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La armadura de Hugo: un cuento para comprender la alta sensibilidad y aprender a aceptarse

Para estrenar este curso 2023-24 os traigo el álbum ilustrado La armadura de Hugo, de la autora Susanna Isern y el ilustrador David Sierra Listón, publicado por Beascoa. Se trata de otra obra que, al igual que Sensibles, de la que ya os he hablado, aborda la cuestión de la alta sensibilidad.

Esta vez el protagonista es un niño, Hugo, al que su alta sensibilidad le otorga grandes dones pero también le hace sufrir más de lo necesario. La armadura de Hugo toca tangencialmente el tema del acoso escolar, el cual muchas veces se dirige a las personas más sensibles por ser consideradas «diferentes» o «débiles».

La mamá de Hugo escucha y valida las emociones de su hijo

Gracias a un encuentro casual, Hugo descubre qué es lo que debe hacer para protegerse y sobrellevar mejor su alta sensibilidad: ponerse una armadura. Pero al colocarse esa armadura (de forma literal en el libro), el protagonista de esta historia pierde su esencia y deja de ser él mismo. Gracias a su mejor amiga, que nunca le falla, Hugo comprende que no hay nada mejor que ser uno mismo y aprender a aceptar y disfrutar de los dones que otorga la alta sensibilidad.

Es crucial también el papel de la mamá de Hugo, que escucha y valida las emociones de su hijo. Es importante que las criaturas altamente sensibles conozcan su rasgo desde pequeños para no sentirse «bichos raros», sino integrarlo en su día a día y aprender a canalizarlo de formas adecuadas y adaptativas, siempre con la ayuda y el acompañamiento de los y las adultas.

Las ilustraciones de «La armadura de Hugo» son un regalo más

Como siempre, dejamos un espacio para las ilustraciones. Las de este cuento son realmente bonitas y coloridas, muy protagonistas de la historia. Acompañan perfectamente al texto y narran la historia a la vez, lo cual se agradece mucho en los cuentos dirigidos a pequeñas y pequeños lectores. Sólo observando los dibujos, la historia se cuenta sola, lo que ayuda a las criaturas que aún no saben leer a contar el cuento según van pasando las páginas.

La armadura de Hugo es una obra fantástica con la que no sólo podréis tratar la alta sensibilidad, sino el acoso escolar, el respeto hacia las demás personas, la empatía, la autoestima… Y, en definitiva, fomentar con ella las inteligencias intrapersonal e interpersonal.

Edad recomendada- A partir de 4 años

Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

contacta@mamaevapsicopedagoga.com

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La importancia de los cuatro pilares de la alta sensibilidad en la crianza de niños y niñas NAS

Puede que hayas descubierto hace poco que eres una persona altamente sensible (PAS) y no sabes discernir si alguna o alguno de tus hijos también lo es. Quizá notes ciertos comportamientos en tu peque que, leyendo por ahí, te cuadran con este rasgo de personalidad, pero no estás segura del todo de que sea altamente sensible. Puede que estés leyendo este artículo por cualquier otra razón pero, sea como sea, voy a darte las claves que toda pequeña PAS ha de cumplir.

Como te cuento en el artículo Niñas y niños altamente sensibles: un mundo de emociones intensas, los niños y niñas altamente sensibles (NAS) son una realidad que ha sido reconocida en las últimas décadas por la psicología. Este término fue acuñado por la psicóloga Elaine Aron en su libro de 1996 The Highly Sensitive Child (El niño altamente sensible), en el que se habla de un 15-20% de la población infantil que tiene una mayor capacidad para procesar información de manera profunda y compleja y que presenta una mayor sensibilidad innata ante los estímulos del ambiente que le rodea.

Ser un niño o niña altamente sensible no significa que se padezca una enfermedad, sino que se trata de un rasgo de la personalidad que se manifiesta de diferentes maneras. Según Elaine Aaron, para que una persona sea considerada altamente sensible ha de cumplir los cuatro pilares en que se sustenta la alta sensibilidad. Si no posee alguno de ellos, estaremos hablando de otro rasgo, patrón psicológico o condición personal, pero no de alta sensibilidad. A continuación, os detallo en qué consisten estos cuatro pilares y las características más comunes de las criaturas altamente sensibles para cada uno de ellos.

Los cuatro pilares de la alta sensibilidad

Los cuatro pilares de la alta sensibilidad, en inglés DOES, son:

  • Depth of processing. Profundidad de procesamiento
  • Overstimulation. Sobreestimulación
  • Emotional responsiveness & Empathy (capacidad de respuesta emocional y empatía).  Intensidad emocional y Empatía
  • Sensitivity to subtleties (sensibilidad a las sutilezas). Sensibilidad sensorial

El primer pilar: profundidad de procesamiento de la información

Este primer pilar de la alta sensibilidad se traduce en una capacidad para percibir y procesar información de manera más profunda y compleja que el resto de criaturas de su edad. ¿Qué significa esto? Que pueden notar y analizar detalles sutiles en su entorno que suelen pasar desapercibidos para otros y otras. Además, tienen una mayor capacidad para reflexionar y pensar honda e intensamente sobre los problemas y situaciones. Por esta razón, es común que hagan preguntas o deducciones más profundas que las de sus pares.

La profundidad de procesamiento de la información suele tener implicaciones en la toma de decisiones. Las criaturas altamente sensibles pueden considerar y sopesar más factores antes de tomar una decisión, lo que puede ser una ventaja en ciertas situaciones. Sin embargo, esta misma capacidad también puede llevar a la indecisión o la parálisis por análisis en situaciones complejas.

Los niños y niñas altamente sensibles suelen ser muy observadoras y poseen una gran capacidad para analizar y comprender lo que les rodea. Esto les permite encontrar conexiones entre ideas aparentemente inconexas y generar nuevas perspectivas, lo que puede manifestarse en un ingenioso sentido del humor y una riqueza de vocabulario sorprendente para su edad.

Además, a causa de su capacidad para procesar la información de manera profunda y reflexiva, los y las NAS suelen ser más creativas e imaginativas que otras criaturas. Esta habilidad puede ser una ventaja en el ámbito artístico o en la resolución de problemas creativos.

Las criaturas NAS son: reflexivas, analíticas, ingeniosas, creativas, expresivas, introvertidas, indecisas…

Los y las NAS suelen hacer preguntas o deducciones profundas para su edad
Los y las NAS suelen hacer preguntas o deducciones profundas para su edad

El segundo pilar: sobreestimulación

La alta sensibilidad también se relaciona con una mayor sensibilidad a la estimulación sensorial, lo que frecuentemente lleva a la sobreestimulación. Las criaturas altamente sensibles pueden sentirse abrumadas o ansiosas en ambientes estresantes, ruidosos o caóticos. Además, necesitan más tiempo y espacio para reflexionar y para procesar las experiencias sensoriales, debido a su profundidad de procesamiento, lo que les produce una mayor fatiga mental.

Asimismo, cuando las NAS se sienten observadas, pueden sentir una mayor presión para actuar o rendir bien, lo que puede aumentar su nivel de estrés y ansiedad que, a su vez, puede afectar a su rendimiento. Además, los NAS suelen ser muy conscientes de los detalles y pueden sentir que están siendo juzgados por cada pequeño error o fallo. Esto puede aumentar su nivel de autocrítica y hacer que se sientan aún más presionados para rendir bien, lo que afecta su concentración y su capacidad para desempeñarse en situaciones de alto estrés.

La sobreestimulación puede tener implicaciones en muchos aspectos de la vida de la infancia altamente sensible. Por ejemplo, pueden necesitar evitar ciertos ambientes o situaciones que pueden ser estresantes para ellos y ellas. Además, deben aprender a establecer límites claros con las demás para proteger su bienestar psicológico y emocional. Por último, debido a la sobreestimulación, los niños y niñas con alta sensibilidad frecuentemente necesitan tomar mayores tiempos de descanso y desconexión que otras criaturas, para evitar la saturación sensorial y mental.

Las criaturas NAS son: perfeccionistas, autoexigentes, detallistas, ordenadas, propensas a la sobrecarga emocional y mental…

Un niño o niña altamente sensible puede sentirse abrumada en un ambiente ruidoso o caótico
Un niño o niña altamente sensible puede sentirse abrumada en un ambiente ruidoso o caótico

El tercer pilar: emocionalidad y empatía

Las y los pequeños altamente sensibles experimentan una mayor intensidad emocional y una mayor capacidad para empatizar con otras personas. Esto significa que sienten las emociones (tanto las positivas como las negativas) de manera más profunda y son más conscientes de las emociones de los y las demás. Como te cuento en el artículo de este blog Empatía, un arma muy poderosa, la empatía es, sin duda, una cualidad crucial e indispensable para establecer relaciones humanas de calidad. Más aún hoy en día, en que valores como el individualismo o la competitividad se imponen en nuestra sociedad.

