antes y durante el embarazo que luego no es de extrañar que desarrollemos depresiones post parto y otras sintomatologías de mayor o menor envergadura que, por ejemplo, generan cierto rechazo por tu bebé, ya que no sientes por esa criatura eso que te dijeron que debías sentir. O que te producen sensación de estar desbordada, ser una inútil o ser mala madre. Obviamente estas “dolencias” están, además, influenciadas por otros procesos personales y hormonales que entran en juego tras el parto, período al cual tampoco se le dedica la atención y cuidados que requiere. En mi opinión, éstos deberían ser mayores que durante el embarazo. Si quieres leer más al respecto, puedes pinchar en mi artículo Acerca del puerperio. Una maravillosa pesadilla.
Pero ciertamente el amor hacia cualquier ser se construye, independientemente de los lazos de sangre. De hecho, el constructo familia, que hemos santificado, no es garante desgraciadamente de más ni de mejores apegos y quereres… Pero esto es para otro capítulo… O para una enciclopedia. Asimismo yo no quería tanto a mis hijos cuando nacieron como les quiero a día de hoy. Los primeros meses me ocurría que cada día sentía que les quería un poquito más y tenía la sensación de que me iba a explotar el corazón de tanto amor, porque el amor es un proceso vivo, de ahí su magia. Claro que esta es mi experiencia y cada una tendrá la suya, que puede no parecerse en nada.
Al sistema capitalista le interesa que nos etiquetemos, por un lado para que consumamos más (a más etiquetas, mayor consumo) y, por otro, para que nos dividamos entre nosotras y creemos una rivalidades que no deberían existir porque no tienen sentido…
…los seres humanos somos capaces de hacer cosas maravillosas, independientemente de que seamos o no madres. Pero ser madre es una de esas cosas maravillosas que se pueden hacer…
Por otro lado, lo cuento en un primer artículo que escribí justo a propósito de todo esto, Educar con sentido común, creo que hay una puñetera fiebre de la etiqueta muy loca hoy en día. Tenemos que ponernos banderitas porque si no, somos una doña nadie. Y éste es un tema que me quema mucho. Ahora están de moda unos usos y mañana serán otros. Al sistema capitalista le interesa que nos etiquetemos, por un lado para que consumamos más (a más etiquetas, mayor consumo) y, por otro, para que nos dividamos entre nosotras y creemos una rivalidades que no deberían existir porque no tienen sentido: las buenas madres y las madres mediocres. Las de la liga de la leche materna y las que no tienen liga. Las que paren con dolor y las flojas. Las respetuosas y las que no lo son, bla, bla, bla. Si fuésemos más listas que todo eso, más respetuosas con las demás y sus circunstancias, más solidarias y sororas… Quizá estaríamos más cerca de conseguir doblegar a un patriarcado que siempre nos saca dos cabezas de ventaja.
En tercer lugar, los seres humanos somos capaces de hacer cosas maravillosas, independientemente de que seamos o no madres. Pero ser madre es una de esas cosas maravillosas que se pueden hacer. Sin embargo, como lo hacemos nosotras y nosotras podemos con todo, pues venga mierda a la mochila, que podemos cargarla… La feroz y despiadada sociedad que toleramos no está pensada para facilitar, y mucho menos honrar, dicho proceso, más bien todo lo contrario. Pienso en el terrible trance de arrancar de los brazos a un o una bebé de 3 ó 4 meses de los brazos de su mamá, con la promesa de que estará bien, que ella lo pasará peor que la criatura… Y lo único que siento es asco. Por supuesto, como siempre, con todos mis respetos para las profesionales de las escuelas infantiles que trabajan, en términos generales, con gran profesionalidad y vocación. Por no hablar de los vientres de alquiler y el nauseabundo mercadeo que existe con ellos en ciertos países del este…
Sin niñas y niños no hay futuro, eso es así de simple. Y también sin infantes nuestra maravillosa socialdemocracia se desmorona. Pero el capitalismo sólo nos concede lo justo para que saquemos adelante a unas criaturas que cada vez parecen más seres creados en la novela “Un mundo feliz” que lo que son realmente, seres humanos… Bien es cierto que los que manejan los hilos en algunos países europeos como Dinamarca o Noruega, sí parecen estar más interesados en la conciliación y la calidad de vida de sus principales agentes económicos y los vástagos de éstos.
Sin niñas y niños no hay futuro
Se espera de nosotras que seamos perfectas en todo: mujeres (seres femeninos) perfectas, madres perfectas, parejas perfectas, trabajadoras perfectas… Y simplemente eso es imposible. Porque además los parámetros de esa perfección son -oh, sorpresa- los que el capitalismo, amparado por el patriarcado, dicta y que muchas mujeres hacen suyos, preparando el dedo acusador para señalar a las herejes. “Que si Fulanita no hace colecho. Qué mala madre.” “Que si Menganita hace colecho y anda todo el día con el niño colgado a la teta y, claro, tiene al marido abandonado, pobrecillo. Qué horrible esposa, normal que la engañe.” “Que si Citanita pone por delante la crianza de sus hijas a cualquier otra cosa y no pretende trabajar hasta que las nenas tengan al menos dos años. Qué egoísta y poco profesional.” “Que si Zutanita ha tenido que empezar a trabajar tras la baja de maternidad, porque resulta que en su casa tienen la fea costumbre de pagar las facturas, y le es imposible organizarse para dar pecho o sacarse leche, así que su bebé ya no toma leche materna. Mala madre…” Y así podría seguir y poner cientos de ejemplos… Que digo yo, qué costaría ponerse un puntito en la boca, contar hasta veinte y reflexionar sobre qué puñetas sabemos nosotras de la vida de las demás para juzgar tan alegremente las decisiones ajenas y todo lo que puede haber detrás… Amén de creernos a pies juntillas que la moda en crianza de hoy es la única vía y la mejor.