En cuanto a las relaciones interpersonales, las criaturas altamente sensibles a menudo tienen una gran intuición, habilidades para la lectura emocional y una capacidad excepcional para conectarse con los demás. Debido a su alta capacidad para procesar y sentir emociones, pueden detectar sutilezas en las emociones de los demás y en el ambiente que los rodea, incluso a una edad temprana. Sin duda esta capacidad intuitiva es una ventaja para las PAS, ya que les permite comprender mejor las necesidades de las demás personas y responder de manera empática y sensible.

Sin embargo, la emocionalidad y la empatía también pueden tener un lado negativo. Los y las peques con alta sensibilidad son más propensas a sentir ansiedad, estrés y tristeza, especialmente cuando están expuestas a situaciones emocionalmente desafiantes. También son más vulnerables a la crítica y al rechazo. Además, suelen absorber y hacer suyas las emociones negativas de los demás, lo que puede ser psicológicamente agotador. Es decir, frecuentemente los y las infantes con alta sensibilidad se sienten abrumadas por la intensidad de sus propias emociones o por las emociones de los demás.

Las criaturas NAS son: empáticas, emocionales, intensas, justas, vulnerables a la crítica y el rechazo…

Las criaturas altamente sensibles tienen una capacidad excepcional para conectarse con los demás
Las criaturas altamente sensibles tienen una capacidad excepcional para conectarse con las demás

El cuarto pilar: sensibilidad sensorial

La alta sensibilidad también se refleja en una mayor sutileza preceptiva, lo que causa que las y los infantes altamente sensibles sean más conscientes de los detalles sensoriales de su entorno. Por ejemplo, pueden notar olores o sabores sutiles, o pueden sentir las texturas las o temperaturas de manera más intensa. Esto puede hacer que se sientan abrumados y necesiten más tiempo para adaptarse a los cambios en su entorno. Por ejemplo, una niña altamente sensible puede sentirse incómoda con la ropa que lleva puesta porque le molesta en la piel, o puede sentirse desbordada por los ruidos fuertes en un lugar concurrido.

Por otro lado, los y las NAS suelen tener una gran capacidad para percibir las sutilezas del ambiente o del lenguaje no verbal de otras personas, lo que les permite captar matices que la mayoría pasa por alto. Esta habilidad puede ser útil, por ejemplo, en el ámbito académico, ya que les permite prestar atención a los detalles y comprender mejor la información. Sin embargo, también puede hacer que se distraigan con facilidad y les cueste centrar su atención en una sola tarea o actividad.

Las criaturas NAS son: intuitivas, observadoras, perspicaces, muy sensibles a ciertos estímulos sensoriales…

Las criaturas con alta sensibilidad captan sutilezas que pasan desapercibidas para la mayoría
Las criaturas con alta sensibilidad captan sutilezas que pasan desapercibidas para la mayoría

En definitiva, los cuatro pilares de la alta sensibilidad son fundamentales para comprender y considerar este rasgo de personalidad. Sin embargo, también es importante reconocer que cada niña o niño altamente sensible es único y experimentará su alta sensibilidad de manera diferente. Debemos tener en cuenta que la alta sensibilidad bien gestionada es un don maravilloso, pero a su vez puede causar que los y las peques se sientan diferentes al resto y tengan dificultades para encajar en un grupo social. Por ello, es importante que las criaturas altamente sensibles se tomen el tiempo para comprender y aceptar su rasgo y sus características individuales. Y, al mismo tiempo, las personas adultas debemos ofrecerles el apoyo y la orientación necesarios para aprovechar al máximo sus fortalezas y manejar los desafíos que puedan surgir en su día a día.

Ten en cuenta que este artículo es sólo informativo. Si sospechas que tu peque es altamente sensible y quieres salir de dudas o precisas asesoramiento para acompañar adecuadamente a tu hijo o hija NAS, no dudes en ponerte en contacto conmigo. Puedes hacerlo rellenando formulario de la página de inicio o pinchando aquí. ¡Estaré encantada de ayudarte!

https://www.guiainfantil.com/educacion/conducta/los-ninos-nas-nacen-siendo-altamente-sensibles-4-rasgos-caracteristicos/

Elaine Aron. 2002. El niño altamente sensible. Nueva York, EEUU. Editorial Broadway

Elaine Aron. 2005. El don de la sensibilidad en la infancia. Como ayudar a tu hijo cuando el mundo le abruma. Nueva York, EEUU. HarperCollins

Úrsula Perona. 2015. NAS. Niños altamente sensibles. Barcelona, España. Editorial Kairós

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Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

contacta@mamaevapsicopedagoga.com

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Niñas y niños altamente sensibles (NAS): un mundo de emociones intensas y creatividad

La alta sensibilidad, término acuñado por la psicóloga Elaine Aron en la década de 1990, es un rasgo de personalidad hereditario que se presenta en aproximadamente el 20% de las personas, tanto en infancia como en personas adultas. Estudios recientes hablan de que este porcentaje podría ascender al 30% de la población. Este rasgo puede ser especialmente significativo en la infancia, ya que las criaturas se encuentran en un proceso de desarrollo y aprendizaje que se ve influenciado por el entorno en el que crecen. En este sentido, es importante tener en cuenta las características propias de los y las NAS para poder ofrecerles un entorno adecuado que les permita desarrollarse de forma saludable. Y sobre todo porque la vida, tal como se entiende hoy en día, no está pensada ni adaptada para las personas altamente sensibles (PAS)…

Antes de nada, te tengo que explicar que la Alta Sensibilidad no se diagnostica, pues no es una patología, una enfermedad, ni trastorno. Sin embargo, podemos concluir que una niña o niño es altamente sensible (NAS) teniendo en cuenta, mediante observación, ciertas características concretas de su comportamiento y su personalidad.

Cómo son las criaturas altamente sensibles

En primer lugar, es importante señalar que las NAS suelen ser muy perceptivas y estar muy atentas a los detalles. Esta atención al detalle les permite aprender con mayor rapidez y profundidad sobre su entorno, ya que son capaces de captar matices que pasan desapercibidos para otros niños y niñas. Por otro lado, este rasgo puede hacer que los NAS se sientan abrumados por la cantidad de información que reciben, lo que puede generar estrés y ansiedad.

Debido a lo anterior, otra de las características de estas y estos pequeños es que se sobreestimulan con facilidad. Los niños y niñas con alta sensibilidad necesitan más a menudo tiempos de descanso y desconexión del entorno para recargas las pilas, descansar su cerebro y poder volver a la carga con la mente calmada.

Otra característica común de los NAS es su gran empatía, de la que he hablado en otros artículos. (Ver Empatía, un arma muy poderosa y Empatía y ecpatía, los dos pesos de una misma balanza). Se podría decir que la empatía es uno de los elementos más destacables de la alta sensibilidad y, a su vez, está relacionada con la inteligencia interpersonal. Puedes ver de qué se trata en Las ocho inteligencias según Howard Gardner. Las NAS son capaces de ponerse en el lugar de los demás y comprender sus emociones y sentimientos. Esta habilidad les permite establecer relaciones interpersonales más profundas y significativas, pero también puede llevarlas a sentir la tristeza y el dolor de los demás de forma muy intensa. En este sentido, es importante que las y los adultos que acompañan a las NAS les enseñen estrategias para gestionar sus propias emociones y evitar que se sientan desbordadas por las ajenas.

La alta sensibilidad también se manifiesta en el ámbito sensorial. Las niñas y niños altamente sensibles poseen una mayor sensibilidad a los estímulos del entorno que les rodea. Esta característica se manifiesta en diferentes ámbitos, como el emocional, el social, el sensorial… Esto puede provocar que ciertos ambientes les resulten incómodos o incluso dolorosos, como las temperaturas altas o bajas, las luces muy intensas, los sonidos fuertes o las texturas ásperas. Es importante que las y los mayores presten atención al entorno y eviten exponer a las criaturas a situaciones que puedan generarles malestar.

En cuanto a su vida emocional e interior, los y las NAS suelen ser niñas muy reflexivas y con gran capacidad para meditar sobre sus propios pensamientos y sentimientos, lo cual está directamente relacionado con la inteligencia intrapersonal (ver Las ocho inteligencias según Howard Gardner). Son peques que suelen hacer preguntas profundas y poco habituales para su edad sobre el sentido de la vida, el funcionamiento y los porqués de las cosas. Aunque esta capacidad puede ser muy positiva, ya que les permite seguir fomentando su inteligencia emocional, también puede hacer que las y los NAS se sientan inseguros y vulnerables ante sus propias emociones. Tanto madres y padres, como la comunidad educativa, deben facilitar estrategias para comprender y regular las emociones que generan estos procesos internos, de modo que las criaturas PAS puedan disfrutar de una vida emocional saludable.