Se espera de nosotras que seamos perfectas en todo
Educación, información y formación y, a partir de ahí, ya que cada cual elija lo que mejor le funcione, pero sin juzgar a la de al lado. Porque sin estas tres cosas podemos muy guapamente, por ejemplo, caer en la cultura de la crianza positiva mal entendida, en la que una madre que pone normas, regaña o dice “no” es poco menos que un demonio. Pero, claro, qué voy a saber yo de educación ni crianza si sólo soy una mala madre…
¿Y vosotras, qué opináis? Me encantaría conocer vuestras opiniones al respecto.
¡Hola! Hoy vengo a hablaros de estos cuentos rimados que no pueden faltar en la librería de vuestras y vuestros peques, de Antonio Rubio y el ilustrador Óscar Villán, editados por Kalandraka.
Son de tapa dura y hojas gruesas de cartoné, perfectos para los y las más pequeñas. Quizá el más conocido es Luna, pero el resto son igual de bonitos, a cual más divertido e ideales para criaturas prelectoras.
En la foto os enseño algunos (los que tenemos nosotros), pero la colección completa De la cuna a la luna está compuesta por los siguientes títulos:
Luna
Pajarita de papel
Limón
Cocodrilo
Árbol
Zapato
Violín
Miau
Cinco
Veo veo
Juguetes
Viajes
Animales
Frutas
Se pueden experimentar de diferentes maneras y leer también como cancioncillas, si os animáis. Las ilustraciones dan soporte a las palabras impresas, favorecen la predicción de lo que viene después y ayudan a ampliar el vocabulario.
A los y las más chiquititas les suelen gustar mucho. ¿Los conocéis? ¿Tenéis alguno de ellos en casa?
Hoy os traigo este precioso cuento que, sin duda, se ha convertido en uno de mis favoritos: La ovejita que vino a cenar de Steve Smallman y la ilustradora Joelle Dreifemy. Editorial Beascoa.
Se trata de una tierno libro de tapa dura, con bonitas ilustraciones, que narra una entrañable historia cuyos protagonistas son un lobo y una oveja.
Además de ser divertido, transmite los valores de la amistad, la empatía, la generosidad y la aceptación de las diferencias.
En mi opinión es un imprescindible en cualquier biblioteca infantil (e incluso adulta, ya que hay libros, como este, cuyo mensaje cala más y tiene más valor que mucha literatura para adultos).
Leo y Bruno por fin son socios de la Biblioteca. Me hace mucha ilusión y ya tenía ganas, supongo que porque a mí siempre me han flipado las Bibliotecas. Cuanto más antiguas y con más pasillos, más me gustan. Tienen algo mágico y misterioso (vale, he visto demasiadas pelis). De pequeña me fascinaba la biblioteca pública de mi cuidad y me gustaba la idea de ser bibliotecaria. Desde luego si hubiera hecho caso al orientador de mi instituto ahora lo sería.
🌙Libros para la hora de dormir
1. ¡A dormir! – Patricia Geis (Combel) Ideal para trabajar el hábito de ir a la cama. Pertenece a la colección Coco y Tula e incluye una tabla semanal con adhesivos para motivar a los peques.
Edad recomendada- A partir de 1 año
2. Cosquillas y a la cama – Jörg Mühle (Harper Collins Ibérica) Libro interactivo en el que los niños ayudan a «Conejito» a prepararse para dormir. ¡Un éxito total con Leo y Bruno!
Edad recomendada- A partir de 1 año
🍎 Libros para descubrir el mundo
3. Mi comida – Ophélie Texier (SM) Álbum ilustrado con troquelados y pestañas que los niños levantan para descubrir datos curiosos sobre los animales y su alimentación.
Edad recomendada- A partir de 2 años
4. Dime lo que ves. En la calle – Jo Litchfield y Francesca Allen (Usborne) Un cuento que encanta a Bruno, porque incluye vehículos y escenas en las que los niños deben encontrar los objetos indicados en la parte superior. Estimula la atención y la observación.
Edad recomendada- A partir de 2 años
🐄 Libros de animales y naturaleza
5. La granja de los siete establos – Roberto Aliaga y Cintia Martín (Macmillan) El favorito de mis hijos. Les motiva a levantar las pestañas y descubrir animales mientras cuentan las historias. Nota: contiene la figura de una escopeta que no se utiliza.
Edad recomendada- A partir de 3 años
6. ¿Qué le pasa a mi cabello? – Shatoshi Kitamura (Fondo de Cultura Económica) Libro divertido, colorido e interactivo. Los peques pueden probar las melenas del león y seguir una sencilla manualidad incluida en la contraportada.
Edad recomendada- A partir de 2 años
Beneficios de leer desde pequeños
Fomenta la imaginación y creatividad
Mejora la concentración y atención
Desarrolla vocabulario y habilidades lingüísticas
Establece rutinas y hábitos positivos
Fortalece el vínculo familiar a través de la lectura compartida