Respecto a su comportamiento, los y las NAS suelen ser niñas muy perfeccionistas y exigentes consigo mismas. Esta tendencia puede manifestarse en el ámbito académico, el deportivo o el artístico. Estas criaturas tienden a esforzarse al máximo en todo lo que hacen y a querer obtener resultados excelentes en todas sus actividades. Como es lógico pensar, esta característica puede generarles estrés y ansiedad, especialmente si se sienten presionadas por los adultos. Por esta razón, es importante que las personas mayores enseñen a la infancia PAS a establecer metas alcanzables y a valorar sus logros, aunque no sean perfectos.

Además, las y los NAS también suelen ser muy introvertidos y reservados. Aunque esto no es una característica exclusiva de la alta sensibilidad, sí es cierto que estas criaturas suelen necesitar más tiempo para procesar la información y las emociones que sienten. Sin embargo, debemos tener en cuenta que según la doctora Elaine Aron alrededor del 30% de las personas altamente sensibles son extrovertidas. Por lo que, sólo porque tu peque sea sociable y extrovertida, no debes descartar que sea altamente sensible.

Por otro lado, es importante destacar que los y las NAS también pueden ser personas muy creativas y talentosas. Su sensibilidad les permite apreciar la belleza en todas sus formas y expresarse de manera creativa en diferentes ámbitos artísticos, como la pintura, la música o la escritura. Se debe brindar a las y los jóvenes PAS la oportunidad de explorar su creatividad y de desarrollar sus talentos.

Las criaturas altamente sensibles suelen tener mucha imaginación y ser muy creativas
Las criaturas altamente sensibles suelen tener mucha imaginación y ser muy creativas

En definitiva, las niñas y niños altamente sensibles son criaturas que poseen una gran riqueza emocional y una capacidad innata para apreciar la belleza en el mundo que les rodea. Aunque la alta sensibilidad puede presentar algunos desafíos, también ofrece grandes oportunidades de crecimiento personal y emocional. Por esta razón, es importante que las personas que acompañan a los y las NAS les brinden el apoyo y las herramientas necesarias para desarrollarse de manera plena y feliz.

14 características más de las PAS

Aquí te presento 14 características que, junto con las mencionadas anteriormente, te ayudarán a hacerte una idea bastante precisa de cómo son las criaturas altamente sensibles y de si ese o esa peque en quien estás pensando puede serlo o no:

  1. Son muy analíticas y pueden ser muy buenas en la resolución de problemas complejos, gracias a su profundidad de procesamiento de la información.
  2. Les cuesta tomar decisiones. Por la cuestión anterior, su tendencia a procesar la información de manera profunda y reflexiva, son conscientes de las múltiples opciones posibles y de las probables consecuencias de cada una de ellas. Además, su empatía puede tener un efecto ralentizante, ya que necesitan tomar la decisión «correcta» para evitar causar daño o malestar a otras personas.
  3. Son muy observadoras y pueden notar patrones y tendencias en las situaciones.
  4. Les encanta estar en contacto con la naturaleza. Suelen ser muy conscientes de su entorno natural y disfrutar al aire libre.
  5. Son muy emotivas. Suelen experimentar emociones de manera muy intensa, ya sean positivas o negativas. Pueden llorar con facilidad o sentir mucha alegría ante situaciones que otros podrían considerar menos importantes.
  6. Son muy intuitivas. Tienen la capacidad de tomar decisiones acertadas y tener un buen juicio ante situaciones complicadas. Para saber más sobre la intuición puedes leer mi artículo Niños y niñas con sexto sentido.
  7. Suelen ser muy conscientes de su cuerpo y de sus sensaciones físicas. Pueden presentar una gran sensibilidad ante ciertos alimentos, saber lo que les sienta bien y lo que no, tener problemas para adaptarse a ropa o calzado incómodos y para tolerar ciertas texturas.
  8. A pesar de ser muy sensibles y emocionales, también suelen ser muy independientes y valoran su espacio personal y su privacidad. Tienen una gran necesidad de pasar tiempo a solas y pueden sentirse abrumadas si están en situaciones muy sociales o ruidosas durante mucho tiempo. Si son niños o niñas muy pequeñas reclamarán la compañía de mamá o papá igual que cualquiera de su edad.
  9. Tienen un gran sentido de la justicia y pueden sentir mucha indignación ante situaciones de discriminación o abuso.
  10. Son muy exigentes consigo mismas y excesivamente autocríticas ante los errores, llegando en ocasiones a términos obsesivos.
  11. Tienen una gran capacidad de concentración y pueden trabajar en proyectos durante horas sin distraerse en situaciones que les resultan interesantes y significativas. Lógicamente dependerá de la edad de las criaturas.
  12. Tienen buena capacidad para adaptarse a situaciones nuevas y desconocidas. Al ser muy conscientes de su entorno y de las emociones de las personas que les rodean, pueden adaptarse mejor a las situaciones y a las necesidades de los demás.
  13. Sin embargo, pueden ser más sensibles a ciertos cambios y transiciones en su entorno, lo que puede provocar que se sientan abrumadas o estresadas, según el contexto, ante ciertas situaciones que otros y otras peques pueden manejar con más facilidad. También pueden sentirse incómodas o irritadas si algo está fuera de lugar.
  14. Son muy sensibles a la crítica y pueden sentirse heridas fácilmente.
Las PAS se pueden sentir frecuentemente abrumadas por la indecisión o preocupadas por tomar la decisión "correcta"
Las PAS se pueden sentir frecuentemente abrumadas por la indecisión o preocupadas por tomar la decisión «correcta»

Si quieres saber más sobre alta sensibilidad, puedes leer La importancia de los cuatro pilares de la alta sensibilidad en la crianza de niños y niñas NAS.

¿Crees que tu hija o hijo es NAS? No olvides que este artículo es meramente informativo. Si quieres solicitar asesoramiento para salir de dudas y/o ayudarle a gestionar de forma efectiva su rasgo, no dudes en ponerte en contacto conmigo. Puedes rellenar el formulario de la página de inicio, ir a la sección de Contacto o pinchar en este link: Contacto

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Elaine Aron. 2002. El niño altamente sensible. Nueva York, EEUU. Editorial Broadway

Elaine Aron. 2005. El don de la sensibilidad en la infancia. Como ayudar a tu hijo cuando el mundo le abruma. Nueva York, EEUU. HarperCollins

Úrsula Perona. 2015. NAS. Niños altamente sensibles. Barcelona, España. Editorial Kairós

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Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

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Empatía, un arma muy poderosa para prevenir el bullying

Sabemos que la empatía (ver Empatía y ecpatía, los dos pesos de una misma balanza), la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona, de sintonizar con ella y comprender cómo se siente, es una cualidad positiva que es importantísimo fomentar en nuestras niñas y niños.

Pero, exactamente, ¿por qué es tan importante la empatía?

  1. Porque propicia un adecuado autoconocimiento y desarrollo personal.
  2. Porque es clave para establecer y mantener vínculos sanos con los demás.
  3. Porque potencia el carisma, las habilidades sociales y la inteligencia emocional.
  4. Porque mejora la comunicación.
  5. Porque ayuda a desarrollar una adecuada autoestima. (Puedes leer Autoestima y seguridad en la infancia. Elementos clave para un desarrollo sano.)
  6. Porque favorece la resiliencia, que es la capacidad para superar circunstancias adversas o perturbadoras.
  7. Porque ayuda a convertirse en personas confiables y que generan seguridad.
  8. Porque contribuye a la amabilidad, la tolerancia y la solidaridad.
  9. Porque es fundamental para prevenir el acoso escolar.
  10. En definitiva, porque conforma mejores personas.

Digamos que la mayoría de nosotras, de forma natural, poseemos empatía en mayor o menor medida, aunque ésta se puede (y debe) potenciar. Sin embargo, hay personas con niveles ínfimos de empatía e incluso ausencia de ésta. Los mayores exponentes de falta de empatía son el narcisismo patológico o la psicopatía. Los narcisistas estructurales y los psicópatas poseen rasgos característicos de los bullies o acosadores escolares, siendo el principal de estos rasgos la falta de empatía.

Una criatura empática no sólo NO será una acosadora o abusona, sino que tiene muchas más probabilidades de actuar en favor o defensa de la víctima de acoso escolar (bullying).

La empatía por quienes están en problemas es uno de los elementos de la moral universal.

William Damon
La empatía es clave para un adecuado desarrollo personal y social de la persona
La empatía es clave para un adecuado desarrollo personal y social de la persona

Básicamente, a más empatía, menos violencia (sea ésta del tipo que sea). Cuanta más empatía, mayor respeto, tolerancia y solidaridad con las demás personas.

A día de hoy resulta clave que esta cualidad positiva del ser humano, que poseemos muchas personas en mayor o menor medida, se siga fomentando. En el mundo individualista, competitivo y orientado sólo y exclusivamente hacia los resultados en el que vivimos, cada vez se incentiva menos la empatía. Y no es baladí que se premien valores propios del narcisismo. Cada día escuchamos más y más casos de abuso, maltrato, acoso escolar, violencias… Está claro que, como sociedad, algo estamos haciendo mal.

Por otro lado, quizá para contrarrestar los efectos de lo anterior, cada vez más centros educativos y profesionales intentan promover y desarrollar la empatía en niñas, niños y jóvenes, para prevenir y concienciar sobre esta lacra. La educación es primordial en la lucha contra cualquier tipo de violencia. Pero es evidente que no se está haciendo lo suficiente. Cada vez más jóvenes, esos en los que ponemos nuestras esperanzas de futuro, tienen una idea arcaica e intolerable de lo que debe ser una relación de pareja, en la que el machismo impregna sus pensamientos y discursos. ¿Por qué está ocurriendo esto? Es una buena cuestión para abordar en otro artículo. Por ahora nos ocuparemos de la promoción de un arma poderosa contra este mal: la empatía.

Cómo fomentar la empatía

Los niños y niñas empáticas serán adultas empáticas. Como madres y padres debemos favorecer la empatía en nuestros peques. Pero, ¿cómo podemos hacerlo?:

  • Predicando con el ejemplo. No me cansaré de repetirlo. Somos los que hacemos, no lo que decimos. Los niños aprenden mucho más de lo que hacemos que de lo que decimos. Si nuestras peques nos observan, por ejemplo, siendo habitualmente respetuosas con las personas o compasivas con alguien desfavorecido, con un animal herido, con alguien que está siendo humillado… Lo integrarán y repetirán esas conductas.
  • Expresando nuestros sentimientos de forma comprensible y asertiva.
  • Mostrándonos vulnerables algunas veces.
  • Pidiendo perdón cuando nos equivocamos con otras personas y con nuestros propios hijos e hijas.
  • Favoreciendo que se responsabilicen de sus acciones, tanto buenas como malas.
  • Conversando mucho con ellas, explicándoles cómo se siente alguien ante tal o cual situación, preguntándoles cómo se sentirían ellas y practicando la escucha activa…
  • Ayudándoles a identificar y regular sus emociones (rabia, miedo, alegría, enfado…) y mostrándoles nuestro apoyo ante las mismas sin juzgarles.
  • Interesándonos por sus sentimientos, validándolos y consolándoles cuando estén tristes.
  • Practicando la solidaridad en sus múltiples formas.
  • Leyendo cuentos, asistiendo a exposiciones, espectáculos y visionando películas o documentales que nos ayuden a trabajar diferentes valores.
  • Etc.

Favorecen la empatía: el respeto, la compasión, el esfuerzo, la tolerancia, las habilidades sociales y la escucha activa, la asertividad, los valores éticos y morales, la lealtad, la paciencia, la aceptación y la tolerancia a la frustración, el trabajo en equipo y las actitudes colaborativas.

Somos criaturas sociales. Nuestra supervivencia depende de entender las acciones, intenciones y emociones de los demás. Las neuronas espejo nos permiten entender la mente de los demás, no sólo a través de un razonamiento conceptual sino mediante la simulación directa. Sintiendo, no pensando.

Giacomo Rizzolatti
La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona, sintonizar con ella y comprender cómo siente
La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona, sintonizar con ella y experimentar cómo se siente

Por otro lado, hay ciertas actitudes que debemos vigilar y no fomentar en la infancia, o no hacerlo en exceso, pues pueden llevar a las criaturas al lado opuesto de la empatía. Además, esas actitudes negativas, acompañadas de otras peculiaridades, pueden conllevar efectos desastrosos para su futuro. Por ejemplo:

  • La competitividad sana puede ser divertida y fomentar el esfuerzo y el afán de superación individual, pero si traspasa unos límites deja de ser positiva.
  • Cierta individualidad es necesaria para ayudar a desarrollar la autonomía, pero llevada al extremo nos convierte en personas antisociales, apáticas, insolidarias y, por tanto, nada empáticas.
  • ¿Quién no ha mentido alguna vez? En ocasiones incluso una mentira nos ha sacado de un apuro. Pero usar la mentira con frecuencia o pasarse la vida haciéndolo es otro tema.
  • Se suele apreciar a las y los jefes que desprenden cierta autoridad (aunque personalmente opino que hay mejores formas de ejercer la jefatura). Pero si esas muestras de autoridad son excesivas y se presentan incluso de manera agresiva, nos resulta muy desagradable.

Nos alejan de la empatía: el egoísmo, el individualismo, el odio, la falta de autocontrol, la envidia, la agresividad, la venganza, la arrogancia, la mentira, la inmediatez, la competitividad y la impaciencia.

Una criatura empática tiene muchas más probabilidades de actuar en defensa de la víctima de bullying
Una criatura empática tiene muchas más probabilidades de actuar en defensa de la víctima de bullying

Después de todo lo anteriormente expuesto, queda patente que la empatía resulta tan valiosa como primordial para un adecuado desarrollo personal y social. Está en nuestras manos ayudar a nuestros hijos e hijas a convertirse en mejores personas. Os dejo una frase de la psicóloga Tere Rosales Serje, que recoge muy bien la importancia de la empatía:

La empatía es la piedra angular del amor que sostiene lo que sentimos y nos permite sentir lo que el otro siente y compartirnos desde el corazón en un solo latir. El Amor es un arte, ya que es movido por la energía creativa al servicio de la comprensión, compasión y la reconciliación, nos abre a espacios de sensibilidad, bondad, entrega y nos impulsa a cuidar, contener, apoyar, nutrir, acompañar… Todas estas funciones parentales y relacionales que nos conectan para crecer y fluir sanamente.

Tere Rosales Serje

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https://lamenteesmaravillosa.com/el-arte-de-comprender-emociones-la-empatia/

https://lamenteesmaravillosa.com/el-maravilloso-cerebro-emocional-de-las-personas-con-alta-sensibilidad-pas/

¿Crees tener una relación familiar o de pareja con una persona narcisista pero no lo sabes con seguridad? Puedes salir de dudas accediendo al Cuestionario gratuito de 25 preguntas para saber si mantienes una relación con una persona narcisista¡Estás a unos pocos minutos de saber si esa relación te está dañando significativamente y poder empezar a tomar acción para sanar!

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Cuento infantil Sensibles

Os presento un álbum ilustrado recién publicado por la editorial Penguin el pasado mes de septiembre. Se trata de Sensibles, de la escritora Míriam Tirado y la ilustradora Marta Moreno.

La alta sensibilidad es una forma de respirar la vida, de empaparse de ella, que afecta a la intensidad con que sentimos, a la cantidad de estímulos y señales que percibimos y a la profundidad con que procesamos la información, entre otras cosas, pero que nada tiene que ver con una patología. Quienes poseemos este rasgo de personalidad lo sabemos bien, o deberíamos hacerlo… Me da mucha rabia cuando personas influyentes manifiestan ser PAS (personas altamente sensibles) y se dejan tratar de enfermas en la televisión por esta condición. Un caso reciente es el de la conocida y admirada actriz Yolanda Ramos. ¿Perdona? Sinceramente no lo puedo entender.

Por eso me encantó encontrarme hace un mes este cuento en el escaparate de una librería de mi barrio. A los dos días ya lo teníamos en nuestras manos. Es un cuento para que las y los NAS (niñas y niños altamente sensibles) y todo el mundo en general comprendan qué particularidades tienen este perfil de personas y de qué manera éstas les influyen en su día a día.

Conociendo las características de las PAS, no sólo podemos como madres, padres o profesorado facilitar a las criaturas que poseen este rasgo adaptarse mejor a ciertas circunstancias y comprenderse a sí mismas, sino que ayuda a los y las propias NAS a sentirse menos «raras» y a entender los porqués de su forma de ser y de sentir.

Preparando la foto de portada de la reseña del álbum ilustrado Sensibles

La protagonista de esta historia, Martina, en un principio está cansada de ser como es y desea cambiar, pues no le gusta cómo se siente. Sin embargo, al final del cuento descubre que su “superpoder” es algo maravilloso si aprende a gestionarlo adecuadamente y a utilizarlo en su beneficio y en el de los y las demás. Gracias a esto, Martina consigue conectar mucho más consigo misma, con su maestro y con su abuelo, también PAS, detalle este último que me parece lo mejor del álbum.

Como cuento tiene una parte “fantástica” e irreal, cuando Martina habla con el bosque, que a las y los más peques les gusta muchísimo. Debemos tener en cuenta que todo lo mágico tiene gran atractivo para ellos, puesto que aún no diferencian bien realidad de fantasía (hasta los 6 años aproximadamente). Por otro lado, personalmente me encanta la conexión que la autora destaca entre las PAS y la naturaleza.

No puedo terminar la reseña sin hacer mención a las acertadas ilustraciones que acompañan la historia: bellas, dulces y muy coloridas, destacando el verde por encima de los demás, color de la naturaleza por antonomasia.

"Sensibles, de Míriam Tirado y Marta Moreno
«Sensibles», de Míriam Tirado y Marta Moreno

Por todo esto, recomiendo este estupendo libro de tapa dura y tamaño grande a todas las personas que quieran acercarse por unos motivos u otros al mundo de la alta sensibilidad. Deseo que os guste tanto como a mí.

Edad recomendada- A partir de 4 años

Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

contacta@mamaevapsicopedagoga.com

Publicado en Maternidad y crianza, Psicopedagogía

Entrevista a dos mamás de niñas de Alta Demanda

Muchos meses he dejado aparcada esta entrevista a sendas madres de niñas de alta demanda, pero por fin puedo compartirla. Quería contar con la tranquilidad y el tiempo suficientes para prestarle la dedicación que merece y poder transcribir sus palabras correcta y fielmente. Está realizada con mucho respeto y mucho cariño. Igual que una imagen vale más que mil palabras, un testimonio vale más que decenas de artículos o teorías sobre un tema. Y si son dos, pues mejor aún. No se me ocurre mejor manera de explicar, a todas aquellas personas que desconocen el concepto, qué es la alta demanda que de la mano de dos mamás que la viven en sus propias carnes. Después de leerlo, ¿habrá quien siga pensando que las altas necesidades son un «invento moderno»? Seguramente. A ellas y ellos les dedico especialmente esta entrada. Va por ustedes. Y, por supuesto, a las mamás que la han hecho posible. Gracias por vuestra colaboración y vuestra sinceridad. Gracias por abriros en canal. Gracias infinitas.

Igual que una imagen vale más que mil palabras, un testimonio vale más que decenas de artículos o teorías sobre un tema. Y si son dos, pues mejor aún
Igual que una imagen vale más que mil palabras, un testimonio vale más que decenas de artículos o teorías sobre un tema. Y si son dos, pues mejor aún

1. ¿Cuándo – qué edad tenía la niña- y cómo te diste cuenta de que tu hija es una niña de alta demanda?

Mamá de M. Yo creo que desde que mi hija tenía días me di cuenta de que había algo diferente en ella respecto a otros bebés que yo había conocido de cerca, lo que pasa es que nunca nadie me mencionó el concepto de alta demanda. Conocí el término cuando mi hija tenía alrededor de los 8-10 meses. Y definitivamente me di cuenta de que encajaba con esta definición cuando tuve a mi segundo hijo (se llevan 19 meses) y vi diferencias abismales entre las necesidades de una y las necesidades del otro.

Mamá de S. Hace unos meses. Mi hija tenía 3 años, ahora tiene 4. Yo nunca había oído hablar del término y me enteré porque mi hermana me mandó un artículo que hablaba sobre los niños de alta demanda y me dijo “¿te suena de algo?” Según lo iba leyendo, fui viendo reflejada a S. A mitad del artículo me puse a llorar. Así fue como conocí el concepto y tuve claro que mi hija era una niña de alta demanda. Ya desde que nació supe que mi hija era excesivamente demandante, pero creía que simplemente me había tocado una niña difícil, había tenido mala suerte o yo lo estaba haciendo fatal.

2. ¿Cómo definirías a tu hija?

Mamá de M. Desde el segundo uno de vida es una niña muy intuitiva, muy sensible y muy despierta. Es una niña disfrutona, intensa para lo bueno y para lo malo, tiene cierto punto de timidez y es bastante responsable para la edad que tiene.

Cuando nació, a los dos días de hospital, estuvo prácticamente la mayor parte del tiempo despierta. La gente me decía “qué bebé tan espabilado”. Era una bebé que nunca se quedaba dormida en posición horizontal. No podías mecerla como tradicionalmente te imaginas que se mece a un bebé, ella tenía que estar en posición vertical y viendo todo. Y por supuesto siempre pegada a ti. Es una niña que no usó carro y la cuna “tenía pinchos”. Mi hija ha tenido problemas de sueño hasta hace un año. Es una niña que no se duerme sola jamás, tienes que estar con ella. Además, cuando se duerme contigo en la cama, no basta con que estés a su lado, le tienes que dar la mano, la tienes que abrazar. Y como se despierte en mitad de la noche y vea que está sola, te busca y quiere que vuelvas a estar con ella. Respecto a la lactancia, para mí fue durísimo el tiempo que estuve haciéndola, porque no era solamente alimento, ella necesitaba estar enganchada a mi pecho todo el rato. Se dormía al pecho. Si la separaba, lloraba, y su forma de llorar a mí me parecía como de sufrimiento. Con las rabietas de los dos años fue terrible. Entraba en bucle con algo y, aunque probamos todos los métodos posibles, daba igual, podía estar llorando fácilmente una hora cada vez que le pasaba. A veces le desbordan las emociones. Puede estar emocionadísima con un acontecimiento, pero cuando llega el momento se bloquea, se pega a tu pierna y no sabe cómo gestionarlo. No obstante, he notado un cambio brutal a partir de los 3 años (ahora tiene 4). Sigue teniendo ese punto de vivir todo muy intensamente, tanto lo bueno como lo malo, rabietas todavía tenemos alguna y es muy difícil sacarla de esa espiral, pero es mucho más fácil gestionar ciertas situaciones.

No podías mecerla como tradicionalmente te imaginas que se mece a un bebé, ella tenía que estar en posición vertical y viendo todo.

Mamá de M.

Las criaturas de alta demanda destacan de bebés por su continuo llanto y sus problemas para regular el sueño
Las criaturas de alta demanda destacan de bebés por su continuo llanto sin motivo aparente, su extremada necesidad de contacto y sus excesivos problemas para regular el sueño

Mamá de S. La palabra es intensa. Muy intensa, agotadora, extremadamente demandante en general, pero en especial de mamá. Y también cariñosa, inagotable, buena, inteligente, especial. Maravillosa.

3. ¿Algún profesional te ha dado un diagnóstico?

Mamá de M. No. Sinceramente, no. El primer año era un tema que comentábamos mucho con su pediatra. Le diagnosticaron en su momento intolerancia a la proteína de leche de vaca, reflujo gastroesofágico… Pero con 2 años ciertas pautas y conductas seguían y mi hija ya no tenía reflujo ni intolerancias… Mi pediatra nunca me habló de alta demanda. Sí me decía “te ha tocado una niña puñetera y hay que pasarlo”, creo que es un poco de la vieja escuela. Sí que es verdad que su profesora de 2 a 3 años de la escuela infantil nunca utilizó el término, pero sus reflexiones y sus comentarios iban en la línea de que necesitaba mucho apego, mucho contacto físico y que era una niña intensa.

Mamá de S. Nunca he ido a una consulta de un especialista como tal para ponerle un nombre o hacer un diagnóstico. El único diagnóstico que tengo es el de mi hermana psicopedagoga, basado en la observación. Tampoco creo que me aporte nada. Con lo que he leído, he visto, he investigado tengo más o menos claro lo que hay y cómo gestionarlo y no creo que el que le pongan un nombre y un apellido en una consulta pueda aportarme nada nuevo. Además, hay muchos profesionales que ni siquiera conocen esto. Otros que sí lo conocen lo consideran una tontería o que no existe. Por tanto, no me he parado a perder el tiempo en eso ni creo que me haga falta. Sí quizás sería útil tener un diagnóstico emitido por un profesional especialista para callar bocas y enseñárselo a mucha gente que no cree que la alta demanda exista. A lo mejor que un profesional con su número de colegiado lo diga, tiene más peso que el que lo diga yo y los artículos que leo.

…hay muchos profesionales que ni siquiera conocen esto. Otros que sí lo conocen lo consideran una tontería o que no existe.

Mamá de S.

4. ¿Saber que tu hija es de altas necesidades te ha ayudado en algo? ¿En qué?

Mamá de M. Sí. La primera vez que leí sobre ello, claro que me ayudó. La pena es que mi hija tendría cerca del año. Probablemente meses antes me hubiera ayudado mucho porque yo me he sentido muy, muy culpable porque pensaba que estaba haciendo algo mal. Primero porque tenía la sensación de que mi hija sufría, de que no era un bebé feliz y luego por los comentarios de familiares, amigos y allegados de “no la cojas”, “no la malacostumbres”, “déjala que llore”, “os tiene cogida la medida”, “os manipula”… Cuando quedas con amigos a comer y ves que los demás bebés o niños están tranquilos en sus carritos y sin embargo ves que en esa situación tu marido acaba paseando con la niña 3 km a la redonda y tú comiendo sola, o viceversa. Y todo el mundo al final está tenso, enfadado, ves las caras de tus amigos, te hacen comentarios… Y cuando tu madre te dice “he tenido tres hijos y ninguno habéis sido así” o tu suegra te dice “he tenido cuatro hijos y ninguno ha sido así”, pues te preguntas “¿qué le pasa a mi hija o qué nos pasa a nosotros como padres?”

Mamá de S. Ufff, ¿qué si me ha ayudado? Muchísimo, me ha dado la vida. Porque hasta que no conocí el término y empecé a indagar un poco sobre el tema, lo primero que se me venía a la cabeza es “lo estoy haciendo fatal”, “no sé educar a mi hija”, “soy una mala madre”, “¿por qué me tiene que pasar esto a mí?”… Sobre todo, tenía un sentimiento de culpa continuo. Además, muchos años antes de pasárseme por la cabeza ser madre, cuando veía a niños y niñas con comportamientos parecidos a los que tiene S., lo primero que pensaba era “mira qué malcriada, qué maleducada o qué consentida está esta niña” y es algo que tenía claro que no quería con mi hija. Pensaba que su educación sería muy distinta para que no tuviese esas reacciones. Y al final mi hija está haciendo lo que siempre quise que no hiciera, por lo que el sentimiento de culpa era tremendo, aparte de la tensión y el agotamiento que tienes por la situación. Así que cuando empiezas a leer te das cuenta, primero de que no es culpa tuya, segundo, de que hay herramientas que te pueden ayudar a gestionarlo mucho mejor y tercero, entiendes muchas cosas, las piezas del puzle empiezan a colocarse. Ayudar no es la palabra, se te abre un mundo… Hay un antes y un después.

…te preguntas “¿qué le pasa a mi hija o qué nos pasa a nosotros como padres?”

Mamá de M.

Los niños y niñas de altas necesidades tienen problemas para regular sus emociones.
Los niños y niñas de altas necesidades tienen más problemas de los habituales para regular sus emociones

Ayudar no es la palabra, se te abre un mundo… Hay un antes y un después.

Mamá de S.

5. ¿Qué diferencias observas, si es que las hay, entre tu manera de afrontar los conflictos con tu hija ahora respecto a antes de saber que era de alta demanda?

Mamá de M. Liberarme del sentimiento de culpabilidad, de pensar “mi hija es así porque yo hago algo mal” para mí ha sido fundamental. Además, mi hija se convirtió en hermana mayor con año y medio, entonces para mí el sentimiento de culpabilidad era brutal. Saber que esto no es ningún tipo de enfermedad ni de trastorno me ayudó mucho. Y también, anticiparnos. Saber que ella vive con toda esa intensidad ciertas situaciones e intentar anticiparnos, explicárselo… A veces no funciona, pero a veces, sí. Ahora veo incluso la parte positiva. Veo la intensidad con la que vive lo bueno y, sinceramente, me encanta, porque disfruta cualquier cosa.

Mamá de S. Ahora intento tener más paciencia, no me desespero cuando se pone a llorar o tiene una reacción “exagerada”. Ya no me enfado de primeras, sino que entiendo por lo que es y sé cómo actuar para remitir esa conducta y que ella también esté tranquila. Cuando tú te estresas, te enfadas, te agobias sólo empeoras la situación. Ahora ya sé cómo gestionarlo y estoy más relajada, por lo que ella está más relajada. Cómo esté el adulto influye en cómo se comporte el niño. A más estrés tuyo, peor se comporta ella. Es un círculo vicioso, aunque la raíz de su comportamiento no es tu estrés. Aunque la teoría la tengo muy clara, no siempre puedo reaccionar como me gustaría. El día que estás agotada y no puedes más, saltas y, según estás saltando, eres consciente de que deberías hacerlo de otra manera, pero no lo puedes evitar. Es algo que todavía tengo que trabajar.

…lo primero que se me venía a la cabeza es “lo estoy haciendo fatal”, “no sé educar a mi hija”, “soy una mala madre”, “¿por qué me tiene que pasar esto a mí?”… Sobre todo, tenía un sentimiento de culpa continuo.

Mamá de S.

Los niños y niñas de alta demanda necesitan el continuo contacto físico con sus figuras de apego.
Los niños y niñas de alta demanda necesitan continuo contacto físico con sus figuras de apego

6. ¿Cómo te afecta el temperamento de tu hija en tu día a día?

Mamá de M. Durante los dos primeros años la temía de alguna forma. Si tenía un evento familiar o con amigos me daba miedo mi propia hija porque pensaba “madre mía, como se le cruce el cable, a ver qué hacemos…” Llegaba la noche y… Durante tres años me daba miedo. Siempre la dormía mi marido. Si mi marido una noche salía o tenía algún plan y yo me quedaba con ella, temía el momento de irnos a la cama. En este tiempo, que para mí fue un poco oscuro, la situación me impidió en muchos momentos conectar con ella. Entre mi sentimiento de culpa, el desbordamiento, las opiniones de terceros…, yo tenía la sensación de que no conectaba con mi hija, sensación que con mi hijo no tuve nunca.

Durante mucho tiempo no quisimos viajar, porque sabíamos que era un berrinche de tres, cuatro, cinco horas… Lo que durara el trayecto. Mi hija ha odiado siempre viajar en coche, yo creo que por esa sensación que tenía de soledad. Recuerdo un viaje Madrid-Burgos que mi hija estuvo llorando desde la salida hasta prácticamente el destino. Hacer planes con amigos dependía de los amigos, de si eran más o menos empáticos. Y por supuesto las relaciones de pareja también las ha condicionado, porque ha supuesto bastantes momentos de tensión.

Mamá de S. Muchísimo. Quizá ahora un poco menos, pero me sigue afectando muchísimo porque te tiene en tensión, te agota… S. es muy demandante, es “mamá todo el rato”. Cuando estoy en casa la tengo pegada, esté haciendo lo que esté haciendo. No puede estar más de 1 minuto sin ver a mamá, sin estar con mamá, sin saber lo que hace mamá. Eso te condiciona. Luego, el hecho de que ella sea tan intensa y tan sensible claro que te afecta. A veces te agobia, te supera, te desespera, te irrita… Vives en tensión y nerviosa. A veces tienes un día horrible en el trabajo y estás deseando llegar a recogerla al colegio y pasar la tarde con ella. Entonces sale y se pone a llorar nada más verte y se te cae el mundo encima porque piensas “otra tarde tremenda que vamos a tener”. Es muy agotador.

En este tiempo, que para mí fue un poco oscuro, la situación me impidió en muchos momentos conectar con ella. Entre mi sentimiento de culpa, el desbordamiento, las opiniones de terceros…, yo tenía la sensación de que no conectaba con mi hija…

Mamá de M.
La alta demanda requiere, en muchas ocasiones, grandes dosis de paciencia por parte de las personas adultas
La alta demanda requiere, en muchas ocasiones, grandes dosis de paciencia por parte de las personas adultas

7. ¿Cuáles son las diferencias principales que encuentras entre tu hija y otras niñas y niños de su edad? Pon ejemplos.

Mamá de M. Durante mucho tiempo evidentemente fue el llanto, los problemas de sueño, que eran absolutamente exagerados, la necesidad de apego físico y contacto y el tema de las rabietas. A día de hoy la principal diferencia es esa especie de timidez que quizá no sea tal, sino una incapacidad para gestionar ciertas situaciones. Y todavía esas rabietas que con 4 años ayer, por ejemplo, estuvo 45 minutos llorando y tirada en el suelo del salón.

…el hecho de que ella sea tan intensa y tan sensible claro que te afecta. A veces te agobia, te supera, te desespera, te irrita… Vives en tensión y nerviosa.

Mamá de S.

Mamá de S. Por ejemplo, cuando voy a buscarla al colegio, todas las niñas y niños salen contentos, sonriendo, se ponen a jugar entre ellos, cogen la merienda, te saludan, están tranquilos… S., más de la mitad de los días, sale y ya se pone a llorar. ¿Por qué? Porque no sé quién le ha tocado el brazo, porque quiere que la cojas en brazos, porque le has dicho que os vais a casa y ella quiere ir al parque… Es un llanto para todo, es la diferencia más fundamental. Más diferencias: en cuanto le dices algo que no le gusta o que no cumple sus expectativas, le afecta mucho, se pone súper triste. Cuando te enfadas con ella porque ha hecho algo mal le afecta muchísimo. Todos los niños buscan la aprobación de sus padres y no les gusta que estén enfadados, pero S. lo sufre de verdad. Le afecta profundamente que tú no estés contenta, le preocupa sinceramente. Luego también esa demanda continua de mamá. Es veinticuatro horas pegada a mí, no se entretiene sola. Hasta jugando con otros niños está pendiente de mí. Y cuando tiene una rabieta, o la tranquilizas y le haces ver que todo está bien y que la quieres, o entra en bucle y eso no acaba nunca.

De bebé era un llanto continuo. Ibas con el carrito y se ponía a llorar. Ibas en el coche y se ponía a llorar… Hasta el punto de plantearnos “no viajamos más”. Sí que es verdad que veo una diferencia en ella respecto a otros bebés de alta demanda, porque empezó relativamente pronto a dormir del tirón por la noche. Pero era incapaz de dormir una siesta por el día. Salvo que fuera encima de alguien o agarrada a mi pecho, era incapaz de dormir una siesta en la cuna, imposible. Por la noche dormía más o menos bien cuando empecé a hacer el colecho, porque era la única manera de sobrevivir, ya que en la minicuna no dormía jamás. Tenía que estar en contacto contigo. Si te alejabas un poco durante la noche se despertaba, lloraba y buscaba el contacto físico. Una vez que notaba que estabas ahí, se volvía a dormir.

8. ¿Crees que este rasgo de personalidad le influirá en su futuro? ¿De qué manera? ¿Te preocupa?

Mamá de M. No, yo creo que no. No me preocupa en exceso porque después de leer algunas publicaciones entiendo que no es ningún tipo de trastorno y, a medida que va madurando, creo que ciertos rasgos se van atenuando. Por ejemplo, con el tema del sueño, aunque sigue necesitando ayuda para quedarse dormida, es capaz de dormir tranquila. Ya no es como antes que ha llegado a tener hasta cinco despertares e incluso ponerse a llorar durante una hora a las 5 de la mañana. Respecto a esa intensidad con la que vive todo, yo creo sí que es un rasgo que quizá pueda permanecer en ella. Yo también soy así y me preocupa en el sentido de que si eres excesivamente sensible, las cosas malas se sufren mucho. No me gustaría que mi hija sufriera. Por contra, creo que con lo bueno va a disfrutar mucho y va a valorar mucho las cosas.

Mamá de S. Es más sensible que la media y lo vive todo con mucha intensidad. ¿Le influirá? Pues supongo que sí porque las cosas le afectarán más. Para bien, perfecto. Para mal, me preocupa que pueda sufrir más de lo necesario. Que ante un acontecimiento malo, un fracaso, un desamor…, lo pase peor de lo que lo pasaría si no fuese tan sensible. Me preocupa, pero tampoco excesivamente. No creo que sea algo que le vaya a limitar en su día a día o que le vaya a impedir ser feliz.

Las criaturas de altas necesidades destacan por su sensibilidad.
Las criaturas de altas necesidades destacan por su sensibilidad

9. ¿Cuáles son las principales reacciones que recibes cuando explicas que tu hija es de altas necesidades?

Mamá de M. Depende. Cuando lo he comentado con familiares, abuelos, gente mayor, sinceramente me miran un poco raro, como preguntándome ¿”qué modernidad es esa?” Cuando lo comento con madres y padres, que cada vez conozco más, que creen que sus hijos también son de alta demanda, siento alivio. Y si esos padres no lo conocen y de repente les empiezas a contar y lo ven, se quedan aliviados. Y a mí me produce bienestar saber que puedes estar echando un cable a alguien que lo está pasando tan mal como lo has pasado tú. Y las personas que no lo han vivido y lo comentas, se quedan como diciendo “¿pero eso es una enfermedad, es un trastorno…?”

Mamá de S. Pues, salvo contadas excepciones, la reacción es “todos los niños son de alta demanda”, “uy, la mía también no se qué”, “el mío también no sé cuál”. Ésa es la estándar. La gente no conoce el término, no lo entiende o no lo quiere entender y así de entrada les parece una tontería. Excepto alguna rarísima excepción, como pueda ser otra madre que también tenga un hijo de alta demanda y haya leído y conozca el tema, pero las cuento con los dedos de una mano.

Cuando lo he comentado con familiares, abuelos, gente mayor, sinceramente me miran un poco raro, como preguntándome ¿”qué modernidad es esa?”

Mamá de M.

10. ¿Qué les dirías a las personas que afirman que la alta demanda no existe y que se explica con otras circunstancias como el estrés y la ansiedad adulta o porque la niña está mimada o consentida?

Mamá de M. En mi caso tengo un ejemplo bastante sencillo y es que tengo dos hijos que se llevan muy poco tiempo, que han vivido en el mismo entorno familiar y social, han ido a la misma escuela infantil, les hemos criado igual, aunque son niña y niño tienen los mismos juguetes, están recibiendo la misma educación y la gestión de una y otro es absolutamente diferente. Decir que está mimada es la salida más sencilla. Culpabilizar a alguien, sea la niña porque es como es, o a la madre o al padre porque le consienten, al final es lo más sencillo.

Mamá de S. Me da tanta pereza que no les diría nada. Pero si tuviera que hacerlo, les aconsejaría que leyeran un poquito sobre el tema antes de juzgar. No se puede negar que las cosas existen si las desconoces. Y que mi hija es lo contrario a una niña mimada, porque he puesto mucho empeño desde que nació en que no fuera así, porque es algo que yo no soportaba antes de ser madre. Entonces me duele bastante cuando la gente piensa eso. Y es normal cuando hace esas cosas en público, yo también lo pensaba muchos años antes de tener ni idea de lo que es la alta demanda y de ser madre. Ahora, que cuando les dices “mi hija es de altas necesidades” ni siquiera se paren a escucharte y a decir “oye, a lo mejor existe algo que yo desconozco que explica el comportamiento de esta niña” es algo que me molesta bastante. Entonces les diría que no juzguen sin saber y que se documenten.

La alta demanda no es una patología ni un trastorno, sino un rasgo de personalidad
La alta demanda no es una patología ni un trastorno, sino un rasgo de personalidad

11. ¿Recomendarías alguna lectura o especialista sobre el tema a las madres o padres que necesiten información y asesoramiento sobre la alta demanda?

Mamá de M. Por supuesto. No solamente por el niño, sino también por nosotros mismos, los padres. Mi experiencia es que se sufre y no te permite disfrutar de la maternidad. Fue tan complicado, sobre todo ese primer año, que yo me dije “¿dónde me he metido? Esto no es lo mío” y vivía con esa culpabilidad de no estar disfrutando a mi hija. Creo que tener información alivia y si, además, puedes recibir ciertos consejos, aunque no sean soluciones mágicas, mejor. Todos necesitamos herramientas. Me parece fundamental sobre todo para los padres que quieran disfrutar un poco más de sus hijos y estar tranquilos.

Mamá de S. Bueno, a mí me ayudó a entenderlo Úrsula Perona. He leído artículos, he visto vídeos y he leído el libro de ella sobre hijos de alta demanda. Hay cosas que no me gustan del libro, pero en general ayuda bastante. Entonces recomendaría lecturas de Úrsula Perona y ahora recomendaría también el blog de @mamaevapsicopedagoga. Añadir que se agradece un montón que haya profesionales que se dediquen a “perder el tiempo” con este tema tan poco conocido, tan poco estudiado y sobre el que se ha escrito tan poco. ¡Gracias, Eva, recomendaré encarecidamente tus artículos sobre el tema!

Si te ha gustado esta entrevista, ¡sígueme para más contenidos! Puedes leer mi entrada sobre la alta demanda (o altas necesidades) pinchando aquí.

Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

Publicado en Maternidad y crianza, Psicología, Psicopedagogía

Empatía y ecpatía, los dos pesos de la misma balanza. Cómo educar en emociones y límites

La EMPATÍA se conoce como la capacidad de ponerse en el lugar de otro, de comprender cómo se siente. Esto no implica necesariamente que compartamos la interpretación de la realidad del otro individuo, ni sus pensamientos o emociones, pero sí que somos capaces de comprenderlos y sintonizar de alguna manera con ellos.

La empatía es fundamental para relacionarnos correctamente con los demás, por eso es primordial fomentarla, sin forzar, desde edades tempranas.

Los sujetos que no son capaces de desarrollarla, claramente tendrán problemas relacionales más o menos graves. El mayor exponente de falta de empatía son los psicópatas, aunque no hace falta serlo para mostrar poca capacidad empática.

La educación emocionalmente inteligente enseña al niño/a a tolerar la frustración y a comprender y aceptar que los demás también tienen necesidades y derechos.

Elsa Punset

Para poder desarrollar una adecuada empatía es necesario poseer una ajustada conciencia de uno mismo y un buen autoconocimiento. Si somos capaces de analizar qué pensamientos, sentimientos y emociones nos genera un acontecimiento, nos resultará más fácil aplicar estos conocimientos para conectar con los demás.

Existen diferentes tipos de empatía:

  • EMPATÍA EMOCIONAL. Es la capacidad de compartir los sentimientos de otra persona. Si por ejemplo la otra persona está triste, nosotros nos ponemos tristes.
  • EMPATÍA COGNITIVA. Es la capacidad de comprender cómo piensa o cómo siente otra persona.
  • EMPATÍA COMPASIVA. Es la capacidad de sentir el sufrimiento del otro, pero va más allá que las anteriores, llevándonos a tomar medidas para ayudar.
Consuelo y empatía suelen ir de la mano
Consuelo y empatía suelen ir de la mano

Al igual que es importante fomentar la empatía en los menores, también lo es frenar las consecuencias negativas que puede acarrear una empatía muy desarrollada, especialmente en los niños/as más sensibles o con mucha intuición. (Para leer más sobre este tema puedes consultar el artículo Niños/as con sexto sentido.)

La ECPATÍA es una estrategia de autoprotección ante las consecuencias de la fatiga por compasión. Es un proceso consciente mediante el cual nos separamos de los sentimientos y circunstancias de quien sufre para no agotarnos emocionalmente y poder así ayudarle mejor. No hay que confundirla con la indiferencia o la falta de empatía. Claramente son cosas muy distintas.

Si el grado de implicación de una persona que se dispone en actitud empática con otra no es correcto, se corre el riesgo de caer en lo que se llama la trampa del mesías: amar y ayudar a los demás olvidándose de amar y ayudarse a sí mismo.

Carmen Berry

Una cosa es ser empático y ser capaz de ponernos en el lugar del otro y otra muy distinta es instalarnos en el lugar del otro. En este segundo caso ponemos las necesidades de la otra persona por delante de las nuestras. Esto provoca un descuido absoluto de nuestro propio ser que, a la larga, puede traer consecuencias negativas para nosotros: sentimientos de confusión, ansiedad, depresión…

Ahora que sabemos la importancia que tienen tanto la empatía como la ecpatía para el desarrollo emocional de nuestros menores, vamos a ver cómo podemos fomentar ambas capacidades.

¿Cómo fomentar la empatía en los niños/as?

  1. Presta atención a tus hijos/as, dedícales tiempo de calidad, juega con ellos, escúchales, obsérvales, estate atento a sus emociones y sentimientos y nunca les juzgues por ellos. Da valor a todas las emociones que tus hijos/as sientan y ayúdales a canalizarlas. (Para profundizar en este tema puedes consultar el artículo del blog Autoestima y seguridad en los niños/as. Elementos clave para un desarrollo sano.)
  2. Fomenta el diálogo y la escucha activa, las conversaciones y las charlas sobre todo tipo de temas, desde los más triviales a los más profundos. Ahondad en los sentimientos, las emociones y qué las provocan.
  3. Sé cariñoso, amable y regala muestras de amor en casa. El amor recibido y percibido deja una profunda huella positiva de por vida. (Ver más sobre este tema en el artículo del blog Besos y abrazos.)
  4. Enséñales a esperar su turno, a comprender que deben estar fuera de algunas conversaciones o asuntos que no les incumben. Es importante que los niños/as aprendan que no son el ombligo del mundo.
  5. Edúcales en el respeto y el buen trato a los demás. Haz que se preocupen por otras personas, por su hermano/a que está triste, por ejemplo, por la abuela enferma, o por otro niño/a en el parque al que le ha ocurrido algo malo.
  6. Predica con el ejemplo. Sé respetuoso y empático con las personas que os rodean, preocúpate por ellas, por sus asuntos y sus problemas. Si tú no la practicas, no puedes pretender que tus hijos/as sí lo hagan.
Para poder desarrollar una adecuada empatía es necesario poseer una ajustada conciencia de uno mismo y un buen autoconocimiento
Para poder desarrollar una adecuada empatía es necesario poseer una ajustada conciencia de uno mismo y un buen autoconocimiento

¿Cómo contribuir al desarrollo de la ecpatía en la infancia?

  1. Potencia en tus hijos/as la responsabilidad, especialmente la responsabilidad sobre sí  mismos. La responsabilidad es un principio fundamental del desapego. Los menores deben aprender a no depender de nadie para ser felices. Esta es una enseñanza fundamental para el resto de su vida. Somos los máximos responsables de nuestra felicidad, lo que no hagamos por nosotros, nadie más lo hará. Por tanto, nuestro bienestar depende únicamente de nosotros.
  2. En estrecha relación con el punto anterior, fomenta en los niños/as el locus de control interno. (Explicado en el artículo del blog Locus de control, efecto Pigmalión e indefensión aprendida. Qué son y cómo están relacionados.)
  3. Enseña a los menores a ser asertivos. Esto significa que sean capaces de hacer valer sus necesidades o derechos y exponer su punto de vista sin ofender ni agraviar a los demás. Un ejercicio muy práctico en este sentido es aprender a pensar y reflexionar detenidamente antes de emitir cualquier mensaje.
  4. Promueve el pensamiento crítico en tus hijos/as. (Ver más sobre esto en el artículo del blog Pensamiento crítico. Cómo fomentarlo en los niños/as.)
  5. Ayuda a los pequeños/as a ser conscientes, verbalizar y dar valor a sus emociones, tanto las positivas como las negativas. Una vez localizadas las emociones negativas, hablad sobre ellas, sobré qué las ha podido provocar y qué actividades o cosas podéis hacer para evitarlas o cambiarlas. Y, por último, ayúdales a ponerlas en práctica.
  6. Cultiva el buen humor en casa, las sonrisas y la gratitud. Estas actitudes generan que los demás se sientan mejor y que puedan contagiar sus emociones a los demás.
  7. Fomenta la práctica de ejercicio o deporte en tus hijos/as. Cuando se realiza ejercicio físico se generan endorfinas, dopamina y serotonina, que contribuyen a la sensación de bienestar y buen ánimo.
  8. Procura que os rodeéis de personas positivas y que transmiten emociones positivas e intentad evitar a las personas negativas y malhumoradas. No me refiero a que tengáis que huir de la realidad y las desgracias ajenas. Si un familiar o amigo está pasando por un mal momento, acompañadle y escuchadle, es un magnífico momento para practicar la empatía. Me refiero a esas personas que pase lo que pase, ocurra lo que ocurra a su alrededor, haya motivos reales o no, siempre están de mal humor y desprendiendo energía negativa a su alrededor. Personas tóxicas, al fin y al cabo. Seguro que sabes a quiénes me refiero, todos conocemos a alguien así.

¿Conocíais la ecpatía? ¿Soléis ponerla en práctica o por el contrario soléis involucraros tanto en los problemas ajenos que acabáis agotados emocionalmente? ¿Y la empatía? Recordad que tan importante es poner en práctica una como la otra.

¿Crees tener una relación familiar (padre/madre) o de pareja con una persona narcisista pero no lo sabes con seguridad? Puedes salir de dudas accediendo al Cuestionario gratuito de 25 preguntas para saber si mantienes una relación con una persona narcisista¡Estás a unos pocos minutos de saber si esa relación te está dañando significativamente y poder empezar a tomar acción para sanar!

https://www.psicoglobal.com/blog/empatia-desarrollo

https://psicologiaymente.com/social/tipos-de-empatia

https://lamenteesmaravillosa.com/que-es-la-ecpatia/

https://www.psonrie.com/noticias-psicologia/que-es-la-ecpatia

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Licenciada en Psicopedagogía. Profesional PAS certificada.

Eva H. Hernanz

Madrid

contacta@mamaevapsicopedagoga.com